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15 de diciembre de 2023

Empresarios de la pañería textil, empresarios de la metalurgia: los Izard bejaranos y el catálogo colectivo de elementos metalúrgicos urbanos (2.ª parte)

 Autora: Carmen Cascón Matas

       Al comenzar esta segunda parte del artículo desvelaré, por fin, el motivo que me ha llevado a escribir este pequeño artículo sobre los Izard y su fábrica metalúrgica. Todo comenzó por casualidad, mirando al suelo. Mientras esperaba en la calle, me fijé en lo que tenía bajo mis pies: una tapa de alcantarilla que rezaba «Izard Béjar». Para entretenerme decidí captarla con la cámara de mi móvil y la subí a Facebook como curiosidad. A partir de ese momento me fui fijando en la cantidad de información que ofrecían, sobre todo en las que había repartidas por Béjar. Recordé la gran nave que se desplegaba a la subida de Ronda de Navarra y los sonidos metálicos que brotaban de sus entrañas cuando pasaba por la calle de camino al colegio. Hoy esa nave ha desaparecido, pero las tapas metálicas continúan recordando a esta fábrica bejarana que todavía está en funcionamiento. 

 Béjar. Barrio Neila. Año 1961. Tapa de red de saneamiento. 


 Béjar. Barrio Neila. Alcantarilla de aguas pluviales.

           La respuesta de Facebook fue muy interesante: muchos conocidos comentaron que las había de otras empresas, de años dispares y me enviaban fotos alusivas. La red se amplió y comenzaron a llegarme fotos de elementos metálicos de Izard de otras ciudades (Mérida, Cáceres, Salamanca, Plasencia), de pueblos más o menos cercanos (Hervás, Sorihuela), incluso de la propia Béjar, pero con años diferentes o incluso con erratas. Así, las fui compartiendo bajo el título «Inventario colectivo de elementos metálicos a de Izard Béjar». Desconozco si tienen un nombre más técnico, pero es igual. Lo que sí tenemos que tener en cuenta es que existen distintos tipos de tapaderas, dependiendo de si cubren el sistema de tuberías bajo nuestros pies (bien de aguas potables o de aguas residuales) o si desalojan las aguas pluviales. En el segundo caso tienen rejillas para conducir el agua hacia las alcantarillas. A estas hay que añadir las tapas cuadradas del alumbrado público.

3 de noviembre de 2023

A la sombra de sus hermanos: Segundo Olleros Mansilla (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas


El quinto hijo del matrimonio formado por Anselmo Olleros Pérez y Petra Mansilla Ramos del Manzano fue Segundo Olleros Mansilla (1850-1890). Como decimos, es una figura ensombrecida por los tres hermanos que le antecedieron por nacimiento[1], pero sus descendientes aún guardan recuerdo de su memoria. Murió, como vemos, joven, con solo cuarenta años. Como miembro de la burguesía bejarana del régimen liberal, desempeñó cargos políticos y representativos a nivel local, a la vez que se dedicaba profesionalmente a la industria textil.

En 1879 le vemos ejerciendo de teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Béjar y de presidente de la comisión específica que trataba los asuntos de las Escuela de Artes y Oficios[2]. Sin embargo, su compromiso con sus paisanos fue más allá, pues ejerció como representante de la empresa que estaba trabajando en la línea de ferrocarril del Oeste que tardaría más de una década en abrirse. Al menos sus oficinas estaban afincadas en su casa hacia 1888[3]. Un año después de esta fecha, en 1889, obtuvo 58 votos en las elecciones municipales en el distrito de la plaza Mayor[4] y en 1890 se le documenta siendo síndico de la comisión de Hacienda en la alcaldía de Fulgencio García López[5]. Distintos cargos de la política municipal siempre de manera altruista, trabajando por su ciudad, entonces en ebullición. 

 Dominica Courtada, francesa de nacimiento, se trasladó con su marido Santiago Harguindegui (Harguindey), también francés, desde Galicia a Puerto de Béjar para construir una fábrica de curtidos después de la Guerra de Independencia. Eran los abuelos de Nicanora. 

Foto del blog Los Abdones


Llega septiembre de 1890, un año fatídico para la familia Olleros. Segundo estaba casado con Nicanora Harguindey Herrero (1852-1930), una mujer del linaje propietario de una de las dos fábricas de curtidos en funcionamiento en Puerto de Béjar. El padre de la novia, Domingo Harguindey Courtada, era uno de los industriales de mayor fortuna de la provincia. El matrimonio a esa fecha tenía nueve hijos, entre ellos Segundo, Feliciano, Arturo, Purificación, María, Tomás y Luisa. 

