Amigos de Béjar y sus historias

PROPIEDAD INTELECTUAL

El contenido de este blog, texto y fotografías, tienen derechos de autor. Si deseas utilizarlos cita siempre la fuente de la que proceden.
Mostrando entradas con la etiqueta Carmen Cascón Matas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Carmen Cascón Matas. Mostrar todas las entradas

3/05/2025

El Tumulto del Entierro de la Sardina (febrero de 1913). La antesala de la Gran Huelga de los Siete Meses en Béjar

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, n.º 4.960 (21/02/2025), p. 4.

A mi bisabuelo Bernabé, a quien tanto admiro 

por su templanza, bondad, sabiduría, humildad y generosidad. 


    Apenas había principiado el año 1913 cuando en plenas fiestas de Carnaval se produjo un motín popular, cuya crónica pormenorizada fue recogida por el periódico La Ciudad [1]. Gobernaba los destinos municipales el partido Unión Bejarana, un grupo político que había surgido en 1911 con el pacto entre personas de distintas ideologías, aunque en él primaban los conservadores. Su intención era crear una alternativa cercana, es decir, netamente bejarana y de apariencia plural, para hacer frente al gobierno de la Conjunción Republicano-socialista que llevaba al frente del ayuntamiento desde hacía algunos años. Abanderaba la propuesta el periódico La Victoria y la espoleta de su creación fueron los sucesos del Corpus de 1911 y la inasistencia de la corporación a las festividades religiosas [2]. Al no concurrir el Ayuntamiento a la cita tradicional del Corpus Christi de ese año, un grupo de bejaranos se presentaron en el consistorio demandando la bandera y la presencia de los tradicionales hombres de musgo, provocando una agria polémica que se tradujo en opiniones contrarias en la prensa local de la época. Las elecciones –no democráticas– de finales de 1911 dieron la victoria a la Unión Bejarana, eligiendo los concejales por votación entre ellos al que habría de ocupar la silla de su presidente, finalmente el abogado Bernabé Sánchez-Cerrudo Agero, una situación extraordinaria, pues el alcalde solía ser impuesto por el gobernador civil entre los individuos de la lista más votada. Se da la circunstancia de que precisamente el nuevo alcalde había sido el abad del Corpus en los sucesos comentados. 


 

Revista Nuevo Mundo. La foto recoge la visita de la infanta Paz de Borbón a Béjar en 1912. A la derecha el alcalde Bernabé Sánchez-Cerrudo. Foto sacada de aquí

    La situación social y económica de Béjar no pasaba por sus mejores momentos en aquellos primeros compases del siglo XX. La industria textil sufría una grave crisis desde finales del siglo XIX por la exclusividad de su producción orientada en el paño militar, la maquinaria obsoleta y la deficiencia en las comunicaciones, y el paro obrero era prácticamente insoportable. Las huelgas eran constantes, como demuestran las de varios sectores del textil en 1901, la de bataneros y percheros en 1902, la de los tejedores de 1903 o la huelga de los siete meses de 1904 [3]. A tal gravedad había llegado la situación que familias enteras emigraban a América [4]. 

1/24/2025

Semblanza del alcalde bejarano que derribó la Puerta de la Villa: Vicente Ferrer Vidal Alonso (Béjar, 1817-1889)

 Autora: Carmen Cascón Matas

            A raíz de una investigación sobre el derribo de la Puerta de Ávila[1], me fueron surgiendo al paso datos sobre el alcalde que regentaba los destinos de Béjar en 1876. En ese momento, la industria textil funcionaba a pleno rendimiento y la ciudad estaba sufriendo una transformación urbanística sin precedentes. El desarrollo imponía cambios en una población de calles estrechas, escasa vivienda para tanta mano de obra y deficientes medidas higiénicas y sanitarias. La tarea para el consistorio era ingente y los dineros, como siempre, escasos. La sensibilidad para la conservación del patrimonio era nula porque se imponía el progreso y la modernidad sobre cualquier criterio de valoración histórica o artística. Por entonces se derribaban murallas, conventos y palacios por doquier, ya bien fuera en Barcelona, Madrid, Salamanca o Béjar. Así ocurrió con la Puerta de Ávila o de la Villa. Los vecinos del barrio de La Corredera, esgrimiendo la peligrosidad por la estrechez de las calles en ese punto, solicitaron al consistorio un derribo que fue aprobado en el pleno de 4 de agosto de 1876[2]. Las protestas del gobierno provincial de Salamanca no impidieron su desaparición[3]

 Línea de casas frente a la iglesia de San Gil, parte de ellas pertenecientes al suegro de Vicente Ferrer, Juan Hernández Bueno


Años después M.ª Carmen Martín y Juan Carlos Aguilar investigaron sobre aquel suceso, desvelando el nombre del alcalde demoledor: Vicente Ferrer Vidal[4]. Algunos datos que he ido encontrando sobre su figura nos acercan al personaje. 

