4 de enero de 2012

El caso del tumulto acaecido en la iglesia de El Salvador en la Navidad de 1784

Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid, nº 4.678 (11/11/2011)


    Supongamos que hemos hecho un viaje al pasado y que nos encontramos en el interior de la iglesia de El Salvador un día de Navidad de 1784. ¿Presuponemos que se escuchan voces melódicas, letanías y los acordes de un órgano? Nada más asomar nuestra nariz por el cancel, vemos a un tropel de gentes insultándose, llegando casi a las manos, mientras los clérigos intentan poner paz y el corregidor con sus hombres desaloja el templo a empellones.

    La iglesia de El Salvador asemejábase a un hervidero de gentes congregadas al calor de la elección de un nuevo mayordomo para el año venidero. El personaje votado por sus feligreses debía poseer unas características establecidas por tradición: solvencia económica, comportamiento religioso sin tacha y habilidad para los asuntos contables reconocida, cualidades estas que alejaban del puesto a los humildes parroquianos que pululaban por la Plaza. Ni que decir tiene que el cargo era desempeñado por fabricantes, plateros, hidalgos, eclesiásticos; gentes habituadas a regentar negocios, cargos y dineros, dar órdenes y mirar por encima del hombro a sus semejantes en el Antiguo Régimen.





    Ser mayordomo de una iglesia no llevaba aparejada la santidad, ni mucho menos la honestidad o la honradez, comportamientos estos que se evaporaban al manipularse cantidades monetarias jugosas a lo largo del mandato. Durante un año debían estar al tanto del alquiler de las propiedades pertenecientes a la parroquia (casas y tierras) y el cobro de sus rendimientos (dinero) las más de las veces sin gozar de un listado mínimamente actualizado de cuantías de cada arrendamiento y desconociendo el origen de la cesión por parte de los finados. Los bienes eran legados en vida por personas más o menos próximas en el tiempo y muchas de las escrituras se habían perdido con el paso de los años. Las propiedades se ponían en alquiler para obtener ingresos y hacer frente a los gastos de la parroquia, ya bien fueran ordinarios (ceras, vino y pan para las misas) como extraordinarios (obras y compra de alhajas). Por otro lado, hay que tener en cuenta que la Iglesia otorgaba préstamos en dinero (censos) cuya devolución se debía asegurar con propiedades de los peticionarios, por lo que era frecuente que acabase apropiándose de ellas en caso de impago. De todo ello era preciso que el mayordomo tuviese constancia a lo largo de su mandato, exigiéndosele que llevase un libro de cuentas o libro de fábrica en el que anotase meticulosamente los cargos y las datas, ingresos y gastos. Sin embargo, no era extraño que los datos se falseasen y a la hora de presentar las cuentas floreciesen descubiertos, dineros no declarados o gastos nunca justificados.

    Hacia 1784 la iglesia de El Salvador era considerada como la más hermosa de la villa. De hecho en 1762 se había acabado de dorar el nuevo y valioso retablo encargado previamente a Miguel Martínez de la Quintana, en 1774 se comenzaba el embellecimiento del presbiterio cubriéndole con tallas, yeserías y pinturas y entre 1780-81 se contrataba la traza de las gradas de acceso a la puerta principal a Lesmes Gavilán Sierra, lo cual nos da idea de las cantidades que debían manejar estos personajes. Además El Salvador contaba con 4 cofradías (Ánimas, San José, San Crispín y Nuestra Señora de la Salud), 6 memorias de difuntos, celebraba 6 fiestas a cada cual más espléndida (Corpus, Transfiguración, San Francisco de Paula, Nuestra Señora de la Paz, San Miguel y Nuestra Señora de la Salud) y concentraba 29 capellanías o fundaciones de misas

    El ambiente en la elección se había enrarecido considerablemente en aquella Navidad de 1784. No sabemos el detonante del tumulto que protagonizaron los feligreses de El Salvador, aunque nos lo podemos sospechar: años, décadas, siglos de corruptelas. Obligado por las circunstancias el Obispo de Plasencia confirmó un decreto por el cual la lección de los mayordomos debía seguir una serie de puntos inamovibles a partir de 1785.