24 de enero de 2023

El simpático retrato de Fray Blas Zamarreño y el cumplimiento de su última voluntad en 2016

Autora: Carmen Cascón Matas

    Vamos a remontarnos al año 2016. En sus primeros compases recibo un correo electrónico de Miguel Soto Pardo, colaborador de Béjar en Madrid y bejarano de adopción. Su intención era contactar conmigo para preguntarme una duda y desvelarme la existencia de un retrato cuyo propietario quería donarlo a Béjar, concretamente al ayuntamiento, con la idea de exponerlo en el convento San Francisco. ¿Por qué en este lugar?


 

    Para explicarlo deberíamos empezar antes de nada por describir el retrato. En óleo sobre lienzo y de autor desconocido, representa a un fraile tonsurado con hábito franciscano marrón, propio de su orden, retratado en tres cuartos y con el cuerpo mirando hacia la izquierda. Lo más interesante es la expresión del rostro: es un hombre relativamente joven que mira hacia el espectador con ojos chispeantes y simpáticos, y una sonrisa franca en los labios. El motivo de su alegría no sabemos si se encierra en su carácter o en su acompañante: un loro verde que porta en el dedo índice de su mano izquierda. 

19 de febrero de 2022

Avance del catálogo de pozos de nieve en Salamanca y Cáceres (3ª Parte)

 Autor: Juan Antonio Frías Corsino

Publicado: El Comercio del Frío.  Actas del II Congreso Internacional sobre la utilización tradicional del hielo y de la nieve natural. Museo Valenciano de Etnología. Diputación de Valencia, 2009pp. 237-244.   

Pozos de la Villa y Tierra de Béjar

El pozo de “Los Horcajuelos” se encuentra en el término municipal de Puerto de Béjar a una altitud de 1.260 m., en la vertiente norte de la ladera orientada a la umbría.


 Interior del pozo de Prado Pelo

De planta circular irregular, tiene un diámetro de 9 m. y una profundidad aproximada de 10.80 m. Construido en mampostería de granito en seco, sus muros tienen un espesor de 80 cms. Tuvo cubierta circular a dos aguas realizada sobre una estructura de madera, presumiblemente de castaño, recubierta con teja árabe, que actualmente no se conserva, pero de la que se aprecian restos en el fondo del pozo. La puerta de acceso al pozo conserva las jambas en fábrica de sillería, también en granito. Está dotado de un edificio auxiliar para refugio y guarda de herramientas, cuyos paramentos permanecen en pie, no así la cubierta que fue sustituida tras un incendio por placas de uralita. En su interior permanece una viga de castaño que soportaba la estructura del piso volado del área de trabajo. Consta de un desaguadero que canaliza las aguas del deshielo a un fuente próxima. Cabe destacar la existencia de un embarcadero o muelle de carga, situado en una pequeña explanada, en un nivel inferior a la rasante del terreno, fabricado también en sillería, al que accedían las caballerías para facilitar el manejo de los bloques de hielo para su carga y posterior transporte.

19 de diciembre de 2020

De cuando en Béjar llovieron millones mientras se lanzaba el Apolo VIII a la Luna

 Autor: Ignacio Coll Tellechea

Publicado en http://collcenter.es/50-anos-del-segundo-premio-del-sorteo-de-navidad-en-bejar/

 Título original: "50 años del segundo premio del Sorteo de Navidad en Béjar"

Las Navidades de 1968 no se olvidan en Béjar. Ese año el gerente de Seguros Santa Lucía repartió en la ciudad y comarca el equivalente a 35 millones de euros a través del segundo premio de la lotería de Navidad, que vendió íntegramente. Es el más importante obtenido en la provincia de Salamanca en toda la historia del sorteo.


Fue un sorteo atípico, entre otros detalles porque hacía el número 150 y porque no se celebró el día habitual, sino uno antes, al caer el 22 en domingo. Coincidió, además, con el lanzamiento de la misión Apolo VIII a la Luna.

11 de enero de 2020

Artilugios, pócimas, remedios, ungüentos y brebajes en la farmacia de Félix Diego Alonso (1760) (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas 

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, nº 4.769 (20/01/2017), p. 4.



