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8 de marzo de 2024

Zúñiga – Pimentel. La desaparición de un panteón (2ª Parte y final)

 Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero

Publicado en su blog Los Abdones

Todo son especulaciones sobre el sepulcro de los primeros duques de Béjar y nadie ofrece pruebas documentadas de que lo que afirman sea cierto. Como ocurre en muchas poblaciones, hay cronistas que, con su mejor voluntad y cuando no encuentran explicación a sus investigaciones, escriben su crónica diciendo «es posible», «se supone» o «pudiera ser» y lanzan su hipótesis que luego perdura por los tiempos, porque algunos cronistas que vienen detrás lo dan por cierto y no andan molestándose en confirmarlo.

Pero hay dos publicaciones muy claras de dos personas, testigos directos de lo sucedido en este caso.

La primera es de fray Alonso Fernández que en su Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia dice que cien años después de la muerte de los duques, con motivo de una remodelación, levantaron los sepulcros y solo encontraron el de su hijo don Juan de Zúñiga y que él fue testigo de ello. La siguiente es la crónica sobre el administrador de los duques y posteriormente albacea de sus testamentos, el deán don Diego de Jerez, que estuvo con ellos en vida y administró sus bienes después de su muerte. Esta crónica está magníficamente escrita por el investigador Domingo Sánchez Loro.

 Interior del Parador de Plasencia, en el convento de San Vicente Ferrer

Estos dos testigos directos aseguran que duque y duquesa fueron enterrados en la capilla mayor de la Catedral de Plasencia (la antigua). Como los Reyes Católicos en 1488 despojaron a don Álvaro II de Zúñiga, nieto y heredero del fallecido duque de Plasencia, de la ciudad y su tierra, y la incorporan a la corona real, terminan con la presencia en Plasencia de los Zúñiga que la habían gobernado durante los últimos 46 años y con su influencia. La situación se agrava además por las pendencias entre los pretendientes al Ducado que se desentienden de los enterramientos, del traslado de los restos a San Vicente Ferrer y, sobre todo, de las costas de estas tareas y los responsos necesarios para ellas. (Domingo Sánchez Loro. El parecer de un Deán).

1 de marzo de 2024

Zúñiga-Pimentel. La desaparición de un panteón (1ª Parte)

Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero.

Publicado en su blog Los Abdones (26/12/2023).

Hace unos meses recibí la llamada de un familiar que sabía mi interés por el apellido Zúñiga y me preguntaba que dónde estaba enterrada Leonor de Pimentel y Zúñiga. Los que nos hemos preocupado por saber algo de esta familia sabemos que fue la segunda esposa de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, duque de Plasencia y primer duque de Béjar, entre otros muchos títulos, además de ser sobrina carnal suya, ya que era hija de su hermana Elvira.


Los investigadores piensan que la donante es Leonor de Pimentel.

 

 

Estos son los escudos nobiliarios de la familia Zúñiga y Pimente

 

La cuestión es que, a pesar de que  llevaron una vida típica de la nobleza de la época, plagada de apropiaciones dudosas, traiciones a reyes, nobles y Órdenes Militares y posterior reconciliación interesada, hacían profesión de muy religiosos y obedientes a la Iglesia, cuidando mucho de que ésta estuviera siempre a su favor. Es por ello que  dejan dispuesto en sus testamentos que los entierren en la capilla mayor, en el lado del evangelio, del convento de San Vicente Ferrer de Plasencia, que ellos estaban fundando junto a su casa palacio y que ahora es conocido como convento de Santo Domingo. Pero que hasta que estuviera terminado el monasterio fueran enterrados en la capilla mayor de la catedral de Plasencia (la antigua). En su carta del 22 de agosto de 1484, la duquesa de Plasencia manifiesta su deseo de ser sepultada, al igual que su marido, en la capilla mayor de la iglesia catedral mientras se termina la de San Vicente. Falleció el año 1486.

