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8 de marzo de 2024

Zúñiga – Pimentel. La desaparición de un panteón (2ª Parte y final)

 Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero

Publicado en su blog Los Abdones

Todo son especulaciones sobre el sepulcro de los primeros duques de Béjar y nadie ofrece pruebas documentadas de que lo que afirman sea cierto. Como ocurre en muchas poblaciones, hay cronistas que, con su mejor voluntad y cuando no encuentran explicación a sus investigaciones, escriben su crónica diciendo «es posible», «se supone» o «pudiera ser» y lanzan su hipótesis que luego perdura por los tiempos, porque algunos cronistas que vienen detrás lo dan por cierto y no andan molestándose en confirmarlo.

Pero hay dos publicaciones muy claras de dos personas, testigos directos de lo sucedido en este caso.

La primera es de fray Alonso Fernández que en su Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia dice que cien años después de la muerte de los duques, con motivo de una remodelación, levantaron los sepulcros y solo encontraron el de su hijo don Juan de Zúñiga y que él fue testigo de ello. La siguiente es la crónica sobre el administrador de los duques y posteriormente albacea de sus testamentos, el deán don Diego de Jerez, que estuvo con ellos en vida y administró sus bienes después de su muerte. Esta crónica está magníficamente escrita por el investigador Domingo Sánchez Loro.

 Interior del Parador de Plasencia, en el convento de San Vicente Ferrer

Estos dos testigos directos aseguran que duque y duquesa fueron enterrados en la capilla mayor de la Catedral de Plasencia (la antigua). Como los Reyes Católicos en 1488 despojaron a don Álvaro II de Zúñiga, nieto y heredero del fallecido duque de Plasencia, de la ciudad y su tierra, y la incorporan a la corona real, terminan con la presencia en Plasencia de los Zúñiga que la habían gobernado durante los últimos 46 años y con su influencia. La situación se agrava además por las pendencias entre los pretendientes al Ducado que se desentienden de los enterramientos, del traslado de los restos a San Vicente Ferrer y, sobre todo, de las costas de estas tareas y los responsos necesarios para ellas. (Domingo Sánchez Loro. El parecer de un Deán).

1 de marzo de 2024

Zúñiga-Pimentel. La desaparición de un panteón (1ª Parte)

Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero.

Publicado en su blog Los Abdones (26/12/2023).

Hace unos meses recibí la llamada de un familiar que sabía mi interés por el apellido Zúñiga y me preguntaba que dónde estaba enterrada Leonor de Pimentel y Zúñiga. Los que nos hemos preocupado por saber algo de esta familia sabemos que fue la segunda esposa de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, duque de Plasencia y primer duque de Béjar, entre otros muchos títulos, además de ser sobrina carnal suya, ya que era hija de su hermana Elvira.


Los investigadores piensan que la donante es Leonor de Pimentel.

 

 

Estos son los escudos nobiliarios de la familia Zúñiga y Pimente

 

La cuestión es que, a pesar de que  llevaron una vida típica de la nobleza de la época, plagada de apropiaciones dudosas, traiciones a reyes, nobles y Órdenes Militares y posterior reconciliación interesada, hacían profesión de muy religiosos y obedientes a la Iglesia, cuidando mucho de que ésta estuviera siempre a su favor. Es por ello que  dejan dispuesto en sus testamentos que los entierren en la capilla mayor, en el lado del evangelio, del convento de San Vicente Ferrer de Plasencia, que ellos estaban fundando junto a su casa palacio y que ahora es conocido como convento de Santo Domingo. Pero que hasta que estuviera terminado el monasterio fueran enterrados en la capilla mayor de la catedral de Plasencia (la antigua). En su carta del 22 de agosto de 1484, la duquesa de Plasencia manifiesta su deseo de ser sepultada, al igual que su marido, en la capilla mayor de la iglesia catedral mientras se termina la de San Vicente. Falleció el año 1486.

2 de febrero de 2024

Los padres del primer director de la Real Academia de la Lengua se casaron en Béjar por palabras de presente (1644)

Autor: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.913 (3/03/2023), p. 4.

