Hace unas semanas [1]
compartí con vosotros el descubrimiento de que don Vicente Martín de Argenta(1829- 1896), abuelo del famoso director de orquesta Ataúlfo Argenta, había
vivido unos años en Béjar ejerciendo como farmacéutico con botica propia, dato
que me proporcionó José Antonio Sánchez Paso a raíz de la presentación de un
libro escrito por Salvador Arias Nieto, El
soplo musical de Ataúlfo Argenta. A raíz de aquella entrada, Jesús Ángel
Gómez Pereda (cuyo blog La cueva del tasugo os recomiendo) me dejó un comentario que auguraba nuevos datos sobre el personaje.
Pocos días después llegó a mi casa un paquete con trazas de libro procedente de
tierras cántabras, la patria de Ataúlfo Argenta. Abrí el gran sobre verde en el
que venía convenientemente empaquetado y de su interior surgió un libro
titulado Ataúlfo Argenta. Centenario
1913- 1958. Artistas plásticos del siglo XXI [2],
cuyos textos estaban escritos por Fernando Argenta y Salvador Arias Nieto. Nada
más traspasar el umbral de la portada, una cara conocida me reveló la
importancia de la publicación para la entrada que había colgado en el blog: don
Vicente Martín de Argenta y Teixidor me miraba con aquellos ojos oscuros suyos,
la mirada resuelta, la barba poblada y la pajarita a la moda de entonces en la misma
fotografía que ilustraba mi entrada.
Y una revelación surgió ante mí clara y meridiana. La
primera frase que inauguraba el libro me desvelaba una pregunta antes
formulada: “Vicente Martín de Argenta,
bisabuelo paterno de Ataúlfo Argenta, era natural de Béjar (Salamanca) en cuya
ciudad ejerció la medicina; contrajo matrimonio con doña Margarita Teixidor”.
Si aquel don Vicente Martín de Argenta, farmacéutico, del cual nos ocupamos
en la entrada antedicha, no era bejarano, sino madrileño, el que había nacido
en nuestra localidad era su padre como bien había advertido José A. Montero en su reseña en La Gaceta, de la que hablamos en la entrada anterior. De ahí que el abuelo de Ataúlfo sintiera tan
suyos los acontecimientos sangrientos que Béjar había protagonizado en la
Revolución Gloriosa de 1868 con aquella carta que envió, junto con una buena
suma de dinero, al ayuntamiento bejarano. Claras y meridianas me resultaban
ahora esas palabras suyas de "Bejaranos
siempre de corazón, aunque no pueda lisonjearme hoy de contarme entre los
renombrados valientes hijos de esa Ciudad, siempre fiel a la bandera del
progreso y de la libertad que a vuestro lado defendí en otras ocasiones". Aunque
nacido en Madrid se sentía bejarano porque su padre lo era y sus antepasados
paternos también, porque nada más acabada la carrera se había instalado en
Béjar y había abierto su primera farmacia, porque se había implicado
políticamente en la lucha por el progreso y la libertad, preparando el camino
para una revolución que hizo resonar el nombre de Béjar en toda España.
Vicente Martín de Argenta, farmaceútico y abuelo de Ataúlfo.
Una partida sacramental, tomada por casualidad hace
tiempo, venía a corroborar la historia. En el Libro de Bautizados de la iglesia de El Salvador de Béjar nº 9 [3]. Se anotó en 1838
el bautismo de Vicenta Martín de Argenta, hija de don Vicente Martín de
Argenta, Médico de Béjar, y de Doña Juana Romero, natural de Villafranca de la
Sierra, obispado de Ávila. Su padrino fue Crisantos Comendador, boticario, y
los testigos don Patricio Ximénez y don Saturnino Martín de Argenta, Cirujano.
Está clarísimo que los Argenta llevaban la medicina en la sangre. Don Vicente,
el bisabuelo de Ataúlfo Argenta era médico, al igual que lo era Saturnino,
probablemente su hermano, cirujano. Su hijo don Vicente acabaría siendo un
farmacéutico reputado, miembro del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, y su
nieto Juan Martín de Argenta hubiese acabado la carrera de medicina si no llega
a ser por una serie de fracasos que le llevaron a abandonarla.
