Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero
*A Jorge Zúñiga, en contestación a su email sobre el Abuelo Mayorga de Plasencia.
El Abuelo Mayorga es un muñeco “autómata” que se instaló en la torre del reloj del
Ayuntamiento de Plasencia en el año 1743. El relojero era natural de Mayorga (Valladolid) y
por eso la población le puso este nombre.
En 1811, en una de las muchas incursiones de los franceses en Plasencia durante
la Guerra de la Independencia, los soldados franceses lo tiraron al suelo y lo destruyeron
en venganza a unos acuchillamientos a afrancesados.
“Episodios menos festivos como el horrendo crimen que bajo mis pies cometieron
Manuela Rangel y otros vecinos airados acuchillando a los “afrancesados” que estaban
prisioneros, en aquél aciago verano del año 1808. En esos años nos invadieron en más
de diez ocasiones las tropas francesas y se vengaron en mí haciéndome añicos y
quemando mis restos.” Parece ser que lo repusieron en 1936, pero, por lo visto el peso que tenía paraba el
reloj y lo eliminaron.
Abuelo Mayorga
Foto extraída de aquí
El actual Abuelo Mayorga lo mandó reponer el alcalde Juan Francisco Serrano Pino en 1973. Fue un buen alcalde y el primero, en mucho tiempo, que se dedicó
profesionalmente a la alcaldía. Fue el último alcalde no constitucional. Dio un cambio
radical a Plasencia, que pasó de ser un Pueblo, a una pequeña Capital. Reformó el
Ayuntamiento recuperando la fachada primitiva y la figura del Abuelo Mayorga.
Cuando se presentó a las primeras elecciones constitucionales, yo formé parte del
grupo que encabezaba: el GIP (Grupo Independiente Placentino) con la condición de no
salir de concejal. Yo tenía una empresa y no podía dedicarme a enredos políticos.
Le di mi apoyo porque vi la transformación de
Plasencia desde que llegué hasta esas fechas. Y de su siembra vivieron algunos
alcaldes posteriores. Salió como Concejal con un pequeño grupo de compañeros con los
que sigo teniendo buena relación. Serrano Pino murió hace unos años, un poco
olvidado, aunque los placentinos lo recuerdan con agrado.
El Abuelo Mayorga de cuerpo entero
Hay leyendas y elucubraciones sin sentido sobre este autómata. Una de ellas es
que lo donó Leonor de Pimentel por ser Mayorga el pueblo de su padre, pero los que lo
cuentan no aportan ningún dato creíble. Primero dicen que Leonor fue esposa de Pedro
Zúñiga, peor no es así. Álvaro de Zúñiga y Guzmán, se casó en segundas nupcias con su sobrina y ahijada
Leonor Pimentel y Zúñiga, hija de Juan Alonso Pimentel, conde de Mayorga, y de su
hermana Elvira de Zúñiga y Guzmán, en 1458. Leonor murió el 31 de marzo de 1486 en
Béjar. Y el edificio del
Ayuntamiento se construyó en 1523, así que mal lo hubiera podido hacer.
Hay otra leyenda sobre un reloj que se llamaba Menorga, como la cuenta D.
José Sendín, muy amigo mío, pero poco creíble y no aporta documentación, tendrá que
pasar al limbo de los justos hasta que aparezca algún papel que la corrobore.
Siento decepcionarte, pero aquí no ha intervenido para nada nuestra amiga Leonor,
aunque, vete a saber, igual desde el más allá haya influido algo. Ya sabes que estas
personas tenían mucho mando en la vida espiritual.
Inocencio Cardiñanos está sacado de uno de los
tres tomos de Historias Placentinas Inéditas, de Sánchez Loro, al que sí le doy veracidad
porque Sánchez Loro, en esos tres libros, se dedicó a transcribir todos los documentos
importantes que encontró en los Archivos de Plasencia para darlos a conocer a los
investigadores y tiene muchos muy valiosos. Vamos, como lo que están haciendo Carmen
Cascón y Óscar Rivadeneyra en Béjar.
Restaurando al Abuelo Mayorga
Foto sacada de Hoy Plasencia
Abuelo Mayorga
Os presento al Abuelo Mayorga, un viejo amigo que podéis conocer en vuestra
visita a Plasencia, subido a la Torre Renacentista del ayuntamiento, el primer Abuelo
apareció en el año 1743 aunque el que hoy veréis no es el de aquella época. El actual es
un abuelote de dos metros de alto y 85 kilos de peso que subió a la torre en los años 70.