12/31/2024

Discurso. Agradecimiento y memoria

 *Despido el año 2024 con este discurso que pronuncié el pasado 28 de diciembre en el Teatro Cervantes en ocasión de la concesión del título de Cronista Oficial de Béjar. Lo subo a petición popular, para que podáis leerlo los que me lo habéis pedido. 

Buenas noches y gracias por estar aquí. Permitidme que eche mano de los papeles, porque no me fío de mí, y lea estas líneas que dicen así:

         Desde que me comunicaron la decisión del pleno del Ayuntamiento de nombrarme Cronista Oficial de Béjar, no he parado de pensar en que este momento habría de llegar y que me vendría grande, muy grande, demasiado grande. 

 

         «Unas palabras, tendré que escribir unas palabras de agradecimiento para leerlas allá arriba, en el escenario del Teatro Cervantes», me decía temblando…, pero me había quedado sin palabras. Los días pasaban, uno tras otro, y la esquiva inspiración no hacía acto de presencia. El qué decir me obsesionaba. «Unas palabras de agradecimiento serían lo mejor en estos casos». Pero, por dónde empezar…

11/29/2024

La casa de Juan Sánchez-Cerrudo Bueno. Sus primeros moradores y detalles de sus vivencias

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, n. º 4.953 (1/11/2024), p. 6.

En agosto de este año 2024 el Centro de Estudios Bejaranos organizó una exposición, “Casas de Tinta”, que conjugaba Arte (18 ilustraciones de Paula Almonacid Olleros basadas en fachadas de edificios de Béjar y otras localidades), Historia (cada una ha sido acompañada por un texto explicativo) y Literatura (los edificios han inspirado a distintos escritores) en el Casino Obrero. Textos y acuarelas han sido reunidos en un catálogo descargable de manera gratuita en la página web del CEB. Hemos tenido la suerte de escribir en él brevemente sobre la Casa de Juan Sánchez-Cerrudo, un edificio envuelto en el olvido, por lo que intentaré descubrir su historia y la de sus primeros moradores con mayor detenimiento en estas páginas. 

 

Casa de Juan Sánchez-Cerrudo Bueno

 

Esta vivienda, situada en la calle Miguel de Unamuno, sobresale por su empaque y distinción entre las que las rodean. Reproduzco aquí la ficha de mi autoría publicada en el catálogo:

11/22/2024

Las dos caras del corregidor Verdes Montenegro (3ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón

Publicado: Béjar en Madrid, 4.853 (21/08/2020), p. 4.

        En un pleno extraordinario convocado por el duque consorte de Béjar, Pedro de Alcántara Téllez-Girón, se reúnen los sexmeros de Villa y Tierra por un motivo inusitado: dar su parecer en favor o en contra de la gestión del corregidor saliente, José Verdes Montenegro, habida cuenta del pleito que presentado contra él por Juan Manuel Hernández Bueno ante la Chancillería de Valladolid. El salón de plenos se haya atestado de gentes y son muchas las voces que desean intervenir[1]

Entonces, como ahora, el edificio consistorial era el mismo.

 

            Alegan los sexmeros que “deven de estarle mui agradecidos porque en el manejo de la jurisdicción, en la versazion de los caudales públicos y en todos los asuntos que se le han confiado, ha procedido con la mayor integridad y sin que con fundamento pueda persona alguna estar quejosa”. Añaden que “su desintteres en todas materias, su celo por la quietud publica y de los particulares y sus buenas prendas, le hacen acreedor de justicia al afetto y aclamación general de toda esta Villa y su Tierra y el sentimiento que causa su ausencia”. Verdes Montenegro había procedido en su largo mandato defendiendo los privilegios y regalías de los duques “sin perjuicio de la integridad de su oficio, haciendo ver en ello su habilidad, su eficacia y su celo”.

11/15/2024

Las dos caras del corregidor Verdes Montenegro (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid,  4.852 (07/08/2020), p. 4.

        El corregidor José Verdes Montenegro había sumido a los bejaranos en una lucha intestina entre partidarios y enemigos. Cuando había sido cesado de su cargo  y partía hacia la villa de Hinojera, su nuevo destino, el duque consorte de Béjar, Pedro de Alcántara Téllez-Girón, convocó un pleno extraordinario en 1789 con el fin de rehabilitar su buen nombre.

            Analicemos los dos bandos, proclive y contrario, a la actuación de Verdes Montenegro en Béjar. Entre sus partidarios se encontraba el mencionado Pedro Téllez Girón, esposo de la duquesa de pleno derecho Mª Josefa Pimentel, quien había solicitado al rey Carlos III dos reales cédulas especiales por las cuales se permitía la prolongación de su mandato (1784 y 1787) contraviniendo las leyes de Castilla y de los señoríos [1]. Uno de los motivos que aduce el duque para romper tal costumbre heredada de siglos es su buena política en cuanto a la consecución de obras públicas en la villa, su desinterés personal y su juiciosa conducta durante el corregimiento. Bien es verdad que por entonces están documentadas las obras de prolongación en el acueducto de La Corredera y la renovación general del encañado, unos trabajos que mejoran el acceso al agua potable, evitaban las epidemias y potenciaban la higiene. Carlos III, por vez primera, concedió prolongar su mandato a un corregidor, siguiendo la sugerencia del duque de Béjar. 

