27 de julio de 2019

El conflicto mapuche y dos miembros de la Casa de Zúñiga en Chile


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Por conflicto mapuche se entiende la grave tensión social que existe hoy entre parte de la población autóctona y el Estado chileno en torno a la autonomía y recuperación de tierras, y aunque el conflicto como tal se mide desde el retorno a la democracia en 1990, tiene antecedentes históricos que lo vinculan al linaje de los duques de Béjar.

 
Niño mapuche con bandera y pito. Udec.cl

     Procedentes de la pampa argentina y asentados al sur del territorio chileno desde el siglo XIII, los mapuche (mapu-che, gente de la tierra) enfrentaron a los españoles (winka, nuevos incas) tres siglos después, dando origen a la larga guerra de Arauco (ragco, tierra gredosa)

Argentinatoday.org

20 de julio de 2019

El armorial onubense del Duque de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        Sorprenden, al respecto, las evidencias encontradas en la página Heráldica Municipal de Huelva, sin desestimar las dudas que el ingeniero bejarano-placentino, Jerónimo Gómez-Rodulfo, y otros estudiosos, manifiestan en torno a la presunta antigüedad de ciertos blasones. Se trata, en todo caso, de las actuales armas, bandera y escudo, de los municipios de El Granado, Gibraleón, San Bartolomé de la Torre y San Silvestre de Guzmán.



 El Granado (Huelva)
 Gibraleón (Huelva)
 San Bartolomé de la Torre (Huelva)
 San Silvestre de Guzmán (Huelva)


       La clave de ellos es el título nobiliario marqués de Gibraleón, otorgado en 1526 por el emperador Carlos V a Álvaro de Zúñiga, II duque de Béjar, y mencionado por Cervantes en la dedicatoria de la primera parte del Quijote: Al duque de Béjar, marqués de Gibraleón…etc.   

13 de julio de 2019

Cuatro vergeles en el Béjar del siglo XVI (3ª Parte y final)


Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto


Es posible deducir la localización aproximada de los vergeles que estamos estudiando, pero no resulta fácil recrear el aspecto y contenido que tuvieron, la traza de sus parterres o la distribución vegetal. Podríamos intuir en ellos el ordenamiento y simetría propios del Renacimiento, así como una primera ausencia de grandes árboles (sí, en cambio presencia de frutales) primando los setos de boj y los consabidos parrales. Quizá ciertas plantas trepadoras hacían ya acto de presencia en el aprovechamiento del terreno escalonado y de los altos muros que limitaban aquellos jardines, precedente de los jardines  casi colgantes hacia los que evolucionaron en la Edad Contemporánea.

Probable espacio que ocupó el vergel de Cristóbal de Zúñiga en la actual calle de Rodríguez Vidal


Un buen ejemplo de ello podría ser el vergel de Cristóbal de Zúñiga, localizado junto a la iglesia de Santa María, justo en el lado opuesto de la plaza en el que estuvo el de la familia Oviedo, tal y como expresamos en el anterior artículo.

 En rojo localización posible sobre el mapa de la casa y vergel de Cristóbal de Zúñiga

6 de julio de 2019

Cuatro vergeles en el Béjar del siglo XVI (2ª Parte)


Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

       Hubo dos momentos en la historia de Béjar en que la villa, desde el punto de vista urbano, fue pensada globalmente, es decir como un proyecto estético común, unitario y ambicioso. El primero de ellos tiene lugar en el siglo XVI auspiciado, claro está, por el ducado de Béjar. Es el momento en que no solo se erigen los edificios simbólicos del poder de la nobleza o se consolidan los enclaves religiosos, sino que también se establece  hacia ellos una relación armónica desde el resto de la población y su casco urbano civil[1]

 Muros y jardines de la calleja del Duque, antiguos vergeles de los Oviedo.