22 de diciembre de 2023

Empresarios de la pañería textil, empresarios de la metalurgia: los Izard bejaranos y el catálogo colectivo de elementos metalúrgicos urbanos (3.ª parte)

En esta entrada vamos a colgar elementos metálicos urbanos de la empresa Izard Béjar relativos a tapaderas, tanto del sistema de saneamiento, aguas pluviales y alumbrado de Salamanca y otras ciudades de España (Cáceres, Mérida y Badajoz), además de localidades de otras provincias (Plasencia, Hervás, Baños de Montemayor, Barco de Ávila, etc.). 

Para ello contamos con la inestimable ayuda de los amigos de Facebook, que me han ido mandando ejemplos de distintos puntos de la península. Poco a poco vamos engrosando nuestro inventario colectivo.

Salamanca ciudad

 Salamanca. Avenida de Salamanca. Eduardo Álvarez. Alumbrado público 

15 de julio de 2023

El exvoto encargado por la duquesa de Plasencia Leonor de Pimentel y la conexión sumeria

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

Nuestra actualidad está llena de constructos que vienen del pasado, a los que reasignamos nuevas funciones o nuevos significados. Se podría hablar de un reciclaje de recursos de la memoria colectiva (¿economía de la razón?), o tal vez de una falta de apertura a nuevos horizontes en el campo de las ideas. Especialmente en el terreno religioso, son innegables los lazos que la cultura europea mantiene con sus precedentes, que equivocadamente consideramos extintas.     

 

 Exvotos sumerios. Pinterest.com

 

Los sumerios -que nos legaron los primeros avances de la civilización, pero también el miedo y la sumisión a dioses y reyes- agradecían los favores de las divinidades dedicándoles estatuillas, las que podían tener la forma de la deidad misma, la del beneficiado o de ambos a la vez. Originalmente confeccionadas en arcilla, más tarde fueron fabricadas en metal y son la base de lo que hoy conocemos como exvotos.

27 de marzo de 2023

De la estancia de Nebrija en Béjar en abril de 1488

El año pasado se festejó con gran aceptación en los ámbitos académicos la muerte de Antonio de Nebrija (m. 1522), insigne gramático, humanista y profesor al que se conoce a nivel general por haber emprendido la redacción de la primera Gramática castellana. Sin embargo, no fue su única ni su más famosa obra entre sus contemporáneos. También abordó la compilación de un Diccionario latino-español y un Vocabulario español-latino


Habiendo nacido en Lebrija, Sevilla, en 1444, estudió en las universidades de Salamanca, Córdoba (Teología) y Bolonia, y después impartió clases como catedrático en la propia universidad de Salamanca de Gramática y Retórica.  Su prestigio era inmenso para cuando se casó con Isabel Solís de Maldonado, pero la Iglesia le retiró su asignación económica, cada vez más escasa además a medida que la pareja iba teniendo descendencia. 

3 de diciembre de 2022

La relación entre Isabel I de Castilla y los Zúñiga: más recompensas que castigos

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

En 1471 se cruzaban por los caminos de Europa los mensajeros que llevaban a Roma la solicitud de dispensa de consanguinidad para el matrimonio de la princesa Isabel de Castilla con el príncipe Fernando de Aragón; y la de asignación del maestrazgo de la Orden de Alcántara para el niño de doce años Juan de Zúñiga y Pimentel, hijo de Álvaro de Zúñiga, señor de Béjar y Gibraleón, conde de Plasencia y duque de Arévalo, y de su sobrina y esposa Leonor Pimentel y Zúñiga.

 

Isabel la Católica

 

A la muerte de Enrique IV, Álvaro de Zúñiga fue uno de los dos integrantes de la Liga Nobiliaria que reconocieron a la princesa Juana (la Beltraneja) como sucesora, por la palabra dada al monarca y por temor de perder la villa de Arévalo que había pertenecido a la madre de la princesa Isabel, en caso de Álvaro. Sobrevino la guerra de sucesión castellana, y tres de los hijos de este: Pedro, el primogénito, señor de Ayamonte, Lepe y la Redondela; Álvaro, prior de la Orden de San Juan de Jerusalén; y Elvira, condesa consorte de Belalcázar, apoyaron a Isabel.