Ejercer la profesión de boticario en el siglo XVIII significaba ser tratado como un personaje notable por sus conciudadanos, un erudito, un sabio, sobre todo a raíz del desarrollo en campos de la investigación tan interesantes como la botánica, la medicina y la química durante el siglo de la Ilustración

 Farmacia del siglo XVIII. Museo de Teruel

Aún con todo, la amalgama entre saberes tradicionales y los nuevos descubrimientos con métodos “modernos” se efectuó de manera progresiva sin que se abandonasen del todo las prácticas antiguas. Hay que tener en cuenta que lo que hoy día nos parecen, en cuanto a botánica o farmacopea, ingredientes cuasi acientíficos entonces su aplicación se consideraba probada por la ciencia y comprobable empíricamente (véase el caso del “cuerno de unicornio” que luego veremos). 



De los boticarios que ejercieron en Béjar en el setecientos tenemos la suerte de conocer algunos nombres como los de Manuel Aguado, José de Oliva y Félix Diego Alonso[1]. En el Archivo Histórico Provincial de Salamanca se guarda el inventario de bienes al fallecimiento de este último (fechado el 20 de abril de 1760[2]), al que dedicaremos esta serie de artículos, y del que se extraeremos jugosos datos derivados de los artilugios, pócimas, brebajes, libros y ungüentos que atesoraba en su casa a la hora de su muerte. Como curiosidad iré desgranando y explicando cada uno de ellos siguiendo los manuales de botánica y farmacopea que Félix Diego Alonso poseía en su interesante biblioteca

La Botica de Ximeno de Peñaranda de Duero.
Foto extraída de aquí



Nuestro boticario gozaba de un establecimiento de farmacopea abierto al público en la calle Mayor de San Gil, frente al entonces hospital, a la altura de la casa donde vivió don Nicomedes Martín Mateos. El dato nos lo ofrece Óscar Rivadeneyra en su trabajo sobre el catastro del Marqués de La Ensenada (1753)[3]. Sabemos por el inventario de bienes que la casa en la que situaba era la principal de su morada, donde murió Félix Diego Alonso, nacido por cierto en Toro (Zamora) y en la que había habitado con su mujer Josepha Domínguez de Barrientos y sus numerosos hijos[4]

  Disponía de un corral y una bodega, describiéndola el escribano como “casa de mucha vivienda” y tasándola por la nada desdeñable suma de 17.000 reales. El negocio le procuraba unos beneficios de 50 ducados de oro al año [5] y se desplegaba con su conjunto de armarios o armazones en el portal con “estantes de la sal, incluidas las vidrieras”. Lucía entonces sus artículos de la misma forma que hasta hace breve tiempo, en botes ordenados detrás de cristaleras y debidamente organizados en armarios y estanterías. No faltaba “el mostrador que sirve para el despacho con tres cajones” y “la escalera de paso para subirse en caso de no poder alcanzar “las 42 cajas para yerbas, flores y emplastos”, los 142 “votes para gomas, rraices y simientes”, los 41 “votes de ungüentos y los 65 “frasquitos para espíritus, tinturas y aceites”.

 Instrumentación de botica del siglo XVIII
Foto sacada de aquí


 El portal disponía también de “dos bancos pequeños de castaño para que los clientes pudieran descansar mientras demandaban sus artículos. El boticario poseía también 4 redomas de 8 libras cada una y 148 redomas pequeñas. Según El Diccionario de Autoridades redactado en 1737[6] una redoma era una “vasija gruessa de vidro, de varios tamaños, la qual es ancha de abaxo, y vá estrechándose y angostándose hácia la boca”. Es posible que las utilizase para fabricar los ungüentos, pomadas y remedios.

En cuanto a los libros especializados en temas farmacéuticos, Félix Diego Alonso lucía en su biblioteca[7] la Farmacopea de Loeches (Juan de Loches fue un boticario de principios del siglo XVIII, autor de Tyrocinium pharmaceuticum), la Farmacopea Matritense, el Libro de Jerónimo de la Fuente (Jerónimo de la Fuente Piérola ejerció la disciplina farmacéutica en Sigüenza a finales del siglo XVII y publicó en 1863 Tyrocinio pharmacopeo), la Farmacopea de Palacios (se refiere a Félix Palacios y Bayá, farmacéutico de Madrid que vivió entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, autor de Palestra farmacéutica, químico-galénica), el Dioscórides Ilustrado (aquí hay que remontarse al siglo I d.C., momento en el que redactó un manual de farmacopea que le sobrevivió durante siglos, su De Materia Medica), el Libro de Juan Duidos y la Farmacopea de Juher (dos autores extranjeros de los cuales no hemos podido extraer más datos, probablemente porque el escribano transcribió sus nombres de manera errónea), y Las Perlas Occidentales
 


En el último apartado del inventario recoge los clientes de los distintos pueblos a los que administraba recetas, entre otros Candelario, La Hoya, Peñacaballera, Valdefuentes, Puerto, Peromingo, Fuentebuena, Vallejera, Navacarros, La Nava, Valverde, Navalmoral, La Calzada, Fresnedoso, Valdesangil, Sorihuela, Sanchotello, Colmenar o Valdehijaderos.