     “Hacemos saber a nuestros amados fieles, vezinos y feligreses de las tres parroquias de la Villa de Bexar, haber llegado a nuestra notizia con no pequeño dolor de nuestro corazon el alboroto tumultuoso acaezido en la yglesia del Salvador desta villa. Con motivo de la elezion y nombramiento de mayordomo de su favrica, que se intento hazer en uno de los dias de Navidad antezedente para este año y el venidero, suszitandose una conmozion popular escandalosa sugerida, no por el servizio de Dios y de su yglesia, sino por la ambizion de intereses y fines particulares, llegando la pasion y el desemfreno hasta de perder el respeto al templo santo y a sus ministros, a quienes, como a otros muchos, hubiera acaso insultado en el la plebe conmovida sin la feliz casualidad de hallarse presente el caballero corregidor de esta villa el Lizenciado don Josef Verdes Montenegro que, con su actividad y respeto, contuvo las fatales consecuencias de una multitud alborotada (…)”.



    El corregidor, representante de la justicia ducal en Béjar, hizo una exposición detallada de lo acontecido, enviándola a uña de caballo a Plasencia para que el obispo tomase el remedio correspondiente. Y la solución no fue otra que impedir el acceso libre de los feligreses a su parroquia en el momento de la elección del mayordomo, como si la manipulación de los bienes de todos sólo fuese cosa de unos pocos. Extraño es que hasta entonces se hubiese dejado asistir como meros testigos a los tenderos, mendigos, tintoreros y cardadores, panaderos y mozos de tahona, y acaso a las hilanderas, sirvientas, mujeres de la calle y viudas sin posibles. Probablemente el pueblo opinaba, gritaba, impedía que tal o cual vecino accediese a la mayordomía para acrecentar sus abultadas bolsas.

    La junta que nombraría a partir de entonces al mayordomo la compondrían 8 vocales (elegidos por los curas de la parroquia y mayordomos precedentes), libres de parentesco con las candidaturas presentadas que se reunirían en la parroquia bajo la presidencia del cura rector y un notario. El mayordomo sería elegido de común acuerdo o por sumar un mayor número de votos, siendo posible que, al no existir consenso o empatar, la decisión final se remitiese al obispo.

    La libertad de los bejaranos se vio coartada una vez más en una villa marcada por la movilización social y los conflictos entre los distintos poderes, pues sólo hay que rastrear las trifulcas entre el consistorio y el Cabildo Eclesiástico por la preeminencia (en la procesión del Corpus, en las honras por el alma de Felipe V en 1746, en los asientos de los actos de Semana Santa de 1733), de unos eclesiásticos contra otros, de un regidor contra su compañero de asiento, del pueblo contra el consistorio (véase el caso del tumulto provocado por el caso de los médicos de 1760).


FUENTES DOCUMENTALES Y BIBLIOGRAFÍA:

A. P. de la iglesia de El Salvador de Béjar: Libro de cuentas de la parroquia (1769- 1797), f. 205.
DOMÍNGUEZ BLANCA, R.; CASCÓN MATAS, Mª. C. y GONZÁLEZ HOYA, O.: “Nuevas aportaciones sobre el arte y la arquitectura en Béjar: la iglesia de El Salvador”, 4.418 (17/XI/2006) 4.419 (24/XI/2006) y 4.420 (01/XII/2006).
FERNÁNDEZ DÍAZ, R.: Historia de España. La sociedad del siglo XVIII. Vol. 10 de Historia de España. Ed. Espasa Calpe, 2004.

46 comentarios:

  1. Amiga mía, si me das más información entre las dos montamos un sainete de órdago ¿Te animas? Eso sí, vamos a tardar mucho, muchísimo en poder escribirlo porque conforme leía, no, mejor, conforme seguía tu hilito de oro, iba la historia apareciendo en mi cabeza y ya me estaba frotando las manos ríe que te ríe... ja ,ja... Qué buena podría ser la historia, tú dices quiénes eran los personajes y yo te voy a aplaudiendo, ja ,ja... Bss, amiga...

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  2. Siempre ha sido así. Una cosa es predicar vino y otra dar agua. Las cosas de Dios no se deberían mezclar con los dineros, pero la avaricia de las personas no conoce límite. Hoy podría ser igual, pero afortunadamente algo ha cambiado.
    Me imagino el cuadro:-)
    Bss y feliz año

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  3. Muy interesante Carmen, además no sabía que la iglesia se dedicase a prestar dineros cual banco.

    Que los Magos sean espléndidos contigo, un saludo.

