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17 de noviembre de 2023

Feminismo social y emigración en Béjar (2ª Parte y final)

Autora: Teresa López Hernández

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas, 2019.

 

       La prensa se hizo eco de la conferencia de José Polo Benito, "Feminismo social y emigración", en Béjar en 1906, en los siguientes términos (relacionados con el tema del feminismo): 

       La Victoria [1] elogió el discurso y al conferenciante, reconociendo sus dotes intelectuales y señalando que dentro del numeroso público había una nutrida asistencia del “bello sexo”.

       Pero El Adelanto [2] reprobó la visión de la redención del alcoholismo y su alusión a la fe.

Huelga textil en Béjar de 1913-1914. Foto sacada de aquí

 

          En  El Lábaro [3] se decía que su discurso no tenía nada que ver con el feminismo tal y como se entiende actualmente, es una nueva cruzada para la mujer, que además del deber que tenía para con los pobres, los oprimidos  y en general todos los que sufren, se le añadía el combatir el alcoholismo. Tampoco veía que el culto al campo sirviera para regenerar la vida familiar.

         En la “La emigración en Béjar”[4] se examinaba la crisis por la que pasaba la industria de la ciudad en esos momentos. El malestar por la escasez de ventas que dejaba a los obreros sin trabajo se manifestaba a través de huelgas, que en algunos momentos llevaron a la violencia y que incitaba a considerar como una salida la emigración, sobre todo a Latinoamérica[5].

10 de noviembre de 2023

Feminismo social y emigración en Béjar (1ª Parte)

 Autora: Teresa López Hernández

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2019. 

       El siglo XX en España, a pesar del retraso respecto a otros países europeos, iniciaría la consolidación del sistema capitalista que se tradujo en el desarrollo industrial y financiero, así como en la transformación del sector agrícola, aunque en este último caso sería un procedimiento mucho más lento.

      Este proceso de modernización económica social y política no acabó con los problemas sociales existentes en el siglo XIX que se habían puesto de manifiesto a través de protestas y mítines por el precio del pan, el impuesto de consumo o las quintas.  La clase obrera  seguía soportando  bajos salarios, precariedad laboral y una vida paupérrima que conllevó un afianzamiento de la movilización social centrada en reivindicaciones laborales y políticas, continuaron los mítines, manifestaciones y huelgas apoyadas por las sociedades de resistencia, una evolución de las primitivas sociedades de socorros mutuos[1].

 Obreras de la aguja


      En este contexto el sacerdote D. José Polo Benito pronunció dos conferencias en el Círculo Católico de Béjar durante los días 8 y 9 de diciembre de 1906 que llevaban por título: “Feminismo Social” y “La emigración en Béjar”[2].

7 de marzo de 2023

La Asociación Femenina de Educación Ciudadana de Béjar (2ª Parte y final)

Autora: Teresa López Hernández

          Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2021, pp. 16-19.

Las actividades de la Asociación Femenina de Educación Ciudadana de Béjar se centraron en tres objetivos:

-          Estudio para dirigir, formar y orientar

-          Propaganda

-          Obra Social

Para conseguir el primer objetivo se creará un Círculo de Estudios desde el que se procurará capacitar a las mujeres para su intervención en la vida pública.[1] Teniendo en consideración el papel de la mujer en la sociedad y, aunque las mujeres no estaban preparadas para ejercer funciones de gobierno como diría en una conferencia Carmen Muñoz Elena, debían utilizar esos derechos para trabajar en bien de la patria. Y les recomienda que cuando voten tengan en cuenta la trayectoria del candidato, poniendo de ejemplo a la mujer inglesa que con su voto derrotó a los laboristas.[2]

Foto de aquí

 

Esta labor se llevaría a cabo mediante:

- La divulgación de los programas electorales de partidos como Acción Popular a cuya asamblea, celebrada en Madrid, acudieron. Difundiendo después las bases ideológicas de la coalición de partidos católicos y de derechas cuando se unieron en la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA).[3]

- Informando, ya cerca de la fecha de las elecciones, de cómo ejercer el voto y solventando todas las dudas que pudieran surgir. Por lo que se rogaba a todas las asociadas y todas las mujeres que simpatizaran con la candidatura agraria de derechas que pasaran por la sede de la asociación, para enterarse de todo cuanto pudiera afectarles en relación con las elecciones próximas.[4]

- Dando publicidad a todos estos actos mediante revistas propias que servían de apoyo y extendían su repercusión. En aquellos casos en que no se pudieron editar publicaciones especificas se utilizaron como soporte los periódicos que compartían su misma ideología.

