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1 de abril de 2023

Bancos dentro, bancos fuera: conflictos entre el poder civil y religioso en las procesiones de Semana Santa de 1675

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.910 (20/I/2023), p. 4.

        Las celebraciones religiosas de la Edad Moderna se convertían a veces en escenario de escándalo y enfrentamiento entre los estamentos civil y eclesiástico, pues no en vano se erigían en espectáculo público y mostraban la preeminencia de los poderosos sobre las clases populares y la estricta jerarquización social[1]. Las numerosas fiestas que salpicaban el calendario litúrgico se organizaban de manera escrupulosa, siguiendo un orden que era imposible de fracturar. Aun con todo no faltaban ocasiones en las que, o bien los clérigos, o bien los ediles del consistorio, intentaban enseñorearse en ellas en un tira y afloja sin fin[2]. Los conflictos eran tan habituales y provocaban tal falta de decoro en acontecimientos que debían per se realizarse con toda solemnidad que se intentaron regular para atajar los insultos, empujones y altercados que unos y otros perpetraban en mitad de misas y procesiones. 

            El motivo fundamental pivotaba en torno a la idea de que los miembros del Cabildo y los eclesiásticos de la villa debían mantener el privilegio de encabezar las procesiones y las ceremonias religiosas, dejando de lado a los representantes civiles. La costumbre inmemorial dictaba que estos últimos se colocaran en las naves centrales de las iglesias, con sus bancos privativos en un lugar preferente en las fiestas así dispuestas por la Regla del Cabildo, privilegio desconocido -el de oír misa cómodamente sentados- para el resto de la población, que había de postrarse de rodillas durante las ceremonias. Tal disposición había sido aprobada por escrito en una ejecutoria de 1601 por los continuos dimes y diretes.

3 de diciembre de 2012

El Santo Oficio, un motín y el párroco Gerónimo González de Lucio (4ª parte y final)

Autor: Antonio Avilés Amat.

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 2011.


Nueva aportación al motín contra Gerónimo González de Lucio, párroco de la iglesia de El Salvador y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición en Béjar. El tribunal inquisitorial de Llerena juzga por el delito de fautoría a uno de los promotores del mismo (4ª Parte)


5.-UNA INTERRUPCIÓN Y VARIAS CONSIDERACIONES

      Y mientras la turba secundaba la algarada y el pobre cura, don Gerónimo González de Lucio, en su vivienda de barrio nuevo –a la que los amotinados pretendían prender fuego- pasaba tremendos apuros hasta su liberación, pues “venían con ánimo de matarme y quemar mi casa”, como manifestaba él mismo. ¿Dónde se encontraba y qué papel jugaba nuestro Juan Méndez?

      Parece que, en la turbulencia que él mismo había desatado, se difumina su protagonismo y se pierde su rastro confundido entre los demás. Al menos para la intervención que, en medio del tumulto, pretende llevar a cabo el corregidor aunque no para el posterior e inexorable proceder de la Inquisición. Y anteriormente, ¿qué pintaba este portugués, avecindado en la villa, cristiano nuevo y casado con una mujer acusada por el Santo Oficio de judaizar, suscitando, junto con el padre del cura de San Juan, el citado motín? ¿Qué intereses le moverían a actuar como lo hizo, distinguiéndose entre sus convecinos, más que ya lo estaba como cristiano nuevo? 


Escudo de la Inquisición

      Posiblemente, la recién adquirida mentalidad del converso que, encendido de celo religioso, real o fingido, por su recién estrenada fe, llena de cruces esculpidas o de leyendas piadosas el dintel y las jambas de su vivienda para que quienes las vean olviden su pasado judío y ponderen su ferviente religiosidad. Aunque, sin duda, la razón más poderosa para su proceder, como promotor del tumulto, fue la que se especifica en el auto de procesamiento:en odio del santo oficio y por causa de que el dicho Comisario havia hecho unas prisiones de orden del santo oficio”. ¿No se encontraría entre esas prisiones la de su mujer, Isabel Rodríguez? Es posible que don Jerónimo, comisario del Santo Oficio en Béjar [1], la detuviese y trasladase a Llerena -pues tal era su cometido como funcionario de esta institución-, donde se encontraba la sede del tribunal inquisitorial. Allí, desde 1649, se le había abierto un procedimiento “testificada por doze testigos de observante de la ley de Moysen” [2], que siete años después aún no se había sentenciado. Y, para mayor abundamiento, también aparece asociada a su marido, Juan Méndez, al final de este documento que sirve de base a nuestro estudio: “su alteza mando que se siguiese su Causa hasta la acusación que su esposa tubiese con el la 1ª audiencia en 12 de diciembre de 1656”.

25 de noviembre de 2012

El Santo Oficio, un motín y el párroco Gerónimo González de Lucio (3ª Parte)





Autor: Antonio Avilés Amat, director del Museo Judío de Béjar “David Melul”
Publicado: Béjar en Madrid, 2011.