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  4. Madre mía, hay cosas que nunca cambian, y las corruptelas y ambiciones está claro que son tan antiguas como los siglos.
    Pero pensé que en otro tiempo se mostraba más respeto en los templos! Ya era codiciado el puesto, para semejante espectáculo.

    Buenas noches, madame

    Bisous

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  5. Cuando hay abundancia hay corrupción en muchos casos,ahora las iglesias suelen ser deficitarias, con lo cual difícil sería quedarse unas monedas en los bolsillos.
    Un abrazo

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  6. La España profunda y de siempre, arreglando sus conflictos a bofetadas. Buena imagen para el día de Navidad, aunque es comprensible el hartazgo de mucha gente.
    Que los Reyes se porten bien contigo.
    Un saludo.

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  7. Qué poco han cambiado los tiempos. Si la iglesia del Salvador era la mejor y la más rico, los abrazafarolas de turno aspirarían y hasta matarían por obtener dicho cargo que les llenesa más los bolsillos. Y el pueblo, donde únicamente podía decidir, le cortan las alas de nuevo. Y la junta que debe elegir al mayordomo, más de lo mismo: potentados que eligen a un potentado.
    Todo muy actual, Carmen. Gran entrada. Felices Reyes.

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  8. El obispo no se pensó ni un segundo lo que tenía que hacer. Los eclesiásticos siempre inspirados por dios y el pueblo, como siempre, a pagar el pato.

    Que los Reyes Magos te traigan algunas cosas, todas no, que no está el horno para bollos jejeje. Un abrazo.

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  9. La década de 1780 fue muy movida también en Jaén. La palabra "conmoción" aparece también en las actas municipales aunque, en este caso, relacionada con la subida de los precios del trigo. Hubo además un cambio de ciclo económico, para peor, en esa década. Es una estupenda entrada.

    Saludos.

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  10. Que cosa tan interesante.

    Hoy en dìa, se le dice "peaje".

    Un abrazo.

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  11. Vamos que si llega a existir la guardia de asalto en esa época...tiene que ir a desalojar el templo.
    Menudo follón organizaron, si no puede ser allí... donde hay dinero todo el mundo quiere estar.
    Un beso y a ver si este año nos vemos.

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  12. MariCari: daría para un sainete o para una comedia de toda la vida o incluso una zarzuela... Qué imaginación tienes, amiga. En la Historia de Béjar existen tantas narraciones desde este estilo que nos daría para un retablo teatral del Siglo del Oro.
    Besos

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  13. Katy: ha cambiado algo, pero creo que no tanto. Los dineros y el poder, los dineros y la religión siempre andan hermanados... Y si no mira al yerno del rey, que ni siendo tal se cortó un pelo para meter la mano donde no debía...
    Saludos

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  14. Eduardo: feliz día de Reyes también para ti. Espero que hayas sido bueno y te dejen muchos regalos que te gusten.
    Saludos

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  15. Dame Masquée: y esto no es nada, pues se cuenta que en cierta ocasión en que había fallecido un clérigo, los curas comenzaron a pelearse sobre su tumba y hasta llegaron a las manos. Si es que luego decimos de las cosas que pasan ahora, pero debemos echar la vista atrás para saber que siempre somos los mismos.
    Besitos

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  16. Mari-Pi-R: no estaría tan segura... Ahora no me fío en ese sentido ni de mi sombra.
    Besos y Feliz Reyes

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  17. Cayetano: las gentes de entonces tenían ganas hasta de dejar sus casas para ir a la pelea de la iglesia. Bueno, el que tenía un tejado bajo el que cobijarse...
    Espero que te traigan muchas cosas (si has sido bueno, que creo que sí, jejejej).
    Saludos, señor profe

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  18. Paco Hidalgo: me alegro de que te haya gustado. Me encantan las historias relacionadas con las sociedades de Antiguo Régimen. Son tan pintorescas y a la vez tan actuales que no dejan de atraerme y de enseñarme cosas de la vida. En algunos casos, los documentos te las describen tan bien y son tan evocadoras, que no cuesta mucho imaginarse la situación.
    Saludos y Feliz Día de Reyes

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  19. Dissortat: el horno no está para bollos ni para galletas, no. Pero espero que caiga algún que otro libro de feliz lectura.
    Un abrazo

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  20. Retablo: en Béjar también hubo una gran sequía durante varios años encadenados que dio lugar, en un tiempo anterior al que comentamos, al famoso Motín de esquilache, pero ésa es otra historia...
    Un saludo