4 de marzo de 2023

La Asociación Femenina de Educación Ciudadana de Béjar (1ª Parte)

Autora: Teresa López Hernández

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2021, pp. 16-19.

La instauración de la II República en España el 14 de abril de 1931 supuso la redacción de una nueva Constitución en la que se plasmarían los derechos y deberes de los ciudadanos. Uno de esos derechos sería el sufragio universal, que comprendía el ejercicio del voto por parte de las mujeres.

Este reconocimiento suscitó un gran debate que definió la postura de los distintos partidos políticos que conformaban el Parlamento. La mayoría de ellos se posicionó en contra, argumentando que las mujeres no estaban preparadas para ejercerlo y que su mentalidad religiosa y conservadora significaría la pérdida de votos para las izquierdas y sería el fin de la República.

 


Su aprobación se pudo llevar a cabo gracias al apoyo del Partido Socialista y los partidos de derechas, si bien por causas distintas. Mientras los socialistas lo veían como una consecuencia lógica del reconocimiento de derechos y libertades, las derechas, que se habían opuesto en un principio, pronto se dieron cuenta de las ventajas que para ellos supondría atraer el voto femenino en las próximas elecciones.[1]

15 de enero de 2022

El asociacionismo en Béjar: el Despertar Femenino (2ª Parte y final)

Autora: Teresa López Hernández

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar 2020.

En marzo de 1926 las componentes de la asociación obrera bejarana El Despertar Femenino asistieron al homenaje en memoria de Pablo Iglesias que se celebró en el teatro Bretón de Salamanca. Su representación estuvo a cargo de la presidenta Leandra Sánchez, la secretaria Baltasara Sánchez, la vocal Juana Suárez y el asesor Diego López.[1] Se implicaron en diversos proyectos, como el mantenimiento de la asociación “Los Amigos de la Escuela y el Niño” .[2] Apoyaron y aprobaron lo expuesto en la asamblea popular convocada por el Ayuntamiento de Béjar para tratar de cuestiones relacionadas con la creación de un Instituto de Segunda Enseñanza.[3] Colaboraron en el Aniversario de la República en 1934, que en Béjar se celebraría recaudando dinero para la cantina escolar y dando una comida a los niños.[4]

Exposición permanente “La fábrica Textil”. Museo de la Ciencia y de la Técnica de Catalunya (Tarrasa)

Pero son dos los hitos que ponen de manifiesto el carácter reivindicativo de esta sociedad: el conflicto de las trabajadoras de la fábrica textil de Norman Bonnail y el reconocimiento de la prestación por maternidad.

El conflicto en la fábrica textil tuvo lugar en 1925, año en que se instruyó un expediente con motivo de huelga planteada por la Sociedad contra el patrono Norman Bonnail Sánchez.[5] En el escrito, dirigido al Presidente de la Junta Local de Reformas Sociales, fechado en Béjar el 2 de septiembre de 1925, se especificaba que la causa de la huelga era el incumplimiento del salario que venían percibiendo las obreras pertenecientes a la sociedad. Se planteaba ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el empresario que se había negado a reunirse con ellas. El número de huelguistas era de once, todas pertenecientes a la sociedad. Firmaban la presidenta Petra Tejeda y la secretaria B. Sánchez.

7 de enero de 2022

El asociacionismo femenino en Béjar: el Despertar Femenino (1ª Parte)

Autora: Teresa López Hernández

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2021.

El proceso de industrialización conllevó una modificación social y económica que propició la incorporación de las mujeres al trabajo asalariado. Proceso favorecido por la insuficiencia del salario masculino para sufragar los gastos familiares y por ser mano de obra barata. Considerado un trabajo subsidiario, se imponían peores condiciones laborales y económicas.

El trabajo femenino sufrió un doble rechazo: el de los trabajadores masculinos que creían que los menores salarios supondrían una preferencia para la contratación y el de la sociedad burguesa que establecía una separación espacial, reservando el ámbito público para los hombres y adjudicando el ámbito privado a las mujeres, contempladas como sustentadoras del hogar.

