Autor: Javier R. Sánchez Martín
Béjar en Madrid, número 4.385, del 31 de marzo de 2006, pág. 9
Imágenes: wikipedia (salvo la primera)
En marzo de 2006, los profesores de la “Asociación
Ciudadanía Europea” realizamos un viaje a Bruselas para conocer algunas de
las instituciones de la Unión Europea. En este viaje, muy bien organizado por
la catedrática de Lengua del I.E.S. Río Cuerpo de Hombre, Concha Pérez
Escanilla, hemos participado profesores de enseñanza primaria, de secundaria, y
también alguno de la universidad, la mayoría destinados en Béjar.
Así, el domingo 26 de febrero,
en medio de una nevada impresionante caída la noche anterior que nos hizo
temer por el viaje, partimos hacia Bruselas. La primera parte la
tuvimos que hacer por Plasencia y Navalmoral de la Mata, ya que por Ávila
hubiéramos tenidos bastantes problemas.
El avión salió de la temida T-4 de Barajas y
llegamos a Bruselas sobre las cinco y media de la tarde, donde nos alojamos en
el céntrico hotel “Le Plaza”.
Como nos quedaba tiempo hasta la hora de
cenar, decidimos dar un paseo por el casco histórico de la ciudad que, además
de la capital de la región de Flandes y, por supuesto, de Bélgica, es la sede
de las principales instituciones de la Unión Europea. Bruselas tiene
alrededor de un millón de habitantes, de los que una parte significativa
procede de otros países. El paseo dio bastante de sí, pues pudimos
acercarnos a algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, como la
catedral, el Palacio Real y sus jardines, el Pasaje del Rey, la Plaza de los
Mártires, la de Luxemburgo y, como no, la Grand Place. Después de tomar algo en el café Kafka, fuimos
a cenar al famoso “Leon de Bruxelles”, donde la base del menú son los tradicionales
mejillones al vapor.
Catedral de Bruselas
Pero si viajamos a Bruselas era
precisamente porque es la sede de las tres instituciones
principales de la UE: la Comisión Europea (Edificio Berlaymont), el Consejo de
la Unión Europea (Secretariado general) y el Parlamento Europeo (aunque las
sesiones plenarias también se realizan en Estrasburgo). También acoge el
edificio del Comité Económico y Social Europeo y del Comité de las Regiones.
Por ello, en la mañana del día 27, un autobús
nos desplazó a uno de los edificios de la UE donde nos habían organizado una
serie de conferencias-coloquio, impartidas por altos funcionarios de la
delegación española. En la primera de ellas, Inmaculada Valencia, de la
Dirección general Educación y Cultura, nos habló de forma amena y distendida de
las razones por las que se formó la Unión Europea, de las distintas etapas por
las que ha ido pasando, de sus distintos órganos que la componen y de sus
funciones, y también de los símbolos que definen esta estructura supranacional.
Aunque todo te suena, la charla resultó útil para ordenar las ideas y
clarificar algunas cosas. La segunda conferencia la impartió
Eugenio Rivière sobre un programa formativo de confección muy reciente, llamado
“e-twinning”, cuyo objetivo es acercar comunidades educativas de enseñanza
primaria o secundaria de diferentes países europeos mediante la realización de
un proyecto común por la vía de Internet. Por último, y ya por la tarde, nos habló uno
de los máximos responsables del programa de intercambio de universitarios
Sócrates-Erasmus, Pedro Martínez Macías, que nos puso de manifiesto la gran importancia
que ha adquirido este programa a nivel europeo, así como los cambios que se
avecinaban, entre ellos, la posibilidad de que el alumno erasmus realice prácticas
en empresa en el país de acogida.
Comisión Europea (Bruselas)
Al terminar esta última charla, un autobús trasladó a la mayor parte del grupo a la Estación Central, donde cogimos un
tren que nos depositó una hora más tarde en Brujas (Brugge), ciudad que
estábamos interesados en conocer. Y no nos defraudó. Nada más abandonar la
estación y comenzar a caminar por las calles de Brujas, tienes que frotarte los ojos para
comprobar que sigues en el presente y no has viajado a través del túnel del
tiempo hacia la Edad Media.
