8 de febrero de 2018

Visión del siglo XVIII de Béjar y otros lugares cercanos



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Por encargo de Pedro Rodríguez, conde de Campomanes y ministro de Hacienda de Carlos III, el historiador y pintor Antonio Ponz Piquer recibió el encargo de inspeccionar los bienes artísticos de la Compañía de Jesús recién expulsada (1), experiencia que vertió en su Viage (sic) de España o Cartas en que se da Noticia de las Cosas más Apreciables y Dignas que hay en Ella, publicado en dieciocho volúmenes entre 1767 y1794. 


 


Antonio Ponz, autorretrato en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid



      En el volumen octavo, y viniendo Ponz de Hervás y Baños de Montemayor, localidad esta última que anota como jurisdicción del duque de Béjar, pasa por Puerto de Béjar y Cantagallo dedicándoles algunas líneas y describiendo el camino con mucho recreo de la vista por entre arroyuelos, castañares y otros diferentes árbolescopioso de aguas y regaladas frutas, pero de una penosísima subida, no tanto por su rapidez como por el indigno piso que tiene hasta llegar a lo alto.   




 
 

Puerto de Béjar (web http://www.i-bejar.com/) y Cantagallo


       Dice enseguida que la villa de Béjar está puesta sobre una alta loma entre las sierras, que llaman también de Béjar, incomparablemente más elevadas, y son en la que tiene fin, por el lado opuesto, el valle de Plasencia, unidas al puerto de Tornavacas. La subida a la villa es rápida y penosa. La mayor parte está cercada de un río, que llaman Cuerpo de Hombre, y nace en un paraje de la serranía llamado Navanuño. Consta Béjar de mil vecinos, aplicados la mayor parte al arte de la lana. Tejen paños de todas suertes, con que hacen un comercio considerable en las dos Castillas, Extremadura y Andalucía, y aun en Cádiz para embarcarlos. Es igual su aplicación al cultivo de las tierras, que es de los mejores que hay en España, porque siendo la mayor parte breñas y derrumbaderos, aprovechan aquellos cortos espacios formando bancales, unos sobre otros con paredes que los mantienen, lo que es gusto de ver y puede asegurarse que no ceden en este ingenioso aprovechamiento a los catalanes y florentinos.



         El palacio del duque está situado en el castillo, que es el paraje más alto de la villa. Hay junto a él una casa, o colegio de niñas, mantenidas y educadas a expensas de dicho señor. Dos lienzos del patio del palacio tienen galería alta y baja, con columnas de orden dórico en el primer cuerpo y del compuesto en el segundo. En medio de una fachada hay una fuente entre dos columnas corintias, y otros adornos. En las piezas de la habitación, que es muy espaciosa, se ven varias pinturas así en cuadros como en las paredes, y representan asuntos de batallas y otros diferentes. Las hizo un italiano llamado Ventura Lirios (acaso sería Ligli), que dicen trajo uno de los duques difuntos... Vi un cuadro de una santa en gloria, obra muy bella de Carreño.


 


Vista de Béjar de Ventura Lirios, 1726, ahora en Sevilla. Elcorreodebejar.com 


         En la armería de este palacio se guardan más de cincuenta armaduras enteras, entre ellas las hay de muy curiosas labores, y es particular una de las que dicen usaban los incas, o por ventura los emperadores de México (bien que otros dicen ser maniobras de la China), muy parecida a otra que hay en esa armería real, pero mejor conservada. Vi también en una arca porción de flechas, espadas, alfanjes y otras armas curiosas y extrañas. De cualquier parte de este palacio por donde uno se asome, presentan un aspecto hermoso los alrededores de la villa por los grandes castañares, huertas de frutales y viñas puestas entre aquellos riscos. Béjar sería muy fuerte en lo antiguo, pero se van cayendo sus murallas. Tiene tres parroquias y tres conventos, dos de monjas y uno de frailes.




Claustro del antiguo convento de San Francisco



            A menos de un cuarto de legua de la villa tiene el duque una deliciosa casa de campo, que llaman El Bosque, y por aquel lado, que es hacia oriente, camino de Ávila y Madrid, están los lugares de Val de S. Gil, Palomar Bajo, Palomar Alto, Navacarros, Casas del Fraile, Hoya, Vallesera, Neila y Medinilla, todos en la distancia de tres leguas hacia Piedrahita.