         El segundo se sucede en diferentes fases del siglo XIX con el desmantelamiento de la estructura señorial y la rápida alternativa burguesa que reinterpreta el casco urbano adaptándolo a los nuevos estilos y mentalidades. En ambos momentos Béjar se define y se presenta como una especie de villa o ciudad-concepto. Al respecto del primero de esos periodos históricos Miguel Sobrino afirmó, en su trabajo «La conservación de la arquitectura popular», que «en su antigua configuración, Béjar era por sí misma una gran obra de arte, una pieza maestra del urbanismo y de la adecuación de la arquitectura al paisaje. Contemplada como conjunto Béjar parecía el sueño de un urbanista del Renacimiento»[2].

29 de junio de 2019

Cuatro vergeles en el Béjar del siglo XVI (1ª Parte)


Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

El vergel es el estadio intermedio entre el huerto medieval, que era un espacio doméstico y de abastecimiento frutícola para la vivienda contigua, y el jardín moderno, ya un terreno evolucionado de ordenación arbórea cuyos usos son más contemplativos y estéticos que agrícolas. La aparición paulatina de este último a partir sobre todo del siglo XVI se relaciona con el nuevo espíritu y vínculo del ser humano con la naturaleza emprendido por el  Renacimiento y que evolucionaría estilísticamente con el paso de los siglos y el cambio de los gustos. 

 Casa de Clavijo en la Calle de Las Armas

23 de junio de 2019

El Empecinado en Béjar: cartas en el Archivo Municipal


Autor: Carmen Cascón Matas 
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.801 (18/05/2018), p. 4.


       Fuertes pisadas resuenan en la calle Mayor. El sonido de los cascos de los caballos dejan su eco en el aire mientras los hombres cabalgan en amena conversación. El mes de mayo de 1823 acaba de comenzar y España está inmersa en el enfrentamiento entre liberales y absolutistas durante los últimos coletazos del Trienio Liberal. La todavía villa se despereza de un largo invierno y los tímidos rayos de sol animan a los paisanos a salir de sus viviendas. Algunos han cerrado los postigos de sus casas a cal y canto; otros reciben con jolgorio y vivas a los recién llegados. La división que desgaja España en dos mitades se deja sentir en la sociedad y aquí no ocurre de manera diferente. Un hombre recio, vestido con un uniforme rojo como la sangre, concentra las miradas. Su gesto impasible, su boca enmarcada por recios bigotes, no deja lugar para la sonrisa. Sus ojos han visto demasiada violencia. Es un héroe para unos y un villano para otros.  

 Juan Martín Díez, El Empecinado. 
Francisco de Goya

16 de junio de 2019

Un soneto y un grabado por la muerte del X Duque de Béjar en Buda


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Este 16 de julio se cumple un aniversario más de la muerte de don Manuel de Zúñiga en el sitio de Buda, actual Budapest, Hungría, adonde había acudido luchando por la Cruz, como reza el mármol del nicho donde está su cuerpo en el cementerio San Miguel de Béjar (su corazón está en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, Cáceres). De la tumba bejarana circulan dos fotografías en la red: la primera subida hace algunos años por el bejarano radicado en Plasencia, ingeniero Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero, y la segunda, en 2017 por el blog salamancartvaldia.es.   




El Exm°. Sr. Don Manuel López de Zúñiga, Duque de Béjar y Plasencia, por R. de Hooghe.Wikipedia



      Para la ocasión, alguien de encargará de poner una flor fresca en su tumba, mientras acá se hará mención a un soneto de los que, entre muchísimos escritos publicados a su deceso, corrieron entre ríos de tinta y le valieron fama y gloria en toda Europa (El mártir de Buda, el “Buen Duque” donManuel Diego, reinadodecarlosii.blogspot.com01/10/2013). De autor anónimo, el folio original –que lleva el nombre de Béjar en mayúsculas- está entre los más de ochocientos documentos que atañen al duque que se guardan en el Archivo Histórico de la Nobleza, Toledo, y dice así: