Mostrando entradas con la etiqueta Barcelona. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Barcelona. Mostrar todas las entradas

25 de marzo de 2023

Dos ejemplos de la azulejería de Juan Ruiz de Luna en Béjar (1863-1945) (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.903 (14/IX/2022), p. 11.


          Si en octubre de 2021 me topé por vez primera con una obra del artista cerámico de Talavera de la Reina Juan Ruiz de Luna (recordemos, una fuente en la residencia teatina del Castañar) en Béjar, en marzo de 2022 volvía a cruzarse en mi camino de la mano de Maika Martín Peña y el bello edificio de Mateo Iglesias en la calle Mayor, cuya característica fachada ha sido restaurada hace unos años. 

Firma de Ruiz de Luna en uno de los azulejos que decoran la fachada de Sánchez Ocaña

 

            La construcción, debida a la mano del arquitecto Benito Guitart Trulls[1], luce en su fachada unos bellos paneles de azulejos con motivos platerescos azules sobre blancos. Inspirados en los relieves de los edificios salmantinos y no portugueses, como bien se ha barajado en los últimos tiempos, son charros en cuanto a la recuperación de elementos decorativos renacentistas y talaveranos por el taller de procedencia. La idea primigenia de colocación podemos explicarla, bien a la voluntad de Guitart, ejemplo de artista total que encarnaban los modernistas con el ejemplo de arquitectos como Domenech i Montaner o Puig i Cadafalch –eran capaces de diseñar mobiliario, azulejería, ferretería y otros elementos constructivos y decorativos, o bien de planear todos estos elementos en su conjunto-, bien al mecenas del edificio, el comerciante Mateo Iglesias, quien no dudaría en encargar al más afamado ceramista de Talavera la decoración de su casa bajo el proyecto del arquitecto barcelonés. Si la fuente del Castañar fue un regalo realizado a la residencia teatina por un industrial, los paneles cerámicos del edificio de la calle Mayor de Sánchez Ocaña procederían de la adquisición directa de su promotor o por la relación que existía entre los intelectuales y artistas del momento, véase un Guitart que entonces estaba trabajando en la Ciudad Lineal de Madrid[2] con Ruiz de Luna

12 de mayo de 2019

Uso, consumo y arquitectura de la nieve en torno al jardín (2ª Parte)

Autor: Juan Antonio Frías Corsino
Publicado: Actas de las IV Jornadas “El Bosque de Béjar y las Villas de Recreo en el Renacimiento. Béjar 2002. Grupo Cultural San Gil. Salamanca, 2003. ISBN 84-923043-3-2. 


   La compleja infraestructura comercial para dar abastecimiento de nieve a los núcleos urbanos durante todo el año, especialmente en los meses calurosos, y el carácter adquirido de producto de uso cotidiano según el pensamiento de la época, originó una serie de estructuras muy organizadas en las que un elevado número de personas participaban en el entramado. Sobresaliendo las agrupaciones de trabajo comunitario, y las más organizadas sociedades mercantiles como en Barcelona en el s. XVIII la Compañía de la Neu de San Celoni o en Madrid más tardía la Sociedad Anónima de Neveras del Guadarrama, y en Francia la Compañía General de Glaciares de París, y la Sociedad General de Glaciares de los Alpes. 

        El transporte se realizaba con caballerías, aislando la nieve con paja, cueros e incluso textiles de gran batán, apareciendo también la figura del porteador de nieve. En tierras bejaranas el oficio de nevero lo ejercían un buen numero de moradores, recogemos como ejemplo documental que en 1632, en la relación de las penas que se aplicaron a quienes desviaron el agua de “El Bosque” aparece entre otros infractores Pedro Martín Fraile, de oficio nevero [1]. 

 Nevateros

         El potenciamiento del consumo obligó en algunos casos a localizar y transportar la nieve desde puntos muy distantes entre sí, hasta el caso de fletar embarcaciones desde Barcelona a Mallorca, de Alicante a Argel y Orán. Incluso de Mataró a Cádiz. Se establecieron rutas marítimas desde Noruega a América del Sur, Alejandría y Túnez. Se hizo necesaria la expansión constructiva de la red de pozos de nieve por toda la geografía para dar solución a los problemas de abastecimiento y gran consumo. Aparecen así las neveras o pozos de montaña, aprovisionamientos de gran capacidad ubicados en montañas de elevada altitud, relativamente cercanas a los núcleos urbanos. La red de distribución se complementa con las neveras urbanas para el abastecimiento local y comarcal. También surgen las neverías o nevaterías como puntos de recepción para pequeño almacenamiento y despacho comercial.

3 de abril de 2017

Virreyes de Cataluña del linaje de los duques de Béjar



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Con los nombres alternativos de visrei, virrei, lloctinent y capità general de Catalunya, quienes ostentaron este título representaron al rey de Aragón y luego a los monarcas españoles desde fines del siglo XIII hasta comienzos del XVIII. Estos funcionarios residían en el Palau del Virrei (más tarde Palau Reial) situado en la Ciutat Vella de Barcelona, que se incendió en 1876.  




Incendio del Palacio Real de Barcelona, óleo de Manuel Cuyàs Agulló (wikipedia)



Antonio de Zúñiga y Guzmán, nieto del I duque de Béjar Álvaro de Zúñiga y hermano del II del mismo nombre que el abuelo de ambos, fue prior de la Orden de San Juan de Jerusalén en Castilla, general del ejército imperial en la Guerra de las Comunidades, y capitán general y virrey de Cataluña entre 1523 y 1525. En el Patio de Honor de la Capitanía General de Barcelona (Paseo de Colón 14) hay un recordatorio de su gobierno.