            Juan Manuel Fernández de Pacheco y Zúñiga[1]. Así se llamaba el primo por sangre del X duque de Béjar, el Buen Duque Manuel de Zúñiga. No había nacido en Béjar, sin embargo, sino en la localidad navarra de Marcilla en 1650, hijo de Diego López Pacheco, virrey de Nueva España y electo de Navarra, y de Juana María de Zúñiga, hija del VII duque de Béjar, Francisco IV, y hermana de los duques de Béjar Alonso II y Juan Manuel I. Era nieto y sobrino de tres duques de Béjar y primo hermano de un cuarto. Cuando solo tenía dos años falleció su madre y un año después su padre, heredando así los títulos de marqués de Villena y duque de Escalona. Fue su tutor su tío y obispo de Cuenca Juan Francisco Pacheco, quien le inculcó el amor por las letras y los libros. Con 24 años casó con Josefa de Benavides Silva y Manrique y tuvieron tres hijos.

 

 Diego López Pacheco, VII marqués de Villena, casado en Béjar por 

palabras de presente  con Juana María de Zúñiga


            Su relación con sus primos los Béjar debía de ser estrecha, pues como ellos se significó como venturero en la toma de Buda (Hungría) en 1686[2]. La autorización del rey para partir como jóvenes defensores de la fe se obtuvo gracias a Pacheco, sin el cual probablemente no hubieran podido marchar hacia tierras húngaras[3]. El marqués luchó en los mismos lugares que el Buen Duque, compartieron quizá la misma tienda y estuvo presente en aquel asalto al muro defensivo en el que Zúñiga recibió el mosquetazo mortal[4]. De hecho, Pacheco ordenó que retiraran el cuerpo de su primo, herido de muerte, en el mismo escenario bélico y que fuera atendido en el campamento. Sin esta decisión el duque de Béjar hubiera fallecido entre decenas de muertos y malheridos, y quién sabe si su cadáver hubiera sido hallado después de la batalla. Asimismo estuvo presente en su lecho de muerte[5]. Por su valor, Carlos II compensó a Pacheco con la investidura como caballero del Toisón de Oro y el nombramiento de general de Caballería de Cataluña, al que le seguirían los virreinatos de Navarra, Aragón y Cataluña.

19 de enero de 2024

Música salmantina en los funerales por la marquesa de Loriana (Béjar, 1653)

Esta semana saltaba en los medios de comunicación de la provincia de Salamanca la noticia  de que nueve utensilios musicales de la catedral salmantina, datados entre los siglos XVI y XVII, habían sido restaurados por el Instituto de Patrimonio Cultural de España. Se trataba de "dos chirimías con sus fundas, una trompa marina, un arpa, dos estuches de cornetas y otro que podía albergar hasta diez flautas". Tal es su importancia que es una de las colecciones más completas de instrumentos renacentistas y barrocos de Europa. 

https://www.lagacetadesalamanca.es/salamanca/sonaba-banda-sonora-catedral-siglo-xvi-20240117131237-nt.html

Por eso traemos hoy esta entrada sobre una ceremonia religiosa celebrada en la iglesia de Santa María la Mayor de Béjar en 1653 en la que participó la capilla musical de la catedral de Salamanca. El peticionario de tal lujo no fue otro que el VIII duque de Béjar y aquí se trasladaron con sus arpas, bajones y bajoncillos. Quiero imaginar que alguno de los instrumentos hoy restaurados hubiera podido sonar en Béjar en aquella ocasión. 

 Si quieres saber cómo sonaban

https://youtu.be/TmSyTUjiv98?si=8nMr6G_ZHmY8m9mU


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Autora: Carmen Cascón Matas 

Publicado: Béjar en Madrid, 2022.

Un día lóbrego a la vez que alegre para el marqués de Loriana, don Diego de Zúñiga Sotomayor Hurtado de Mendoza[1], aquel de 1653. No hay nada más complejo que el alma humana, pues es sorprendente que dolor y pena puedan sentirse a la par que alegría. Así debió de sentirse cuando le informaron de que su mujer, la V marquesa de Loriana y condesa de la Puebla de Ovando por derecho, había fallecido de resultas del parto de su tercer hijo, Francisco Melchor de Zúñiga y Guzmán de Ulloa, futuro VI marqués de Loriana. Es posible que en su matrimonio no existiera el amor, como era usual en aquellos casamientos por intereses nobiliarios, pero qué duda cabe que ambos habían compartido nueve años de vida en común. Don Diego quedaba viudo con treinta años. 