Continuará


[1] Béjar, 1753. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Introducción de Pedro GARCÍA MARTÍN. Tabapress y Ayuntamiento de Béjar. Madrid, 19990, p. 91.

[2] AHPSA. PN. 884. 20 de abril de 1760, fol, 319.

[3] RIVADENEYRA PRIETO, Óscar. “Plano del entorno de Santa María y El Salvador según el Catastro de La Ensenada (1753)”. El autor otorga a la casa y negocio de Félix Diego Alonso el número 199. Revista Estudios Bejaranos, nº XX, desplegable y pp. 63-70. Ayuntamiento de Béjar y CEB, 2016.

[4] Los datos familiares pueden ser consultados en el Archivo Parroquial de El Salvador. Libros Sacramentales de Casados, Bautizados y Difuntos.

[5] Béjar, 1753. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Introducción de Pedro GARCÍA MARTÍN. Tabapress y Ayuntamiento de Béjar. Madrid, 19990, p. 91.

[6] El Diccionario de autoridades se publicó entre 1726 y 1739 por la Real Academia de la Lengua Española y como tal es el primer compendio realizado por la institución. Para el artículo me he servido del buscador facilitado por la RAE en su web http://web.frl.es/DA.html (consultado en diciembre de 2016). A partir de ahora lo llamaremos DA para abreviar.


[7] La mayoría de los títulos que ofrecemos a continuación pueden ser descargados gratuitamente a través de Google Libros.

9 de noviembre de 2019

Una aventura de galeotes


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, 4.812 (02/11/2018), p. 4

      ¿Qué había peor que acabar con los huesos en la cárcel por dedicarse a robar en los caminos públicos? La justicia de la Edad Moderna tenía la potestad de imponer la pena de galeras a los amigos de lo ajeno y no era extraño ser condenado en estos casos a cumplir, como mínimo un año o diez a lo sumo, atados a un remo, bogando en los galeones de Su Majestad, desterrados y lejos de la familia. Mejor seguir vivo y entero que sin una mano o una oreja, sin ver la luz del sol en una cárcel húmeda y oscura, o azotado con riesgo de morir. Si lo miramos desde un prisma positivo era una buena forma de ver mundo para aquellos hombres fuertes y con suerte; desde el negativismo, una esclavitud para los sancionados de por vida o para los endebles y desafortunados. Muchos morían por las fiebres, el agotamiento extremo o el hundimiento del barco. Algunos se agarraban con fuerza a la vida pero eran hechos prisioneros o trocaban su barco por otro u otros de distinta bandera, por ejemplo en los galeones de los piratas berberiscos, que azotaban con sus saqueos el Mediterráneo. Los menos sobrevivían y volvían a sus casas, con un sentimiento de desarraigo que acababa en locura, mendicidad o regreso al delito.



      Conocido es el episodio XXII de la primera parte de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, en el que don Quijote libera a una cuerda de galeotes, es decir, a unos presos que eran conducidos con grilletes hasta el puerto más próximo, en contra de la voluntad de Sancho. Por semejante afrenta a la justicia su protagonista muy bien hubiera podido encontrar la muerte en la horca, final que no quiso aplicarle don Miguel de Cervantes para deleite del lector, que disfruta así de capítulos y aventuras sin cuento. 

5 de mayo de 2019

Uso, consumo y arquitectura de la nieve en torno al jardín (1ª Parte)

Autor: Juan Antonio Frías Corsino
Publicado: Actas de las IV Jornadas “El Bosque de Béjar y las Villas de Recreo en el Renacimiento. Béjar 2002.  Edita: Grupo Cultural San Gil. Salamanca, 2003. ISBN 84-923043-3-2. 