 

        En cuanto a sus detractores destacaba la animadversión mostrada por la Real Fábrica de Paños de Béjar. El corregidor o alcalde mayor de Béjar tenía la potestad, como Subdelegado de la Junta de Comercio y Moneda, de intervenir en las causas relativas a ella y supervisar la calidad de sus paños desde 1732[2]. En 1781 sus miembros interponen una escritura ante Carlos III con el fin de que se le apartara de la institución. Los detalles los desconocemos aunque presumimos que los pañeros bejaranos deseaban liberarse a toda costa de las injerencias ducales y de su representante, el corregidor. El rey, sin embargo, desoyó esta petición y prolongó, como hemos dicho, el mandato de Verdes Montenegro. 

11/07/2024

Las dos caras del corregidor José Verdes Montenegro (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid,  4.851 (17/07/2020).

        Corre el año 1789 y Francia vive los prolegómenos de una revolución que marcaría el devenir de la historia de Europa y aún de América. Mientras las turbas parisinas pueblan las calles augurando lo que estaba por venir, Béjar no permanece en calma, como si un espíritu levantisco se hubiera extendido por doquier. El edificio consistorial bulle de individuos procedentes de los confines de la Villa y Tierra. El olor a sudor y a cuero campea en el salón de reuniones en aquel pleno extraordinario de 13 de marzo[1] (faltaba un mes para el asalto a La Bastilla) en el que se dan cita los sexmeros convocados por el duque de Béjar por un motivo inusitado: las protestas contra un alcalde mayor ausente, en este caso  José Verdes Montenegro. Varios pleitos contra él están abiertos y su persona concita tanto parabienes como exabruptos. Su carrera futura pende de un hilo y su principal bienhechor, el señor duque, no está dispuesto a que el buen hacer de su delfín quede puesto en entredicho de aquí en adelante. 

 Toma de la Bastilla


Pero, adentrémonos en los escasos datos que manejamos del personaje, protagonista de este artículo, a fin de conocerle con detalle. José, natural de Segura de León (1741), había estudiado leyes en la Universidad de Sevilla[2]. Le restaba un año para concluir sus estudios en 1771 cuando marcha a la Villa y Corte para presentarse a los exámenes de abogado que convocaba el Consejo. La decisión la había tomado de manera arriesgada y sin otra opción, obligado como estaba por su situación personal al tener que mantener a una madre viuda y a tres hermanas huérfanas. A sabiendas de que no podía presentarse a puesto alguno sin haber terminado sus estudios de bachiller bajo pena de cárcel, inhabilitación de sus estudios y cuantiosa multa, se arriesga y es descubierto en el momento de solicitar desde el Consejo examinador razón de los estudiantes a su correspondiente Universidad. A Verdes Montenegro sólo le resta pedir perdón de sus actos enviando una carta a la institución aduciendo sus problemas personales, su mala salud y una escasa hacienda. De manera inaudita elude el peligro y regresa al año siguiente con el mismo objeto, explicando que su actitud del pasado año respondía a “ligereza de muchacho” según sus propias palabras. 

9/13/2024

Una sacristía que más bien parecía ratonera

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2021. 

        Un escudo de armas campea flamante sobre la ventana de la sacristía de la iglesia de San Juan Bautista. Sobre una ventana enrejada, mirando hacia el sol que las calienta durante casi todo el día, las armas del obispo placentino don Pedro González de Acevedo se muestran desafiantes e impolutas a pesar del paso del tiempo. Los bejaranos que transitan frente a ellas apenas se fijan en su rutinario devenir. Están ahí y basta. Y es que son escasos los testimonios documentales que se han dado a conocer relativos a este templo, sobre todo en cuanto a la construcción y modificaciones en su fábrica se refiere[1]. Sin ser uno de sus elementos más característicos, aunque no por ello menos importante, desvelamos aquí los datos sobre la construcción de su sacristía y el motivo por el que luce el escudo familiar de este obispo[2]

 

 Escudo del obispo González de Acevedo. Iglesia de San Juan. Béjar

            En 1596 el párroco de San Juan, Gerónimo Sánchez Rubio, y su mayordomo, Manuel González Bazán, presentan un escrito a don Pedro González de Acevedo[3], obispo de Plasencia a la sazón, solicitando una sacristía nueva. El espacio que hoy se utiliza como tal, la capilla de los Muñoz de Aguilar o de los Aguilares, era un ámbito sepulcral privado, propiedad de una familia concreta y, por lo tanto, de uso restringido. Además, en el momento al que estamos haciendo referencia tal aditamento es probable que aún no existiera o que estuviese en proceso constructivo.

8/30/2024

Calendario festivo bejarano anterior a 1950 según el libro "Cuentos Bejaranos" de Ángel Calles (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2023, pp. 10-15.