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  21. Gaucho: peaje, impuestos, recortes, yo qué sé.
    Saludos

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  22. Hiperión: igual de interesante que tus poemas.
    Saludos

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  23. Laura M.: digo yo que nos veremos a lo largo del año. Aunque no te creas, mis amigos me dicen que dónde me meto. Y, de verdad, de verdad de la buena, que no me muevo de esta ciudad.
    Besos

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  24. Muy buen artículo y muy buenas las fotos Carmen. Como iba a consentir el pueblo semejante tropelía, después de años de abusos por parte de esos "mayordomos" que tiraban por otra calle, para apoderarse de los bienes...¿Donde hemos visto casos así..?
    Como siempre, la Historia se repite.
    Un gran abrazo Carmen¡¡

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  25. Si hay dinero por medio y posibilidad de manejar sin rendir cuentas, sucede lo que sucedió entonces y ahora, da igual si los bienes son de la iglesia o pertenecen al pueblo.
    Da que pensar la actualidad de esta entrada o ¿quizás me lo imagino?
    Un saludo.

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  26. No ha cambiado nada.
    Ahora siguen mangoneando los que tienen pasta, solo que bajo el nombre de "Mercados".
    Pero se siguen llevando lo que es suyo y lo que no.
    Jerónimo.

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  27. Francisco Javier: ahora con mentar a políticos y banqueros creo que tenemos suficiente y siempre acaban pagando los mismos.
    Me alegro de que te hayan gustado las fotos.
    Saludos

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  28. Valverde: no, no te lo imaginas. Los hombres no cambiamos tanto a lo largo del tiempo y tropezamos siempre en las mismas piedras. Esta entrada podría ser complementaria a la tuya, ¿no te parece?
    Saludos

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  29. Jerónimo: estás en lo cierto, Jero. ¿Te han traído muchas cosas los Reyes? Seguro que sí, porque eres genial.
    Besos

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  30. ¡Hay el dinero, poderoso caballero!. Recuerdo bien el caso de los médico, que nos contaste en dos o tres capítulos. Aquél también fue un caso de aupa.
    Un abrazo Carmen.

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  31. Decir aquello de: "¡Con la Iglesia hemos topado! es poco
    Un besote cielo

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  32. Pasan los años, pero las coruptelas siguen igual. Chupones hay y hubo, desgraciadamente aquí no aprendemos.

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  33. Hola Carmen:

    Cosas que evolucionan...otras no. Me refiero a esto de las corruptelas y asociados...

    Espero que los reyes se hayan portado bien.

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  34. Desde la terraza: qué buena memoria tienes porque el caso del médico lo colgué hace un tiempo, sí. El mundo no cambia.
    Saludos

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  35. 40ñera: buena manera de ver esta historia.
    Besos

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  36. Agev: y es que los hombres siempre somos los mismos.
    Besazos

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  37. Manuel: se han portado, se han portado. Espero que contigo hayan hecho lo propio.
    Saludos

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  38. Jejejejje... Daría para una película berlanguiana de época. Anda, que en las parroquias de Béjar ha habido cada mayordomo de fábrica...

    Saludos!

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  39. Normal, no suele ser la piedad cristiana la que empuja a la mayordomía :D Me ha gustado mucho, Carmen, la narración y las fotografías. Espero que los reyes hayan sido buenos, que tanto decir que nos portemos bien nosotros y luego ellos...bueno

    Beso, guapa

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  40. Ay, sí: ¡menuda solución la del obispo! Perpetuar las posibilidades de corruptela y alejar al pueblo llano para que ni siquiera moleste con sus protestas. Uf, cuánto me suena esto.
    Saludos, Carmen

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  41. Roberto: y tú lo sabe smejor que nadie. Acuérdate de Antonio de Rojas... ¡vaya pájaro!
    Saludos

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  42. Alma: los Reyes no han estado muy generosos este año. ¿Les habrá afectado a ellos la crisis también? En todo caso me doy por satisfecha.
    Besitos

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  43. Xibeliuss: sí, el mundo no cambia tanto como pensamos. Aquí con tal de cohartar la libertad del personal... ¡Qué vergüenza!
    Saludos

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  44. Muy interesante texto y bonitas imagenes!!! Volveré a leermelo con más calma.
    saludos.

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  45. Anita: aquí lo tienes colgado para cuando quieras.
    Un saludo

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.