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6 de marzo de 2020

“Muriendo espero todavía”. Antonio del Castillo, capitán de los Tercios de Flandes


Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.808 (05/09/2018), p. 4.

       Las banderas de los Tercios ondean en los campos nebulosos de Flandes. La lluvia, recia y gorda, apenas deja vislumbrar el paso cadencioso de las botas embarradas. Los soldados, chambergos empapados y plumas chorreantes, luchan contra la ventisca. Uno de ellos, el capitán Antonio del Castillo, mientras los ánimos flaquean, no deja de parlotear a los cercanos que es de Béjar y alardea del buen aloque de su tierra, de las aguas cristalinas del río Cuerpo de Hombre y de llevar junto a su corazón el escapulario de la Virgen del Castañar. En agradecimiento a los duques, sus señores, el escudo de los Zúñiga campea en la bandera de su tercio y a ellos jura lealtad sobre la que se impone la voluntad del Rey y de Dios. 

 Capitán de caballería de los Tercios de Flandes. 
Augusto Ferrer-Dalmau


            La vida del capitán Antonio del Castillo parece sacada de una novela y sus andanzas sólo pueden compararse con las de otro capitán de origen bejarano: Juan de Bolaños [1]. Hagamos un ejercicio digno de Suetonio y de sus Vidas paralelas. Comencemos por unas breves pinceladas dedicadas a Bolaños y veremos que, salvo en las fechas, las trayectorias vitales de uno y de otro podrían ser espejos de una realidad continua en aquellos años imperiales. 

24 de noviembre de 2015

La relación entre la Plaza Mayor de Salamanca y Béjar lleva nombre de conde (2ª parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, 16 de mayo de 2014, nº 4.704


Por su nacimiento José del Castillo Larzával, conde de Francos, era patrón de las capellanías del capitán Juan de Bolaños (su hermano Tomás fue nombrado su capellán) y de Juana de Carvajal, lo que le convertía en la máxima instancia, junto con el duque de Béjar, de los destinos del único hospital de la villa, el de San Gil [1]. La patrona anterior había sido su tía doña Teresa de Morales [2]. Conocemos la ceremonia de su toma de posesión el 25 de septiembre de 1748: “el Lizenciado Bartolome Antonio Valiente, Abogado de los Reales Consejos, alcalde Mayor della […], estando a la puerta principal del Ospital de San Jil a que esta agregada la que fue parrochia deste nombre: tomo por la mano a D. Joseph del Castillo del Arzabal, Conde de Francos, vº y Rexidor Perpetuo de Salamanca, que ahora reside en esta dicha Villa y le entro en dicho Ospital y estando dentro el dicho d. Joseph echo fuera algunas personas de las que alli estaban zerrando las puertas que luego abrio. Despues Entro mas adentro y rexistro las Piezas en que ay diferentes Camas en que no abia enfermos que visitar. Luego subió arriba arreconozer las que sirven para el mismo fin, en donde tan poco avia enfermos y despues saliendo a dicha Yglesia en que esta el luzillo, Arco, Armas y sepultura perteneciente a la fundazion de la Sra. Carbajala hizo orazion y esta diligenzias que van señaladas, las executo en señal de Posesion de los pttronatos laycales que como Patrono le pertenecen[3]. Sabemos por el Catastro de Ensenada de 1753 que cedió ambos patronatos, el de Juan de Bolaños con una renta de 276 reales y el de doña Juana de Carvajal de 617 reales, a su cuñado Miguel Ramírez del Rincón [4]

 Monumento al conde de Francos (de pie) y Alberto de Churriguera por Fernando Mayoral. Salamanca. 
Foto de Flirck


Durante los años que comentamos, entre 1728 y 1733, la actividad de José del Castillo fue frenética en Salamanca. No en vano fue uno de los cuatro regidores encargados de supervisar las obras de construcción de su Plaza Mayor junto a don Juan de Barrientos y Solís, don Francisco de Honorato y San Miguel y don Juan Antonio Gutiérrez [5]. Entre sus cometidos se encontraban, según Rodríguez G. de Ceballos, “asistir cotidianamente a la obra o, en su ausencia, de nombrar un sustituto, de suerte que siempre se hallase presente en ella alguno de los cuatro. Desempeñaban este oficio gratuitamente; sin embargo, finalizados ya los dos primeros lienzos, solicitaban el 5 de octubre de 1736 una ayuda de costa por los caudales perdidos durante el desempeño de su cargo [6]”. Su presencia era, pues necesaria, y en muchos casos fue preciso que adelantase dinero de su propio bolsillo para hacer frente a los pagos de materiales, capital que no sabemos si le fue reintegrado. 