Y es que, según se avanza por el casco urbano,
la impresión es que te trasladas varios siglos atrás en el tiempo; parece como
si, en cualquier momento, fuera a aparecer en una esquina un caballero o dama
medieval o incluso, por qué no, algún capitán de los temibles tercios de Flandes,
resonando los cascos de su caballo al trotar sobre los adoquines de las calles.
Para apreciar la belleza serena de esta pequeña y acogedora ciudad hay caminar
con tranquilidad por sus calles,
observar con detalle sus notables monumentos -muchos de ellos góticos- y los
bien conservados edificios de época, parándose también a admirar sus canales, esas
arterias fluviales que, atravesadas por coquetos puentes, van lamiendo las
paredes de los antiguos edificios hasta perderse en la lejanía.
Canales de Brujas
Brujas fue un importante centro comercial en
el pasado que producía magníficos paños. Imposible no pensar en esos
flamencos que vinieron a Béjar hace más de tres siglos a ayudarnos a
perfeccionar nuestra industria textil local, algunos de los cuales procedían de
esta zona.
Pero el verdadero centro de la ciudad está en
el espacio conformado por la Plaza Mayor, o Markt, y la plaza del Ayuntamiento,
o Burg contigua a la anterior. Cenamos en un establecimiento de la primera
para, enseguida, coger el tren de regreso a Bruselas e ir a descansar al hotel.
En resumen, un día completo y muy agradable.
Grote Markt (Brujas)
El martes, 28 de febrero, visitamos la sede del
Parlamento Europeo (hay otra sede en Estrasburgo). Nos vino a recoger al hotel
Isabel Mateo, funcionaria del P.E. en Madrid. Cuando entramos en el P.E. nos
llevaron a una sala de conferencias donde ¡sorpresa! nos encontramos con una
excursión del I.E.S. Gabriel y Galán de Plasencia, a una de cuyas profesoras
conocía. Aparte de uno de los jefes de prensa del P.E., de nacionalidad
española, nos atendieron varios altos funcionarios, que trabajan en distintas
áreas tales como política exterior, política interior, etc. Fueron muy
interesantes los temas tratados, y varios de los presentes intervinimos activamente
en los coloquios. Luego fuimos a ver el anfiteatro del P.E., que es
impresionante, y donde nos contaron un poco cómo funcionaba la cosa y algunas
de las anécdotas que se generaban como consecuencia de tanta traducción simultánea.
Después de comer allí mismo, tomamos un
autobús hasta el aeropuerto de Bruselas, y dos horas después estábamos nuevamente en
Madrid. Sobre las doce de la noche llegábamos a
Béjar, completando un viaje intenso, pero muy agradable y lleno de sensaciones.
Javier R. Sánchez Martín
Fue un Viaje de trabajo, con un poco de turismo bien aprovechado.
ResponderEliminarConozco Plasencia y Navalmoral, que se ven hermosos paisajes por carretera.
Brujas, por lo que dices, es un poco Venecia y la parte de Cáceres donde esperas cruzarte con un caballero medieval.
Buena Entrada.
manolo
Eso es lo bueno desplazarse por trabajo y aprovechar ver dos bellas ciudades, la foto numero cuatro es preciosa, yo casi la tengo igual.
ResponderEliminarSaludos.
Lo cortés no quita lo valiente. Desplazarse por razones de trabajo y de paso conocer un trocito de Europa. Brujas es una localidad preciosa.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya sabes que aquí, en Brujas, está un museo dedicado exclusivamente a Dalí... Ciudad preciosa, por la que me perdí... no solo por sus calles sino por su chocolate, jaja
ResponderEliminarBuen viaje de placer con la magnífica excusa de conocer las instituciones europeas, lo que me parece magnífico. Eso sí, me sorprendió en el relato la alusión a la "temida T4 de Barajas" que, para mi es, de las que conozco, una de las terminales más sencillas para el viajero; eso sí, reconozco que un pelín larga de recorrer pero bien estructurada y señalizada. Un abrazo y feliz año.
