Autora: Mª Carmen
Cascón Matas
Publicado:
Especial de Béjar en Madrid,
diciembre de 2009
Antonio de
Bolaños, ¿el sobrino del héroe?
Antonio de Bolaños, hijo de
Pedro de Bolaños, notario apostólico, y sobrino del capitán Juan de Bolaños, fue destinado a la
carrera eclesiástica al ser el tercero de los hijos varones, heredando así el
cargo de capellán de la capellanía fundada por don Juan en la
iglesia de El Salvador, toda vez que su la familia de su primo Antonio de Rojas, elegido por
Juan de Bolaños desde niño para desempeñar las funciones eclesiásticas
familiares, había desechado esta idea para acabar casándole con su doble prima Isabel. Sólo se exigía a los infantes destinados al clero informes relativos a su
afición por las cosas de Iglesia, demostrada
piedad y conocimiento de la doctrina cristiana[1], aunque siempre contaban, y mucho, las influencias familiares para posicionarse en la jerarquizada pirámide eclesial.
Los sueños de infancia de Antonio seguro que estarían plagados de aventuras. Quién sabe si no
acariciaría la idea de, mosquete en mano, enfrentarse a los herejes flamencos
en los canales de Leyden, conquistar un reino en el Nuevo Mundo o embarcar a las órdenes del
marqués de Santa Cruz como su tío. En las largas noches invernales
el rostro cosido de cicatrices de don Juan relataría a sus sobrinos el olor de la pólvora, el cabeceo de los galeones, el estruendo de los cañones y las hazañas heroicas de don Juan de Austria o de Alejandro
Farnesio. Sin embargo, Antonio debería conformarse con, crucifijo en mano, evangelizar las Indias, perseguir herejes erasmistas y
judaizantes en el Reino de Castilla o ser reformador de una orden religiosa.
Al final no llevaría a cabo ninguno de estos sueños, pero qué niño de la época
no pensaría en tales empresas...
Su preparación intelectual se acometería, bien en Plasencia, bien en Salamanca y, una vez concluida, vivió en Béjar en la inmensa casa de la calle de las Armas legada
por su padre, acercándose a celebrar misa en la
iglesia de El Salvador junto a la tumba del héroe de su infancia. Allí seguía orando su retrato, aunque sus ojos graníticos no pudiesen brillar al relatar
las aventuras ocurridas en Flandes, Italia o Portugal. Sus pasos se cruzarían con los
de su vecino, el tesorero del duque de Béjar Juan Núñez Burgalés, quien estaba
construyendo una tumba de similares características a la del capitán, aunque más humilde, en la
misma iglesia[2].
Personajes, vivencias imposibles de reconstruir. Su vida debió de ser
interesante, pero el pasado hace estragos en la memoria de los pueblos y de
ella quedan apenas datos inconexos, fechas, nombres sin rostro. Ya no podremos saber cómo eran
sus pasos, el tono de su voz, el ondulante movimiento del manteo por la calle Mayor, su forma de montar
a caballo. Estos se los ha llevado el viento.
Iglesia de El Salvador
Sabemos que Antonio de Bolaños presumía de
ser miembro de las cofradías la Vera Cruz,
Misericordia, San Albín y Santa Lucía. La mayoría de los notables de la Villa pertenecían a varias
de ellas como muestra de una piedad religiosa fuera de toda sospecha. Raro es
que no perteneciese a la Cofradía de Santiago de los Caballeros, exclusiva
de familias pertenecientes a la nobleza.
En 1588, la iglesia de Santa María la Mayor interpuso un pleito a la de San Juan por deberle esta última 56.000 maravedíes. Béjar era una villa caracterizada por los conflictos
continuos entre parroquias, con clérigos voceando contra los miembros del
consistorio durante las festividades, peleas por asientos y dignidades. No era
raro el día en que los paisanos veían enzarzarse, puño en ristre, al
cura de Santa María contra el de San Pedro, éste contra el de San Juan y
en medio el de El Salvador, mientras la procesión se suspendía porque la cruz
de una parroquia debía ir por detrás de las demás (cerrar el grupo significaba
poseer una mayor preeminencia)[3].
Estamento ecleisástico en las cortes valencianas
Palau de la Generalitat Valenciana
El litigio se remontaba al año 1568 en que las 10 parroquias existentes se redujeron a 3 en el proceso de Reducción Parroquial. El obispo de Plasencia hizo reparto de censos e iglesias y San
Juan Bautista reclamó una cantidad de dinero ante el deterioro creciente de su templo, alegando que,
mientras a la suya sólo se le habían integrado las depauperadas iglesias de San Nicolás, Santo Domingo y San Miguel, a Santa María la Mayor, con mayores ingresos, se vinculaban
las rentas de las adineradas San Pedro, Santiago y San Andrés. Fuera del
litigio se encontraba El Salvador a la que sólo se redujo la de San Gil. Tras la reducción parroquial, las fábricas de las tres parroquias principales se hallaban en plena efervescencia de obras al necesitar su ampliación para dar cabida a un mayor número de feligreses. Por este motivo, el obispo
de Plasencia resolvió que Santa María concediese en préstamo 56.000
maravedíes a San Juan. Hasta ahí todo correcto. El problema se
desencadenó cuando Santa María lo necesitó para ampliar
la suya. El informe de reclamación del dinero prestado, que ofrece datos muy interesantes sobre la situación de ruina de Santa María, fue encargado a Antonio de
Bolaños[4].