         El uso, consumo, comercio, y arquitectura relativa a la nieve y el hielo están originando estudios de gran interés, incrementando cada día una ya nutrida bibliografía, lo que ha dado pie a la organización de seminarios y congresos sobre ésta temática concreta, sobre ciertos aspectos del frío gira esta pequeña y modesta contribución a las IV jornadas de “El Bosque y las Villas de Recreo”. Pues nos parece interesante presentar en este foro cómo también la nieve está presente en el mundo del jardín constituyendo un elemento presencial, ambiental y arquitectónico

 Fotografía antigua (postal) de El Bosque de Béjar

    Habiendo sido descubiertos pozos de nieve en una casa hispanorromana de Iulobriga cerca de Reinosa (Santander), otras en Córdoba, en Mérida etc, no debemos de perder de vista el avance de las excavaciones arqueologicas en extremeña ciudad romana de Caparra, ante la posibilidad hipotética de documentar elementos constructivos de sus termas relacionados con la nieve, y su clara relación con la estación termal de la misma época de Baños de Montemayor, conociendo ya que la terapia balnearia no sólo es agua caliente, sino también fría [1].

8 de febrero de 2018

Visión del siglo XVIII de Béjar y otros lugares cercanos



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Por encargo de Pedro Rodríguez, conde de Campomanes y ministro de Hacienda de Carlos III, el historiador y pintor Antonio Ponz Piquer recibió el encargo de inspeccionar los bienes artísticos de la Compañía de Jesús recién expulsada (1), experiencia que vertió en su Viage (sic) de España o Cartas en que se da Noticia de las Cosas más Apreciables y Dignas que hay en Ella, publicado en dieciocho volúmenes entre 1767 y1794. 


 


Antonio Ponz, autorretrato en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid



      En el volumen octavo, y viniendo Ponz de Hervás y Baños de Montemayor, localidad esta última que anota como jurisdicción del duque de Béjar, pasa por Puerto de Béjar y Cantagallo dedicándoles algunas líneas y describiendo el camino con mucho recreo de la vista por entre arroyuelos, castañares y otros diferentes árbolescopioso de aguas y regaladas frutas, pero de una penosísima subida, no tanto por su rapidez como por el indigno piso que tiene hasta llegar a lo alto.   


31 de octubre de 2016

Nuestros castaños

Autor: José Muñoz Domínguez

        En pleno otoño bejarano vale la pena volver la vista al monte y disfrutar del color cambiante de sus árboles: ¿cuántas veces en la vida podremos contemplar este espectáculo de la Naturaleza?, ¿cuántas calvotadas nos quedan todavía? Más allá de la estética o de los placeres del gusto, también merece este monte nuestro algunas reflexiones que me apetece compartir.

 Dibujo del autor

      En el siglo XVI nuestra ciudad era conocida como «Béjar del Castañar», el mismo apelativo que todavía conservan dos localidades serranas nada distantes: Miranda del Castañar y San Martín del Castañar. Varios testimonios históricos nos dan idea del vigor de aquellos montes a finales del siglo XV o ya en el siglo siguiente. Antes de 1496, el humanista italiano Lucio Marineo Sículo tuvo ocasión de pasearse por los montes de Béjar y Montemayor del Río durante su etapa como profesor en la Universidad de Salamanca, cuando publicó su obra De Hispaniae laudibus (Burgos, Fadrique de Basilea, 1496). Esa obra tuvo su edición ampliada en De rebus Hispaniae memorabilibus, con traducción al castellano como De las cosas memorables de España (ambas ediciones en Alcalá de Henares, Miguel de Eguía, 1530), entre las que no faltaban referencias a los montes de Béjar y alrededores:

25 de enero de 2016

Bernardo Ordóñez de Lara, un bejarano tesorero de los condes de Monterrey y de la catedral de Salamanca (1620-1676) (3ª Parte y final)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.732 (3/07/2015), p. 6.

Bernardo Ordóñez de Lara otorgó testamento el 21 de febrero de 1676 [1]. A través de él comprobaremos las cuantiosas rentas, amasadas a lo largo de su vida, de que disponía, entre ellas una casa en Salamanca. El documento se dictó ante el escribano Matías de Zamora, declarándose Ordóñez de Lara “vezino de esta Ciudad de Salamanca y thesorero de la Santa Yglesia Cathedral de ella, y natural de la Villa de Bejar, hijo lexitimo de los señores Paulo Hordoñez de Lara y Doña Agueda Fernandez de Castañares, mis señores y padres”. Su deseo era que sus restos reposasen bajo la peana de la Virgen del Desagravio de la Catedral Nueva de Salamanca, cuyo retablo se había montado a través de su intermediación, como comentamos. 