10 de septiembre de 2022

La tabla de la Virgen de la Antigua, una de las dos obras que representan a Béjar en la nueva edición de Las Edades del Hombre en Plasencia

Autores: Carmen Cascón Matas y Roberto Domínguez Blanca

 Publicado: Béjar en Madrid, 4.895 (20/V/2022).


          El 11 de mayo de 2022 los reyes inauguraron la última exposición de Las Edades del Hombre, Transitus, con sede en Plasencia. En esta ocasión se han seleccionados dos obras del extenso y variado patrimonio de Béjar y sus localidades de ámbito histórico: la tabla de la Virgen de la Antigua, atesorada en la iglesia de Santiago, y el Cristo de un jovencísimo Mateo Hernández, guardado entre los muros del templo del Pilar y San José. Recordamos que no han sido las únicas piezas de nuestro entorno expuestas en Las Edades del Hombre: en 2007 se expusieron el Cristo Yacente, también de la iglesia de Santiago, y la cruz procesional de plata de la parroquia de Candelario, en la edición de Ponferrada; en 2009, el busto de La Dolorosa de San Juan Bautista en Soria; y en 2016 una tabla del retablo de San Gil en Toro. 

 Tabla de la Virgen de la Antigua de Béjar restaurada. 

Foto sacada de aquí

            El origen de la Virgen de la Antigua se ha vinculado por la historiografía a la toma de Sevilla por las mesnadas locales en 1248, pero dicha explicación es desafortunada ya que la tabla original, que se encuentra efectivamente en la catedral de Sevilla, no se ejecutó hasta el siglo XIV. Otra explicación más plausible es su relación con el linaje de los Zúñiga: Pedro de Zúñiga, señor de Béjar y alcalde mayor de Sevilla, adquirió gran cantidad de bienes muebles en la capital andaluza que obligaron a permanecer largas temporadas en ella a distintos miembros de la familia. Que adquirieran gran devoción por la virgen sevillana y que mandaran hacer una copia para trasladarla a Béjar es un motivo sencillo y quizá el más convincente para explicar la presencia de esta iconografía en la villa. 

26 de febrero de 2022

Avance del catálogo de pozos de nieve en Salamanca y Cáceres (4ª Parte y final)

Autor: Juan Antonio Frías Corsino

Publicado: El Comercio del Frío. Actas del II Congreso Internacional sobre la utilización tradicional del hielo y de la nieve natural. Museo Valenciano de Etnología, Diputación de Valencia, 2009, pp. 237-244.

 

Pozos en las provincias de Ávila y Cáceres

No podemos precisar la existencia de pozo en la localidad de Barco de Ávila, pero sí el consumo de nieve, pues Pascual Madoz recoge en su Diccionario Geográfico que “la localidad exporta exquisitas truchas del Tormes a Madrid y otros puntos, entre nieve o escabechadas”. Es curiosa la permanencia, desde el siglo XVII, en el callejero de Barco de Ávila de la calle del Pozo y la plaza del Pozuelo, muy próximas ambas a la entrada medieval a la villa por la que se accedía desde las rutas camineras desde la sierra. Creemos que no puede entenderse que dicho pozo y pozuelo fueran depósitos de agua, pues la población cuenta con una amplia red de agua de uso doméstico en fuentes públicas, motivo que nos hace concluir que existió pozo de nieve.

 

Palacio de los Alba en Piedrahíta (Ávila)

Piedrahíta contó con su respectivo pozo para abastecimiento de la población, que giraba en torno a la Casa Ducal de Alba. Esta construyó a mediados del siglo XVIII un palacio con jardines para sus retiros veraniegos, donde suponemos que los nobles seguirían la moda del momento en lo que respecta al consumo de nieve en todas sus variedades. Conserva aún el nombre de la calle de “Las Neverías”.

28 de noviembre de 2020

Leonor de Pimentel y Zúñiga y la misteriosa muerte del infante Alfonso de Castilla

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez      

 

       No es menor la información que a través de textos contemporáneos y modernos se puede obtener de esta notable mujer, de quien lamentablemente no hay retratos, como tampoco de su tío carnal, padrino de bautismo y esposo. El apellido que compartía con su marido, treinta y tres años mayor, fue Stúñiga hasta la avenencia firmada entre este y los Reyes Católicos, y la dignidad de ser la primera duquesa consorte de Béjar, tan anhelada por ella, sólo la pudo disfrutar pocos meses antes de su fallecimiento.

