18 de abril de 2010

Cervantes y el duque de Béjar



Como buen ejemplo de la nobleza de su tiempo, la Casa Ducal de Béjar ejerció mecenazgo para mayor gloria de su linaje a lo largo del tiempo, destacándose sus miembros como protectores de artistas y literatos. Cuestión sabida es por todos los bejaranos que Miguel de Cervantes Saavedra dedicó su primera parte de “Las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” a Alonso I, duque de Béjar. A algún asombrado lector foráneo asombrará este dato, más hay que tener en cuenta que por aquel entonces nuestro don Miguel andaba escaso de fortuna y debía arrimar su ascua a todo potentado que pudiese financiar sus proyectos literarios y recompensarle pecuniariamente. Bajo el amparo de un Grande de España, como en este caso, evitaba ataques tales como el plagio en una época en que el copyright y los derechos de autor aún no existían.

De esta forma Cervantes llegaría a conocer en la corte vallisoletana, suponemos, a Alonso de Zúñiga, duque de Béjar, como se desprende del preliminar y dedicatoria del Quijote:




“Al duque de Béjar,
Marqués de Gibraleón, conde de Belalcázar y Bañares,
Vizconde de la Puebla de Alcocer,
Señor de las villas de Capilla, Curiel y Burguillos.


En fe del buen acogimiento y honra que hace Vuestra Excelencia a toda suerte de libros, como príncipe tan inclinado a favorecer las buenas artes, mayormente las que por su nobleza no se abaten al servicio y granjerías del vulgo, he determinado sacar a la luz al Ingeniosos hidalgo don Quijote de la Mancha, al abrigo del clarísimo nombre de Vuestra Excelencia, a quien, con el acatamiento que debo a tanta grandeza, suplico le reciba agradablemente en su protección, para que a su sombra, aunque desnudo de aquel precioso ornamento de elegancia y erudición de que suelen andar vestidas las obras que se componen en las casas de los hombres que saben, ose parecer seguramente en el juicio de algunos que, conteniéndose en los límites de su ignorancia, suelen condenar con más rigor y menos justicia los trabajos ajenos; que, poniendo los ojos la prudencia de Vuestra Excelencia en mi buen deseo, fío que no desdeñará la cortedad de tan humilde servicio.

Miguel de Cervantes Saavedra”.






Sin duda alguna se trata de una carta humilde de quien por entonces, en 1604, era un literato más en aquella España floreciente del Siglo de Oro, intelectual sin posibles, pedigüeño de los favores y mercedes nobiliarias. El estilo desparrama loas hacia el posible mecenas, alabando su labor como protector de las Artes. Pero, sin esperar respuesta, Cervantes se declara protegido suyo sin más, arriesgando a poner bajo la tutela del duque la obra aún no sacada a la luz. Demasiado confiado, pues es bien sabido que, a pesar de que efectivamente la primera parte de la obra magna de la literatura española está dedicada a Alonso I, en la segunda parte troca de protección, ahora bajo el ala del conde de Lemos.

¿Qué pasó entre don Miguel y el duque de Béjar? ¿Quizás Cervantes se confió demasiado a un noble que no dio su consentimiento final? ¿O Alonso I faltó a su palabra?

Las sombras del tiempo ocultan la respuesta, así como no nos despejan la duda de si Cervantes anduvo por las calles de Béjar. Ciertos autores lo niegan, pues no hay prueba documental que lo avale, aunque bien pudo ser que se acercara a la villa serrana para mostrar el borrador de su obra al duque.



Retrato de Juana López de Mendoza,
esposa de Alonso, duque de Béjar.

Alonso Sánchez Coello

Extraída de Foto Oronoz


Malas líneas las que se han dedicado a este duque por desmerecer la dedicatoria del libro de los libros de las letras españolas. Hijo del duque Francisco III y de su mujer Mª Andrea de Guzmán, condes de Niebla, había nacido en 1578 y heredado los señoríos paternos en 1601. En 1594 había casado con Juan López de Mendoza Enríquez de Cabrera, hija de los duques del Infantado.