Catedral de Salamanca reflejándose en las aguas del Tormes
Foto sacada de wikipedia


Al margen de las acciones piadosas, tales como repartir una elevada cantidad económica entre los pobres y sus propios criados, y las mandas religiosas, el bejarano no olvidaba a su familia: a su hermana, a su cuñada Francisca de Salazar (que había entrado en religión en las agustinas de Monterrey), a sus sobrinos y a sus primos. A todos legó dinero u objetos personales de valor. 

21 de septiembre de 2012

Con los huesos en el calabozo



Autora: Carmen Cascón Matas
    

     El actual edificio que alberga el ayuntamiento, levantado en el siglo XVI, aglutinó en su primer momento constructivo y hasta mediados del siglo XIX diversas funciones, tales como la sala de reuniones del concejo, el pósito o almacén de granos para repartir entre los vecinos en tiempos de escasez, el archivo concejil o la Cárcel Real. Bien es verdad que la sede del poder civil ha danzado a lo largo de los siglos, posándose en construcciones no carentes de significado. Así ha residido en la crujía baja del mediodía del Palacio Ducal a partir de 1869 o en el antiguo Hospital de San Gil, para regresar a su lugar de origen allá por los años 80 del pasado siglo. Sin embargo, y a pesar de que la sala de reuniones y archivo municipal se han mudado de tiempo en tiempo, la Cárcel Real ha permanecido inamovible en los oscuros y húmedos subterráneos del edificio consistorial primigenio. Los calabozos se situaban en el piso inferior por debajo del nivel del suelo si miramos a la construcción desde su fachada principal, es decir, desde la Plaza Mayor, abriéndose al exterior por su parte posterior debido al desnivel del solar. 


Constantin Flavitsky. La princesa Tarakanova en su celda.


19 de mayo de 2010

Un día pleno de naturaleza, historia y deporte

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid, mayo de 2010.



No puede haber experiencia más agradable que un paseo rodeado por la exultante naturaleza. La primavera, tras un larguísimo invierno, se abre de par en par, sin ambages, sin vergüenza, ante los ojos asombrados del que recorre los mismos caminos que hace siglos fueron transitados por otros hombres, igual de seducidos por la inmensidad de los efervescentes campos. El domingo 2 de mayo, y dentro del programa Equinoccio, tuvo lugar la actividad deportivo-cultural dirigida por el grupo cultural “El Cervunal”, que tuvo la misión de entretener enseñando a los intrépidos andariegos. El recorrido partía de la bajada del túnel, lugar otrora ensordecido por el ruido un tren cuyo eco hace años que ya fue silenciado, y transitaba por la calleja del mismo nombre, paralela a la carretera de Aldeacipreste, hasta llegar a la fábrica de Gómez Rodulfo.



Las murallas se alzan aún
espectantes a un enemigo que no llegará ya

Los caminos cuasi urbanos cantaban hazañas medievales de Reconquista, tiempos en que los miembros del Cabildo Eclesiástico recorrían ese mismo itinerario en pos de la ermita desaparecida de Santa María de las Huertas, acunada en el valle del mismo nombre. Las murallas, en lo alto, narraban historias legendarias del pequeño Béjar repoblado por gentes venidas de Ávila, siervos de su rey Alfonso VIII, atados a la tierra y a la guerra.

14 de mayo de 2010

La Vía de la Plata a su paso por el sur de la provincia de Salamanca

Autora: Carmen Cascón Matas



Muy cerca de Béjar, entre las localidades de Puerto de Béjar y La Calzada de Béjar, transcurre desde hace dos mil años la llamada Vía de la Plata. Según los investigadores su nombre podría muy bien proceder de los materiales preciosos, en concreto estaño, que los tartessos comerciaban desde el sur al norte utilizando ya desde épocas pretéritas esta vía de comunicación por el oeste de la Península. Para otros, mas bien el origen del término vendría a ser una derivación del término latino “Vía delapidata” o camino empedrado.


Miliario romano situado dentro del Corral de Chinato

Para poder explicar el origen romano de la Vía de la Plata habría que remontarse a los primeros contactos de Roma con la Península Ibérica. Es en el transcurso de la 2ª Guerra Púnica, dentro de los conflictos entre Roma y el imperio cartaginés, cuando la primera comienza a interesarse por estos territorios y sus minas de plata, en poder de los segundos. En el año 218 a. C. las tropas de Escipión el Africano desembarcan en Ampurias con el fin de acabar con el dominio cartaginés y apoderarse de su centro de abastecimientos.