 

Fotografía de La Gaceta de Salamanca

            Ostentaba por entonces la corona ducal Alonso II, VIII duque de Béjar, quien había obligado a su hermano don Diego a casarse por motivos políticos tras haberle destinado su padre, el duque don Francisco, en un principio a la Iglesia. No en vano la futura novia era prima del todopoderoso valido de Felipe IV don Gaspar de Zúñiga y Guzmán, conde-duque de Olivares, y, de paso, pariente lejano de la rama bejarana. Cual juguete del destino, al novio se le había sacado del enclaustramiento clerical y se le había colocado en el tablero de los casamientos. Nueve años estuvieron casados, como decimos, procreando -no les quedaba más remedio-, tres hijos, uno de los cuales había sido bautizado con el mismo nombre que su padre, Diego, en la iglesia de Santa María la Mayor de Béjar[2].

            Regresemos a 1653. Doña Leonor Dávila y Guzmán de Ulloa yace en su ataúd, amortajada, en Uceda (Guadalajara), localidad donde había fallecido. Se celebran por su óbito funerales y misas sin cesar, mientras se la vela de cuerpo presente sobre un túmulo acorde a su condición. Una vez enterrada, el duque de Béjar decide organizar en la parroquia de Santa María la Mayor de Béjar un funeral en memoria de su cuñada fallecida. Y no desea una ceremonia vana y de escasa memoria, sino ostentosa, digna de su título. Es por ello por lo que manda recado en el mes de septiembre al Cabildo Eclesiástico de la Catedral de Salamanca con el fin de que acuda su capilla musical, de gran aparato y fama, a la celebración religiosa[3]

12 de enero de 2024

Los validos y el linaje de los duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        La época de los validos -nobles que ejercían el poder político real por amistad con el monarca, sin nombramiento formal- se adscribe a la de los Austrias menores, pero hubo dos antecedentes en el reino de Castilla en los cuales el linaje de los duques de Béjar estuvo muy involucrado, incluso con cargo de asesinato en el primero. Se trata este del condestable Álvaro de Luna, noble que llegó a tener ascendencia sobre el rey Juan II hasta extremos de dependencia y sumisión que requerirían algún tipo de explicación psicoanalítica.

 

El condestable Álvaro de Luna en su tumba en la catedral de Toledo. Es.wikipedia.org

 

        El rey tomó tanto amor con Álvaro de Luna que non podía estar nin folgar sin él, nin quería que durmiese otro con él en su cámara, en tal manera que la reina Catalina (madre de Juan II) veyendo aquesto, que de grand amor no podía nascer sinon gran daño…, mandó echar del reino al dicho Álvaro de Luna.

20 de octubre de 2023

Las devociones andaluzas de doña Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

A la memoria de mi madre

Hija de Francisco de Zúñiga, I marqués de Ayamonte, Teresa nació en Sevilla alrededor de 1502. Su relación con Béjar fue a través de la inmensa herencia y títulos que recibió de su tío Álvaro de Zúñiga, II duque de Béjar y hermano mayor de su padre (el título más importante: el ducal con Grandeza de España), y la fortuna personal de su tía, la duquesa viuda María de Zúñiga. No está de más recordar que, como hija única, fue también heredera de su padre en los marquesados de Ayamonte y Gibraleón. 

 

 

Marquesado de Ayamonte (naranja, izq.) y escudo de la Casa de Ayamonte. Wikipedia

 

Hubo señales de su paso por el palacio ducal de Béjar (Jardín del mediodía, Huerta del aire) y otros lugares de sus dominios (Burguillos del Cerro, Extremadura), pero fue en Sevilla donde vivió los últimos veintidós años de su vida y donde murió, aproximadamente a los sesenta y tres años. Como a otros miembros ilustrados de la alta nobleza andaluza, entre ellos varios de su familia, la deslumbraron los primeros destellos de la Reforma en esa ciudad, pero se redimió asistiendo al auto de fe celebrado en 1560 en la plaza San Francisco que aniquiló la célula protestante en Andalucía, habiendo prestado antes una importante suma de dinero al emperador Carlos V para luchar contra Lutero en Alemania.     

 

21 de julio de 2023

Leonor de Toledo: un destino trágico nimbado por la belleza

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

Bisnieta de Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar, y de Leonor Pimentel y Zúñiga; y nieta de Fadrique Álvarez de Toledo, II duque de Alba, y de Isabel de Zúñiga y Pimentel, Leonor Álvarez de Toledo nació en 1522 en Alba de Tormes, Salamanca, y murió de tuberculosis, agravada por la malaria, en Pisa, Italia, a los cuarenta y dos años de edad.