      El Corpus y su Octava no pasan desapercibidos para Ángel Calles Cerrudo a la hora de usarlos como telón de fondo de sus narraciones. La Plaza Mayor era el punto de reunión porque, ayer como hoy, los actos religiosos tenían su epicentro en El Salvador. Pero es curioso: entonces era tradición intercambiar regalos –quizá por aquello de estrenar una prenda en el día del Corpus-, por lo que el trajín por la calle Mayor era continuo. Los pequeños esperaban con ansia sus juguetes y los novios se rompían la cabeza para encontrar un presente para sus novias. El cotilleo estaba al orden del día, porque la Casa Caridad instalaba (imaginamos que por un donativo) sillas en la Plaza, donde los bejaranos descansaban y oteaban el paso de los transeúntes. A toda esa algarabía se sumaban las barracas y los chozos de feria, así los llama Calles, de madera que se instalaban en la Plaza Mayor y en ellas ofertaban «juguetes, platería, sedas, telas, puntillas». Había puestos «de buñuelos y churros, tiro al blanco, exposición de figuras de cera y diversas mesitas con rueda giratoria para hacer tiradas a la suerte y poder elegir caramelos retorcidos o figuras acarameladas». 

Procesión del Corpus pasando. Foto Documentos Béjar.

El Jueves de Corpus se iniciaba cuando el cortejo oficial salía del edificio consistorial en el Palacio Ducal al son del clarín y enfilaba el parque desplegado en la tercera terraza, sobre elevada del nivel de la calle. Abría la comitiva el concejal que llevaba la bandera, escoltado por los maceros municipales, los alguaciles y los dos hombres de musgo. Les seguían las autoridades civiles y militares, los empleados municipales, los soldados de la guarnición y la banda municipal. Detrás de las mangas parroquiales y los estandartes, iban en filas los niños y niñas de comunión. 

8/23/2024

Calendario festivo bejarano anterior a 1950 según el libro "Cuentos Bejaranos" de Ángel Calles (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2023, pp. 10-15.

 

            El día a día de cualquier ser humano está trazado de rutinas. La vida es un edificio de rutinas, un edificio cuyos ladrillos no dejan de ser las más de las veces iguales unos a otros. O eso nos parece. En realidad, cada uno de ellos está amasado con un adobe de momentos inigualables, aunque no seamos conscientes de ello las más de las veces. Aun con todo, el calendario se impone a la par que el peso de la sociedad sobre nuestras vidas, siendo casi imposible huir de fiestas y celebraciones, bien colectivas o familiares, bien religiosas o civiles, espolvoreadas sobre el pastel de nuestros días.

 Fotografía de Ángel Calles Cerrudo aparecida en el libro de la Ofrenda a la Santísima Virgen del Castañar, vol. I, 1954, p. 817.

 Libro Cuentos Bejaranos, de Ángel Calles Cerrudo

            Muchas de estas fiestas colectivas bejaranas han sido recogidas por escritores locales dentro de la investigación de la etnografía o como condimento sazonador de sus creaciones literarias. En este artículo divulgativo vamos a huir de lo histórico para caer en brazos de lo cotidiano, acercándonos a la forma en que nuestros antepasados celebraban distintas citas del calendario en la primera mitad del siglo XX. Para ello seguiremos las descripciones de Cuentos Bejaranos, escrito por el bejarano afincado en San Sebastián, el farmacéutico Ángel Calles Cerrudo (que merece una biografía). La publicación es una compilación de relatos que vieron la luz en Béjar en Madrid con anterioridad a 1950. De hecho, un análisis más exhaustivo nos daría pie a datar cada uno de ellos en distintas décadas atendiendo a detalles aparentemente anecdóticos. Me van a permitir la licencia de no rastrear las celebraciones siguiendo la paginación del libro, sino colocándolas cronológicamente y obviando, claro está, la narrativa interna del relato, donde dan calor y cercanía, incluso contextualizan y emplazan, a los personajes. 

7/26/2024

Empresarios de la pañería textil, empresarios de la metalurgia: los Izard bejaranos y el catálogo colectivo de las tapas de alcantarillado (4ª parte y final)

 Autora: Carmen Cascón Matas

          Empezamos hace unos meses en las redes sociales elaborando un catálogo colectivo de piezas de la Fundición Izard Béjar y acabó deviniendo en un intercambio fructífero de fotografías procedentes de distintas ciudades y localidades de Extremadura y Castilla y León. Tanto material propiciaba su uso en una serie de entradas en este blog que comenzaba, como no podía ser de otra manera, con la trayectoria de la fábrica. Le siguieron otras dos partes dedicadas a recopilar las tapas del alcantarillado que entre todos habíamos reunido. Pero nos faltaba una final sobre otros elementos fabricados por esta empresa bejarana, también de forja, y que podíamos encontrar a simple vista en nuestros paseos. 


          Porque, como la de Moneo en Salamanca, por poner un ejemplo, también se especializó en elementos arquitectónicos como barandillas de balcones, galerías de hierro, pilares o cubre canalones para clientes privados que, con su firma característica, podemos seguir descubriendo a poco que nos fijemos.

