Autora: Carmen Cascón
Publicado: Béjar en Madrid, 4.853 (21/08/2020), p. 4.
En un pleno extraordinario convocado por el duque consorte de Béjar, Pedro de Alcántara Téllez-Girón, se reúnen los sexmeros de Villa y Tierra por un motivo inusitado: dar su parecer en favor o en contra de la gestión del corregidor saliente, José Verdes Montenegro, habida cuenta del pleito que presentado contra él por Juan Manuel Hernández Bueno ante la Chancillería de Valladolid. El salón de plenos se haya atestado de gentes y son muchas las voces que desean intervenir[1].
Entonces, como ahora, el edificio consistorial era el mismo.
Alegan los sexmeros que “deven de estarle mui agradecidos porque en el manejo de la jurisdicción, en la versazion de los caudales públicos y en todos los asuntos que se le han confiado, ha procedido con la mayor integridad y sin que con fundamento pueda persona alguna estar quejosa”. Añaden que “su desintteres en todas materias, su celo por la quietud publica y de los particulares y sus buenas prendas, le hacen acreedor de justicia al afetto y aclamación general de toda esta Villa y su Tierra y el sentimiento que causa su ausencia”. Verdes Montenegro había procedido en su largo mandato defendiendo los privilegios y regalías de los duques “sin perjuicio de la integridad de su oficio, haciendo ver en ello su habilidad, su eficacia y su celo”.
Así piden a Su Excelencia ampare y proteja a José Verdes Montenegro “para que continue a que concluya su jurisdicción y que con su ejemplo se escarmienten los díscolos que inquietan la tranquilidad publica con respuestas y relaciones falsas”, una clara alusión a Juan Manuel Hernández Bueno y a los miembros de la Real Fábrica de Paños, como hemos visto en anteriores entregas. Porque no todos los bejaranos guardaban la misma opinión de su ilustre corregidor: para unos un dechado de virtudes y una gran aplicador del orden y del derecho; para otros un corrupto manipulador metomentodo que hacía valer las injerencias del duque allá donde le placía.
La XIII duquesa de Béjar y XII condesa de Benavente, Mª Josefa Alonso Pimentel, su marido, el IX duque de Osuna, y sus hijos. Francisco de Goya.
Tras los sexmeros, intervienen los eclesiásticos aduciendo que Verdes “a guardado en su tiempo la mejor y mas sana correspondencia con el estado ecclesiastico y que sobre haver llenado de beneficios la causa puvlica promoviendo obras de reparacion de calles, casas, fuentes, puentes y caminos, aumentando su celo por el culto de la Yglesia, deja hechas por su direzion con su eficacia obras de eterna memoria en las Yglesias desta Villa, con especialidad en la Parroquia del Salvador y hermita de Nuestra Señora del Castañar, Patrona desta Villa”.
El pleno lo firman no menos de treinta personas, todas ellas eclesiásticos, regidores y sexmeros de la Villa y Tierra, es decir, gentes más o menos afines a la Casa Ducal o a su regimiento. Sin mimbres suficientes para verter una opinión personal sobre la rectitud de Verdes, y sin conocer las causas de la animadversión de los miembros de la Real Fábrica de Paños, no me atrevo a juzgar su labor. ¿Buen o mal corregidor? Depende del cristal con que se mire o quizá fuera, al fin y a la postre, ambas cosas.
José Verdes Montengro y Montoro
[1] AMB. Libro de actas de sesiones del Consistorio de 1789.
Una reflexión con interrogantes. Parece que esta báscula se inclinaba más a favor de los interese ducales y también la iglesia estaba muy a su favor...¿ buen o mal corregidor?
ResponderEliminarMe ha encantado leerte Béjar tiene mucha historia y gracias a estos aportes sabemos muchas cosas que por desconocimiento no nos hubiéramos enterado.
Un abrazo y te felicito porqué me ha encantado leerte
Todo es según el color con que se mira. Interesante esta entrada y las dos anteriores, ayuda bastante a comprender como eran las relaciones entre los diferentes estamentos de la época. Un saludo.
ResponderEliminarLos favorecidos, siempre alabarán la labor que ha hecho, mientras que los que se sienten perjudicados, nunca podrían alabor su gestión.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Siempre pasaba y pasará igual, no se puede contentar a todos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando hay conflicto de intereses, ya se sabe. Muy interesante. Saludos.
ResponderEliminarCreo que si esa sesión del ayuntamiento de Béjar la trasladamos a cualquier estamento actual sería muy igual no hay mas que ver los informativos.
ResponderEliminarSaludos.
Cómo me gusta lo que publicas. Gracias Carmen. Saludos
ResponderEliminarGracias.
EliminarPues para mi, después de leer los tres capítulo, me parece un buen corregidor, porque por lo que cuentas en cuanto a obras públicas hacía todo lo que había que hacer, así como alzaba pleito contra todo el que se lo merecía, por lo que el pueblo llano estaba contento con su labor, y si además tenía el apoyo de la casa ducal y de la iglesia que más se puede pedir... el que se pasara de tiempo en su mandato, para mi, era lógico, y más si tienes buenos padrinos, como los tenía.
ResponderEliminarMuy interesante y amena esta historia.
Gracias por compartir, amiga Carmen.
Un fuerte abrazo.
Es una excelente apreciación porque no habría que tener en cuenta las denuncias de un particular como era Juan Manuel Hernández Bueno. Lo que me pregunto es qué política tuvo hacia los fabricantes integrantes en la Real Fábrica porque no las conocemos. Presumo que defendía los intereses particulares fabriles del duque, que tenía el monopolio del tintado de los paños, frente al resto de los fabricantes, que intentaban volar solos y sin las interferencias señoriales.
EliminarUn abrazo también para ti.