 Trabajadoras de la industria textil en el País Vasco

Foto sacada de aquí

Las pésimas condiciones laborales en que se desarrollaba el trabajo: largas jornadas, escasos salarios, instalaciones insalubres…, activó la concienciación social que desembocaría en la denuncia de dichas situaciones, obligando a los gobiernos a establecer leyes de protección y a los sindicatos a iniciar la lucha para mejorarlas.

26 de noviembre de 2021

La catedral de Salamanca contiene un retablo y una lápida en honor a un bejarano

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2019.

            Las sorpresas asaltan a cada poco, endulzando o agriando la vida con regalos inesperados o envenenados según sea su cariz. El pasado oculto asalta al historiador cuando descubre un tesoro documental entre los legajos polvorientos de un archivo tradicional, en las fichas informatizadas de uno moderno, ante la pantalla de un ordenador en los registros digitalizados o visitando un lugar significativo. Incluso en una charla con los amigos, que en estos tiempos todo puede ser. El hallazgo que motiva este artículo surgió en una conversación, en este caso de guasap, una modalidad no incluida en la lista precedente. La historiadora Teresa López Hernández había descubierto una lápida de pizarra, inserta en una pared de la catedral de Salamanca, con una inscripción referida al mayorazgo de Francisco Pizarro y Pedraza y a un personaje, «vezino de Bexar». ¿En la catedral de Salamanca?, le pregunté. Sí, en la capilla de Santa Catalina

 Lápida y retablo de Francisco Pizarro y Pedraza, en la capilla de Santa Catalina de la catedral de Salamanca

24 de julio de 2020

Apuntes sobre la situación de las mujeres tras la revolución del 1868 (3ª parte y final)


Autora: M.ª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 46-51.


Educación

La libertad de enseñanza junto al derecho a la educación fue otro de los pilares sobre los que se fundamentó el progreso social. Las mujeres, como sujetos incluidos dentro de la sociedad, se beneficiarían de las medidas tomadas para conseguir esa regeneración, pero sin que se establecieran medidas específicas para ellas.  

 Grabado sacado de aquí

No obstante, hubo un movimiento de renovación pedagógica que se preocuparía porque las mujeres se incorporaran activamente a la sociedad y, basándose en las ideas del krausismo, crearon la Asociación para la Enseñanza de la Mujer en 1870 y la  Institución Libre de Enseñanza en 1876, que pretendía fomentar la igualdad con el hombre mediante la coeducación.[1]

18 de julio de 2020

Apuntes sobre la situación de las mujeres tras la revolución de 1868 (2ª Parte)


Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 46-51.


2. MATRIMONIO CIVIL

El derecho a la libertad religiosa fue una consecuencia de la separación de la Iglesia y el Estado. Este reconocimiento conllevó la implantación del matrimonio civil obligatorio, Ley de 18 de junio de 1870, frente a la práctica anterior solamente del matrimonio religioso.

 Foto internet

El art. 2 de dicha ley manifestaba que los matrimonios que no se celebraran con arreglo a las disposiciones establecidas en la ley no producirían efectos civiles respecto de las personas y bienes de los cónyuges y de sus descendientes. Se declaraba el matrimonio perpetuo e indisoluble y se hacia la declaración explícita de que los contrayentes podían celebrar el matrimonio religioso antes, después o al tiempo del civil.[1]

11 de julio de 2020

Apuntes sobre la situación de las mujeres tras la revolución de 1868 (1ª Parte)


Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 46-51.


       Actualmente no se puede negar la presencia femenina en todos los acontecimientos históricos, si bien la subordinación social a que estaban sometidas hace que no figuren en crónicas ni documentos, siendo los firmantes de acuerdos y tratados, los dirigentes de guerras y revoluciones, los que adquieren protagonismo para la posteridad. 

Foto internet

       Es el caso de Béjar. A pesar de la actuación decisiva que tuvo la ciudad en la Revolución y de que en ella participaron todos los habitantes, no queda constancia de la colaboración de las mujeres. En 1868 las mujeres tenían el mismo interés que los hombres en derrocar a la monarquía e instaurar un nuevo orden que trajera los cambios necesarios que  permitieran el progreso económico y social, considerados indispensables para mejorar las condiciones de vida. Sabemos, por los estudios realizados en el resto del país, que su participación se realizó desde todas las ideologías políticas, aunando al mismo tiempo su lucha por la emancipación de la mujer

31 de julio de 2018

Una mujer del siglo XIX: Concepción Arenal (3ª Parte y final)

Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2017, pp. 48-51.