 

Leonor de Toledo, por Agnolo Bronzino. Es.wikipedia.org

 

Sus padres fueron Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga, que fue virrey de Nápoles, y María Osorio Pimentel, II marquesa de Villafranca del Bierzo, por lo que su niñez y la de sus siete hermanos se desarrolló en el ámbito de la alta aristocracia española.

7 de julio de 2023

Lugares de España y el mundo que se identifican con las armas de los Duques de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

A mi nieto Emiliano Lapointe Zúñiga

 

Son alrededor de medio centenar, y la mayoría corresponde a municipios de España. En cuanto a la palabra armas, hace tiempo que en heráldica al menos perdió el significado bélico, pasando a constituir sólo un conjunto de señales gráficas para identificar un linaje o un apellido. Las de los duques de Béjar son las mismas de la Casa de Zúñiga, y sus componentes básicos son el campo o fondo de plata, la banda negra cruzada y la cadena de ocho eslabones de oro. Muchas de estas insignias no registran antigüedad más allá del siglo XX, otras son clásicas, pero lo importante es que la intención al crearlas fue rescatar historia. Aquí, la relación de ellas distribuidas en las provincias de España (orden alfabético y mapa al final)   

 

La matrix: Armas de la Casa de Zúñiga creadas en Navarra en el siglo XI (Breve historia del escudo de los duques de Béjar, Pinceladas de Historia Bejarana 06/03/2017)

 

Precedidas por las de Dávila, las armas de los duques de Béjar van en el segundo cuartel del escudo de Candeleda, provincia de Ávila. Caídos en desgracia real los Dávila, en 1423 Juan II entregó Candeleda al justicia mayor del reino Pedro de Zúñiga, hijo de Diego López de Estúñiga, primer señor de Béjar, y en 1457 pasó a los Zúñiga condes de Miranda del Castañar.  

30 de junio de 2023

Por qué las estatuas de los padres de doña Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar, están en un pazo en Galicia

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


La incógnita comienza a despejarse cuando por causa de la desamortización de Mendizábal en 1835, los franciscanos del monasterio de San Lorenzo de Trasouto de Santiago de Compostela fueron desalojados, y el inmueble fue incautado por el Estado.

 

Patio interior con seto vivo en San Lorenzo de Trasouto. Spain.info

 

Fue entonces que Vicente Pío Osorio, XIV conde de Altamira, presentó una demanda aduciendo que si los monjes no habitaban la propiedad esta debía pasar a manos de sus legítimos dueños, que desde el siglo XV, según documentación que presentaba, eran los condes de Altamira. El pleito se dilató, pero su hija María Eulalia Osorio, XI duquesa de Medina de las Torres, logró hacerse cargo de San Lorenzo y lo ofreció de nuevo a los franciscanos, quienes, habiéndose mudado a otro lugar, lo declinaron. Así, doña María Eulalia tomó el sitio en sus manos y lo convirtió en un pazo gallego, esto es, una casa señorial situada en el campo (del latín palatium) El pazo es hoy administrado comercialmente por el sobrino tataranieto de la condesa, XIV duque de Medina de las Torres.   

20 de mayo de 2023

La fundación del convento de la Piedad, las donaciones de la duquesa fundadora y la procesión del Corpus (1ª parte)

Autora: Carmen Cascón Matas 

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.883 (19/XI/2021), p. 4.

 

            Calles plagadas de gentes variopintas, solemnidad, bullicio y olores diversos, a incienso, a fritanga, a sudor de bestias y hombres. El cortejo se alarga calle Mayor arriba sin dar visos de fenecer entre inciensos y músicas. Los muchachos se arremolinan para otear mejor, abriéndose paso a empellones hasta las primeras filas y recibiendo a cambio alguna que otra colleja. El Mondo, que así apodan a un zagal por su cabeza plagada de costras, ha logrado un buen puesto para ver y birlar bolsas en ese Corpus por el que todos andan medio embobados entre fastos y oropeles. 

 

 Edificio construido a finales del siglo XIX donde un día estuvo la capilla del desamortizado convento de la Piedad


         Y es que este de 1603 es harto diferente porque, a cuenta del fallecimiento de la duquesa Brianda Sarmiento de la Cerda, la procesión ha ganado en más lujos si cabe. El capellán de las Monjas de Abajo estrena un terno nuevo encarnado y otras cosas que hacen quedarse con la boca abierta a los gañanes que de Villa y Tierra se congregan en el recorrido. “Si mi mano fuese más larga que espada de vizcaíno y la presencia de las milicias no fuera tanta, pardiez que me volvía rico para largarme a Indias”, se dijo El Mondo mientras miraba con ojos ávidos tanto joyel y tanta orfebrería de paseo por la calle.