En 1605, cuando Cervantes le dedica su Quijote, tenía el duque 28 años y se ha dicho después que gastaba toda su fortuna en los deportes, ostentando fama de proteger a escritores y literatos sólo por presunción. Pero, como veremos, si esta afirmación es correcta, ¿cómo es que le dedique también Góngora sus Soledades?

En todo caso Cervantes no sólo alude a él en el prólogo del libro, sino que le dedica una de sus poesías en el interior:


Y pues la experiencia ense-
Que al que a buen árbol se arri-
Buena sombra le cobi-
En Béjar tu buena estre-
Un árbol real te ofre-
Qu da príncipes por fru-,
En el cual floreció un Du-
Que es el nuevo Alejandro Mag-:
Llega a su sombra; que a osa-
Favorece la Fortu-


*Si quereis leer más cosas sobre el tema pinchad aquí.
** Si os interesa la vida del duque Francisco III, duque de Béjar, padre de Alonso I, gran mecenas de artistas y literatos, pinchad en este enlace

BIBLIOGRAFÍA:

CERVANTES SAAVEDRA, Miguel: Don Quijote de la Mancha. Ed. del IV Centenario. Real Academia Española.
GARCÍA MARTÍNEZ, Ceferino: “El Siglo de Oro en Béjar” en V.V.A.A. 25 años del concurso literario del Casino Obrero de Béjar. Ed. Casino Obrero y Caja Salamanca y Soria. Béjar, 1992.

32 comentarios:

  1. Era una época dura y no había más remedio que adular a los poderosos acogiéndose a su mecenazgo o protección para que las obras llegaran a buen puerto, sin problemas de ningún tipo,aunque a veces a estos poderosos les traía al pairo las intenciones de algunos "muertos de hambre" como era el caso de nuestro ilustre escritor.
    Un saludo y feliz domingo.

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  2. Pues fuera o no por presuncion, lo importante es que protegiera a los literatos. Lo de menos son sus motivos.
    Debían de pasar mas de un apuro en esos tiempos en los que no existian los derechos de autor. Cuánta injusticia se padecería. No es sorprendente que intentaran arrimarse a la sombra de poderosos defensores, porque no tenian otro modo de hacer valer su nombre.

    Una entrada interesantisima, madame.

    Feliz domingo

    Bisous

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  3. Muy interesante, Carmen. Quizás nunca lleguemos a saber la respuesta. Cervantes es todo un personaje en sí mismo y lo que se conoce de su biografía no presenta una vida fácil. A estas alturas ya debía tener experiencia.
    Un abrazo

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  4. Quizás por juventud, el Duque de Béjar no supo reconocer en su momento tal dedicatoria.
    Pero imagino que Cervantes no era tonto y sabía a quien dedicarle el libro. Aun a sabiendas que quizás no se la reconociese, lo que sí sabía es que era buena protección el mero hecho de nombrarlo en la portada del libro.
    Si más tarde cambió de árbol protector sería porque le interesaría. La falta de posibles aguzaba el ingenio, seguro. Sus razones tendría.

    Buen domingo, Carmen.
    Abrazos.

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  5. Siendo,según dicen,nuestro duque poco amante de la literatura,Cervantes corrió un gran riesgo suponiendo el mezenazgo.Me imagino que no le quedaba otra que hacer un poquillo el papel de adulador y confiar en un mecenas que aunque no amaba la literatura si que ejercía de protector de ciertos autores.
    Afortunadamente aunque nuestro duque le falló Cervantes terminó su libro.
    Un besazo.

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  6. Por presunción o no, la financiación de los poderosos hizo que muchas de las grandes obras de todos los tiempos fuesen publicados.