*********
Al margen de esto, el libro remitido por Jesús Ángel me
aportaba la biografía completa de un excelente director de orquesta cuyos
triunfos resonaron en Europa. Don Vicente Martín de Argenta, el farmacéutico,
casaría dos veces, teniendo del primer matrimonio con M ª de la Concepción
Francos y Alonso a Juan, el padre de Ataúlfo Argenta quien, abandonando la
carrera de medicina como hemos comentado, decidió aceptar un puesto en la
estación de ferrocarril de Castro Urdiales (Cantabria). Allí viviría a partir de entonces
con toda su familia. En 1913 nació Ataúlfo, un niño que demostró desde la
infancia grandes dotes para la música que maravillaban a profesores y paisanos.
Gracias a los esfuerzos económicos de su familia y amigos, se pudo enviar a Ataúlfo
a Madrid a estudiar en el Real Conservatorio de Música y unos años después se
le dio la oportunidad de marchar a Lieja (Bélgica), donde perfeccionó sus
estudios musicales.
Nunca lo tuvo fácil porque el sueldo de su padre daba
para poco y dirigir pequeños conciertos tampoco le reportaba grandes ingresos.
Sin embargo, él tuvo claro desde el inicio que lo suyo era la música e intentó
perseguir su sueño aunque la situación no fuera halagüeña. En 1932 volvió a
Madrid y tuvo la oportunidad de dirigir a la Asociación de Estudiantes del
Conservatorio en algunos conciertos y óperas. Unos años después consiguió el
nombramiento de Maestro Interno Concertador del Teatro Calderón y desempeñando
ese puesto estalló la guerra civil. No le quedó más remedio que alistarse en el
ejército como telegrafista y fue destinado a Segovia, pero antes, y por lo que
pudiera ocurrir, se casó con su novia Juana Pallarés Guisasola. Tras un periodo
en la cárcel por un malentendido y una enfermedad que casi le lleva al
sepulcro, Ataúlfo comenzó la posguerra contratado como pianista del Teatro
Coliseum de Madrid, donde triunfó entre las clases acomodadas en aquel gris
periodo de posguerra.
En 1940 se le concedió una beca que encaminó sus pasos
hacia Alemania, concretamente hacia Berlín y Postdam en plena Segunda Guerra
Mundial. Allí triunfó y recibió los parabienes de crítica y público,
consiguiendo así la cátedra de piano del Conservatorio de Kassel y el traslado
de su familia a Wolfsanger. Sin embargo, la dicha duraría poco: el 3 de octubre
de 1943 la ciudad alemana fue bombardeada. Se les ayudó a trasladarse a
Spanenberg, una ciudad a 36 kilómetros de Kassel. La actividad de Ataúlfo por
entonces fue ingente, pues quería reunir el dinero suficiente para poder
regresar a España. Estando en Frankfurt, en mitad de un concierto, las sirenas
anunciaron un inminente ataque aéreo. La familia estaba preparada en la
estación para tomar un tren con destino a París y huir de aquel infierno, pero
Ataúlfo no llegaba y se adelantó la salida. Una embarazada Juana y sus dos
hijas pequeñas, desesperadas, lo tomaron pensando en la muerte del músico. Cuando
éste consiguió llegar a la estación, vestido aún con el frac del concierto y el
dinero para poder sobrevivir en París, el convoy había partido. Con el miedo en
el cuerpo de que su familia no pudiera mantenerse en París y que él quedase
atrapado en Alemania, consiguió in extremis subirse a un tren de mercancías que
le transportó hasta la capital francesa.
A su regreso a España su carrera se consolidó. Dirigió la
Orquesta Nacional de España y la Orquesta de Cámara de Madrid, y dio conciertos
en Londres, en París, en EEUU y por todo el país. De hecho se le considera el
mejor director de orquesta nacido en España. Murió joven, en 1958, a los 45
años, en el garaje de su chalet de Madrid por inhalación del monóxido de
carbono de su coche. Mucho se ha especulado sobre el particular: desde muerte
accidental al suicidio...
[1] “Don
Vicente Martín de Argenta: entre emplastos, política y notas musicales”,
Semanario Béjar en Madrid, 20/12/2013, 4.694, compartido en este mismo
blog.
[2] ARGENTA, Fernando y ARIAS NIETO,
Salvador: Ataúlfo Argenta. Centenario
1913- 1958. Artistas plásticos del siglo XXI. Colección de Artistas
plásticos nº 7. Aula de Cultura La Venecia, abril de 2013. Los datos biográficos de Ataúlfo Argenta han sido tomados de esta
publicación.