13 de mayo de 2023

El Terno Rico del Corpus de Santa María la Mayor: el regalo de una duquesa de Béjar cuya identidad se omitió a lo largo de los siglos

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.896 (03/VI/2022), p. 4.

 

     En la iglesia de Santa María la Mayor de Béjar se conservan valiosas piezas de ropa litúrgica. El paso del tiempo apenas han hecho mella en ellas y cuando se tiene la suerte de contemplarlas, el asombro por su estado de conservación y, por qué no decirlo, la pregunta de cómo han llegado a la actualidad aflora a los labios. Un precioso terno rojo nos incita a acariciar su terciopelo, a recorrer con los ojos sus bordados de delicadas flores sobre seda blanca, a apreciar cada puntada invisible, a trazar visualmente los entrelazados que unen unos motivos con otros, a imaginar qué habilidosas manos llegaron a crear tanta maravilla

Detalle del bordado de la casulla del Terno Rico


      La pieza que nos atrae de esa manera es el Terno Rico o Terno del Corpus. Un terno es un conjunto de vestiduras litúrgicas utilizadas por los sacerdotes antes del Concilio Vaticano II, aunque en la actualidad pueden ser usadas en ocasiones solemnes. Según el Diccionario de Autoridades de 1729 «privativamente se toma por el vestuario uniforme de los tres, que celebran una Missa mayór, ò assisten en esta forma à alguna funcion Eclesiástica». Los tres oficiantes de la misa eran el sacerdote, el diácono y el subdiácono, y las piezas de que constaban eran la casulla, la dalmática, la estola, el paño de cáliz, el paño de hombros, el manípulo y la capa pluvial. Sin entrar a explicarlas con detenimiento, quiero centrarme en su historia, en su donante y en su función. 

3 de mayo de 2023

El rinoceronte que llegó al Escorial por un bisnieto del duque de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

A Anita Zúñiga, médico veterinario

 

           Este relato es tan cierto como el del Perro Negro del Escorial, publicado en Pinceladas de Historia Bejarana el 06/02/2017. Es el caso que cuando los portugueses llegaron a Java encontraron en la isla al rhinoceros sondaicus, la especie más pequeña del género rhinoceros. Fascinados con el hallazgo, comenzaron a repartir ejemplares por el mundo y uno fue destinado al papa León X, pero el barco que lo llevaba naufragó frente a las costas de Italia y el pobre animal se ahogó junto con la tripulación.

 

La abada en De varia conmensuración para la escultura y arquitectura de Juan de Arfe, 1585. todocoleccion.net 

22 de abril de 2023

Entre porcelanas y caballos: los regalos del rey de Polonia al duque de Béjar

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid 4.861 (18/12/2020)

        Érase una vez, en una ciudad lejana llamada Dresde, ejercía su poder un rey apodado El Fuerte. En realidad se llamaba Augusto, o Federico Augusto, y gustaba de las mujeres y del buen vino. Aquel 4 de septiembre de 1731, mientras el barbero rasuraba su rostro y el peluquero le empolvaba la peluca, el rey de Polonia y elector de Sajonia dictaba una carta de agradecimiento a un lejano duque, señor de Béjar y otros dominios allá en la distante España. La razón no era otra que el presente que le había hecho llegar al rey por medio del capitán Majer, a quien el polaco había enviado dos años antes a España con la sana intención de comprar caballos. 

 Augusto II de Polonia


            Augusto II de Polonia, quien había ascendido al trono en 1697, intentó durante su reinado convertir el trono polaco en dinástico, en vez de electivo, pero fracasó en su intento después de una guerra civil con los aristócratas polacos. Para ser investido renunció a sus creencias protestantes y se convirtió al catolicismo, dejando a su esposa en Sajonia y marchando a su nuevo reino. Cristiana Eberardina de Brandeburgo-Bayreuth no se le pasó por la cabeza en ningún momento seguir a su marido a esas tierras lejanas, así que Augusto II se dedicó a saltar de cama en cama llegando a tener, según algunas fuentes contemporáneas, más de 300 hijos, uno por cada día del año.