    Para ellos sólo era un pequeño desembolso económico más. Al autor le daba un plato de comida. Y nosotros difrutamos de ello...

    Un saludo!

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  7. El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija... en aquella época no había derechos de autor ...

    si bien aquello era malo lo de ahora del yugo de la SGAE tampoco es del todo correcto... ya sabéis todos somos presuntos piratas ...

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  8. Muy interesante esta entrada, ya que nunca había reparado en que la 1ª parte del Quijote está dedicada al Duque de Bejar y la 2º al de Lemos. No le daría tiempo al Duque de Bejar de tirarse de los pelos por rechazar la obra magna en lengua castellana; el éxito es posterior, pero Cervantes si era un hombre seguro de sí mismo y de su obra, cuando se da por protegido por él antes de publicarla. Un cordial saludo.

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  9. Mi padre tiene un ejemplar con esta dedicatoria al Duque de Béjar. Y siempre que tiene ocasión se lo enseña a los amigos. está tan orgulloso...
    besazos cielo!!!

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  10. Cayetano: los "pobres muertos de hambre", ¡qué calificativo tan triste para el genial Cervantes! Pero así era. Las obras literarias debían contar con el apoyo de un patrocinador, un poderoso con dinero, para que el proyecto llegara a buen puerto. A veces el tiempo no pasa tan rápido como pensamos...

    Un saludo

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  11. Madame Minuet: pues, como usted dice madame, por presunción o no, este duque de Béjar actuó de mecenas numerosas veces con otras grandes de la literatura de la época, por ejemplo, Góngora. Pero, esa es otra historia...

    Un besito

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  12. Xibelius: por estos hechos, el duque de Béjar ha sido conocido con el apelativo de tacaño. Sí, porque después de que Cervantes le dedicara el Quijote resulta que no desembolsó ni un triste maravedí de su bolsillo para compensar esta dedicatoria. ¿Por qué? Quizás el pobre Cervantes no se merecía tanto merecimiento. Al fin y al cabo, era un pobre muerto de hambre como dice ahí arriba Cayetano...

    Un saludo

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  13. Enrique: algunos investigadores, para restituir el buen nombre de Alonso de Zúñiga, dicen que Cervantes conocería y dedicaría su obra, no al presente duque, sino a su padre muerto unos años antes. Quizás pensó que el buen mecenazgo y las buenas relaciones con el padre se prolongarían en el hijo. Pero el caso es que le salió el tiro por la culata. Alonso fue mecenas de otros grandes literatos de la época, pero no de Cervantes. El enigma es conocer esas relaciones entre el insigne autor y los duques de Béjar.

    Un beso

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  14. Juana María: yo no sé si al duque le gustarían las letras o no, pero el caso de Cervantes no es único. Se conoce que Alonso de Zúñiga ejerció de mecenas de otros intelectuales, véase Góngora. Sin embargo, esta actuación no era extraña en la nobleza de su tiempo. Se consideraba algo natural el que los aristócratas avalasen con sus dineros a todo tipo de artistas, auqnue sus gustos dejaran mucho que desear...A cuantos más se protegiese mayor ensalzamiento de su nombr y de su linaje. Así es que, digamos que el mecenazgo no tiene que ver con la formación intelectual, sino con el prestigio.

    Un besazo

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  15. Pablo D: una apreciación muy correcta. Al margen de que los poderosos tuviesen formación intelectual o no, o si el mecenazgo les proporcionaba un mayor prestigio a ellos mismos y a su linaje, el caso es que esas migajas beneficiaban al arte y la literatura. El pobre Cervantes se llevó una decepción con el duque de Béjar, pero su Caballero de la Triste Figura (entre otros apelativos) cabalgó sobre Rocinante por las llanuras interminables de la Mancha.

    Un saludo

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  16. José Luis de la Mata: siendo así, deberán hjacerse las cácerles mucho más grandes y en mayor número, pues todos somos sospechosos y posibles piratas informáticos. Un buen desembolso para las maltrechas economías occidentales en plena crisis.

