10 de febrero de 2010

El infante don Luis de Borbón y Arenas de San Pedro (2ª Parte)


 Autora: Carmen Cascón Matas


Ante los escándalos de don Luis, Carlos III facilitó su casamiento aunque cubriéndose las espaldas para que los herederos del infante nunca pudieran plantearle ningún problema sucesorio. En 1776 por medio de la Pragmática Sanción, apartaba de los derechos al trono a todo príncipe de la familia real que matrimoniase desigualmente y a sus descendientes se les privaba de poder llevar el apellido Borbón. Al infante la real orden le tuvo sin cuidado y acabó casándose morganáticamente con Mª Teresa de Vallabriga, una modesta sobrina del marqués de San Leonardo que vivía en La Granja. La joven prometida había nacido en Zaragoza en 1759 y era, por tanto, 32 años más joven que don Luis.

"El infante don Luis de Borbón"
Francisco de Goya


Según las descripciones era “de buena cara, buena índole, sumo recogimiento, mucho entendimiento, mucha inocencia y gran educación”. La boda se llevó a cabo en Olías del Rey y la única cosa digna de reseñar es que el mismísimo Boccherini compuso una serenata para el acontecimiento. A partir de entonces, el infante y su familia se vieron avocados al destierro, primero en Villaviciosa de Odón y luego en Cadalso de los Vidrios, sin disponer de una residencia fija.


"Mª Teresa de Vallabriga"
Francisco de Goya

Por fin, el infante decidió instalar a su familia en la localidad abulense de Arenas de San Pedro, primero en el Palacio Viejo desde 1777 y después, una vez concluidas las obras iniciadas en 1780, en el nuevo palacio proyectado por Ventura Rodríguez concluido en 1782. Sus rentas, a pesar de haber sido excluido de la corte, eran cuantiosas por lo que vivieron holgadamente. Además, en 1761 compró el título y las extensas posesiones vinculadas al condado de Chinchón. El matrimonio tuvo varios hijos, entre ellos Luis María (nacido en Cadalso de los Vidrios en 1777), Mª Teresa (Velada, 1780) y Mª Luisa (Velada, 1783).

"Mª Teresa de Borbón y Vallabriga"
Francisco de Goya

Arenas de San Pedro gustaba al infante por ser un lugar idóneo para la caza, a la que dedicaba gran parte de su tiempo además de a sus colecciones, libros y aficiones artísticas y científicas. La corte del infante siempre se consideró un foco intelectual y de mecenazgo de primer orden: el músico Boccerinni, el pintor Luis Paret y Alcázar, el arquitecto Ventura Rodríguez, y por supuesto Francisco de Goya rondaron en la corte del infante don Luis.

"Mª Teresa de Vallabriga a caballo"
Francisco de Goya

Parece ser que el pintor de Fuendetodos fue presentado a don Luis de Borbón por el conde de Floridablanca o por Ventura Rodríguez, trasladándose muy pronto a Arenas de San Pedro para retratar a la familia. Era entonces Goya un pintor casi desconocido para el mundo cortesano, pues prácticamente sólo había realizado los cartones para tapices. Durante dos años don Francisco realizó 17 retratos de la familia del infante y fue el trampolín que le catapultó a la fama en la corte madrileña. Don Luis fue el primero en creer en su obra. Quizás el origen aragonés común de Mª Teresa y el pintor pudo hacer mucho en su favor.

Goya recordaba: "he salido dos veces a cazar con su Alteza y tira muy bien y la última tarde me dijo sobre tirar a un conejo; este piamontés aún es más aficionado que yo".

"La familia del infante don Luis de Borbón"
Francisco de Goya

El día 7 de agosto de 1785, después de una larga enfermedad, falleció don Luis de Borbón en Arenas de San Pedro y fue enterrado en la capilla del santuario de San pedro de Alcántara de esta misma localidad hasta que sus restos fueron trasladados al panteón del Escorial.

Por orden real, Mª Teresa fue apartada de sus hijos y confinada en el palacio de Arenas de San Pedro. Los niños fueron trasladados a Toledo: Luis María bajo la protección del Cardenal Arzobispo y las niñas enclaustradas en un convento de bernardas. Carlos III intentaba evitar así cualquier intento de estos de aspirar a la corona.

El cardenal de Toledo, Luis María de Borbón.
Francisco de Goya

Tras la muerte su tío el rey, parece ser que las cosas comenzaron a favorecer a la familia durante el reinado de Carlos IV, su primo. Primero, Luis María, que se había inclinado por la vida religiosa, fue nombrado cardenal de Toledo a los 29 años, como ya lo había sido su padre, y presidente del Consejo de Regencia que dejó Fernando VII al marcharse a Bayona. Después a Mª Luisa se le permitió casarse con Joaquín José de Malgarejo y Sauría, duque de San Fernando de Quiroga.