18 de abril de 2023

El Castillo de Íscar (Valladolid) y el linaje de los duques de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

         Diego López de Zúñiga era nieto de Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar; hijo del II, Pedro de Zúñiga, y hermano menor de Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar. En la Farsa de Ávila derribó de una patada al muñeco que representaba al rey Enrique IV, al grito de: ¡Abajo, puto! (Cuando el duque de Béjar quitaba y ponía rey, Pinceladas de Historia Bejarana, 04/04/2018). 

La Farsa de Ávila, óleo sobre lienzo de Antonio Pérez Rubio, 1881. 

Museodelprado.es

 

        De 24 años casó con Aldonza de Avellaneda, de 12, heredera de su padre, entre otras posesiones, del señorío de Íscar. Poco después recibió el título de conde de Miranda del Castañar, al que integró el patrimonio de su esposa.  

22 de febrero de 2023

Actualizando al obispo Gonzalo de Estúñiga, el que decía misa en la iglesia de Santa María "armado de cota y malla"

        Hijo al parecer mimado de Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar -habría sido promovido al episcopado por gestión directa de su padre ante el papa Luna en Barcelona-, el recuerdo del obispo Gonzalo de Estúñiga se mantiene vigente (Pinceladas de Historia Bejarana 25/05/2019)

 

El obispo Gonzalo de Estúñiga a caballo y con estandarte en un folleto devocional de fines del siglo XIX. http://botilleriajaen.blogspot.com/2015/11/don-gonzalo-de-zuniga-el-obispo-del.html

 

          La última puesta al día tuvo lugar en mayo de 2020, cuando en plena pandemia se reunieron el alcalde y los concejales del ayuntamiento de Jaén para tratar el cambio de nombre del último tramo de la calle Gonzalo de Estúñiga, que conduce al colosal Museo Íbero, por el de Pilar Palazón, notable promotora del patrimonio histórico jienense fallecida un mes antes.

 

14 de febrero de 2023

Desvelado el origen napolitano y ducal de los bustos del Ecce Homo y La Dolorosa de San Juan Bautista de Béjar

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.893 (20/IV/2022), p. 5.


Madrid se cocía en su propio jugo bajo el sol inclemente de julio. Mientras los arrapiezos se refugiaban a la sombra de los aleros de los tejados y los matasiete esperaban a que cayera la noche para sacar las espadas de sus vainas, la duquesa viuda de Béjar Mª Alberta de Castro y Portugal yacía en su lecho de muerte. La que fue recibida con todo regocijo por sus súbditos bejaranos a su llegada a Béjar, la que había matrimoniado con el Buen Duque don Manuel de Zúñiga y Guzmán, la que había gozado de los lujos de la corte, la que había presumido de marido por su ardor guerrero y su piedad, la que había llorado incontables lágrimas por su muerte en el asalto de Buda (Hungría), la que había recibido pésames de reyes, emperadores y papas, la que había posibilitado la llegada de los maestros flamencos a Béjar, comprendió que se moría a sus 41 años y dictó testamento ante el escribano público Agustín López Cabezas el 19 de julio de 1709[1]

 

 

La monarquía pendía de un hilo y los españoles se hallaban inmersos en una guerra que parecía no tener fin en aquel año. Felipe V, el nieto de Luis XIV, defendía el trono que le había legado en su testamento el último Habsburgo, Carlos II, un hecho que no admitía el partidario austracista, el archiduque Carlos de Austria. Los reyes de Europa luchaban por una hegemonía que a todas luces parecía acaparada por Francia.

7 de febrero de 2023

¿Son un mito las cadenas del escudo de los duques de Béjar?

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

Hace un tiempo, Noticiasdenavarra.com anunció la publicación de un estudio que derriba el mito de las cadenas de la batalla de las Navas de Tolosa. Su autor Roldán Jimeno, profesor de Historia del Derecho y secretario general de la Universidad Pública de Navarra, recogía las investigaciones del arabista Ambrosio Huici, proscrito por la intelectualidad de su época.   

 

Tapiz con el rey Sancho el Fuerte y los caballeros navarros saltando sobre el cerco en la batalla de las Navas de Tolosa, en el Palacio de Navarra, Pamplona. Navarra.elespanol.com


Nacido en 1880 en Huarte, Navarra (murió en Valencia en 1973), Huici se formó como arabista en Medio Oriente y el norte de África. Se estableció como profesor de latín en Baeza, desde donde comenzó a explorar el entorno de la batalla de Las Navas de Tolosa, fundamentándose en fuentes árabes.

