10 de noviembre de 2008

La esclava de doña Teresa de Zúñiga I


Autora: Mª del Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid nºs 4473 y 4474, Diciembre de 2007.

El título de este artículo sorprenderá, sin duda, a unos lectores que se preguntarán: ¿esclavos en plena Edad Moderna? Pues sí. La mayoría de nosotros, cuando oímos la palabra esclavitud en sentido histórico, la encuadramos en la Edad Antigua, en la Historia de Roma, por ejemplo, o en la América colonial, los esclavos negros llevados a las plantaciones de algodón, café o caña de azúcar. Pero lo que se ignora es que en la España Imperial de Cervantes, de Velázquez o de Santa Teresa, junto a hidalgos, pícaros y clérigos, uno se podía encontrar por la calle con nobles acompañados por sus esclavos. Símbolo de lujo en la época, su número era escaso, reservándose preferentemente a trabajos domésticos. Procedían de África, Europa del Este, América o de la propia España (se podía llegar a la esclavitud por deudas), existiendo importantes mercados en lugares como Valencia, Lisboa o Sevilla.


Es, por tanto, admisible suponer, por todo lo dicho, que el Duque de Béjar poseería algunos o muchos esclavos, dada su calidad de Grande de España y su residencia en la Corte. Cecilia de Castro era una de ellas. 

Propiedad de Doña Teresa de Zúñiga, hija de el Duque Don Francisco II y de su primera esposa Doña Guiomar López de Mendoza y Aragón (luego casaría con el duque de Arcos), sabemos por la documentación que manejamos, que Cecilia era blanca y que se dedicaba a la atención doméstica. Seguramente el trato continuo entre ambas, llevaría a Doña Teresa a manumitirla. Así consta en el documento que comentaremos.


Empieza así: Sepan quantos esta carta vieren como yo Doña Teresa de Çuñiga, hija lejítima del Ilustríssimo Sr. don Françisco de Çúñiga y Sotomayor, duque de Bexar, marques de Jibraleón, conde de Belálcazar, mi señor, y de la Illma. Señora doña Guiomar de Aragón y de Mendoça, duquesa de Bexar, mi señora. De mi propia libre, agradable, y spontanea boluntad sin ser apremiada, ni induçida por perssona alguna para lo que de uso desta carta será contenido, e con liçencia e autoridad e espreso consentimiento que ante todas cossas pido e demando al dicho Illmo Sr. Duque de Bexar, mi señor y padre, para haçer e otorgar todo lo que en sta carta de libertad y manumisión será contenido, e yo el dicho duque de Bexar q presente stoy a lo que dicho es, digo que otorgo y conozco que presto autoridad y espreso consentimiento e doy liçencia a vos la dicha doña Teresa de Çuñiga, mi hija legitima, para que hagáis y otorguéis esta carta de libertad (...). Doña Teresa era entonces, según la época menor de edad, y por ello y por ser mujer, pide el consentimiento de su padre para dictar esta carta.


  El Bosque de Béjar. Villa Renacentista italiana construida por los duques de Béjar

 Continúa: (...) otorgo e conosco e digo que por quanto la muy excelente señora doña Teresa de Çuñiga, duquesa de bexar, mi señora a la que la madre del dicho duque mi señor, difunta, que sta en gloria, su testamento e ultima boluntad que hiço, me mando e dejo a Cecilia, su esclava, que es blanca, entre otras mandas que me hiço, para que fuesse mi propia y me sirviese todos los dias de su vida como esclava mi e con que yo no la puediese vender, ni enajenar a persona estraña (...). Parece ser, según esto, que Cecilia fue uno de los legados dejados en herencia a Teresa por su abuela, la gran duquesa de Béjar Doña Teresa de Zúñiga y Guzmán, que había muerto en 1565. En resumen, poseía la condición de regalo, un bien que había legado a Teresa su abuela. Deducimos entonces que los esclavos recibían el tratamientos de cosas, de bienes que se podían comprar y vender a antojo del propietario. No sólo esto: sabemos que los hijos de los esclavos heredaban su condición de tales si sus amos no les concedían la carta de manumisión.

(...)e agora por serviçio de Dios Nuestro Señor e por haçer bien e merced a la dicha Cecilia, quiero y es mi boluntad de la libertar y manumitir e manumito para que sea donde e en el dia en adelante que esta carta escriba y otorgue, queda libre e esenta de toda servidumbre e cautiberio, y le doi liçencia, poder e facultad para que pueda haçer e disponer de su perssona e do aquello que quisiere (...) y que pueda goçar e goçe de todas las franquicias e inmunidades e preminencias que tiene e goçan los que son libres (...). Nótese que, a pesar de ser un documento de carácter jurídico, se aprecia una cierta nota de cariño de Doña Teresa hacia Cecilia. Pensemos que seguramente fueron compañeras de juegos y crecieron juntas, en el caso de que Cecilia tuviera una edad próxima a la de la hija de los duques, o bien, su segunda madre, si la esclava se encontrara en la edad madura.

Palacio Ducal de Béjar

 (...) ansí en esta villa de bexar como en todas las otras partes e ciudades, villas e lugares destos reinos (...) como si nunca hubiera sido esclava (...) e por cuan soi mayor de 19 annos y menor de 25 para mayor corrovoración e firmeça de esta carta (...) digo que juro a Dios Nuestro Señor e a Santa María, su madre, e a las palabras de los santos, cuatro evangelios y a la señal de la Cruz (...) de no ir, ni venir contra esta carta de libertad (...) A 23 dias del mes de diçiembre del año del señor de 1568 annos, testigos que fueron presentes Rodrigo de Arteaga e Gaspar Sarazo de Losada e Juan Mendez portero de Su Señoria Illma. –Firmado Doña Teresa de Çuñiga ante mí Juan González, escribano (...). Es curiosa la fecha de este documento, porque es el año en que ocurren tantas cosas en nuestra ciudad: la reducción parroquial, el ducado en su máximo esplendor, obras de ampliación en todas las iglesias de la ciudad (El Salvador, San Gil, San Juan, Santa María), los conventos en construcción y reforma, la edificación de la cárcel, ahora ayuntamiento...Parece que la ciudad hierve de actividad.

Y concluye así: Cecilia una vez que conoce la carta, leída por el escribano en presencia de los testigos, Doña Teresa y el duque, se hincó de rodillas y besó las manos a los dichos Illmos. Señores Duque de Bexar y Doña Teresa de Çuñiga su hija(...).

(Continuará)

2 comentarios:

  1. vaya pedazo de blog, como te lo estás currando!!!!!!!

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  2. la verdad es que a mi no me gusta la historia,pero me parece un blog muy interesante sobre béjar.y como dice sara te lo estás currando un montón!!ánimo!!!

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.