15 de febrero de 2016

Sobre un retrato ecuestre del Palacio de Mirabel (Plasencia)



 Autor: Alberto Bravo Martín, Blog Reinado de Carlos II

En una reciente excursión a Plasencia pude finalmente visitar el interior del Palacio de los Marqueses de Mirabel que junto a la catedral constituye el edificio más representativo de la ciudad. El Palacio fortificado fue construido en el siglo XVI por los Duques de Plasencia don Álvaro de Zúñiga y doña Isabel de Pimentel, y constituye un magnífico ejemplo de arquitectura renacentista nobiliar. Actualmente pertenece a la familia Falcó, depositarios del título de Marqueses de Mirabel, siendo la actual titular Alejandra Falcó y Girod por cesión de su padre, el famoso Carlos Falcó, V Marqués de Griñón y XIII de Mirabel. 
 


 En la visita al Palacio de Mirabel destacan, entre otros espacios, el patio renacentista decorado con los blasones de los Zúñiga-Mirabel; el conocido como Salón de Carlos V, dominado por un busto del Emperador, obra de Pompeo Leoni; el Salón de Firmas, decorado con los retratos del Conde de Gondomar y su familia; el amplio mirador, con pintoresco jardín colgante que se asoma a la plaza de San Nicolás, decorado con numerosas esculturas y restos romanos; o el salón de los trofeos de caza del VIII Duque de Arión, con la colección de piezas cobradas en la primera mitad del siglo XX y que incluye además un carruaje de época isabelina.

 Palacio de los marqueses de Mirabel (Plasencia)



Pero volvamos a uno de los espacios anteriormente enumerados: el Salón de Carlos V. Flanqueado el busto marmóreo del césar Carlos se encuentran algunos lienzos de autor anónimo con vistas romanas y además, sobre la pared derecha, uno de mayor tamaño que representa a un personaje ecuestre del que no se da ninguna información. ¿Quién es este misterioso jinete?

 Misterioso personaje

 Parece muy probable que el retratado pertenezca a alguna de las ramas de la familia Zúñiga. Igualmente, si nos fijamos en su indumentaria y larga melena, podemos situarle entre finales del reinado de Felipe IV y primera mitad del de Carlos II, es decir, entre 1650 y 1685. Ateniéndonos a estos hechos se podría identificar a tres Zúñigas con estas características en dicho período histórico: don Manuel Diego López de Zúñiga, X Duque de Béjar (1657-1686), muerto durante el sitio de Buda contra los turcos (1686); el hermano del anterior, don Baltasar de Zúñiga, II Marqués de Valero y I Duque de Arión (1658-1727), que fue virrey de Navarra, Cerdeña y la Nueva España, así como Presidente del Consejo de Indias; y finalmente don Manuel Pimentel y Zúñiga, VI Marqués de Mirabel (1664-1716).

 Salón de Carlos V del palacio



Como podemos comprobar, los tres personajes tenían hacia 1685 entre 20 y 30 años que parece la edad del representado en el lienzo. Gracias a un grabado del X Duque de Béjar sacado a la luz recientemente por Emiliano Zarza (1) en su obra sobre la participación del mismo en el sitio de Buda (1686) podemos descartar a don Manuel Diego debido a su escaso parecido con el retratado en el Salón Carlos V del Palacio de Mirabel, además de ser el Duque de Béjar parecería extraño que no se hubiese hecho retratar con el Toisón de Oro, el más alto honor que entregaba el Rey de España y orden de la que don Manuel Diego era miembro y con la que de hecho aparece retratado en el citado grabado.

 Don Baltasar de Zúñiga, Marqués de Valero y Duque de Arión


Quizás la lógica podría hacernos pensar que el retratado debería ser el VI Marqués de Mirabel al ser un cuadro situado en el palacio que fue su residencia , sin embargo, hay un dato que nos hace inclinarnos por el I Marqués de Valero y es que la mayor parte de obras pictóricas que se alojan en el Palacio provienen de la colección del Duque de Arión, título que emparenta con los de Mirabel y Griñón, y cuyo primer depositario fue el Marqués de Valero por concesión de Felipe V en 1725. Tendría pues mucha lógica que la familia poseyese un cuadro del fundador de esa rama, además la banda de general indica algún rol militar como los que pudo desempeñar Valero en sus años de juventud.


Si nos fijamos bien en el retrato es obvio que nos encontramos ante un lienzo de gran calidad que, si quizás no fuera realizado por alguno de los grandes pintores de la Corte, sí podría pertenecer a su taller o alguien de su entorno. Esto nos podría hacer pensar que el retratado tenía un cierto acceso a los círculos cortesanos del momento, como de hecho así tenía don Baltasar de Zúñiga gracias principalmente al prestigio de su hermano.


Por desgracia, sin fechas precisas, autor u otro tipo de referencia tendremos que esperar algún tipo de documento para poder identificar 100% al protagonista del cuadro, pero un paso queda dado.



