Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Especial "Béjar en Madrid" de diciembre de 2010.
I. La iglesia de San Juan y el arte
La
iglesia de San Juan pasa por ser la menos afortunada de entre los templos
bejaranos en cuanto a interés artístico, opinión generalizada que no tendría
que ser tan tajante. Es verdad que nos ha llegado sin la riqueza que atesora
Santa María, ni la que tuvo El Salvador antes del incendio de 1936, o que
palidece frente a la riqueza de la capilla mayor del santuario del Castañar, pero
otra guerra, la de la
Independencia contra el francés, y discutibles modas más
modernas se han encargado de esquilmar su patrimonio.
Interior de la iglesia de San Juan Bautista. Béjar
Aún
así, pese a la sensación de vacío que a uno le invade cuando entra en la
iglesia, ésta conserva un conjunto de obras artísticas y arquitectónicas más
que interesantes en espera de ser puestas en valor. No es el momento de entrar
en detalle, pero en lo arquitectónico podemos llamar la atención de su ábside y
de su torre (con unas inquietantes grietas que la recorren verticalmente
moliendo los sillares), tardorrománicos, la capilla de los Aguilar del siglo
XVII, el arcosolio de recuerdo escurialense del canónigo Bartolomé López Dávila a juego con los lucillos de los altares laterales, o la soberbia techumbre
de la nave.
Arcosolio y estatua orante del canónigo Bartolomé López Dávila
De
su arte mueble poco queda de lo original, pues las tropas francesas arrasaron
la iglesia el 30 de julio de 1809, en que fue asaltada y robada toda la
plata que en ella había. Las imágenes derribadas y destruidas en el suelo [1], así que tras la
contienda hubo que nutrirse con piezas procedentes de otros templos;
especialmente de los conventos bejaranos tras ser exclaustrados unas décadas
después. Merece la pena destacar las soberbias esculturas dieciochescas de San
Francisco y Santo Domingo, y los bustos del Ecce Homo y la Dolorosa, también de la
misma centuria y restaurados por la Fundación de las Edades del Hombre. La exquisita
talla de la Dolorosa
fue incluso seleccionada para participar en la exposición de las Edades del
Hombre celebrada en Soria en 2009 [2]. Del
siglo XVII son el San Juan, casi manierista, de la capilla mayor (recientemente
restaurado por dicha Fundación), o el retrato orante de López Dávila; éste
realizado en piedra policromada y estilísticamente dentro del realismo
naturalista.
Bustos de La Dolorosa y Ecce Homo
A
su vez, esta parroquia posee una importante colección de pintura colgada en lo
alto de sus muros [3], imposible de admirar
por la distancia, la penumbra del edificio, y sobre todo, por la suciedad y el
oscurecimiento de la superficie pictórica, muchas veces provocado por los
propios barnices aplicados al lienzo. Entre estas pinturas se encuentran obras
muy interesantes, como un Descendimiento de la cruz, un San Sebastián y un San
Francisco Javier. Pero la obra más destacada se encuentra en el altar de la
capilla de los Aguilar: la Virgen
y San José adorando al Niño. Del siglo XVII, este magnífico lienzo
conserva legible, aunque de forma fragmentaria, la fecha y la firma, y ha
servido para proponer que fue ejecutado por el pintor cordobés Bartolomé Román
hacia 1629 [4].
Talla de San Juan Bautista
Evidentemente,
el apartado patrimonial que más ha sufrido la rapiña ha sido el de los objetos
de plata, por el valor consustancial del material. Con todo, cuenta con una
serie de sencillos cálices barrocos, un elegante cáliz neoclásico, una custodia
salmantina del mismo estilo, y una interesantísima cruz procesional fechada en
1563 y ejecutada en Ávila por alguno de los miembros del clan Alviz [5].
Creemos muy posible que esta pieza procediera de la parroquia bejarana de El
Salvador tras perder la suya en la francesada, pues la iconografía se centra en
la Transfiguración
del Señor y no en San Juan Bautista. Se conserva en un estado deficiente, y ojalá
que algún día desde la parroquia se decida emprender su restauración, como con
tan buen criterio se viene haciendo desde hace unos años con la pintura y la
escultura. Tampoco desmerece parte de su carpintería y cerrajería dieciochesca,
en especial el estrecho cancel de la portada norte, que sigue los parámetros de
lo que se hacía en la ciudad de Salamanca.
Talla de San Francisco de Asís
Con
este sucinto repaso al patrimonio artístico más destacado de esta iglesia, queremos
dejar muy claro que, aunque fragmentario, lo poco o mucho que ofrece al aficionado
al arte y al turista es digno de tenerse en mayor consideración. Sin embargo,
es obvio que los desnudos muros interiores tuvieron que ocultarse en su momento
tras numerosos altares y retablos, destacando el mayor, y animarse con otras
piezas como el púlpito o el órgano, de cuya envergadura da cuenta su amplia
balconada.
Como
bien es sabido por los parroquianos de San Juan y por los bejaranos de más edad,
la pérdida del retablo mayor y del púlpito aconteció en fechas relativamente
recientes, allá por 1970. En este artículo nos centraremos en conocer la
historia de ese retablo mayor –tan denostado, por cierto- y del púlpito, pues
como vamos a ver, el mismo artífice participó en los dos proyectos.
Continuará
[1]
RODRÍGUEZ BRUNO, G. E. Béjar y la
Guerra de la
Independencia, Béjar, 1993, p. 132.
[2] DOMÍNGUEZ
BLANCA, R. y CASCÓN MATAS, C. “Dolorosa”, en Catálogo de la exposición
Paisaje Interior, Las Edades del Hombre, Soria, 2009, pp. 477-480.