Varias son las historias que hay de su origen. Una de ellas cuenta que es el reloj
quien recibe el nombre de Mayorga y que durante el siglo XV, cuando la ciudad era
gobernada por la familia de los Zúñiga, Plasencia recibió de manos de Leonor de
Pimentel, esposa de Pedro Zúñiga, el regalo de esta imagen, con el nombre del pueblo
del padre de ella (Mayorga, Valladolid).
Mayorga de Campos (Valladolid)
Wikipedia
También se cuenta que el primer relojero era la localidad de Mayorga y recibió el
encargo de realizar el reloj de la plaza mayor. Tras ponerlo, se le encargó a un escultor
esculpir una figura de una persona mayor con un gorro rojo.
El actual autómata no es el primero que se encuentra sobre el reloj municipal, sino
el sexto y desde 1973 se le han hecho varias reparaciones. Forma parte de la maquinaria del reloj del Ayuntamiento de
Plasencia, que también se llama reloj de Mayorga, que se instala por primera vez en el
siglo XVI.
La torre renacentista del Ayuntamiento de Plasencia fue construida en 1546,
pero hasta el año 1743 no apareció “El Abuelo Mayorga” como complemento del
reloj. Es en esta época en la que se incorporaron personajes autómatas, con movimiento,
como aplicación al desarrollo mecánico de los relojes. Lo mismo ocurrió con el
“papamoscas” de la catedral de Burgos.
Papamoscas de la Catedral de Burgos
Wikipedia
El actual edificio es una reconstrucción historicista, que llevó a cabo el arquitecto
José Manuel González Valcárcel en 1966, basándose para ello en el edificio de estilo
renacentista que proyectara Juan de Álava en el año 1523, a quien los regidores exigían
que se hiciera con portales y corredores.
En su parte izquierda tiene una doble arcada renacentista con el escudo de Carlos I
de España. Sobre el otro lado hay una torre-campanario en la que se encuentra el
símbolo de la ciudad: el Abuelo Mayorga, un autómata que se encarga de dar las horas a
la población.
Palacio Municipal
Presidiendo la plaza mayor se encuentra esta edificación del siglo XVI. El primitivo edificio del Ayuntamiento se levantó entre los años 1517 a 1523 sobre
la llamada Casa de la Gradas por el aparejador de obras de la Catedral, Francisco
González.
Ayuntamiento de Plasencia (Cáceres)
Wikipedia
Menorga
Cierto año del siglo XVII, en los días
previos a la feria de junio una buena cantidad de gitanos habían llegado a la ciudad con
sus caravanas de mulos y burros. Las mujeres se presentaban a mendigar vestidas con sus largas faldas, sus blusas
y delantales.
El caso es que por un hecho que desconocemos, la justicia aprendió a varias
gitanas, estando el corregidor de la ciudad, Francisco Antonio de Salcedo, presente. Hubo
un forcejeo con el que las gitanas quisieron zafarse de los alguaciles, momento en el que
una de ellas, Ángela Alvarado,
logró escapar corriendo mientras pregonaba por las calles
su inocencia. A duras penas pudo llegar a la
Catedral, sabía que al entrar en el templo quedaría acogida al sagrado “derecho de asilo".
Catedral de Plasencia
Wikipedia
Pero el corregidor no estaba dispuesto a verse humillado públicamente por una gitana y
entró en la catedral junto a los alguaciles y apresó a la fugitiva en la capilla mayor de la
Catedral Vieja.
Daban las doce del mediodía cuando sacaban violentamente por los pelos a la
gitana del templo, y en ese preciso instante salen de sus rezos en la catedral una buena
parte de canónigos y sacerdotes de la ciudad, la gitana al verlos gritó aún más fuerte
invocando su derecho de asilo. Los clérigos y seglares al ver el alboroto que se estaba
produciendo se acercaron y preguntaron al corregidor por lo que estaba sucediendo, pero
este lejos de contestarlos, volvió a agarrar violentamente a la gitana
y la sacó a la calle. Lejos de amilanarse,
ordenó montar a las dos gitanas en sendos pollinos y a la vista de todos fueron apaleadas mientras eran conducidas a la cárcel de la ciudad.
Los religiosos no aceptando tales hechos tomaron cartas en el asunto y fue
informado de inmediato el Obispado, su Provisor condenó al Corregidor a la pena de
excomunión mayor. El
Corregidor perdió una causa que duró más de cinco años, la pena a la que fue condenado
fue suavizada con la limosna de amigos, y este dinero fue destinado para comprar el reloj
de la Catedral.