Notas:

(    1) “La participación del X Duque de Béjar, D.Manuel de Zúñiga, en el sitio de Buda (1686).”, obra de Emiliano Zarza Sánchez. CEB, 2014.


20 comentarios:

  1. No lo se, no entiendo mucho de estas cosas pero, en mi ignorancia, me parece raro que un retrato como ese no figure inventariado en algún registro, testamento, etc. de las familias implicadas.
    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  2. Has logrado despertar el interés sobre la autoría del cuadro y sobre quién es el retratado. Me pasa como a Miguel, me parece extraño que no figure inventariado.
    Un beso Carmen

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué maravilla, Carmen! Tengo la sensación, en este momento, de haber estado haciendo contigo esa visita palaciega, atento a cada una de tus explicaciones: gracias por ellas y por las numerosas imágenes que de tanta ayuda me han resultado.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El mérito es de Alberto Bravo, no mío. Tengo pendiente una visita a Plasencia, ciudad cercana, pero en la que no me dejo caer desde hace tiempo.
      Un saludo

      Eliminar
  4. Muy interesante esta entrada y muy hermoso el palacio. Respecto de la pintura, independientemente de la gran importancia que sin duda tiene, me llama la atención la desproporción entre caballo y jinete, o bien el primero era muy grande, o bien el segundo muy pequeño. Seguramente es cosa del pintor...

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es posible que la desproporción entre jinete y montura se deba a un recurso pictórico para resaltar al retratado si se colocaba el lienzo en una posición elevada, con el espectador en una posición baja. De esta forma, ambos adquirían uans proporciones justas. O quizá el artista no era demasiado hábil a la hora de plasmar caballos.
      Un saludo

      Eliminar
    2. Pues quizás tengas razón y se trate de un efecto del pintor.

      Salud.

      Eliminar
  5. Ya el palacio exteriormente es muy bonito y con la otra toma completa que vale la pena visitarlo, siempre un gran interés tuyo en saber a quién pertenece cada obra, seguro que lo consigues.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Hola Carmen:

    Interesante artículo. A mi me llama la atención la pintura en si. Es interesante, pero algo no me cuadra...No logro saber qué es.

    En todo caso conocer la identidad del caballero es un reto bastante interesante.

    Beso

    ResponderEliminar
  7. De regreso de algún viaje al Sur, he pasado varias veces por Plasencia, pero nunca me he adentrado en la ciudad.
    Después de leer tu entrada, me encantaría visitar ese palacio, admirar de cerca las obras pictóricas que guarda y ya de estar allí, no dejar de ver la Catedral. Lo recordaré para otra vez.
    Cariños y buena semana.
    kasioles

    ResponderEliminar
  8. Pasé por este palacio cuando estuve por Plasencia pero no llegué a entrar en su interior.

    Besos

    ResponderEliminar
  9. Muy buen artículo, felicitaciones. Desde Chile, Jorge Zúñiga Rodríguez.

    ResponderEliminar
  10. HOla Carmen me acerco por aquí porque tu te hiciste seguidora de mi blog, por eso quiero darte las gracias y visto lo visto yo decido hacerme seguidora del tuyo, y en concreto esta entrada me parece muy interesante, el palacio es precioso, yo estuve hace años y no me percaté de todo esto que nos cuentas, por eso quiero felicitarte por proporcionar toda esta información que ayuda a saber más cosas sobre nuestra historia.
    Un saludo y volveré en otra ocasión.
    Puri

    ResponderEliminar
  11. Si que parece extraño que un cuadro de un personaje ilustre no solo no se sepa quien es el autor, que incluso se desconozca el personaje en cuestión.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  12. Carmen, leyendo la entrada se aprecia el buen equipaje documental preciso para autentificar y datar cualquier representación artística. De los símbolos a la vestimenta, de los cabellos a la factura del lienzo. Pinceladas, fondo, entorno, contraste de los rostros, calidad de las telas representadas.
    Una investigación apasionante que, supongo, aún con toda su minuciosidad no será fácil concluir con éxito.

    ResponderEliminar
  13. Supongo que el enigma aún habrá de proporcionar a Alberto más momentos apasionantes, una investigación que espero seguirá compartiendo con nosotros.

    Feliz fin de semana.

    Bisous

    ResponderEliminar
  14. Mira que he pasado veces por delante de la entrada del citado palacio (a la izquierda, subiendo un poco, está el Parador de turismo) y nunca se me ocurrió visitar el famoso cuadro, motivo de esta entrada.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  15. Está claro que sacas petroleo de pozos nuevos. Me encanta el Palacio, no lo conocía. Bss y buen finde

    ResponderEliminar
  16. Bueno, al margen de la incógnita, de lo que nadie nos puede privar es de su contemplación.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  17. No he visitado nunca Plasencia, pero me encantaría ver ese palacio y naturalmente el cuadro. Una magnifica entrada Carmen.

    Un beso y feliz fin de semana.

    ResponderEliminar

"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.