17 de diciembre de 2022

Los esclavos de los duques de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        "Cuando el barco del mercader  iba hacia Portugal, al pasar cerca de la costa de Huelva era costumbre que recalasen algunos días en Gibraleón, ya que al mismo tiempo que reponían fuerzas de la travesía, y como el Duque de Béjar tenía negocio de esclavos, era aprovechada la parada para la venta de algunos entre los que acudían al pueblo onubense. Esto ocurría alrededor de 1526…".

 

Esclavos en Huelva. Reportaje. Elmundo.es

 

      Así señalan algunas fuentes las actividades de Álvaro II de Zúñiga en su marquesado andaluz y agregan: "Al llegar a Gibraleón nos encontramos con Pablo Dorantes, hombre de confianza del Duque de Béjar y que al parecer era una de las personas que llevaban la administración de los bienes del Duque, y por ello las compraventas de esclavos…", revelando que en ellas incluía el noble ni más ni menos que al hermano de su amante.

3 de diciembre de 2022

La relación entre Isabel I de Castilla y los Zúñiga: más recompensas que castigos

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

En 1471 se cruzaban por los caminos de Europa los mensajeros que llevaban a Roma la solicitud de dispensa de consanguinidad para el matrimonio de la princesa Isabel de Castilla con el príncipe Fernando de Aragón; y la de asignación del maestrazgo de la Orden de Alcántara para el niño de doce años Juan de Zúñiga y Pimentel, hijo de Álvaro de Zúñiga, señor de Béjar y Gibraleón, conde de Plasencia y duque de Arévalo, y de su sobrina y esposa Leonor Pimentel y Zúñiga.

 

Isabel la Católica

 

A la muerte de Enrique IV, Álvaro de Zúñiga fue uno de los dos integrantes de la Liga Nobiliaria que reconocieron a la princesa Juana (la Beltraneja) como sucesora, por la palabra dada al monarca y por temor de perder la villa de Arévalo que había pertenecido a la madre de la princesa Isabel, en caso de Álvaro. Sobrevino la guerra de sucesión castellana, y tres de los hijos de este: Pedro, el primogénito, señor de Ayamonte, Lepe y la Redondela; Álvaro, prior de la Orden de San Juan de Jerusalén; y Elvira, condesa consorte de Belalcázar, apoyaron a Isabel.

28 de octubre de 2022

El duque de Béjar Manuel de Zúñiga: el último caballero barroco

 Autor: Ignacio Coll Tellechea

Publicado en el desaparecido espacio web collcenter.es y el 13 de enero de 2018 en El Día de Salamanca.

 

      Una bala de mosquete le atravesó el torso a la altura del brazo izquierdo, saliéndole por el espinazo. Era el 13 de julio de 1686, y tres días después murió en el campamento cristiano. Su cuerpo fue embalsamado y repatriado a España, entre las muestras de respeto de la nobleza europea, del propio monarca español, Carlos II, y del Papa Inocencio XI.

      La leyenda de Manuel de Zúñiga y Guzmán arranca en el punto exacto en el que cayó herido, a las puertas de Buda, actual Budapest, formando parte del ejército internacional de la Liga Santa que se enfrentaba a las tropas del sultán turco Mehmed IV. Tenía al morir 29 años.

      “Era una persona profundamente religiosa, y con cierta tendencia a la melancolía. No se le daba bien la vida en la Corte, y quizás por eso tuvo una destacada trayectoria militar. Fue el último Zúñiga que hizo carrera de armas”.

Grabado del X duque de Béjar impreso en la novela Rumbos Peligrosos

de Penso de la Vega

        Emiliano Zarza conoce bien la vida del X duque de Béjar. Hace 10 años comenzó a investigar la vida de Baltasar de Zúñiga, hermano pequeño de Manuel, que heredó el título de marqués de Valero. Lo hizo por una cuestión personal, al ser Emiliano natural de San Miguel de Valero. Le interesaba el perfil del menor de los nobles bejaranos, que fue virrey de Navarra, Cerdeña y Nueva España. Pero sus pesquisas en el Archivo Histórico de la Nobleza en Toledo le descubrieron la figura inmensa de Manuel, el guerrero. Dejó aparcada la investigación de su hermano Baltasar y se centró en el primogénito de la casa bejarana.