[3] AP. El Salvador de Béjar: Libro de bautizados de El Salvador nº 9
(1821- 1841).
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy interesante y didáctico ademas entra en mis intereses me encanta perderme en los arboles genealógicos y saber quien es quien y cotillear. enhorabuena Carmen, buen fin de semana.
ResponderEliminargracias por la recomendación del Blog de tu amigo, esta muy bien. :) buena noche.
EliminarEs decir que toda esa nueva información te ha venido como caída del cielo. Me alegro por ti.
ResponderEliminarDisculpa la rectificación anterior, pero tuve que borrarla.
Un saludo.
Que grato conectar temprano el ordenador y encontrar esta entrada,Carmen, me alegro que el libro sirviera para disfrutar una vez más de tus magnificas y bien documentadas lecciones de historia de tu querida tierra bejarana.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias.
Quiero aprovechar para decir y de paso lo sepan tus numerosos lectores, que fui bien correspodido y bien compensado. "Los hombres de musgo y su partentela salvaje" están en mi mesa esperando tener tiempo para leermelo.
Un placer darme cuenta de los amigos que tengo en la distancia. Te agradeceré siempre este detalle que tanto puede aportar a nuestro pasado común.
EliminarUn abrazo y espero que te guste el libro sobre nuestros "musgosos"
El que la sigue la consigue que pena que su trayectoria estuviera tan accidentada pero quizás por eso su biografía es tan interesante...Gracias a vosotros y a vuestra labor es una gozada leer estos personajes bejaranos y sus descendientes.
ResponderEliminarUn beso enorme feliz finde Carmen.
Esta es una prueba más de que, por el hilo, se saca el ovillo. Y, como no, también de los efectos globalizadores de Internet, en este caso para bien. Un abrazo
ResponderEliminarQue capítulo tan interesante. Reconstruir la vida de las personas y su genealogía no es tarea fácil aunque ya llevas tiempo tran¡bajando en esto. El libro te ha venido de perlas. Una pena su muerte, pues tras haber luchado tanto por sobrevivir y salir adelante con su familia y sueño acabar así es muy triste.
ResponderEliminarBss
Hago un alto en el camino para poder visitarte, ya que actualmente estoy disfrutando de un viaje.Ahora no cuento con demasiado tiempo para conectarme a la red.
ResponderEliminarBesos
Es una gran satisfacción cuando en un punto determinado de alguna investigación que estamos llevando a cabo, localizamos información que avala o aclara nuestro estudio. Así he sentido tu artículo y me alegro de ello.
ResponderEliminarBuen trabajo, Carmen.
Un beso.
Que pena después de haber trabajado y luchado tanto en la vida, morir tan joven cuando le había llegado el momento de disfrutarlo todo.
ResponderEliminary que bonito detalle del Tejón ;) Deberíamos hacer una especie de quedada de blogueros !!! y regalarnos libros y rosas como los catalanes por Sant Jordi. Un beso, Carmen
Te felicito y me alegro contigo de estos nuevos datos que estoy seguro te habrán emocionado.
ResponderEliminarUn beso.
Me alegro de estos nuevos datos que el amigo Tejón te ha enviado y que habrás devorado enseguida;)
ResponderEliminarNo estaría mal lo que dice Adra, no estamos tan lejos unos de otros y una quedada sería estupendo... se pasa muy bien aunque sea sin motos :))
Un beso.
Ya me parecía raro que la anterior entrada sobre este tema, de una u otra forma, no tuviera continuación. Se abría, entonces una vía de estudio para ti, a la que una inesperada colaboración ha ayudado. Menuda peripecia vital la del brillante don Ataúlfo.Argenta.
ResponderEliminarUn abrazo Carmen.
Grandes tesoros nos da la vida, pedazo de información quilla
ResponderEliminarMuy interesantemente didáctica
Un besoe
Pues fue una suerte que no siguiera la tradición familiar de estudiar medicina y prefiriera dedicarse a la música. Acertó plenamente al dedicarse a cultivar y desarrollar esas dotes que ya demostraba precozmente, desde luego.
ResponderEliminarFeliz día, madame
Bisous
ResponderEliminarCurioso mundo éste.... de internet. Se fraguan espléndidas relaciones. Os felicito.
Y tu recomendación del blog de El Tejón es oportuna. Bien se merece unas visitas que nunca saldrán defraudadas.
· Saludos a dos
· CR · & · LMA ·