El Bosque



          A una legua de Béjar, más al mediodía, está entre aquellas sierras el lugar de Candelario, famoso por los chorizos que en él se hacen, tan estimados en la Corte como lo son los perniles, que de allí llevan a Madrid y a otras partes. Toda Extremadura logra esta ventaja sobre las demás tierras de España, particularmente las serranías, donde el ganado de cerda es más copioso y su carne de superior sabor… Tuve mucho gusto de ver en las cercanías de la villa diferentes muchachas guardando sus ganadillos, ocupadas al mismo tiempo en hilar o en hacer otras labores.    




Preparando los chorizos en Candelario. http://www.nosabiasque.net/



        En Candelario se ataban los perros con longaniza, de donde proviene el decir, y el tapiz titulado El choricero, que se exhibe en el Museo del Prado, representa al lugareño Tío Rico, que con sus productos aplacó el hambre de Carlos IV cuando el monarca se encontraba de caza por la región.      




El Choricero de Francisco y Ramón Bayeu, 1780,
Museo del Prado
 

           El titular del ducado de Béjar en los días de la visita de Pons, era el decimosegundo de su apellido y linaje, Joaquín de Zúñiga y Castro, que residía en Madrid y eventualmente en París, pero se preocupaba del fomento y desarrollo de la producción de paños finos de calidad alta y de tintes, haciendo observar las ordenanzas e instrucciones dadas (por su padre) para las fábricas y tintes (2) de Béjar. En cuanto a Antonio Ponz, nombrado luego académico de la Historia, secretario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y miembro de la Real Sociedad Bascongada y de la Económica de Madrid, se le considera hoy el promotor de concienciar a las élites de la necesidad de dar a conocer y proteger el patrimonio artístico nacional (3)

 ----------------


(1) Frank, Ana Isabel: El Viage de España de Antonio Ponz. 1997

(2) Documento en Archivos Españoles en Red

(3) Géal, Pierre: Ficha Biográfica de Antonio Ponz. Fundación de Amigos del Museo del Prado 

      

11 comentarios:

  1. Buen paseo se dió Don Antonio por estas tierras serranas, y como bien relata penosas por sus subidas, que no faltan en ninguna de ellas.
    Gran crónica Jorge.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. No sé que es subir por la ciudad de Béjar, pero sí lo que supone llegar hasta lo alto del pueblo en Candelario.

    Besos

    ResponderEliminar
  3. Ameno relato de viajes el que hace don Antonio Ponz y en el que me ha llamado la atención la frase "Béjar sería muy fuerte en lo antiguo, pero se van cayendo sus murallas", pues me ha hecho ver que los males de Béjar no son recientes, sino que los arrastramos desde hace siglos.
    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  4. Hola Carmen:
    Imagina a Don Antonio, ahora. Lo que vieron sus ojos y como lo compararía.
    Estoy en un grupo que recaba fotos e imágenes antiguas de mi pueblo, Casarrubios. Me gusta ver los cambios, sin etiquetarlos de buenos o malos, del pueblo.

    Besos

    ResponderEliminar
  5. La estampa de esas gentes corrientes haciendo chorizos me retrotrae a otros tiempos familiares para mí, donde se elaboraban diversos productos caseros y artesanos a partir de la matanza del cerdo. Toda una fiesta para la familia que podía permitirse ese lujo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Que bien narró todo lo que vio y anduvo por estas tierras tan estimadas de Béjar.
    Bonita descripción.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Un recorrido muy ameno a pesar de la penosísima subida. Encontrarse los ricos chorizos y jamones de la zona era para subir esas cuestas y más.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Espero que lo que conoció Don Antonio no sea muy diferente a lo que podemos ver hoy día en esa zona y el resto que conoció.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Dieciocho volúmenes escritos en 27 años de trabajo. Así se entiende que enumerase con toda propiedad desde el choricero, al tejido y comercio de lanas. Eso sí que es un catálogo.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Béjar tendrá sus caminos con fuertes pendientes pero, Candelario, donde he estado hace años probando ese rico chorizo que mencionas, no se queda atrás, hoy creo que ya las subiría con dificultad, siempre digo que tengo que salir a andar para estar en forma para cuando viaje y, por una u otra razón, aquí me quedo, quizás me guste más venir a tu espacio, admirar las bonitas fotos que acompañan a tu entrada y dejarte mis cariños en un fuerte abrazo.
    kasioles

    ResponderEliminar
  11. Gracias a cronistas como D. Antonio, hoy podemos conocer fielmente como se vivía en este país, en otra época. La narración es una maravilla.
    Un fuerte abrazo, Carmen.

    ResponderEliminar

"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.