   La preocupación por la clase obrera vino dada por las condiciones laborales y de vida de los trabajadores. Era partidaria del reformismo, pero sin llegar a la revolución y sin recurrir a la fuerza. Entre los años 1912 y 1915 proliferaron los conflictos en la industria textil de Béjar. Desde la prensa se exhortaba a reconducir la situación y solucionarla por vía pacífica, apelando a los fundamentos contenidos en La cuestión social


     “Los que suelen alarmar en las huelgas son los hombres que murmuran o gritan en la calle, lo que a mí me preocupa son las mujeres y los niños que lloran y sufren en la pobre ignorada vivienda, donde nadie los oye ni los consuela”.[1]
      Te engañan, pobre pueblo, te extravían, te pierden. Derraman sobre ti el error, la adulación y la mentira, y cada gota de esta lluvia infernal hace brotar una mala pasión o corroe un sano principio. […] Han acostumbrado tus oídos a palabras falaces y acaso no escuches las verdades que voy a decirte porque te parezcan amargas…. Aunque mis palabras te parezcan duras, espero que dirás en tu corazón: es la voz de un amigo”.[2]

24 de julio de 2018

Una mujer del siglo XIX: Concepción Arenal (2ª Parte)

Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio  de Béjar, 2017, pp. 48-51.

      Unos meses después, La Victoria expresa su opinión sobre la disposición del gobierno que pretendía suprimir el Cuerpo de Capellanes de Prisiones. Lo expuesto en La Voz de la Caridad, periódico promovido por Concepción Arenal en 1870, desde el que se refutaba una medida similar dictada por Pi y Margall en 1873, les servirá como base para su protesta: 

       “El señor Pi y Margall que suprime los capellanes en las prisiones los conserva en las casas de beneficencia. ¿Qué razón puede haber para sostener un culto en un manicomio y suprimirlo en un presidio?” 



      Tras la revolución de 1868, acepta el cargo de Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres y se incorpora a la Junta Directiva del Ateneo de Mujeres, lo que le lleva a publicar La mujer del porvenir (1869), que había escrito algunos años antes y desde la que se fomenta el beneficio de la instrucción en las mujeres

17 de julio de 2018

Una mujer del siglo XIX: Concepción Arenal (1ª Parte)

Autora: Teresa López Hernández.
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio, 2017, pp. 48-51.

      La primera mitad del siglo XIX estuvo caracterizada por la continuidad respecto a los cánones establecidos anteriormente, la debilidad del régimen liberal y la ausencia de una clase burguesa con poder impidió los cambios necesarios para la modernización del país en todos los ámbitos. 


       En la práctica, a pesar de los principios igualitarios que defendía el liberalismo, las mujeres siguieron excluidas del ámbito político y público, desempeñando el papel de esposas y madres, sometidas a la potestad del padre o del marido. No se tuvo en cuenta su educación, había muchas niñas sin escolarizar y, por consiguiente, mucho analfabetismo. Tampoco las que asistían a los colegios recibían una esmerada educación, se les impartían nociones básicas encaminadas al desempeño del trabajo doméstico y educación de los hijos. En el mundo laboral su salario era considerado como complementario y de menor valor. 

12 de diciembre de 2016

La invisibilidad de las obreras del textil (1900-1960) (3ª Parte y final)



Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2016, pp. 48-53. 

Dos de las principales reivindicaciones de la clase obrera fueron la reducción de la jornada laboral y el descanso dominical.

El descanso dominical para todos los trabajadores fue reconocido por Ley de 3 de marzo de 1904, porque para las mujeres y los menores ya se contemplaba en la Ley de 1900. No obstante, el incumplimiento era patente incluso bastantes años después de su promulgación. 

 Trabajadoras textiles en una fábrica de Nueva York
Foto sacada de aquí


Quedaba constatado que en Béjar, en 1913, “el descanso dominical sólo se observaba en el textil por los varones”. Los menores también trabajaban en domingo y más horas de las permitidas, aunque se reconocía que las condiciones eran menos penosas que en Cataluña[1].
 

El primer límite de jornada se estableció en 1902 sólo para mujeres y menores  con un máximo de 11 horas diarias.