Pocos placentinos saben que el reloj que hubo en su Catedral fue el regalo de una
gitana o lo que es lo mismo: el precio de un juicio y una condena que una sencilla gitana
valiente y desafiante, ganó al Corregidor mayor de la ciudad.
Este reloj de sol que estuvo situado sobre una de sus fachadas se encuentra
actualmente en paradero desconocido y poca información existe sobre él, se le conoció
con el nombre de Menorga en contraposición con el reloj de El Abuelo Mayorga, situado
sobre el ayuntamiento. Lo cierto es que Menorga y Mayorga durante muchos años
marcaron las horas que guiaron la vida de los placentinos.
Casi siempre que me acerco a Plasencia, hago un recorrido parecido: llegar a la Puerta del Sol, pasar el arco, recorrer la calle estrecha llena de tiendas que desemboca en la plaza donde está el "muñeco" que tocará la campana en la torre del reloj del ayuntamiento, a ver si hay suerte y le vemos en plena acción.
ResponderEliminarAntes de irme, si hay tiempo, me doy una vuelta por la zona de la catedral y, ya de regreso, me paro en alguna de esas tiendas que huelen a gloria donde venden la torta del Casar y embutidos ibéricos. Hay una que me encanta que tiene un cerdito ibérico en la entrada.
Un saludo.
Ya hace tiempo que escribí esto y se lo mandé a Jorge Zúñiga. Me dijo hace unos días que lo subiera al blog porque quería hacer una referencia al Abuelo Mayorga en alguno de sus artículos.
ResponderEliminarPor la imprecisión de la información en la red fue que recurrí precisamente al ingeniero Jerónimo Gómez-Rodulfo, muchas gracias. Su blog LosAbdones es muy interesante también. JZR.
EliminarCuando estuve en Plasencia pude verlo y fotografiarlo. Algo de esa historia pude conocer en mi visita.
ResponderEliminarBesos
Hace años que estuve en Plasencia y fui a dos sitios, por recomendación. Al abuelo y a la catedral. Es además una ciudad conectada con América puesto que Hernán Cortes nació ahí
ResponderEliminarBesos
Hernán Cortés nació en Medellín. En Plasencia no tenemos la suerte de tener a ningún conquistador importante. Tenemos personajes que lo fueron en otras especialidades.
Eliminar¿E Inés de Suárez...?
EliminarEsperemos que el remozado autómata siga marcando las horas de los placentinos durante muchos años más.
ResponderEliminarUn abrazo,
Estoy convencida de que EL ABUELO MAYORGA es el complemento perfecto para ese reloj, seguro que en él se centran todas las miradas de los turistas que llegan a esa bonita ciudad.
ResponderEliminarMuy agradecida por tu comentario, son palabras que invitan a reflexionar.
Cariños.
kasioles
A ver cuando viajo por Plasencia y conozco al abuelo Mayorga. Fue una buena idea del alcalde ya que en si fue una buena persona para la ciudad se le va siempre a recordar mirando al abuelo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando la visité por primera vez con tranquilidad y sosiego me gustó, me pareción una ciudad bella, sin olvidar la Plaza Mayor y su abuelo Mayorga. Interesante y bien documentada entrada.
ResponderEliminarUn saludo.
Desconocía que el muñeco tendría ese nombre si recuerdo ver un establecimiento hostelero con ese nombre cercano a la puerta de Santa María y ahora entiendo el porque.
ResponderEliminarSaludos.
Me gustas los autómatas. Parecen tener vida propia. A este de Plasencia con lo conocía (quiero decir que nunca lo he visto) pues no he estado nunca en Plasencia, pero mientras iba leyendo recordaba otro que si he visto, como el citado Papamoscas de Burgos y a Juan Zancuda y Colasa, que tan bien saben dar las horas en el Ayuntamiento de Astorga.
ResponderEliminarSaludos.
·.
ResponderEliminarSiempre es interesante leer lo que aquí se publica. Uno se entera de evento más que curiosos.
Un abrazo Carmen.
.·
LMA · & · CR
Muy interesante articulo, desconocía la existencia del abuelo Mayorga. gracias por vuestro trabajo Jerónimo y Carmen.
ResponderEliminarExcelente y documentado artículo.
ResponderEliminarEscribo este comentario sentado en la plaza mayor con una caña y mirando extasiado al abuelo mayorga