            En el caso de elementos constructivos, hemos hallado algunos como los pilares de edificios con un aire más o menos decorativo a gusto del cliente. Se trata de piezas de forja a modo de pilares situados en los bajos de los edificios, sustituyendo a otros elementos pétreos como columnas o pies derechos de madera. Estos ejemplos los hemos encontrado en una vivienda de la Plaza Mayor de Piedrahíta (Ávila), pero también colocados en el primer y segundo piso a modo de galerías, como en Béjar, en una casa de la Plaza Mayor con galerías de forja hacia Barrio Neila. 

6/14/2024

El alférez mayor de Béjar y la procesión del Corpus Christi (3ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid,  4.918 (2/06/2023), p. 4.

No se nos escapa la fuerte presencia militar en una procesión del Corpus en la que nada se improvisaba y el simbolismo en todos sus aspectos era tan relevante. Llama la atención que en ningún momento el alférez estuviera acompañado por los hombres de musgo, una situación que muy bien explicaría la mítica unión entre la conquista de la villa y el ámbito militar representado por el alférez, sino que los hombres de musgo escoltaban al regidor que portaba el estandarte de Béjar

 

 Fotografía antigua, principios del s.XX, del concejal que lleva la bandera de Béjar. Está flanqueado por los hombres de musgo. Foto de aquí

 

El capellán del convento de la Anunciación, Tomás de Lemos en su relación sobre la entrada de la duquesa Mª Alberta de Castro en Béjar en 1679 nos cuenta:

«Al primero [arco] que es al entrar en la plaza al primero que es al entrar en la plaza sale el Alferez maior que nombran los Duques con el Pendon de Bejar delante dél y dos salvajes vestidos al natural de mohós de las peñas en remembranza de los christianos que vivian entre ellas, y de celebrarse este dia la restauracion de la libertad desta tierra; y hecha la adoracion de la Tria, pone la insignia de su oficio a los pies del Sacerdote, y despues dél el Abanderado el Pendon en la misma forma. El Alferez Mayor es Don Pedro de Ledesma y Zuñiga, y llevó el Pendon Andres Sanchez de Herrera Regidor a quien toco: Acompañanle cinqta y dos Alcaldes con sus varas, el Batallon armado con mosquetes y picas y hecha por todos esta zeremonia se incorporan en la procesion guarneciendola[1]». En otro documento Fray Liciniano Sáez afirma que los hombres de musgo escoltaban solo al regidor que llevaba el estandarte, pues eran pagados por el consistorio y nada tenían que ver con la Casa Ducal en cuanto a su vestimenta y selección[2]

6/07/2024

El alférez mayor de Béjar y la procesión del Corpus Christi (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.917 (19/05/2023)

Volvamos al Corpus, porque al fin y al cabo el papel del alférez en la Villa quedó reducido a nivel representativo a esta cita religiosa de tanta relevancia para Béjar y su Tierra y para la Casa Ducal en particular. Incluso, y según lo expuesto por Fray Liciniano Sáez en su portadilla del documento citado en el artículo anterior[1], la aparición de este cargo en Béjar podría estar vinculada al hecho que narraremos a continuación. Dice: «el ofizio de Alférez mayor en esta Vª es mui antiguo. Se ignora si el Señor Diego Lopez de Çuñiga obtuvo Privilegio para este ofizio desde el año de 1396 en que principio a poseer este Estado. Antes lo había quando los señores Reyes, Ynfantes, Reyna Doña Beatriz y otros señores le posehian». Y cita a Juan Manuel Ramírez y su padre Joseph Ramírez, Pedro de Tortoles Dorantes (de quien hablamos en el artículo anterior), Andrés de San Vicente, Francisco Dorantes, Geronimo Ramírez, Diego de Lerma, Francisco Botello Nieto, Alonso Gil de Arellano, Antonio de Zúñiga, Alonso Gil de la Torre, Juan de Salinas, Juan Muñoz de Aguilar y Francisco Muñoz.

 Un edil rindiendo la bandera de Béjar en la Plaza Mayor. Foto sacada de aquí

Para dilucidarlo tenemos que retrotraernos a la llegada de los Zúñiga como señores de Béjar, el carácter militar de la procesión y el inicio del patronato ducal sobre ella, es decir al siglo XIV y a un hecho concreto. Diego López de Zúñiga, primer señor de Béjar, impuso que a la procesión debían asistir hombres armados de la Villa y Tierra en conmemoración del ataque que tuvo lugar en 1397[2], es decir, al momento del advenimiento de los Zúñiga como dueños y señores de estas tierras al trocar Béjar por Frías con el rey Enrique II. Convocada la procesión, «judios y Africanos» según cuenta Fray Liciniano[3], conspiraron para desbaratar aquella manifestación religiosa, habiéndoselas «cinco mil y treszientos» sublevados contra «dos mil y doszientos hombres de armas» convocados por el señor de Béjar que se enfrentaron en La Corredera. Y es entonces, en memoria de aquellos hechos, por lo que los Zúñiga defendieron el patronazgo sobre el Corpus Christi y por lo que se fundó una cofradía o congregantes del Santísimo Sacramento en la iglesia de Santa María la Mayor. La sombra de los Zúñiga es alargada, como lo son las historias que narra Fray Liciniano en las portadillas que colocaba delante de cada legajo con jugosas referencias del pasado que los historiadores debemos coger con pinzas. 

5/31/2024

El alférez mayor de Béjar y la procesión del Corpus Christi (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid,  n. º 4.916 (5/05/2023)

        El lustroso pelaje del caballo relucía a la luz del sol de mediodía. Los cascos resonaban sobre el empedrado de la Plaza Mayor y la muchedumbre se retiraba ante la autoridad de su jinete. No en vano, portaba espada al cinto y bastón de mando en la mano derecha. Ese día de fiesta de 1679 llevaba sus mejores galas y los más deslumbrantes jaeces lucían en su montura. Detrás de él, unos doscientos hombres de armas formaban mientras se dirigía hacia la Puerta de los Osos para recibir al Santísimo. No cabía duda de que, después del duque y del corregidor, era la persona que más temor provocaba en los bejaranos. El alférez mayor era persona preeminente y principal y su figura aparece destacada en los documentos por su relevancia en un momento determinado del año: la procesión del Corpus Christi.   

Juan Manuel II en un fragmento del cuadro de Toribio Álvarez de la jornada de caza en La Moraleja. Palacio de Riofrío


            Vayamos al origen, a la Edad Media. El Fuero de Béjar[1] no recoge sus funciones, pues dependían de los alcaldes de los pueblos de la tierra y del juez, si acaso del señor, cuando un peligro cierto sobrevenía sobre la villa. Si tal situación se producía, el señor de Béjar, entonces el rey por ser tierra de realengo, tenía la facultad de reunir a la hueste junto a los alcaldes y el juez, e ir a la guerra allá donde se terciara. Por tanto, digamos que su poder se implementaba en caso de guerra o de conflicto.

5/24/2024

La representatividad municipal en la procesión del Corpus Christi de Béjar. Cuando no salió la bandera de Béjar en 1911

 Autora: Carmen Cascón Matas.

Publicado: Béjar en Madrid, nº (17/05/2024)

             La procesión del Corpus Christi es uno de los acontecimientos fundamentales del año en Béjar por motivos religiosos, folclóricos y tradicionales e incluso turísticos. Pero hubo un tiempo, otro tiempo, en que la política, el patronazgo y la jerarquía primaban en una fiesta que significaba (y significa) una demostración de poder social. Su apropiación por parte de la Casa ducal de Béjar en la Edad Moderna[1] es una buena prueba de esta afirmación al igual que los altercados que se han sucedido a lo largo de los siglos en torno a ella[2].

 

 La procesión del Corpus de Béjar en 1912. Foto de Requena aparecida en la revista Nuevo Mundo



            Cuando el poder ducal desaparece con la abolición de los señoríos, la fiesta se reconfigura y en el siglo XIX el Corpus barroco va desapareciendo paulatinamente hasta desvestirse de cualquier elemento superfluo, adaptándose a la mentalidad y a la escenografía burguesas. Todas las figuras alegóricas, a excepción hecha de los hombres de musgo, desaparecen, al igual que el desfile de los santos patronos de los gremios. El papel de patronazgo que en otro momento habían ejercido los duques es retomado por la burguesía al igual que la representatividad política, económica y social de la primero villa y luego ciudad. La Abadía del Santísimo Sacramento, que aglutina a los caballeros de la alta y media sociedad, y el clero protagonizan la organización de una procesión sobria en la que desfilan los abades, los niños y niñas de primera comunión, el sacerdote que porta la custodia cobijado bajo el palio que llevan cuatro miembros de la burguesía y el gobierno municipal de la ciudad flanqueado por los hombres de musgo.

            La fiesta no es ajena a los vaivenes políticos que ocurren en el consistorio y en España, y en determinados momentos se producen alteraciones en cuanto a la representatividad municipal. Y esto se nota sobre todo con La Gloriosa. Por vez primera, el gobierno del consistorio se niega a desfilar en la procesión de 1872 porque la nueva constitución proclama la libertad de cultos. La decisión provoca polémica, claro está, por la novedad. Pero esta línea rupturista continúa a lo largo de la Restauración en ocasión del advenimiento del partido liberal o de opciones políticas socialistas o republicanas en el poder municipal. Siguiendo los distintos idearios se considera apropiado o no que la municipalidad asista a los actos religiosos. 

3/29/2024

De cuando la Virgen de las Angustias y otras tallas bejaranas procesionaban junto a los pasos de la Vera Cruz en Viernes Santo

 Autora: Carmen Cascón Matas

La Semana Santa bejarana y sus raíces históricas, además de su trayectoria, siguen permaneciendo en el misterio. Si bien han surgido algunos estudios sobre el Corpus Christi, fiesta sin parangón por el mecenazgo que ejercieron los duques de Béjar y por su declaración reciente como Fiesta de Interés Turístico Internacional, las procesiones y actos religiosos penitenciales están todavía por investigar de manera académica y en su totalidad. Cada año por estas fechas, intentamos ofrecer una pincelada de luz sobre el particular por si esto fuera de ayuda a alguien en algún momento o por lo menos retirar una veladura del lienzo general de la Semana Santa. 

 Calvario (Francisco González Macías, 1947)


Así hemos intentado escribir un estado de la cuestión sobre la Virgen de las Angustias[1], el Nazareno de las Monjas de la Piedad[2] o los bustos de origen napolitano de la iglesia de San Juan Bautista[3]. También descubrimos la ceremonia penitencial de Vía Crucis del claustro del convento de San Francisco, que después se ha rescatado después de varios siglos por la Seráfica Hermandad de Béjar, o desentrañamos que en el atrio de San Juan en el siglo XVIII tenía lugar el Viernes Santo una ceremonia del Descendimiento[4] similar a la que se lleva a cabo en el Patio Chico de la catedral de Salamanca. O nos adentramos en un conflicto por la jerarquía entre autoridades civiles y eclesiásticas en 1675[5].

3/25/2024

De cuando el Nazareno de la Piedad fue sacado a hombros de sacerdotes por las calles de Béjar en tiempos de la Revolución Francesa (1794)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4937, p. 4 (1/03/2024).

        En 1794 Francia llevaba cinco años en ebullición. Durante este tiempo la revolución había desmantelado en el reino vecino el Antiguo Régimen, el feudalismo, los derechos señoriales y los diezmos, y las vidas de los reyes Luis XVI y María Antonieta habían sucumbido bajo la afilada hoja de la guillotina revolucionaria. Lo que para algunos era un proceso necesario para la modernización de las monarquías, para el resto de las coronas europeas representó una afrenta de considerable magnitud y la declaración de guerra de Austria y Prusia contra Francia no se hizo esperar. Mientras tanto, los revolucionarios, divididos en distintas ideologías más o menos aperturistas, se habían organizado en asamblea constituyente y alumbrado una constitución. La primera fase del proceso había sido más atemperada, si podemos llamarlo así, que la que comenzó a fraguarse a partir de 1792 con el inicio de la Convención y el Comité de Salud Pública. 

 

Talla del Nazareno de las Monjas

        Hasta 1794 había estado liderada por los girondinos, partidarios de un cierto orden y una predominancia de los deseos de la burguesía sobre el resto del pueblo. Pero a partir de ese momento, los jacobinos tomaron las riendas del poder, democratizando las instituciones y llevando a cabo una depuración sin límites. El Comité de Salud Pública dirigido por Maximilien Robespierre guillotinó a más cuarenta mil personas en Francia durante el Reinado del Terror. Cualquier sospechoso de actividades contrarrevolucionarias era subido al patíbulo y su cabeza rodaba por el entarimado para regocijo del pueblo. El 27 de julio de 1794, y en medio de una caída de su popularidad, el líder revolucionario fue guillotinado en un movimiento conservador que pretendía restaurar el orden. Es entonces cuando el Directorio impone un cierto orden ante el caos.

3/22/2024

Resumen biográfico del bejarano Francisco Hernández de Herrera, de soldado a encomendero en tierras chilenas (2ª Parte y final)

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.


            El bejarano Francisco Hernández de Herrera no alcanzó tierras chilenas hasta un tiempo después de escrita La Araucana -por lo que no aparece en los versos de Alonso de Ercilla y Zúñiga-, en la segunda fase de la guerra mapuche y se significó en la tercera de las fases de esta guerra interminable. Una de las hazañas de la que fue protagonista se recoge en Crónica del Reino de Chile de Pedro Mariño de Lobera. En su capítulo XXXIII[1] narra: 

Batalla entre mapuches y españoles en una ilustración de Gerónimo de Bibar en su Crónica y relación copiosa y verdadera de los reynos de Chile. Wikipedia

 

«De mediado el invierno salió el capitán Francisco Hernández de Herrera con algunos soldados a la escolta de hierba y leña, y topó en el camino una gran cuadrilla de indios que estaban emboscados aguardándole, y en viendo coyuntura salió un escuadrón de indios de a pie y otro de a caballo; que ya en estos tiempos hay muchos indios de guerra que manejan tan bien un caballo, y saben entrar y salir con él en cualquier oportunidad, como un caballero jerezano. Trabóse aquí una bravosa escaramuza que duró hasta que la noche sola fué parte para dispersarlos, habiéndose visto los españoles casi perdidos, de suerte que el capitán, como hombre que tenía la vida en los cuernos del toro, se arrojaba entre los indios a matar o morir peleando como un Hector y derribando hombres como un Aquiles. Cayeron en este conflicto cuatro españoles cuyas cabezas fueron cortadas por manos de los contrarios antes casi de caer en tierra. Llegó la voz de esta refriega a oídos de Juan de la Cueva que estaba cerca de aquel sitio, y como se hallase a pie y le pareciese que aguardar perentorias de aderezar el caballo sería el socorro que llaman de Escalona, o el que en nuestros tiempos van ya llamando algunos satíricos el socorro de España, cogió un caballo que halló a mano, y subió en él en cerro, y sin echarle freno sino con sola la jáquima, se fué a dar alcance a los indios, de los cuales alanceó muchos haciendo tantas bravezas que ya fuera bajarlo de quilates el traer a consecuencia los referidos arriba llamados Tideo y Aristómenes. Con esto se recogieron al fuerte de donde salió muchas veces don Alonso de Sotomayor en persona a correr la tierra, y otras sus capitanes haciendo graves castigos en los indios».