5 de diciembre de 2016

La invisibilidad de las obreras del textil (1900-1960) (2ª Parte)



Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiesta de Béjar, 2016, pp. 48-53.

La lucha obrera por conseguir una mejora de las condiciones laborales generó una gran conflictividad social que, unida al cambio de la legislación internacional, obligó a los países a incorporar los avances para no peder competitividad y condujo a reformas institucionales y legales[1].

En 1903 se creó el Instituto de Reformas Sociales y más tarde, en 1920, el Ministerio de Trabajo, a la vez que se fue configurando una legislación laboral que pretendía “proteger” a la mano de obra más frágil: mujeres y niños,  extendiéndose posteriormente al resto de trabajadores.



Una “protección” que muchas veces las mujeres no vieron como tal, puesto que no se las tuvo en cuenta a la hora de elaborarlas y les produjeron perjuicios que condujeron a incumplimientos no sólo por parte de la patronal, sino por parte de las mismas trabajadoras que veían como esas normas les privaban de trabajo sin aportarles ningún beneficio a cambio.

28 de noviembre de 2016

La invisibilidad de las obreras del textil (1900-1960) (1ª Parte)



Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2016, pp. 48-53.

Una de las características fundamentales del mundo laboral a finales del siglo XIX, que continuaría durante la primera mitad del siglo XX, fue la masiva incorporación de las mujeres a talleres y fábricas, no significando ello que hasta entonces hubieran permanecido apartadas del trabajo o sólo se hubiera circunscrito al ámbito doméstico.


Se emplearon sobre todo en aquellas actividades que tradicionalmente habían ejercido para los que no se requería mucha formación y sí bastante habilidad, como fue el sector textil.

 Monumento dedicado a las obreras bejaranas y titulado "A ti, mujer", 
del escultor Pedro Requejo Novoa. Béjar.


Béjar, centro industrial textil, contó con un buen número de trabajadoras de las que apenas tenemos noticias. Es cierto que las noticias sobre los obreros del textil en la prensa se limitaban a dar cuenta de los numerosos conflictos laborales que protagonizaron. Las obreras no permanecieron ajenas a esos conflictos, pero se las menciona en sus inicios desapareciendo toda referencia posterior en los procesos de negociación y conclusión.


Así sabemos, que en noviembre de 1911, en la huelga declarada por los obreros cardadores, ante la negativa de los patronos a aceptar las bases de un nuevo contrato en el que se pedía aumento de jornal, todos los obreros abandonaron la fábrica  incluso las mujeres[1].


 Obreras de una fábrica textil catalana. 
Foto sacada de aquí

6 de junio de 2016

"Colombine" en el Ateneo Bejarano (2ª parte y final)

Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 70-73. 


A Carmen de Burgos, Colombine, también le parecía vital el acceso de las mujeres a la educación, que les permitiría ser independientes económicamente, abandonando el concepto de marido como necesidad en vez de cómo compañero. Ante la alarma social que creaba la instrucción de las mujeres considerándolo el paso previo a la libertad y al abandono del hogar, ella argumentaba que las habilitaría para desempeñar mejor su función educadora y el trabajo nunca les impediría asumir sus tareas en el hogar y el abandono de sus hijos. 



Porque, aunque veía las injusticias a que se sometía a las mujeres, también defendía el papel que estas desempeñaban en la sociedad como “creadoras de amor y de hacer sentir la belleza”, sin significar esto que fueran seres débiles y por eso la fuerza que detentaban debía ser encaminada de modo benéfico pero “evitando enfocar como caridad lo que había que dar por justicia social”.

30 de mayo de 2016

"Colombine" en el Ateneo Bejarano (1912) (1ª Parte)



Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 70-73. 

El Ateneo Bejarano se fundó en 1911 fruto de la práctica surgida a finales del s. XIX y principios del XX que consistió en la creación de lugares de encuentro social en los que se agrupaban según su estamento social: burguesía, grupos obreros, partidos políticos, etc. con la finalidad de desarrollar actividades lúdicas, culturales, educativas… y a los que se les asignaban distintos nombres como círculo, ateneo, o casino. Era un proyecto cultural avanzado, plural, que reconocía los derechos de la mujer. Su promotor, el periodista bejarano José María Blázquez de Pedro, participó en diversas publicaciones periódicas y anarcosindicalistas [1].
 Carmen de Burgos, "Colombine"
 