ResponderEliminarEstupendo viaje y gran narración. A mi me encanta Bélgica, he estado varias veces en diferentes ciudades: Bruselas, Brujas, Gante, Lovaina...me encanta su gente, sus paisajes y sus monumentos, tan ligados históricamente a España (no se dejan de ver escudos e inscripciones de reyes de España) y cuando uno se pone a contemplar todo esto, por lo menos a los que somos apasionados de la historia, no puede dejar de imaginarse a la soldadesca española hace 300 años pasando penalidades entre esos fríos, nieves y nieblas...aquí te dejo la entrada que escribí, quizás al recuerdes, a mi vuelta de uno de esos viajes. Un beso y feliz año http://reinadodecarlosii.blogspot.it/2010/08/de-vuelta-de-bruselas-y-brujas.html
ResponderEliminarSon dos ciudades que a mí me encantaron cuando las visité, sobre todo Brujas. Parecía que de repente habías cogido la máquina del tiempo para retroceder a la Edad Media. Poder combinar este viaje de trabajo con el disfrute de las ciudades tuvo que ser todo un regalo. Saludos!
ResponderEliminarUn familiar bastante allegado viajó también a Bruselas y también visitó la ciudad de Brujas, tan solo que creo que fue sobre junio o julio y entonces no había nieve. Cuando regresó nos enseñó las imágenes.
ResponderEliminarEstupendo viaje.
Un abrazo
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Felicidades.
ResponderEliminarNo debe haber nadie que viaje a Brujas y no se enamore de la ciudad, toda ella es una obra de arte. Fuimos hace años en una autocaravana y dormimos junto a un canal. Inolvidable.
Magnifico viaje, disfrutarlo.
ResponderEliminarUn beso.
Bruselas es impactante Me gusta por ser pequeña.
ResponderEliminarUn viaje interesante. Trabajo y ocio se puede. Muchas veces hice viajes de ese estilo
Besos Carmen
Un estupendo viaje que yo también hice pero sin entrar en estas instituciones que comentas que seguro te dejaron buen sabor de boca. Igual este año tengo la posibilidad de repetir viaje con ampliación:-) Buenas fotos y gracias por compartir tu experiencia.
ResponderEliminarBss y feliz año
Que interesante este viaje guiado que emoción saber que en esta bella ciudad ya se conocia la calidad de los paños de Béjar.No cabe duda que tienen un pasado ligado a España.
ResponderEliminarBesos.
Genial manera de contar. Me ha parecido estar reviviendo no lo vivido, haber estado presente en ese viaje que para mí no pasa de imaginativo. ¡Genial!
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué afortunada de haber podido darse una vueltecita por esos lugares que nos describe. Toda Bélgica es una belleza, y para cualquier amante de la historia todo un filón.
ResponderEliminarFeliz año, madame
Bisous
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBrujas posee, junto a Gante, la línea del cielo más impresionante que se pueda ver. Recuerdo haber estado en Brujas cuatro veces y, en la primera, me enamoré de esa neblina, que no es niebla, con microscópicas gotas de agua mientras paseaba por las riberas de los canales y su multitud de puentes. Cada vez que he vuelto a Bélgica, con la suerte de que es pequeñita, la he visitado siempre que he podido. Bruselas, al igual que el resto de ciudades, en función de las estaciones del año es tan bella como delicada. Me has encantado y recordado muchos detalles de estas ciudades, Carmen.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.
Grandes Temas a Tratar y debatir, sobre Todo, el Programa Sócrates - Erasmus.
ResponderEliminarPreciosa Bruselas...Nunca he estado. La Catedral es impresionante y esos Canales de Brujas romáticos y llenos de Luz.
Grote Markt cosmopolita y, encima os encontráis con la Excursión de I.E.S. Gabriel y Galán de Plasencia...¡¡¡Ya no se puede pedir más!!!
A Dama le encanta el coche y conoce a la perfección los sonidos de los nuestros, sobre todo en el que va ella de paseo con nosotros la muy Pilla.
Abrazos y Besos.