Mostrando entradas con la etiqueta Guerra Carlista. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Guerra Carlista. Mostrar todas las entradas

15 de octubre de 2017

De cuando en Béjar llovieron campanas




Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 4.781 (21/VII/2017), p. 6.

            El año de 1836 trajo consigo muchas novedades para Béjar entre ellas la extinción y desamortización de los tres conventos de la villa, dos de mujeres (Anunciación- franciscanas y Piedad- dominicas) y uno de hombres (San Francisco- franciscanos) con las consecuencias sociales y económicas, además de artísticas, que esa decisión a nivel estatal trajo consigo. Sin detenerme mucho en la explicación del proceso, complejo y que serviría para un trabajo investigador más extenso, señalaré que el motivo principal para suprimir los monasterios fue monetario. Dado que la mayoría de los cenobios contaban con escasos moradores e ingentes propiedades sin explotar, los gobiernos liberales de la primera mitad del siglo XIX fomentaron su supresión para sacar en pública subasta sus haciendas y ponerlas en producción. Los principales beneficiarios no fueron los campesinos, como se proclamaba hipócritamente, sino la burguesía detentadora del poder, es decir los valedores de la medida, compradores de las tierras desamortizadas.


28 de marzo de 2017

Siguiendo el rastro del retrato del general Ramón Pardiñas (2ª parte)


Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid,  4.753 (20/05/2016), p. 6.



Con respecto al artista del retrato del general Pardiñas que se conserva diremos que en julio de 1871 se encarga a Juan Gómez de la Torre en Madrid, un representante del Ayuntamiento bejarano en la Corte, que contrate a un pintor, barajándose los nombres de Cappa y Acosta. Gómez de la Torre se inclina por este último por ser “persona muy capaz para llenar los deseos que se apetecen, no solo me fundo en las obras que tiene en su estudio, que he visto, sino en los premios que ha ganado tanto en el Reino como en el Extranjero, considerando persona más autorizada para informar con más acuerdo[1]”. Por carta de Marcos Giráldez Acosta sabemos que se iba a tratar de un retrato “de vara y media (poco más o menos) con manos, tamaño natural, y con uniforme. 4.000 reales, mínimo, 9.000 máximo[2]”. Y pregunta si puede elegir con libertad si plasmarle en traje de gala o de campaña, o decidirá el Ayuntamiento. Como sabemos le representará en uniforme de gala y se estimará el precio menor, es decir 4.000 reales. 

 Retrato del general Pardiñas que se conserva en el sala de concejales del Ayuntamiento de Béjar

     Una vez obtenido el consenso de los miembros del Ayuntamiento y elegido al artista, el defendido Acosta, se procede a dar los pasos siguientes con respecto al encargo del retrato. Y una pregunta asalta tanto a los concejales como al artista. ¿Cómo eran los rasgos faciales del militar fallecido hacía ya tantos años? 

24 de marzo de 2017

Siguiendo el rastro del retrato del general Ramón Pardiñas (1ª parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado:  Béjar en Madrid nº 4.752 (06/05/2016), p. 6.




        Una calle y un retrato retienen en la memoria colectiva el apellido de un general gallego que defendió Béjar y a sus habitantes de un peligro real y palpable llamado carlismo. El 3 de mayo de 1838 las tropas del general carlista Basilio García se dirigían con prontitud desde Extremadura a refugiarse entre las defensas amuralladas de Béjar. La plaza era segura, pues pocos meses antes había sido ocupada por facciones rebeldes que en ese momento campaban a sus anchas por las calles bejaranas. La razón de tanta premura era tan urgente como que una división del ejército del norte al mando del general Ramón Pardiñas les perseguía a uña de caballo.

 Retrato del general Ramón Pardiñas 
según un grabado de la época

8 de mayo de 2010

La liberal Béjar frente al absolutismo carlista (2ª Parte)

Autora: Mª del Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.576. 27 de noviembre de 2009


En octubre de 1837 los partidarios de Carlos Mª Isidro, pretendiente al trono español, provenientes de Cáceres y al mando del brigadier Jara ocupan Béjar a pesar de que sus habitantes se declaran mayoritariamente liberales y leales a la Regencia de María Cristina. La incursión debió de ser temporal, pues sólo se documenta la requisa de dinero y paños.

Un año más tarde, el día 1 de mayo de 1838, una partida de 2.000 hombres al mando del General Basilio García, Peco y otros carlistas penetraron en Béjar con la intención de “descansar después de una prolongada correría por Castilla la Nueva y Extremadura”, perseguidos por las tropas realistas del General Pardiñas. El enfrentamiento entre ambos ejércitos se produjo el día 3 de mayo dentro del casco urbano de Béjar, contando los isabelinos con el apoyo de los bejaranos. Según el Boletín Oficial de la Provincia de Extremadura “todas las personas de influencia se presentaron seguidos de todos sus obreros fámulos (sic) en el sitio de la Corredera, dispuestos a tomar las armas que acaban de llegarnos de la plaza de Ciudad Rodrigo y hacer frente en cualquier hora y en cualquiera número que osasen presentarse a nuestra vista”.

Un tramo de la Calle Mayor lleva el
nombre del General Pardiñas

Las calles de Béjar sirvieron de escenario de enfrentamiento entre los dos mil hombres de Basilio y Jara, defensores del Antiguo Régimen, frente a la segunda división del ejército del Norte del general Pardiñas apoyada por la milicia nacional formada por bejaranos entusiastas de los ideales liberales. Tras un largo día de lucha, el conflicto desembocó en la expulsión de la facción carlista del general Basilio, la muerte de 35 de sus hombres y el apresamiento de unos 650 soldados. Aunque su cabecilla logró huir, se puede considerar que la victoria lograda en Béjar supuso el control definitivo de la zona por parte de las fuerzas liberales, no sin sufrir posteriormente algunas pequeñas incursiones esporádicas.

1 de mayo de 2010

La liberal Béjar frente al absolutismo carlista (1ª Parte)



Autora: Mª del Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.575. Noviembre de 2009.

No es que me vanaglorie de descubrir la esencia de un acontecimiento quasi olvidado por todos nosotros, ni tampoco que las guerras en sí me gusten lo más mínimo. Pero es que, desde que el mundo es tal, no existe año en que en cualquier parte del mundo no estuviese aconteciendo conflicto bélico. Si miramos la cronología de un libro de Historia cualquiera, los hechos se suceden raudos y veloces, intercalando fechas de avances y descubrimientos con las de guerra. A veces, las últimas predominan sobre las primeras. El siglo XXI da la impresión que corre desbocado sin que podamos darnos a penas cuenta de sus progresos, como un caballo encabritado a punto de desensillar a su jinete.

Carlos Mª Isidro e Isabel II


La Historia de España, en otros tiempos y con otra pedagogía bien distinta de la que existe actualmente, se resumía en acontecimientos bélicos: se empezaba con las guerras púnicas, se continuaba con la larga Reconquista, se pasaba después a la Imperial España con sus conflictos encendidos por toda Europa, la decadencia del Siglo de Oro (derrotas vergonzosas frente al enemigo), la España invadida por el “pérfido” Napoleón, las inestabilidad del estado del siglo XIX (golpes de estado, “sargentadas”, guerras carlistas), la pérdida de las colonias (otra vez guerra) y la Guerra Civil (y de nuevo guerra). Y todo esto, teniendo en cuenta que es una lista resumida, mera parodia de lo que nuestra “piel de toro” sufrió a lo largo de los siglos, barquito a merced de unos y otros, o de ninguno.