Abrimos en verano (2ª Parte)

Autor: Roberto Domínguez Blanca

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.512. 5 de Septiembre de 2008

La iglesia de Candelario es un templo de tres naves de finales del siglo XV, en cuyo exterior se abrió un soberbio rosetón de piedra calada sobre la portada occidental, y en cuyo interior los arcos se decoran con bolas, al igual que ocurre en obras abulenses del gótico final. El retablo mayor se ensamblo en la segunda mitad del siglo XVIII, y lo preside la talla de la Asunción. En la costanera meridional de la nave, destaca un retablo pictórico restaurado no hace mucho, cuya calle central acoge la imagen de San Sebastián, y que tiene la particularidad de ser un retablo renacentista de los más antiguos de la comarca. En el ático campean las armas del que fuera obispo de Plasencia Gutiérrez de Carvajal. Otro atractivo es la luminosa y polícroma armadura mudéjar de lazo ataujerado que cubre la capilla mayor.

Retablo mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Candelario (imagen sacada de Candelario.info)

La iglesia de Montemayor del Río tiene la virtud de ser un templo que ha podido mantener su impronta medieval, al haber escapado de la renovación artística del barroco. Tiene una sola nave y un único ábside. Arquitectónicamente distinguimos tres etapas. Lo más antiguo es la cabecera, de un gótico muy temprano, que se cierra con una cúpula de nervios radiales. Aún en sus sillares se aprecian las marcas de los canteros, costumbre heredada del románico. De un segundo momento ha de ser la fachada de los pies, seguramente de finales del siglo XV o principios del XVI, donde destaca la ventana cuadrada que ilumina el coro, con tracería calada de dos medias ruedas. La gran reforma vino en el cuerpo de la nave, de la segunda mitad del siglo XVI y que se prolongaría hasta principios del siglo XVII (en una de las ventanas se puede ver la fecha de 1609). Como en las iglesias de Béjar, dos grandes arcos diafragma de perfil apuntado soportan una techumbre de madera que no es la original. Tampoco es original la tribuna, que tuvo que ser tan rica como la de Valdefuentes de Sangusín. Las cabezas labradas de sus vigas tiene un aire mudéjar, y recuerdan a alguna de los aleros de madera que se pueden contemplar en la bejarana calle 29 de Agosto.

Capilla Mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Montemayor del Río (Salamanca)

Muy interesante es el conjunto de pintura mural, que se ha conservado bastante completo. Lo componen un San Cristóbal con el niño en sus hombros, muy perdido; una serie de cenefas con grutescos que recorren la parte superior de la nave; una orla de eses y contraeses alrededor de la ventana de la nave; y, oculto por el encalado, un esgrafiado en cuadrícula que se ha conservado completo en todos sus muros, salvo en la cabecera, y esto gracias a que todavía no se ha importado esa nociva manía que se extiende como una plaga por toda nuestra comarca de dejar la mampostería vista.

Entre los atractivos de esta iglesia hay que mencionar el retablo mayor, plateresco de 1552, del pintor Antonio González y del ensamblador Francisco Joly; aunque las pinturas que hoy presenta son obra reciente de la década de 1990. En el centro del retablo, una melancólica Virgen sedente que coge al Niño Jesús con su brazo derecho pudiera ser también obra de Joly. Dentro de un arcosolio renacentista llama la atención el Cristo de las Batallas, obra gótica de tamaño natural.

De finales del siglo XV son el púlpito de piedra y la pila de agua bendita, y de diferentes momentos del siglo XVI son el maravilloso san Miguel aplastando al demonio y la talla de San Blas, así como la pila bautismal.

Exterior de la Iglesia de Santa María la Blanca.

Fuenterroble de Salvatierra (Salamanca)

La iglesia de Santa María la Blanca de Fuenterroble de Salvatierra es uno de los más interesantes ejemplos de arquitectura del gótico final de la provincia. Se trata de un templo de tres naves con una única capilla mayor de planta poligonal. Dos ventanales con arcos geminados y tracería flamígera iluminan la capilla mayor, sobre la que se voltea una bóveda estrellada. Consta de varias portadas, resultando la más llamativa la occidental, que se abre directamente al cuerpo bajo de la torre sirviendo como soportal. Esta iglesia conservaba hasta hace poco tres retablos de José Benito Churriguera, que al parecer, un buen día salieron de la iglesia para ser restaurados. Desconocemos si ya se han vuelto a colocar en la iglesia.