16 de noviembre de 2013

Los Bolaños: una introducción a la vida, historias y costumbres de las familias hidalgas del Béjar de la Edad Moderna (7ª Parte)


Autora: Mª Carmen Cascón Matas


Publicado: Especial de Béjar en Madrid, diciembre de 2009




      Las cuantiosas rentas de un noble eclesiástico. Luces y sombras.



     El clérigo  Antonio de Bolaños nunca careció de sostenimiento económico a lo largo de su vida, según deducimos de su testamento, proviniendo éste del curato de dos capellanías (capitán Juan de Bolaños y Cristóbal de Carriño y Bolaños) y una tesorería (el hospital de San Gil), provenientes todas ellas de los enlaces familiares y de una estrategia de linaje basada en el poder y la acumulación de riquezas. 

Fragmento de "El cambista" de Quintin Matsys

   
   Vayamos analizando cada una de ellas. A la muerte del su pariente el doctor Nicolás de Bolaños fue designado capellán de la capellanía del capitán Juan de Bolaños de la iglesia de El Salvador por su poseedora, su sobrina-nieta María de Rojas y Bolaños (todo quedaba en casa, como vemos). La dama era hija de Antonio de Rojas y Bolaños y de Isabel López de Bolaños, y había matrimoniado ventajosamente con Alonso Nieto Gallego en 1627. Hijo de Pedro Ramírez Osorio y de Ana Nieto Camargo y Dorantes, fue designado regidor por el estamento de los hijosdalgo justo un año antes de su boda. Precisamente en 1626 presentó una solicitud para ser patrón de la memoria de doña Juana de Carvajal, fundadora de un hospital para enfermos radicada en  la iglesia de san Gil. Esta institución de beneficencia se costeaba por medio de cuantiosas rentas en manos de un patrón y un administrador. Don Alonso nombró al tío de su mujer Antonio de Bolaños administrador de los bienes del santo hospital.

9 de noviembre de 2013

Los Bolaños: una introducción a la vida, historias y costumbres de las familias hidalgas del Béjar de la Edad Moderna (6ª Parte)




Autora: Mª Carmen Cascón Matas

Publicado: Especial de Béjar en Madrid, diciembre de 2009


Antonio de Bolaños, ¿el sobrino del héroe?



Antonio de Bolaños, hijo de Pedro de Bolaños, notario apostólico, y sobrino del capitán Juan de Bolaños, fue destinado a la carrera eclesiástica al ser el tercero de los hijos varones, heredando así el cargo de capellán de la capellanía fundada por don Juan en la iglesia de El Salvador, toda vez que su la familia de su primo Antonio de Rojas, elegido por Juan de Bolaños desde niño para desempeñar las funciones eclesiásticas familiares, había desechado esta idea para acabar casándole con su doble prima Isabel. Sólo se exigía a los infantes destinados al clero informes relativos a su afición por las cosas de Iglesia, demostrada piedad y conocimiento de la doctrina cristiana[1], aunque siempre contaban, y mucho, las influencias familiares para posicionarse en la jerarquizada pirámide eclesial


9 de septiembre de 2013

Los Bolaños: una introducción a la vida, historias y costumbres de las familias hidalgas del Béjar de la Edad Moderna (5ª Parte)




Autora: Mª Carmen Cascón Matas
Publicado: Especial de Béjar en Madrid, diciembre de 2009


El enlace bejarano: Pedro de Bolaños, Notario Apostólico



            Sin embargo, mientras en Madrid moría don Juan de Bolaños, capitán y general de artillería, en Béjar sólo existía una familia con tal apellido, una rama a la cual no se nombra extrañamente en su testamento analizado, quizás por ser obvio que estos eran los herederos directos del mayorazgo ligado al apellido, de las posesiones y títulos vinculados.O todo lo contrario, que los Bolaños de Béjar y la familia del capitán no tuviesen relaciones de sangre entre sí. Digo esto con todas las reservas posibles, pues es extraño que dos personas con el mismo apellido en el Béjar de la época, hidalgos ambos, no tuviesen vínculo familiar alguno. La documentación paralela ofrece evidencias de esta relación de parentesco. Uno de los individuos bejaranos de esta rama fue Pedro de Bolaños cuyo hijo, el clérigo Antonio de Bolaños, ocupó el cargo de capellán de la capellanía del capitán, título que, como hemos explicado, estaba exclusivamente reservado a un familiar. De hecho en varios documentos Antonio se refiere a Juan de Bolaños con el apelativo de tío