Nueva aportación al motín contra Gerónimo González de Lucio, párroco de la iglesia de El Salvador y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición en Béjar. El tribunal inquisitorial de Llerena juzga por el delito de fautoría a uno de los promotores del mismo (3ª Parte)

            4.-RESEÑA DEL MOTÍN AL QUE SE HACE REFERENCIA (II)

            Los cabecillas de la insurrección, como señala igualmente en detallado informe al Duque -en la misma fecha que la comunicación anterior- su secretario de cámara Juan de Capilla[1], fueron Santiago el tendero, Martín Serrano y otros tres o cuatro hombres “ciegos e inadvertidos” que gritaban:“¡muera!, ¡muera!”. También, en el mismo comunicado, recoge el escrupuloso amanuense -junto a otras circunstancias y pormenores del suceso- los nombres de los que llamaban a la multitud tocando a rebato la campana, desde la torre de la iglesia del Salvador, para congregar a todos y enardecer sus ánimos contra el cura, que fueron el hijo de Diego Ramos y, de nuevo ahora, el ya nombrado Martín Serrano.

            De los participantes en la asonada, decir que -según asevera el corregidor de la villa Juan de Armenteros[2]- “en un instante se juntó todo el lugar con armas hasta los muchachos con palos y piedras diciendo muera el cura”. Debieron constituir una considerable multitud de personas de toda condición -en la que no faltaban mujeres y niños- que, haciendo gala de inusitada brutalidad, portaban objetos e instrumentos de violencia

Torre de la iglesia de El Salvador


14 de noviembre de 2012

El Santo Oficio, un motín y el párroco Gerónimo González de Lucio (2ª Parte)



Autor: Antonio Avilés Amat, director del Museo Judío "David Melul" de Béjar.
Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 2011.


Nueva aportación  al motín contra Gerónimo González de Lucio, párroco de la iglesia de El Salvador y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición en Béjar. El tribunal inquisitorial de Llerena juzga por el delito de fautoría a uno de los promotores del mismo (2ª Parte)

4.-RESEÑA DEL MOTÍN AL QUE SE HACE REFERENCIA (I)

            El documento transcrito nos refiere –como habrá percibido el lector-, sintetizado en poco más de una veintena de líneas, el proceso que el tribunal de la Inquisición de Llerena llevó a cabo contra el portugués avecindado en Béjar, Juan Méndez, como fautor, por haber suscitado un motín contra Gerónimo Luzio [1], comisario del Santo Oficio en esta villa. 

            Trataremos de analizar seguidamente en qué consistió tal motín y descubrir a los protagonistas y demás personajes implicados en el incidente, como fueron el mencionado Juan Méndez, uno de sus promotores; Jerónimo (o Gerónimo, tanto da) González de Lucio[2], sujeto paciente y previsible víctima; o la mujer del primero, Isabel Rodríguez -que también sería procesada por la Inquisición por judaizante-, entre otros participantes en el mismo.

 Béjar dependía del Tribunal de Llerena (Badajoz). Éste es el claustro del palacio Luis de Zapata,  edificio que albergó durante siglos la sede del Santo Oficio en esta ciudad. La imagen me la ha ofrecido amablemente Cayetano que tiene una entrada dedicada a esta ciudad en el blog La tinaja de Diógenes


7 de noviembre de 2012

El Santo Oficio, un motín y el párroco Gerónimo González de Lucio (1ª Parte)

Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Semanario Béjar en Madrid

Nueva aportación  al motín contra Gerónimo González de Lucio, párroco de la iglesia de El Salvador y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición en Béjar. El tribunal inquisitorial de Llerena juzga por el delito de fautoría a uno de los promotores del mismo (1ª Parte)


            1.-INTRODUCCIÓN

            El presente trabajo se ha elaborado a partir de una Relación de causas -enjuiciadas y en su mayor parte sentenciadas- que el tribunal de la Inquisición de Llerena remite en 1656 al Consejo de la Suprema Inquisición. En uno de los folios[1] de la mencionada relación -que se reproduce más adelante- se halla incluido, con el número 10, el resumen de un proceso inconcluso que se relaciona con el sorprendente motín que, un año antes, se produjera en la villa bejarana contra el licenciado Gerónimo González de Lucio, cura párroco de la iglesia del Salvador

Iglesia de El Salvador desde los soportales de la Plaza Mayor

           El suceso –insólito por sus circunstancias tanto en la localidad como en la época en que se produjo- del que, en 1924, dio documentada noticia el historiador bejarano Antonio Martín Lázaro en un artículo publicado en el semanario local Béjar en Madrid[2], sería recogido 57 años más tarde por el sacerdote, polígrafo e historiador José Luis Majada Neila en una magistral biografía sobre el soberbio personaje en su libro, meticuloso y ameno, titulado Genio Indómito[3].

            Tras la reproducción y transcripción de las páginas en las que aparece compendiado el proceso, se recordarán al lector las particularidades en que se desarrolló el multitudinario tumulto contra el clérigo bejarano, las personas intervinientes en el mismo y su adecuado –que no infausto, como cabría esperar- desenlace, así como la aportación del documento estudiado a un mejor conocimiento del hecho histórico.