13 de febrero de 2017

Enrique IV de visita en Béjar (entre enero y mayo de 1468)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid nº 4.758 (5/08/2016), p. 4.



        La pista me la ofreció una amiga internauta, autora del blog “Todo lo que tiene nombre existe”, Ainhoa. Las cosas ocurrieron como por casualidad: en una visita a una exposición dedicada al Gran Capitán en el Hospital Real de Granada se topó con una carta custodiada tras un cristal. Tras acercarse a ella y leer su contenido, se asombró tanto de la fecha y del remitente como del lugar donde había sido redactada. Al volver a casa me mandó un correo electrónico dándome la noticia, pensando, en la duda, de si se trataba de un hecho sobradamente conocido para nosotros o una primicia interesante para una investigadora ávida de datos frescos del pasado. El interés de la misiva estribaba, como decimos, en la fecha (24 de mayo de 1468), el remitente (el rey de Castilla Enrique IV, hermanastro de Isabel la Católica) y el lugar de redacción (¡Béjar!).

 Enrique IV de Castilla

          Salté impulsada como por un resorte en cuanto leí los datos que me ofrecía en la pantalla del ordenador y comencé a bombardearla a través del chat de facebook. ¿De dónde procedía la carta? Del Archivo de los Duques de Maqueda, me desveló. Y, ¿qué decía en ella el rey? Pues daba las gracias a los castellanos de Badajoz por haber sido leales en un ataque fronterizo. Y, ¿a quién iba dirigida? La de la exposición se envió al primo del Gran Capitán, Diego Fernández de Córdoba, primer conde de Cabra

6 de febrero de 2017

Béjar y la leyenda del perro negro de El Escorial



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez



    Aunque parezca artificioso, hay una relación cierta entre los elementos del título, puesto que como lo acreditan las crónicas del monasterio, el dueño del animal era bisnieto de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, I duque de Béjar. Exagerados por la imaginación de los monjes supervisores de la obra, los hechos que dieron origen a la leyenda del perro negro también son reales, pero comenzaremos por el halo de misterio que desde el principio envolvió a la monumental construcción.




El Escorial. ccoo-chilecomparte.blogspot.cl



        En el libro III de su Historia de la Orden de San Jerónimo, 1605, el profeso de la misma y bibliotecario del monasterio fray José de Sigüenza, narra que la comisión de expertos designados por el supersticioso Felipe II para decidir el lugar de la edificación, estaba presidida por su secretario personal, Pedro del Hoyo, con quien acostumbraba realizar experimentos de alquimia y otras artes ocultas en su residencia de Madrid.

30 de enero de 2017

Los Duques de Béjar y el vino de La Rioja


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

*A Penélope Ramírez Benito, del Área de Historia y Cultura Popular del Instituto de Estudios Riojanos y la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España.



       Según José Luis Gómez Urdáñez, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de La Rioja, la producción de vino regional llegó a una fase culminante de desarrollo a principios del siglo XVIII, período en que también adquirió la denominación de Rioja de los Hidalgos, al constituirse en Logroño la Real Junta de Cosecheros que englobaba a más de cincuenta pueblos y estaba dirigida por Miguel Damián Manso de Zúñiga, conde de Hervías (El Rioja, 500 años de historia social y cultural de un gran vino español. 2015)




Contrastes de colores en viñedos de La Rioja. Foto Wine Taste Lovers Blog



      Hijo de Íñigo Manso de Zúñiga y Arista de Zúñiga, 6º conde de Hervías, padre e hijo eran continuadores del mismo antiguo linaje de los duques de Béjar que se había establecido en La Rioja en las etapas iniciales de su paso desde Navarra a Castilla. Del origen común y la relación familiar entre ambas ramas da testimonio el escudo partido del apellido Manso de Zúñiga, que en el campo de la izquierda lleva las tradicionales banda y cadena características del escudo de los Zúñiga bejaranos (nótese en los apellidos que una práctica habitual del linaje era la endogamia).    


23 de enero de 2017

Gabriel Herrera, un rector de la universidad de Salamanca nacido en Béjar (3ª parte y final)


Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 64-69.
    