19 de agosto de 2013

Los Bolaños: una introducción a la vida, historias y costumbres de las familias hidalgas del Béjar de la Edad Moderna (3ª Parte)





Autora: Mª Carmen Cascón Matas

Publicado: Especial de Béjar en Madrid, diciembre de 2009


            Antes de morir, el capitán y general de infantería  Juan de Bolaños estipuló la fundación de una capellanía dotada con rentas, censos y beneficios para celebrar misas en su nombre y en el de sus descendientes. Su testamento se fecha en la Villa y Corte de Madrid el día 12 de febrero de 1585. Unos días después su sobrino, el doctor y clérigo Nicolás López de Bolaños, se presentó ante el alcalde de Madrid, el Licenciado Arce de Otalora, del Consejo de Su Majestad, aduciendo que, como capellán y albacea de su tío Juan de Bolaños, exigía la apertura oficial de su testamento para establecer de manera adecuada la capellanía fundada por él, una vez producida su muerte el día 25 de febrero.


Foto antigua del desaparecido sepulcro del Capitán Bolaños
Iglesia de El Salvador (Béjar)
Foto de Juan Requena aparecida en "Béjar en Madrid"


            El testamento nos muestra a un personaje curtido por la guerra, humilde a pesar de sus riquezas, solitario, viajero y religioso. Una de sus primeras decisiones postreras fue que “si Dios fuese servido de sacarme de esta presente vida me entierren en el Colegio de la Compañia de Jesus de esta presente Villa de Madrid donde tengo devocion y suplico al Rector y Padres deella me recojan y den sepultura como a un hermano de la dicha Compañia como a ellos les pareciere (...) y se den 1.000 reales por misas en el altar privilegiado dela iglesia de la Compañia” Posteriormente aclara “mando que siempre que yo muriese me entierren sin pompa con solo lo acostumbrado, llanamente (...) con el habito de san Francisco”. Su enterramiento en la iglesia jesuita madrileña estipuló que fuese temporal “hasta tanto que puedan llebar mi cuerpo en hueso deel a Bexar y enterrarme en la yglesia de san Salbador della donde mando que se funde una capellania”. En efecto, el sepulcro del templo bejarano se hizo posteriormente a la muerte del capitán, sufragado de las numerosas rentas que dejó tras su fallecimiento.


4 de agosto de 2013

Los Bolaños: una introducción a la vida, historias y costumbres de las familias hidalgas del Béjar de la Edad Moderna (2ª Parte)



Autora: Mª Carmen Cascón Matas

Publicado: Especial de Béjar en Madrid, diciembre de 2009



Una lápida desaparecida nos indica el camino



            Sin embargo, los bejaranos de hoy no conocen a tales personajes. Los que un día ostentaron riqueza y poder son sombras anónimas, figuras sin rostro. Quizás, sólo recuerden a un capitán arrodillado ante el Santísimo por los siglos, con la vida grabada en una leyenda sobre la fría y dura piedra granítica. Ni siquiera las canteras de la sierra han pervivido. La tumba del Capitán Juan de Bolaños, su escudo, su figura orante, fueron pasto de las llamas un día de febrero de 1936, aunque no el lucillo abierto en el muro que lo cobijaba. De hecho en un número especial que nos han facilitado del Béjar en Madrid posterior al incendio se puede leer que “esta estatua se destruyó cuando el siniestro”. Parece ser que unas reformas del templo realizadas los años 60 provocaron el enrasamiento de la pared del presbiterio con el subsiguiente picado del escudo, colocación de sillares en el hueco en que se situaba la escultura y extracción de la leyenda funeraria. 







En suma: la lápida que mandó esculpir para que se le recordase en la iglesia de El Salvador, aquélla que decía “EL CAPITAN JUAN DE BOLAÑOS GENERAL DE LA ARTILLERIA DEL REINO DE PORTUGAL SIRVIO A LA CESAREA MAJESTAD DEL EMPERADOR Y AL REY FELIPE 2º SU HIJO 44 AÑOS EN LA MILICIA Y ULTIMAMENTE EN LA CONQUISTA DE LAS TERCERAS CON MUCHA APROBACION. DOTO ESTE LUCILLO Y SEPULTURA AL PIE DE EL Y UNA CAPELLANIA DE CUATRO MISAS CADA SEMANA EN ESTA IGLESIA PARA SUS DEUDOS. FALLECIO EL 26 DE FEBRERO DE 1585. DE SU EDAD 63”[1], ya no existe