[3]
Algunas estudiadas por la profesora Emilia Montaner (Ver MONTANER LÓPEZ, E. La pintura barroca en Salamanca, Universidad
de Salamanca – Centro de Estudios Salmantinos, Salamanca, 1987, pp. 110, 111,
147, 151 y 168).
[4]
Sobre el cuadro y Bartolomé Román, ver MONTANER LÓPEZ, E. La pintura barroca... ob. cit., p. 168; MONTANER LÓPEZ, E.: Pintura barroca en Salamanca. Escuelas
españolas, Museo provincial de Salamanca, Salamanca, 1987, pp. 42-44.
[5] DOMÍNGUEZ
BLANCA, R. La platería del Renacimiento
en Béjar, Centro de Estudios Bejaranos y Excmo. Ayuntamiento de Béjar,
Béjar, 2009, pp. 262-267.
Trabajé en Valoración y Recuperación de Patrimonio durante la campaña Valparaíso (Chile) Patrimonio de la Humanidad, que logró su objetivo en 2003, y puedo darme cuenta muy bien de los planteamientos de este excelente artículo. Entre las Conclusiones y Recomendaciones estaban la creación de Talleres de Patrimonio en escuelas y colegios (en las universidades debiera haber cátedras) porque si no se afianza el tema en la educación de niños y jóvenes el asunto termina en los “akiúbo” (aquí hubo…) Felicitaciones al autor y a Carmen por sus estupendas fotos. Jorge Zúñiga Rodríguez. Ps.: ¿La última imagen es san Francisco de Asís o san Francisco Javier? Vale.
ResponderEliminarGracias por tu información, Jorge. La sugerencia, si fuera tomada en serio por nuestras administraciones, vendría que ni al pelo en la puesta en valor de éste y otros tesoros poco o nada valorados de nuestro entorno. La última talla es la de san Francisco de Asís por su hábito marrón de franciscano y los estigmas de la crucifixión de manos y pies, una manera fácil de diferenciarlo de otros santos fundadores. Otro día pongo una foto de su talla hermana, salida de la misma mano, de santo Domingo que hoy está en el coro de la iglesia y que probablemente formaban parte de un retablo de gran envergadura (¿el retablo mayor del convento de San Francisco?).
EliminarUn saludo
Otra conclusión era que en el rescate local había que integrar locales. Vi en youtube un reportaje de RTVE sobre Béjar en que aparecía Óscar Rivadeneyra hablando sobre El Bosque. En la segunda parte esperaba ver a Carmen pero lo hizo la reportera foránea. ¿Podría el alcalde mover recursos para instalar TPs en las escuelas? Con los nombrados ya habría suficiente. Insisto en la calidad de las fotos, que son material patrimonial. Me reí con la aplicación de Miguel. Disculpas por la confusión del santo. Atte., JZR.
EliminarHace mucho tiempo que no paso por San Juan y, en mi opinión, lo más urgente sería sacar de la iglesia todo lo que aún pueda salvarse para integrarlo en algún museo pues, de lo contrario, más pronto que tarde la torre se derrumbará y acabará por destrozar bajo las piedras todo aquello que se salvó de la rapiña. Al paso que va esa torre, como dice nuestro ilustre amigo chileno, lo único que quedará sera un akiúbo una iglesia dedicada a San Juan.
ResponderEliminarUn abrazo,
Muy buena reflexión, Miguel. Hace ya unos meses recordarás que nos hicimos eco de la petición de los vecinos de San Juan de que se restaurase esa torre-campanario que amenaza muy seriamente con venirse abajo: grietas alarmantes, una "panza" más que evidente, erosión muy pronunciada, sillares hechos casi arena, etc. Y todo de la mano de un geólogo oriundo de Béjar, Germán. Poco a poco el llamamiento parece haber calado en los medios de comunicación y en algún grupo políitco de la oposición que ha hecho su particular presión a nivel institucional. Y sin embargo los verdaderos responsables, el obispado en concreto, parece lavarse las manos. Cuando se derrumbe las lágrimas serán muchas por lo que se ha perdido. Será tarde...
EliminarAbrazos
A simple vista se la ve simple, pero tiene unos altares que son muy buenos por su riqueza artística.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carmen de mi breve visita a Béjar solo recuerdo dos iglesias la que se encuentra en la plaza, creo la del Salvador, y otra que se encuentra enfrente de lo que creo sede de una cofradía penitencial. Esta ultima iglesia creo es a la que se hace referencia en este articulo, no la vi por dentro no recuerdo si por estar cerrada o por culto.
ResponderEliminarSaludos.
Tomás, normal que no la vieras. Está "escondida" del itinerario habitual, detrás del caserío de la calle Mayor, hacia el norte y además sólo se abre en horario de culto, así que es difícil verla. Lo usual es que acabes en la iglesia de El Salvador, en la Plaza Mayor, como bien dices, siempre abierta, o en la de Santa María la Mayor, un poco más abajo, abierta en horario de culto aunque en verano se suelen hacer aperturas especiales. En concreto esta última es la más bella de todas junto con el santuario de El Castañar.
EliminarSaludos
Triste que se pierda un patrimonio por falta de interés. En mi opinión de neófito se ve muy rica en arquitectura.
ResponderEliminarBesos
Es interesante este artículo Carmen, esa iglesia es una pena que no se restaure como debe ser,por lo que nos cuentas es preciosa y con la foto así se puede apreciar.
ResponderEliminarLos monumentos arquitectónicos son parte de nuestra cultura y debemos conservarla.Las tallas que nos muestras son de gran realismo.
Saludos Carmen
Puri