      Gabriel Herrera cobraba por aquellas fechas la nada desdeñable suma de 6.000 reales anuales de sueldo a los que se añadirían las cuantías como rector de la Universidad de Salamanca desde 1846. En efecto, una vez que la reina Isabel II alcanzó la mayoría de edad, el régimen se agarró a la tabla de salvación de los liberales moderados a la vez que las carreras políticas de Herrera y Sánchez Ocaña se ven catapultadas. Tras el breve mandato del rector accidental Mariano Herrero[1], cuñado de José Sánchez Ocaña, Gabriel Herrera ocupa el rectorado de la universidad salmantina, concluidas sus labores como diputado y fiscal del Consejo Real. Es muy posible que en tales manejos se vislumbre la sombra alargada del futuro ministro de Hacienda Sánchez Ocaña planeando por encima de los designios de la política salmantina, en un ejemplo claro de nepotismo favorecedor de familiares y amigos. El Real Decreto de 3 de junio reza así: 

 Patio y fachada principal de las Escuelas Mayores 
Salamanca. Foto sacada de aquí

        Su Majestad se ha dignado expedir con fecha de 3 del corriente el Real Decreto que sigue:
          Atendiendo a los méritos particulares, circunstancias de don Gabriel Herrera, magistrado de la Audiencia de Zaragoza, vengo en nombrarle rector de la universidad de Salamanca.
      Lo que traslado a VE de orden de SM para los efectos correspondientes.
Dios guarde a VE muchos años
       Madrid, 5 de junio de 1846- Pidal-Sr. Presidente del Consejo de Instrucción Pública, dirigido por Javier de Quinto.
      Madrid, Imprenta de la viuda de Jordán e hijos, 1846.”

16 de enero de 2017

Gabriel Herrera, un rector de la universidad de Salamanca nacido en Béjar (2ª Parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 64-69.

      Los ideales políticos de Gabriel Herrera, por lo que deducimos, no debían de ser exaltados, pues hubiera sido depurado durante la Década Ominosa. Buena prueba de ello es que en 1824 se le propuso para corregidor de Medinaceli (Soria), no sin antes exigir por parte del jefe político de la provincia un informe al Ayuntamiento de Béjar de lealtad al rey y a la patria del beneficiado. El consistorio bejarano envió las siguientes líneas: Don Gabriel Herrera, Juez de Primera Instancia de Ciudad Rodrigo, Voluntario Nacional en Béjar, graduado de Doctor y alumno de Salamanca en tiempo del gobierno revolucionario, exaltado por el horrendo sistema, impío e irreligionario, uno de los hijos de Maldonado y Padilla, si bien no es masón, como se supone”. Y se añade “en Béjar, en Ciudad Rodrigo y en todas partes los hay que confirman lo mismo”. 



 Muchos liberales fueron fusilados tras el Trienio Liberal. 
"Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros", de Gisbert

            Por estas fechas el Ayuntamiento de Béjar estaba redactando una lista de sospechosos de simpatizar con el liberalismo a fin de mantenerlos controlados en caso de revueltas o traiciones al sistema. Y en él se incluyen a Gabriel Herrera, definido como constitucional, a su padre Sebastián de Herrera y a sus hermanos José y Felipe[1]. Ante tales informes negativos hacia su persona su candidatura poseía escasas posibilidades de progreso en aquel régimen absolutista, empero ocurre lo contrario: es nombrado corregidor de Medinaceli entre 1824 y 1831. Los motivos que llevarían a las autoridades políticas a confiar en una persona declaradamente liberal pudieron ser dos: por un lado, el acercamiento inevitable de Fernando VII hacia los liberales al ver peligrar el futuro reinado de su hija Isabel frente a las opciones ultramontanas de su hermano Carlos María Isidro, conflicto que estallaría en forma de tres guerras civiles (guerras carlistas); y, por otro, la valía de un Gabriel Herrera que moderó sus convicciones ideológicas de manera progresiva para escalar puestos dentro del funcionariado