Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas 2018.
Lo que sí sabemos con absoluta certeza es que el contingente del ejército profesional de la reina Isabel II (que exhibe una impecable artillería cuyos disparos, desde temprano, sobrevuelan la población textil), enviado para amedrentar, con tropas a caballo y de infantería, a la bisoña milicia local y, tal vez, con la consigna de no emplearse a fondo sobre ella, es rechazado por esta cada vez que intenta penetrar al interior de la ciudad. Por la puerta de San Nicolás o por Campopardo, cuando lo pretende. O por la de la Villa o de Ávila, en múltiples y renovadas ocasiones. Y por supuesto, todas infructíferas.
Batalla del Puente Alcolea
Es posible que los que contendían en Béjar, especialmente las unidades del brigadier Nanetti, estuviesen muy pendientes del resultado de la batalla de Alcolea en la que se enfrentaban, al mismo tiempo que en nuestra ciudad, los sublevados de Cádiz con las tropas del ejército gubernamental. Horas antes que finalice el asedio local, el combate junto al Guadalquivir se decide con el triunfo de los revolucionarios y su posterior marcha hacia la capital del país donde se impone el triunfo de la revolución.