Autores: Alberto Bravo Martín y Carmen Cascón Matas
Para entender el papel preponderante del Duque de Béjar, Juan Manuel II, en
la Corte y lo que ello significó para el desarrollo de la pañería en Béjar y
otros estados es preciso desglosar su vida y los logros que acumuló junto al
rey de la nueva dinastía Borbónica, Felipe V.
El 1 de noviembre de 1700 moría
en Madrid Carlos II, declarando como sucesor (al no tener descendencia a pesar
de sus dos matrimonios) a su sobrino-nieto Felipe, Duque de Anjou, hijo del
delfín Luis y nieto de Luis XIV y de su mujer,
la infanta María Teresa, hermana del citado Carlos II. El día 4 de
diciembre de 1700 el nuevo rey Felipe V partía de la corte francesa rumbo a
España. Por el camino, todavía en Francia, recibió las embajadas de diversos
nobles españoles, entre ellos, la del Duque de Béjar que fue besarle la mano a
Mont de Marsan[1].
También debió estar don Juan Manuel presente en la famosa celebración de
Bayona, uno de los episodios más significativos de ese recorrido. Allí se
organizó un interminable besamanos con todo tipo de fiestas, incluso una
corrida de toros. Finalmente, el Rey hizo su entrada en España por Irún el 22
de enero, llegando a Madrid el 18 de febrero y pasando a alojarse en el Palacio
del Buen Retiro.
Felipe V
El 5 de mayo tuvo lugar la consagración de Felipe V como
nuevo Jefe y Soberano de la Orden del Toisón de Oro, máxima distinción que
otorgaba el Rey de España, siéndole impuesto el collar por el Duque de
Monteleón y actuando como padrinos el Marqués de Villena y el Duque de Béjar.
Como se puede ver, don Juan Manuel fue uno de los nobles que más activamente
participó en el cambio de reinado y de dinastía. Además, Felipe V le
recompensaría con una llave de gentilhombre de la cámara[2].