 

Enrique IV de Castilla

       Curiosamente, la unión de los dos principales linajes de Leonor se originó en el asesinato del condestable Álvaro de Luna, en el que participaron su padre Juan Alonso Pimentel, I conde de Mayorga; su abuelo materno y suegro Pedro de Zúñiga, I conde de Plasencia; y su tío y esposo Álvaro de Zúñiga, futuro I duque de Béjar. El grado de consanguinidad y la corta edad de Leonor (diecinueve años) escandalizaron a la corte, pero la pareja obtuvo el apoyo del también cuestionado monarca Enrique IV, desatando en Roma una ola de sobornos y corrupciones que alcanzó al mismísimo pontífice (Pío II), con el fin de obtener la dispensa.      

 

7 de agosto de 2020

La Puerta del Cosmos está en Plasencia

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        Es el título de la noticia publicada hace un tiempo en hoy.es, rescatada por el ingeniero Jerónimo Gómez-Rodulfo, bejarano residente en Plasencia. Dice: Hasta ahora sólo era la olvidada y enigmática puerta “de la mota” que Fadrique de Zúñiga, I marqués de Mirabel, salvó de la antigua fortaleza medieval de su antecesor Álvaro de Zúñiga al convertirla en el palacio renacentista que conocemos. Hoy, sin embargo, sabemos que es mucho más. Encierra arcanos secretos desvelados ahora por el investigador placentino Francisco Sayáns, que demuestran que la Puerta del Cosmos está en Plasencia. En sus dovelas está simbólicamente representado el mapa celeste de los planetas con la Tierra como centro del Universo, que solo él ha identificado, investigado y descifrado.

La Puerta del Cosmos en Plasencia, con el escudo de los Zúñiga, duques de Béjar, sobre el dintel Hoy.es

 

31 de julio de 2020

Una historia salmantina y un historiador chileno

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

Entre tragedia shakesperiana y película de terror, se puede considerar la historia que en el siglo XV dividió a Salamanca, España, en dos bandos nobiliarios beligerantes: la familia de los Manzano y la de los Enríquez. Fue el caso que en un juego de pelota los hermanos Manzano mataron al menor de los Enríquez, y temerosos de la venganza del mayor, lo emboscaron y lo mataron también. La madre de los Enríquez, María Rodríguez de Monroy, que pasó a la posteridad como doña María la Brava, nacida en Plasencia, persiguió a los asesinos con una veintena de hombres armados hasta Viseo, Portugal, los apresó, ordenó decapitarlos, e hizo depositar las cabezas sobre la tumba de sus hijos.       


Plaza de los Bandos, Salamanca

19 de junio de 2020

El origen seguntino de los Arcos de San Juanito de Béjar (2ª Parte y final)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.848 (5/06/2020), p. 4.

       Para responder a la pregunta del origen de la fiesta de los Arcos de San Juanito de Béjar debemos remontarnos a 1871 y viajar con la imaginación hasta Sigüenza (Guadalajara). El 28 de mayo de ese año nace un infante del matrimonio formado por Raimundo Santamera y Petra Tejedor, a quien bautizaron con el nombre de José María. La familia podía considerarse de mediana posición para la época por regentar una carpintería y muy devota. No en vano el primo de Raimundo era don Eladio Mozas Santamera[1], sacerdote al que el papa Francisco ha declarado no hace mucho “venerable”. La educación cristiana recibida de sus padres y el contacto con otros sacerdotes de la familia hicieron que la vocación religiosa surgiera pronto en José María

 Eladio Mozas Santamera

           Conocida su inclinación sacerdotal por don Eladio, canónigo entonces de la catedral de Plasencia, no esperó a que su sobrino se echara atrás en sus sanas intenciones y le invitó a viajar a la ciudad extremeña para que cursase sus estudios en el seminario. 