Por último, Mª Teresa fue obligada a matrimoniar por la propia reina Mª Luisa con Manuel Godoy, primer ministro y amante de la intriganta reina, y ostentó el título de condesa de Chinchón por renuncia de su hermano Luis María. Rehabilitados en la corte, se les permitió usar de nuevo el apellido Borbón. Mª Teresa sería considerada la mujer más importante de España después de la propia reina, pero sufría a diario continuas humillaciones por parte de su marido, a quien gustaba sentarse a la mesa en público con su esposa a un lado y con su amante, Pepita Tudó, al otro. Después del motín de Aranjuez que provocó la caída del primer ministro, Mª Teresa se refugió con su hermano en Toledo para huir de sus sufrimientos matrimoniales.

Mª Teresa de Borbón y Vallabriga,
condesa de Chinchón.
Francisco de Goya.

Con la invasión francesa ambos hermanos deben huir a Andalucía y participan activamente en la Junta Central de ideales liberales en favor de la expulsión de las tropas napoleónicas. Asistieron a las Cortes de Cádiz y Luis María fue nombrado regente hasta la vuelta de Fernando VII.

Sin embargo, al término de la Guerra de Independencia y la vuelta de Fernando VII, las libertades son recortadas drásticamente. Luis María se niega a jurar lealtad al nuevo rey si éste no reconoce la constitución. Como esto no tiene efecto, Luis María es despojado de sus dignidades y su hermana decide exiliarse voluntariamente a Francia como otros muchos liberales.
 
Mª Teresa de Borbón y Vallabriga,
condesa de Chinchón.
Francisco de Goya.

BIBLIOGRAFÍA:

PARAÍSO, A. Mª (coord.): Goya su tiempo, su vida, su obra. Ed. Libsa. Madrid, 2002.


23 comentarios:

  1. Curioso final, en el partido de los liberales. Aparte de la historia he disfrutado mucho los retratos de Goya. El retrato del infante, que no conocía, es una auténtica maravilla.
    Un abrazo, Carmen

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  2. Madame, temprano comenzaron los Borbones a matrimoniar desigualmente.
    Muy interesante la parte de Goya. Ignoraba que hubiera sido él quien primero creyó en el pintor, y la verdad que ademas lo ha ilustrado usted de maravilla con sus cuadros.
    Preciosa entrada, madame.

    Buenas noches

    Bisous

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  3. En este retrato de Goya se nota un especial parecido entre don Luis de Borbón y Juan Carlos I. La nariz y la curva del labio superior son, como decimos en Murcia, cortaicos.

    Coincido con Madame y Xibeliuss en su acierto con los retratos, que ilustran estupendamente su magnífico relato.

    Un abrazo de la Fuensanta y el Antón.

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  4. Carmen, que bien volverte a leer, echaba de menos tu interesantes entradas. Desde luego el tercer cardenal-infante Luis Marìa fue uno de los màs grandes hombres que los Borbones espanoles han dado a la historia, un gran polìtico y, sin duda, un hombre altamente cualificado como indica el hecho de haber sido elegido para soportar la regencia del Reino durante la ausencia de su primo Fernando VII. A parte èl y su hermana fueron los ùnicos miembros de la familia real que se quedaron en Espana tras la invasiòn napoleònica y, sin dida, este hecho debiò de ser especialmente motivamente e importante para las gente de las Cortes de Càdiz.

    Un saludo.

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  5. Hay que ver que líos de família... y todo por un quítame allá esos derechos dinásticos... en fin, salvo la pobre que casaron con Godoy al final no les fue del todo mal...dadas las circunstancias.

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  6. Buena entrada.
    ¿Quién iba a decir que Goya iba a emprender su "carrerón" en la Corte gracias a conocer al Borbón desheredado? Vueltas que da la vida.
    Un saludo.

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  7. Madre mia,no perdían el tiempo y no daban puntada sin hilo.Al final el escandaloso Don Luis parece que serenó un poco su vida y convertirse en mecenas de pintores,músicos,arquitectos nos permite disfrutar ahora de todas sus obras.
    Muy interesante Carmen como siempre.
    Un beso.

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  8. Desconocía que la deliciosa Duquesa de Chinchón que pintó Goya - y que seguramente es su mejor retrato - fuera hija del infante D. Luis. Y es que preciso venir aquí para ponerme al corriente de tantas cosas...Qué paradoja, que estas personalidades vinculadas a la familia real se declarasen liberales. Por otra parte, y respecto a los matrimonios morganáticos...¡cuánto han cambiado las cosas! Besitos, carmen.

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  9. Ha sido gratisimo visitar esta página, la ilustración genial.
    Todo muy interesante entretenido, la mejor Cultura entretenida.
    m.angelica

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  10. Muy buena entrada, además no sabía que ese infante fuese liberal en las Cortes de Cádiz y que se enfrentase al mismísimo Fernando VII, el Indeseable Deseado. Estuve dos años trabajando en Arenas y en el paradisíaco valle del Tiétar y en esos años el palacio estaba cerrado y no se podía ver. Sabía que estuvo un infante de Borbón allá residiendo pero esos años era furibundamente historiador de Contemporánea y la Moderna la detestaba. Descubro ahora con curiosidad que hubiese una min Corte en ese palacio que veía desde mi piso alquilado de Arenas y desde el IES, desde la Calle de la Triste Condesa del bello pueblo de Arenas. Buena entrada y esperando con ganas las siguientes.
    Saludos Carmen.
    Juan Pedro.