    Un saludo

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  17. Paco Hidalgo: para que Cervantes se tire a la piscina antes de saber si el duque de Béjar va a desembolsar los maravedíes, es lógico pensar que promesa había de ello, de lo cual se deduce una cierta relación, más o menos estrecha con su posible mecenas. El libro salió a la luz con la dedicatoria, pero el dinero nunca llegó a los bolsillos de Cervantes. Quizás conociera al anterior duque de Béjar y no al nuevo, y se equivocó en su apreciación. O puede achacársele la culpa al duque que se desdijo de su palabra. No lo sabemos. El caso es que el duque ha quedado para la historiografía como un tacaño redomado.

    Un saludo

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  18. Silvia: no me extrña que esté orgulloso. Al fin y al cabo Béjar es la primera localidad que se menciona en el Quijote. Supongo que también presumirá del Hombre de Musgo y de la Plaza de Toros...

    Besitos

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  19. Bueno, Carmen, es que el pobre ya andaría bastante escarmentado a esas alturas, después de todo las experiencias por las que había pasado, incluído el cautiverio y la cárcel, por un delito en el último de los casos que, al fin y al cabo, no de produjo... Pero bueno, según parece de aquella quiebra bancaria que impidió a don Miguel cumplir con Hacienda algo bueno salió, pues, según parece, asimismo, fue a la sombra de la Giganta de Sevilla, o a la sombra, sin más, o, en este caso de la Carcel Real de Sevilla, como se prefiera, donde aquella magna obra, la más importante sin duda de nuestras letras y una de las más del celebradas a nivel mundial, fue concebida... Como regoge el refranero popular, no hay mal que por bien no venga... El hombre, en cualquier caso, necesitaba sentirse amparado...

    Una vez más, de algún modo, Bejar y Sevilla caminan de la mano, en este caso, de la del príncipe de las letras españolas...

    Una gozada de entrada.

    Que tengas una muy feliz velada.

    Un abrazo.

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  20. Jose: tan cerca y tan lejos, Sevilla y Béjar. Bueno, al fin y al cabo el actual duque de Béjar vive allí con su propio palacio. Seguro que podrás averiguar algo al respecto más fácilmente que yo.

    Un beso

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  21. Asomarse a esta ventana es aprender historia en pinceladas gruesas de mucho colorido...
    Besicos amiga historiadora de Béjar.

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  22. Cabopá: me gusta el símil que me haces con respecto al magno arte de la pintura. Todo un honor.

    Un besazo y muchas gracias

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  23. Querida amiga, paso a saludarte y decir que muy buena entrada,me entero de hechos muy interesantes que desconocia.Gracias por compartir.
    Felicidades
    Besos Isthar

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  24. La sonrisa de Hiperión: ya sabes que estamos abiertos 24 horas.

    Un beso

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  25. Isthar: muchas gracias por tu visita, querida amiga.

    Un besazo

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  26. Interesantísima entrada Carmen, siempre me había fijado en tal dedicatoria pero no me había hecho más preguntas...este hecho demuestra que el bejarano duque debía ser un destacadísimo personaje de la época de Felipe III pues de otra forma no habría recibido tal petición de protección.

    Un saludo después de mis largas vacaciones.

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  27. Carolus: los duques de Béjar, como bien sabes, ostentaban el título de Grandes de España y se emparentaban directamente con los duques de Alba. Eran poseedores de gran cantidad de señoríos que se repartían por todo el territorio de Castilla, y no es de extrañar, por tanto, que como sus iguales protegieran a artistas y literatos. LO que muy poca gente sabes es que también eran grandes lapidadores de su fortuna. Durante el reinado de Felipe III estaban endeudados, aunque intentaban como podían mantener su apariencia de grandes potentados.

    Le habíamos echado de menos. Bienvenido a su corte, Majestad.