22 de mayo de 2020

Un conflicto de escudos en Baños de Montemayor: los Zúñiga frente a los Carvajal (3ª Parte y final)

Autor: Miguel Sánchez González


Como decíamos casi al principio el conflicto de los escudos se dilató tanto que mientras se dirimía subió al trono Felipe II, un nuevo duque heredó la corona de Béjar, don Francisco, y un nuevo obispo fue elegido en Plasencia, don Pedro Ponce de León. En otro documento expedido por la Audiencia de la Chancillería de Valladolid se vuelve a tratar a petición del nuevo obispo[1].




Inicio de la ejecutoria 1165-47



“Executoria a pedimyento del obispo de Plasençia

Octubre 1569

Don Felipe al nuestro justiçia mayor y a los de nuestro consejo presidente e oydores de las nuestras audiençias... salud e graçia. Sepades que el pleito criminal paso e se trato en la nuestra corte y chançilleria... entre el reverendo en chrpto padre don Gutierre de Carabajal, obispo que fue de Plasençia... y Françisco de Ribera, alcalde mayor que fue de la villa de Bejar, y Lope de Balmaseda, alguazil en ella, y Françisco Martin, escrivano... se querello criminalmente contra don Françisco de Çuñiga e doña Teresa su muger, duques de Bejar, e Françisco de Ribera, su gobernador...”.

8 de mayo de 2020

Un conflicto de escudos en Baños de Montemayor: los Zúñiga frente a los Carvajal (1ª Parte)


Autor: Miguel Sánchez González

Este pequeño texto fue publicado originalmente en “Castillejos, hoja informativa y cultural de Baños de Montemayor” nº 106 (agosto de 2012), creación de uno de los bañenses más conocidos en la red: Juan Luis Regidor. A él debemos agradecer la labor de difusión de anécdotas, personajes, curiosidades, noticias históricas, fotografías, poesías... relacionadas con Baños y alrededores, sirviendo de pequeño altavoz cultural y vehículo de difusión entre 2013 y 2017 [1].




Cualquier vecino de Baños de Montemayor o visitante que se haya acercado al pueblo habrá dado un paseo hasta la “iglesia de abajo” o de Santa Catalina de Siena. Después de haber mirado a lo alto de la torre, calculado el peso del nido de las cigüeñas, de haber pensado si merecerá la pena subir las escaleras que llevan a la entrada de la torre y haber desistido pensando en sus rodillas, habrá acabado por dar una vuelta a su alrededor y quizás haya acabado fijándose en la puerta que mira hacia el sur. 

 Portada principal de la iglesia de Santa Catalina de Baños


Se trata de una sencilla puerta con arco de medio punto, renacentista, y alfiz que lo enmarca. Sobre él una hornacina que siempre vimos vacía y a ambos lados sendos blasones de los duques de Béjar similares a los que vemos en una casa cercana a la iglesia, que hace esquina junto a la torre, y a otros que hay en las Fuentes de los Mesones, llevada a la carretera de la salida del pueblo.

3 de abril de 2020

Leonor de Pimentel y Zúñiga, primera duquesa consorte de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Sorprende el interés que, en diversas épocas y ámbitos, han despertado la vida y el círculo familiar de esta mujer, como aquel que relata el autor anónimo de la Crónica del rey Enrique IV, 1454-1474, contemporáneo suyo, implicando al papa Pío II:  



      "Y entre otras cosas que hizo exorbitantes otorgó dispensación a don Álvaro de Estúñiga, conde de Plasencia, para que casase con doña Leonor Pimentel, fija de su hermana, su comadre, e su ahijada de pila; la cual dispensación al conde había sido denegada por Nicolao e después por Calisto... Las cuales cosas todas parecieron livianas al Santo Padre Pío, en respecto de recibir doce mil ducados que recibió por esta dispensación."

Pío II

     De ello se hace eco Luis Salazar y Castro, que en Advertencias históricas sobre las obras de algunos doctos escritores modernos, expresa que "cuando don Álvaro de Zúñiga, primer duque de Béjar, casó el año 1459 con doña Leonor Pimentel, hija de su hermana doña Elvira de Zúñiga, y de don Juan Pimentel, conde de Mayorga, se escandalizó Castilla porque semejante vínculo de parentesco nunca se había visto dispensado". 

3 de agosto de 2019

La placentina Inés Suárez: de manceba a santa


 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

-Para que vayamos avanzando remito a tales lecturas-, decía el profesor en la primera clase, entregando un listado y dando inicio a actividades particulares por su parte, y por la nuestra a una supuesta estampida hacia la biblioteca (no había internet entonces). El profesor era muy apreciado por su tío el decano, porque movía a los alumnos. Esta introducción, con un siesnoés de despropósito no hay duda, es para decir que Pinceladas de Historia Bejarana ya publicó Mujeres extremeñas en el asentamiento español en Chile y Una mujer como lazo entre Plasencia y Santiago de Chile, que contextualizan la presente.



 Retrato póstumo de Rodrigo de Quiroga en su vejez, de autor anónimo, segundo esposo de Inés Suárez. Museo de Historia Nacional, Santiago de Chile.

      Lo nuevo de allá a acá es que Inés de Suárez (la misma) no llevaba el de (más o menos como lo de Montalbán en la Perinola de Quevedo), y que en algunos documentos aparece su apellido como Xuárez, debiéndose leer entonces Juárez. ¡Ah!..., y que están equivocados los historiadores que la dan por mucho más joven que su segundo esposo (pasando por alto a Valdivia, claro está), porque era en realidad cinco años mayor.

25 de mayo de 2019

Sobre la leyenda del martirio del obispo Gonzalo de Zúñiga y la resurrección milagrosa de Juan de Zúñiga


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez       

       La mayoría de los historiadores concuerda en que la entrada del cristianismo en Navarra fue tardía, debido a la persistencia del sincretismo entre el paganismo ancestral de los vascones y el panteón introducido por los romanos (García Moreno, Luis A.: Algunas cuestiones de historia navarra en la antigüedad tardía, siglos V-VIII, 1987). Por eso resulta al menos sospechoso el término christicolae princeps (príncipe cristiano), que el obispo Eulogio de Córdoba aplica en alguno de sus escritos a Íñigo Arista (Ennek Aritza), primer rey de Pamplona considerado el tronco del linaje de los duques de Béjar. Eulogio le habría conocido en un frustrado viaje a Francia, que le hizo recalar en la capital vascona de esos tiempos.   




San Eulogio, Mezquita-Catedral de Córdoba. Commons.wikimedia.org



        En torno a este supuesto, el fervor y la imaginación medievales fueron añadiendo visiones e intervenciones divinas con carácter de históricas, hasta que siglos más tarde el cronista Jerónimo Zurita acuñó la expresión Cruz de Íñigo Arista para designar una figura heráldica (cruz patada) que incluyó en sus Anales de la corona de Aragón, 1562-1580, con el fin de probar que desde Ramiro I, hijo del rey de Navarra Sancho III, los monarcas aragoneses descendían del rey pamplonés.

  

14 de enero de 2019

El libro de horas negro de la duquesa de Plasencia Leonor Manrique de Lara


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Con motivo de la Semana Santa 2016, en la biblioteca del castillo de los Templarios de Ponferrada (León), se organizó una exposición de libros, pinturas y grabados del Ciclo de la Pasión de la colección Templum Libri, realizados en Europa entre los siglos X al XIX. Entre los primeros se encontraba el Libro de Horas Negro, uno de los ocho de este color que hay en todo el mundo, joya de papel de belleza indiscutible, informaba la edición digital del Diario de León del 23 de marzo.    