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  11. Xibelius: ya se sabe que los hijos de las "familias bien" siempre salen rana, jejje. Y si no que se lo digan a los grandes peones del franquismo en los años 60 y 70 en relación a sus hijos...

    A parte de estos retratos, Goya hizo algunos más de la familia dle infante, pero tampoco quería agobiar con tanta imagen.

    Un beso

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  12. La Dame Masquee: no es que los Borbones matrimoniasen desigualmente en este caso, es que al pobre don Luis no le dejaban otra salida. O menlace morganático y fuera de la corte sin derecho al trono, o compuesto y sin novia.

    No es que don Luis fuese el primero en creer en Goya, pero sí le lanzó al mundo de la nobleza y de los retratos aristocráticos, materia en la que Goya se alzó con el título d emaestro (como en muchos otros campos del arte).

    Saludos

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  13. La Fuensanta y el Antón: pues fíjate que don Juan Carlos se parece mucho, pero mucho mucho, no al infante, que también, sino a su sobrino Carlos IV. Y a medida que va siendo mayor, su semejanza parece acrecentarse.

    Aunque para parecidos el de Alfonso XIII y Felipe IV. Compruébenlo.

    Un beso y gracias por comentar

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  14. Carlos II: la verdad es que sobre el infante don Luis me había interesado hace bastante tiempo, sobre todo por mi predilección sobre la obra de Goya y la proximidad del palacio de Arenas de San Pedro. Pero, no me había detenido a leer nada sobre su hijo, como bien decía, el tercer cardenal-infante.

    Personajes apasionantes, en un mundo en frenético cambio. Los prolegómenos de la Guerra de Independencia y sus consecuencias desde el punto de vista ideológico y social son interesantísimas. Y Luis María fue uno de los primeros en defender el liberalismo ante las mismísimas narices el Rey (In)Deseado.

    Un abrazo

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  15. Jose Luis de la Mata: a la pobre no le fue tan bien como pensamos. Es cierto que ella recuperó para su familia el honor perdido, pero ¿a cambio de qué? Sufrimientos, vejaciones de su marido y todo por caprichos de la reina Mª Luisa. Sólo se sintió protegida junto a su hermano, al que tampoco le fue mal del todo, todo hay que decirlo.

    Un abrazo

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  16. Cayetano: la verdad es que Goya ya había comenzado a pintar para Carlos III los cartones para tapices, retratos para el propio rey y pinturas de motivos religiosos. Pero, a lo que me refería en el texto, es a que los miembros de la corte comenzaron a encargarle retratos a partir de su relación con don Luis. Así pudo entrar en la corte de la duquesa de Alba o de la duquesa de Osuna(y de Béjar).

    Un beso

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  17. Juana María: el infante pareció asentar la cabeza a raíz de su matrimonio con Mª Teresa, aunque su afición al mecenazgo venía de antes. Sin embargo, su gusto por el arte se vió ensombrecido por su retiro de la corte, pues dentro de ella tenía mayores oportunidades de conocer a grandes artistas.

    Una historia que puedes encontrar relatada en internet es su relación de mecenazgo con Luis Paret y Alcázar, que fue deportado por este motivo por Carlos III.

    Un besito Juana y me alegro de que te haya gustado

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  18. Isabel Romana: creo que Goya tenía un cariño especial por esta mujer, a la que conoció de pequeña correteando por los pasillos del palacio de Arenas de San Pedro. Seguramente se sentaría en sus rodillas mientras el artista pintaba, apuntando con su dedito las pinceladas frescas sobre el lienzo.

    Si nos fijamos en el retrato de La Familia del infante don Luis, vemos cómo todos los personajes se representan ajenos a la actividad pictórica de Goya, que se pinta a sí mismo a la izquierda. La única que contempla al pintor en su labor es la pequeña Mª Teresa.

    Un besito

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  19. La keka: muchas gracias por pasearte por esta página y dejarme este comentario. Estás en tu casa, por supuesto.

    Un besito

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  20. Juan: qué bueno. Has entado tan cerca de estas tierras... Pues ya sabes algo más sobre el Palacio que veías desde tu ventana y yo sólo escribo un resumen entretenido de todo lo que pasó en aquella época convulsa. Hay tanto por aprender...

    Pues si tu eres un furibundo de la Contemporánea, yo lo soy de la Moderna, jejej Y eso es malo, por lo menos desde mi punto de vista, porque a veces nuestros gustos no nos dejan ver más allá del periodo en el que nos reconcentramos, ¿no te parece?

    Un besito y gracias por comentar

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  21. Siempre maravillándonos con tus letras que son alhajas...

    Saludos y un abrazo enorme.

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  22. La sonrisa de Hiperión: modestamente se hace lo que se puede.

    Un beso

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  23. ¡Gracias! Si,gracias de verdad por hacerse eco de la victoría del amor ante el cúmulo de intereses de la "gente pudiente".Gracias de nuevo.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.