Su corta existencia, se extinguió en 1912, no impidió una intensa vida cultural que se plasmó en su publicación “Cultura y Tolerancia”, cuyos números abarcan el periodo comprendido entre el 1 de enero de 1911 y el 25 de agosto de 1912. En ella se anunciaban actividades del Ateneo pero, sobre todo, era el órgano de reflexión de algunos ateneístas [2]. Tuvo su domicilio social en la Puerta de Ávila nº 18 y una orientación progresista radical. No en vano había sido iniciado por la Juventud Republicana, Agrupación Socialista y Grupo Anarquista, aunque esto no limitaba la pertenencia: “caben gentes de todas las ideas, de todos los partidos,  la puerta está abierta al pasajero, la biblioteca a quién quiera utilizarla y se puede discutir todo, no hay vallas, no hay limitaciones, lo único que se prohíbe son los apostatas, no a nuestras ideas, sino a las ideas…[3].

22 de octubre de 2015

La imagen de la mujer en la prensa de Béjar (1900-1925) (3ª Parte y final)

Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2011, pp. 43-46.

Tampoco eran todo virtudes objeto de admiración, también había ciertas facetas de la personalidad de la mujer que había que corregir. Uno de los principales defectos que se le atribuían era el gusto por el lujo y las modas, prestándose a sus tiranías e incluso con sufrimiento, convirtiéndose en esclavas y “flores de pasión”[1].

No era una cuestión que sólo afectara a España. En el estado de Ohio (EE.UU.) la preocupación llegó a tal extremo que se presentó un proyecto de ley en el que se establecían las normas que se deberían seguir respecto al vestir femenino. En dicho proyecto se proponía declarar ilegales los cuerpos de vestidos abiertos, se fijaba la longitud del escote permitido, se prohibían las telas trasparentes, serían multadas las señoras o señoritas que se alzaran las faldas en público para enseñar las medias, y habría penas de cárcel para los comerciantes que exhibieran en los escaparates maniquíes sin vestir. La indignación de la población femenina no se hizo esperar y acusaron al diputado de soltero y misógino. La noticia la recogía El Noticiero el 24 de mayo de 1913 y acababa con la siguiente frase: “Algo parecido se imponía en la vieja Europa”[2]. 

Rosario Pino, actriz que actuaba en el Teatro Cervantes de Béjar


Pero en el nuevo siglo la permanencia de un ideal clásico de mujer no fue incompatible con las reivindicaciones que evitaran la exclusión del sexo femenino de la actividad política y social. Una parte de la lucha feminista consistió en conseguir el voto femenino. Se pedían los mismos derechos, ventajas, profesiones y cargos de los que disfrutaba el sexo fuerte, puesto que ellas también pagaban contribución y tenían cargas, deberían poder estar en el Parlamento. La Condesa de Pardo Bazán pensaba que era un problema de justicia y reforma social[3].

11 de octubre de 2015

La imagen de la mujer en la prensa de Béjar (1900-1925) (2ª Parte)

Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2011, pp. 43-46.

Incluso Cultura y Tolerancia, revista de carácter progresista -no hay que olvidar que el Ateneo Bejarano había sido fundado por la Juventud Republicana, la Agrupación Socialista y el Grupo Anarquista- organizó un concurso en el que los suscriptores tenían que votar para elegir a la señorita más buena, más culta y más bella de Béjar, considerando señorita a toda joven soltera que hubiera cumplido quince años independientemente de la clase social a la que perteneciera. En marzo de 1912 se proclamarían las ganadoras en una gran velada.

Estamos seguros de que este concurso obedecía a lo explicado con anterioridad y no al hecho de que no hubiera en Béjar mujeres casadas u hombres que reunieran los requisitos exigidos para entrar en cualquiera de esas categorías.



Una vez pasada la etapa de la primera juventud, ante la imposibilidad de promoción social, la única “carrera” para la mujer era la del matrimonio que les permitía tener una seguridad económica y afectiva. No se las formaba para el desempeño de una profesión, que muchas mujeres ni contemplaban, y las que lo hacían se veían con tantas dificultades y con tan poco apoyo que desistían. Solamente trabajaban en caso de necesidad económica, desempeñando oficios considerados propiamente femeninos, de escasa cualificación. Cuando se hace mención de los trabajos que realizaban, se habla de costureras, castañeras, lavanderas.