3/15/2024

Resumen biográfico del bejarano Francisco Hernández de Herrera, de soldado a encomendero en tierras chilenas (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.

Dedicado al chileno Jorge Zúñiga Rodríguez

           Sueños de una vida mejor y regalada, de títulos de hidalguía ganados a golpe de espada y de cruz, sueños coloreados en oro y plata, sueños de ciudades bañadas por el sol, de selvas impenetrables con aires de paraíso, sueños de aventuras sin cuento, sueños de cascarones de madera mecidos por la brisa, sueños de sirenas y monstruos en un mar plagado de calma y de tormenta, sueños, en suma, demasiado atractivos como para ignorarlos en el caso de unos jóvenes de incierto futuro en la Castilla dominadora del mundo.

            Las figuras de los descubridores y conquistadores españoles en cierta forma nos son ajenas, pues bien es cierto que las biografías de Hernán Cortés o Francisco Pizarro han venido a engullir las de otros de menor renombre, pero no por ello menos relevantes. Y no digamos los oriundos de esta nuestra querida villa, arrasados sus nombres por el olvido debido a esa extraña enfermedad que padecemos de borrar la Historia sabe dios por qué. Si aquí nos son ajenas, en tierras americanas les son de sobra conocidas tanto en lo que se refiere a sus orígenes como a sus andanzas. Quizás les suene el nombre del bejarano Andrés Dorantes de Carranza[1], descubridor de California en la expedición de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, por ostentar una de nuestras calles su nombre. No ha mucho se suma al elenco de bejaranos en tierras ignotas la de su pariente Pedro Dorantes Arias, conquistador del Río del Río de la Plata y Paraguay, y Juan Gómez Pasajero, cuyas biografías han sido trazadas en Béjar en Madrid por mi compañero de páginas Óscar Rivadeneyra Prieto[2]. En este artículo pretendo desempolvar, bien es verdad que de manera breve, la biografía de otro paisano: Francisco Hernández de Herrera. 

 El bejarano Francisco Hernández de Herrera según el artista Diego Bogado. Wikipedia

 

            Nacido en Béjar en 1550, su padre era Diego Hernández de Herrera*. De linaje hidalgo, como así lo atestiguan los apellidos paternos que pueden ser rastreados desde finales del siglo XV en nuestra villa, con 25 años decide lanzarse a la aventura americana embarcándose en un galeón en el puerto de Sanlúcar de Barrameda en pos de esos sueños recurrentes en paraísos perdidos, buscando la gloria y la fama. En la segunda mitad del siglo XVI también lo hicieron sus supuestos hermanos Martín, Antonio y Juan, en este caso a Nueva España[3]. Sin embargo, ese parentesco familiar puede ser puesto en duda, habida cuenta de que Herrera era un apellido común en la villa y además no se asentaron junto a su supuesto hermano, sino que partieron a hacer fortuna a otras tierras recién conquistadas.

2/16/2024

«Una capa maravillosa, de paño como seda y de color verde botella» (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº. 4.934 (23/01/2024), p. 4.

        Pero sigamos con el escritor sevillano Serrano Anguita y su relación con Béjar. En 1948 los «Amigos de la Capa de Béjar» invitan al escritor a que les acompañe en la fiesta de San Martín de Tours, una práctica usual aquella de agasajar a personajes famosos para que acudan a compartir mesa y mantel, además de regalarles una capa. La relación del periodista con la pañosa venía de lejos como sabemos y parecía que no era necesario hacerle el usual presente. Por desgracia, y como ocurrió con una preparada vista de Manuel Fraga en 1969[1], la añorada visita no pudo materializarse, según carta publicada en Béjar en Madrid, y escrita de su puño y letra, por sus muchas «ocupaciones». 

 Serrano Anguita enfundado en lo que parece una capa

En la misiva[2] se declaraba uno más de los amigos de la capa bejarana, una prenda que, confiesa, usaba con asiduidad en Madrid al ser una prenda a la moda y de la que se declaraba firme defensor. Y, lo que más nos interesa: relata que en 1924-1925 el fabricante Juan Cascón le había hecho llegar un corte[3] «en réplica a unos versos míos que publiqué en Informaciones […]. Era una capa maravillosa, de paño como seda y de color verde botella. Procedía de una pieza que el señor Cascón hizo tejer para él y para sus hijos y me hizo a mí partícipe de ella».