    Un saludo

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  28. Buenas días. Soy de Belalcázar, de donde era Conde el mencionado Duque. En su majestuoso castillo, hoy en lastimera ruina, se dice que Cervantes leyo al conde por primera vez el Quijote, así como en la cercana ermita de Consolación, tambien en Belalcázar. No hay nada que acredite esto, pero a todos nos encanta mencionarlo y estamos orgullosos de enseñar la dedicatoria siempre que tenemos ocasion, en mi caso al conde de Belalcázar.

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    1. Y en Béjar mucha gente cree a pies juntillas que Cervantes anduvo por las calles de nuestra villa, visitó el Palacio Ducal y la villa renacentista de El Bosque, departiendo amigablemente con el duque de Béjar. Pero nada más lejos de la realidad. El insigne escritor es probable que nunca pusiera un pie aquí y hasta se duda si pudiera haber hablado en alguna ocasión bien con Francisco III, mecenas de artistas, o bien con su hijo Alonso, amigo de juergas y disipaciones. El pobre don Miguel buscaba simplemente refugiarse bajo el paraguas protector de algún linajudo miembro de la nobleza y probó con nuestro duque porque vivía muy cerca de su casa de Valladolid. El problema es que se equivocó... En fin, cosas de la historia.
      Un saludo a nuestros hermanos de Belalcázar

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  29. Hola Carmen, me he encontrado con tu blog (concretamente con este artículo) buscando información sobre el Duque de Bejár y Cervantes, para poder contrastar una noticia (mejor dicho para callar la boca a unos cuantos fanáticos) sobre dos ediciones aparecidas con la dedicatoria de Cervantes al Duque de Béjar (un despropósito de "noticia" que te dejo aquí por si quieres leerlo: http://www.inh.cat/articles/El-Quixot-va-ser-dedicat-al-Comte-de-Barcelona) por lo que, como se ha empezado a compartir por facebook el enlace que te he puesto y la mayoría de catalanes se lo están creyendo, he querido desmentir lo del conde de Barcelona y otras cosas (cosa que ya no viene al tema) y me he encontrado como decía, buscando información para constrastar, con este artículo que me ha encantado, me he hecho seguidor del blog y a medida que pueda iré leyendo algún que otro articulo.

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    1. Hola, Javier. La verdad es que últimamente los pies se están sacando fuera del tiesto en ciertos ámbitos culturales de Cataluña, trampeando por motivos políticos parte de nuestra Historia en pro de las ideas de unos cuantos interesados. A lo que me envías sólo puedo alucinar en colores de la falsedad de y retorcimiento de los autores de este pequeño artículo. ¿El duque de Béjar, conde de Barcelona? Qué importante era nuestro duque para ostentar tan gran título perteneciente, como bien sabemos, a la corona aragonesa.
      Es una pena que los catalanes crean estas fantasiosas noticias. El duque de Béjar jamás llevó sobre sus sienes la corona condal de Barcelona. ¡Ya le hubiera gustado a él! Con dominios salpicados por Castilla tenía suficiente: Gibraléon, Belalcázar, Béjar, Burguillos del Cerro, Puebla de Alcocer, etc. De todo ello hablo un poquito en esta entrada del blog http://ccasconm.blogspot.com.es/2010/12/titulos-que-concentraba-el-duque-de.html.
      Menos mal que todavía hay gente que sabe del ambiente cultural de manipulación que se sufre por allí y no generalizamos ni demonizamos a Cataluña como bien se está haciendo en algunos ámbitos...
      Bienvenido al blog, Javier, y gracias por tu curiosa aportación.
      Un saludo

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  30. Efectivamente los escritores de la época intentaban conseguir el mecenazgo de los poderosos, pero no sólo para conseguir liquidez para imprimir la obra, sino para cubrirse las espaldas frente a los poderosos tribunales de la inquisición.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.