Iglesia de Santa María la Mayor
Unos años después, en 1591, doña Brianda Sarmiento de la Cerda, esposa del IV duque de Béjar, Francisco de Zúñiga, encargó a Antonio de Bolaños el
delicado asunto de acudir al convento dominicano de San Pablo de Valladolid y se entrevistase con el definitorio de la orden. El motivo: solicitar la fundación en la villa de un convento de religiosas dominicas
en el solar del palacio de verano ducal, obsoleto tras la construcción de la villa de recreo de El
Bosque. Y “en 9 de mayo del mismo año,
por ante Benito González de Argueilo, escribano real de Burgos, hizo la súplica
ante el Reverendísimo Padre Maestro fray Tomás de Guzmán, Prior que fue del
convento de Santa Cruz de Segovia, provincial electo en dicho Capítulo, Vicario
General de la Provincia
de España”, aceptando éste las súplicas de la duquesa[5].
La elección como representante ducal le otorga una relación con la Casa cuya importancia
desconocemos.
En
septiembre de 1627 dicta testamento, documento que se conserva en
el archivo de la parroquia de San Juan Bautista. A través de el podemos
hacernos una idea de sus riquezas, su mecenazgo a la
hora de la muerte, su obsesión por la salvación de su alma y la exaltación,
por encima de todo, de su familia y linaje. Siempre se observa en ellos una
referencia continua al pasado, una concreción de las estrategias familiares
nobiliarias con el fin de que se perpetúen en sus descendientes[6].
Continuará
[1] GARCÍA CÁRCEL, R; SIMÓN TARRÉS, A; RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, A y CONTRERAS, J: “La España de los
Austrias II. Economía, sociedad, gobierno y cultura (ss. XVI- XVII)” en Historia de España, vol. 7. Espasa
Calpe. Madrid, 2004, p. 345.
[2] CASCON MATAS, Mª. C.: El Contador Mayor
Juan Núñez Burgalés de Prado y el Canónigo Bartolomé López Dávila. Béjar en
Madrid, nº 4537 y 4538. 27 de febrero y 6 de marzo de 2009.
[3] De estos conflictos se ha hecho un análisis en LOPEZ
ALVAREZ, A: Ideología, control social y
conflicto en el Antiguo Régimen: El derecho de patronato de la Casa ducal sobre la procesión
del Corpus Christi de Béjar. Premio Ciudad de Béjar 1994. CEB y Exmo.
Ayuntamiento de Béjar, 1996.
[4]
Archivo Parroquial de Santa María la Mayor.
Béjar. Documentación suelta.
[5]
Archivo Histórico Nacional, sección Osuna, legajo 228. Recogido por Antonio
Martín Lázaro y Jerónimo Arcador Fabián.
[6]
GARCÍA CÁRCEL, R; SIMÓN TARRÉS, A; RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, A y CONTRERAS, J: Ob. cit., p. 311.
Veo que también allí llegaron los recortes por causa de la crisis o de ahorrarse los dineros, que se redujo el número de parroquias y que los clérigos, haciendo honor al carácter levantisco del resto de los españoles, se enzarzaban en voces con amenazas físicas incluidas que, de no mediar sensatez o intervención de terceros, habrían acabado en algún molimiento con acompañamiento de algunos huesos rotos.
ResponderEliminarUn saludo.
A mi condición de creyente de hoy le rechinan esos nombramientos de entre los nobles para la iglesia. En fin, esa es la historia, y la iglesia ha dado sus bandazos, desde mi punto de vista, tan alejados del evangelio. Esperamos la continuación, Carmen.
ResponderEliminarUn beso.
Era una buen refuerzo para sus patrimonios que algun miembro de su abolengo perteneciese a la jerarquía de la Iglesia ocupando altos cargos.Intereses creados y muy poca consideración para el pueblo feligrés que tenian que soportar siempre sus desagravios.
ResponderEliminarUn abrazo Carmen feliz finde.
Interesante y sin duda como se suele decir, nunca llueve a gusto de todos, si había dineros, o guerra o rezo. Si no los había a buscarse la vida. Gracias por compartir Carmen y buen fin de semana. Esperando la siguiente parte.
ResponderEliminarHola Carmen: Parece ser que el cielo se ganaba con dinero...
ResponderEliminarBesos. Siempre interesante
Hola Carmen, encumbrada historia tiene Bejar y siempre apasionante su devenir historico.
ResponderEliminarTe deseo un maravilloso y sereno domingo paseando por sus bonitas calles.
Estos pleitos entre eclesiásticos me han hecho recordar aquello de "amiguiños sí, pero la vaquiña por lo que vale". No he podido por menos que sonreír imaginándomelos con la sotana arremangada corriendo unos detrás de los otros. Un abrazo,
ResponderEliminarNos retrata usted a un hombre de su tiempo, producto de la mentalidad y la educación imperantes en su siglo. Desde nuestra perspectiva de hoy, tendría que ser divertido ver a esos clérigos vociferando.