Libro de Horas Negro de la Colección Templum Libri de la Biblioteca del Castillo de los Templarios de Ponferrada. Foto I. de la Mata, diariodeleon.es



      Los Libros de Horas eran devocionarios manuscritos en pergamino o papiro, elaborados con técnicas especiales por artesanos gráficos para el uso de monarcas y nobles, que contenían oraciones para el orden de las fiestas del año litúrgico cristiano (lo de horas, por los momentos del día en que se realizaban las oraciones). Uno de estos ejemplares se conserva en la Biblioteca del Escorial con el nombre de Libro de Horas de los Zúñiga, realizado por miniaturistas e iluminadores que trabajaban en la corte literaria del maestre de Alcántara Juan de Zúñiga y Pimentel, en Zalamea de la Serena (Badajoz). Tiene el escudo de los Zúñiga en la primera lámina, que representa la Anunciación. Existen otros ejemplares de la misma naturaleza que llevan el nombre de reyes y nobles españoles, pero que fueron confeccionados fuera de la península (Domínguez Rodríguez, Ana: Libros de Horas de la Corona de Castilla. Hacia un Estado de la Cuestión, 2000).


12 de noviembre de 2018

Sobre el Abuelo Mayorga, un autómata en el Ayuntamiento de Plasencia (Cáceres)

 Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero

*A Jorge Zúñiga, en contestación a su email sobre el Abuelo Mayorga de Plasencia.

        El Abuelo Mayorga es un muñeco “autómata” que se instaló en la torre del reloj del Ayuntamiento de Plasencia en el año 1743. El relojero era natural de Mayorga (Valladolid) y por eso la población le puso este nombre. 

       En 1811, en una de las muchas incursiones de los franceses en Plasencia durante la Guerra de la Independencia, los soldados franceses lo tiraron al suelo y lo destruyeron en venganza a unos acuchillamientos a afrancesados. “Episodios menos festivos como el horrendo crimen que bajo mis pies cometieron Manuela Rangel y otros vecinos airados acuchillando a los “afrancesados” que estaban prisioneros, en aquél aciago verano del año 1808.  En esos años nos invadieron en más de diez ocasiones las tropas francesas y se vengaron en mí haciéndome añicos y quemando mis restos.” Parece ser que lo repusieron en 1936, pero, por lo visto el peso que tenía paraba el reloj y lo eliminaron

 Abuelo Mayorga
Foto extraída de aquí

           El actual Abuelo Mayorga lo mandó reponer el alcalde Juan Francisco Serrano Pino en 1973. Fue un buen alcalde y el primero, en mucho tiempo, que se dedicó profesionalmente a la alcaldía. Fue el último alcalde no constitucional. Dio un cambio radical a Plasencia, que pasó de ser un Pueblo, a una pequeña Capital. Reformó el Ayuntamiento recuperando la fachada primitiva y la figura del Abuelo Mayorga. Cuando se presentó a las primeras elecciones constitucionales, yo formé parte del grupo que encabezaba: el GIP (Grupo Independiente Placentino) con la condición de no salir de concejal. Yo tenía una empresa y no podía dedicarme a enredos políticos. Le di mi apoyo porque vi la transformación de Plasencia desde que llegué hasta esas fechas. Y de su siembra vivieron algunos alcaldes posteriores. Salió como Concejal con un pequeño grupo de compañeros con los que sigo teniendo buena relación. Serrano Pino murió hace unos años, un poco olvidado, aunque los placentinos lo recuerdan con agrado. 

27 de agosto de 2018

El pragmatismo religioso de los Duques de Béjar y la resurrección de Juan de Zúñiga y Pimentel

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez 

       De un paganismo vernáculo, el ancestral linaje vascón de los duques de Béjar evolucionó primero hacia un sincretismo religioso romano y luego hacia un islamismo igualmente más político que religioso, para instalarse finalmente en la cúspide de la tardía introducción del cristianismo en Navarra (ss. VIII-IX). Este último paso se dio sólo al final de la dinastía Íñiga fundada por Íñigo Arista y tuvo también motivaciones políticas, sin perjuicio de que padres de la iglesia española, como Eulogio de Córdoba, se empeñaran en adelantar el trance calificando al inadvertido Arista (sobrenombre, no apellido) de christicolae princeps, y urdiendo en torno a él un manto de leyendas piadosas y fantásticas potenciadas hasta hoy. 


       Afincado en Castilla (s. XIII), el linaje navarro siguió los pasos de la nobleza local que lo había acogido como par, y se integró al régimen social que utilizaba la religión como instrumento de poder, avalado por la corona y la propia Iglesia.