Conjunto de azulejos con el nombre y el escudo familiar de Antonio de Zúñiga en Barcelona


17 de mayo de 2015

Benito Guitart Trulls, un arquitecto catalán en el Béjar de hace cien años (1ª Parte)


Autores: Javier R. Sánchez Martín y Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar,  2012, pp. 55-60.

Introducción

       Benito Guitart i Trulls nació en Barcelona el 12 de agosto de 1866. Allí estudió su carrera en la Escuela Superior de Arquitectura, donde se tituló en 1890[1]. Llegó a Béjar en 1893, permaneciendo aquí hasta 1895 y desarrollando una fructífera labor como arquitecto municipal

Benito Guitart Trulls en una fotografía


         Cuando llevaba sólo unos meses de estancia en Béjar se desplazó a Barcelona para contraer matrimonio con Mª Dolores Sivilla, también barcelonesa. Un hermano de su esposa, Félix Sivilla i Prats, dirigía la empresa “Sivilla y Cía”, con sede en Madrid y dedicada principalmente a actividades de fundición y mecanización, con la que enseguida empezaría a colaborar Guitart. En ella coincidirá con Miguel Munar i Cona, ingeniero industrial de origen mallorquín. En 1896 la sociedad se disuelve, constituyéndose una nueva en la que Sivilla ejerce como socio comanditario, y Guitart y Munar como socios gerentes[2]. Esta asociación será el origen de la próspera “Munar y Guitart”, que pudo constituirse a finales del siglo, fecha en la que Guitart ya residía en Madrid.

26 de diciembre de 2013

Fuera de Béjar: Una reseña hecha desde mi admiración. “El tacto y la caricia. Subirachs” de Ana Mª Ferrin





Autora: Carmen Cascón Matas

          Desde hace un par de años me encuentro entre los seguidores del blog Gaudí y más y no es por casualidad. En 2010 encaminé mis pasos por vez primera a la ciudad de Barcelona y puedo confesar que me embrujó en un sentimiento que sólo había sentido por Córdoba. Durante meses, y a pesar de mi regreso físico a tierras bejaranas, me asaltaban las imágenes de sus calles y plazas, de sus edificios y parques, de todo aquello que había conocido en el breve plazo de unos días, un suspiro. El sentimiento de insatisfacción por lo que me rodeaba, comparado con la ciudad catalana, no me lo pude quitar de encima hasta muchos meses después, durante los cuales no hacía más que leer novelas y libros que me llevaran a conocer su historia y vivencias. 




            A Gaudí lo admiraba desde antiguo, pues hacía unos años que había podido disfrutar del Palacio Episcopal de Astorga, de la Casa Botines de León y de El Capricho de Comillas, nada comparable a lo que me esperaba en Barcelona. Y me sucedió lo propio: comencé a buscar libros sobre su arquitectura y su vida en Salamanca, y en internet absorbía como una esponja webs y blogs sobre cualquier aspecto relacionado con su figura. En alguna de esas indagaciones, me topé con el blog de Ana Mª Ferrín. En comparación con otros espacios de rigurosidad dudosa, la web dedicada a Gaudí y a otros aspectos del arte en general me pareció un remanso en el que se podía nadar sin temor a falsas interpretaciones. Lo seguí durante un tiempo sin atreverme a comentar sus entradas porque me parecía aventurado opinar sin conocimiento ante una experta sobre el tema que llevaba bajo el brazo varios libros temáticos sobre el arquitecto catalán de gran calado, como Gaudí. De piedra y fuego, Gaudí. La huella del genio o Regreso a Gaudí ‘s place, entre otros. Un día, sin embargo, me atreví a dejarle un breve comentario y se estableció entre nosotras una relación de intercambio de ideas, tanto a través del blog como por correo electrónico, que han dado como fruto un encuentro particular en Barcelona durante mi última visita. 

12 de enero de 2011

Béjar y la Exposición Universal de Barcelona de 1888



Autora: Mª Carmen Cascón Matas
Publicado:  Béjar en Madrid, nº 4.510, 23/07/2010.


      La Exposición Universal de Barcelona de 1888 se inauguró el 9 de abril y se clausuró el 9 de diciembre de ese mismo año. En plena industrialización toda ciudad que se considerase moderna y avanzada organizaba una exposición universal para mostrar al mundo lo más representativo de su producción industrial, artesanal y artística. A Barcelona, la cabeza de la industria española, sólo le faltaba un empujón para darse a conocer en el extranjero.

Durante todo el siglo XIX, la ciudad catalana había vivido huelgas, guerras y revoluciones. Los movimientos obreros estaban en plena efervescencia y el anarquismo sembraba el terror mediante bombas y atentados de toda clase. Sin embargo, Barcelona progresaba en todos los campos, sobre todo en el comercial e industrial. Los políticos y la burguesía en general se mostraban con fuerzas para mostrar al mundo las excelencias de su ciudad, intentando despegar del centralismo madrileño, con el que mantenían una pugna secular de carácter económico, lingüístico y político.

Foto de la Exposición de Barcelona de 1888
Extraída de la página Fotos de Barcelona