ResponderEliminarFeliz tarde de domingo
Bisous
Cuantos manejos en la historia de los tiempos que dejan entrever ciertos intereses productos de códigos imperantes.
ResponderEliminarGracias Carmen por compartir tanta cultura.
Un beso grande.
Hola Carmen. ¿A qué casa te refieres de la calle de Las Armas?
ResponderEliminarLa primera según sales de la Plaza Mayor, junto a la escaleras que bajan a Barrio Neila. Para que me entiendas mejor: por poniente da a las escaleras, por levante está adosada a otra casa, al sur mira a la calleja de las Comadres y al norte a la calle de Las Armas.
EliminarSaludos
Historia muy completa de Antonio de Bolaños en ese Tiempo donde todo eran influencias y linajes que se destinaban al Ejército, a la Nobleza o al Clero.
ResponderEliminarComo siempre, maravillosa Referencia Histórica de Béjar y sus Personajes.
Me ha encantado el comentario de paladín medieval con esa espada llameante contra el dragón de las siete cabezas...¡¡¡Genial!!!
Eres un Encanto que me transmites Fuerza y Energía.
Abrazos y Besos.
Carmen, eres un pozo de sabiduría e investigadora nata. Tú mejor que nadie sabes de las triquiñuelas y pequeñas zancadillas que siempre se han ido poniendo unos a otros. Sin embargo, es posible que uno de los hechos más característicos de este capítulo sea la connivencia y posibles enfrentamientos entre los poderes político y religioso, el pulso por un mandato autodenominado divino y su gran poder frente al humano. Es una excelente publicación, Carmen, como lo serán las que ya nos adelantas como continuación de esta. Creo de gran interés conocer la historia tal cual ha sucedido y no contada por quien ha sido siempre el vencedor.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.
En unos días pasaré por Béjar y haré un repaso mental de las intrigas y pasiones que se vivían en el XVI. ¿Vivís ahora más relajados? O sigue habiendo personajes como los que cuentas, dignos de una novela histórica y defendiendo su categoría a puñetazos, si es preciso…
ResponderEliminarBéjar es una ciudad en general tranquila (no voy a descubrir aquí datos desagradables que no vienen al caso), pero a veces surgen personajes dignos de novela por sus rarezas, por su personalidad cambiante, por sus egos extratosféricos, nada serio... Si acaso quedan grabados a fuego en tus recuerdos.
EliminarUn beso
Hace algunos años en la semana santa de León se lió, nunca mejor dicho, la de Dios es Cristo porque las cofradías de solera no querían compartir recorrido con las nuevas. Parece que abades y seises se agarraron de las venerables pecheras y se llamaron cosas feas referentes a (como no) a sus carencias en lo que atributos masculinos se refiere y también(tampoco iba a faltar) a las deshonestas aficiones de sus madres. El martes santo, debió de ser, a las siete de la tarde y a voz en cuello delante de todo el mundo ( que era todo) Me han hecho gracia los curas pendencieros de tu post, y me han recordado a los abades de las cofradías y también a una cosa que contaba Carandell acerca de dos parroquias sevillanas, una de san Pedro y otra de Santa María que se enfadaron también y lo llevaron a tal extremo que los petristas para no tener que nombrar a Santa María rezaban "San Pedro, madre de Dios, ruega por nosotros..."
ResponderEliminar:D
Un beso, Carmen
Pues me recuerda mucho a lo que pasaba en Béjar entonces, con los curas siempre a la gresca entre ellos por posicionarse en las procesiones o con los representantes del consistorio, a los que querían quitar de en medio como fuera, arrebatándoles los bancos donde se sentaban en los presbiterios o montando trifulcas en cada acto religioso. Debía ser divertidísimo.
EliminarUn beso
El Cuadro de Antonio de Bolaños no será de El Greco, ¿verdad? Es que se me asemeja muchísimo a su forma de retratar, sobre todo en el tono de la piel y en esos ojos... Saludos!
ResponderEliminarSí, por supuesto que es de El Greco y no representa, como sabrás, a nuestro personaje. Como de él no tenemos retrato alguno me he permitido la licencia de ponerle la cara de otro contemporáneo suyo.
EliminarUn saludo
Te imaginas a los curas gritando como posesos a ver quién se llevava los miles de maravedíes. Poderoso caballero es don dinero, como decía D.Francisco:))
ResponderEliminarBuena historia.
Un beso
No es de extrañar que con la supresión de más de la mitad de las parroquias hubiera suspicacias, pero de ahí a llegar a las manos los frailes. Claro que como no eran infantes quizás no hiciera falta que hicieran gala de demostrada piedad.
ResponderEliminarSeguiré atento los avatares de esta saga de los Bolaños. Un abrazo, Carmen.
Enhorabuena por el blog, es estupendo, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la entrada, todos los datos que nos ofreces, las luchas entre las distintas parroquias... todo lo que con tanta maestría nos cuentas. Espero la continuación.
ResponderEliminarSaludos Carmen