Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, 4.913 (3/03/2023), p. 4.
Juan Manuel Fernández de Pacheco y Zúñiga.
Así se llamaba el primo por sangre del X duque de Béjar, el Buen Duque Manuel de Zúñiga. No había
nacido en Béjar, sin embargo, sino en la localidad navarra de Marcilla en 1650,
hijo de Diego López Pacheco, virrey de Nueva España y electo de Navarra, y de
Juana María de Zúñiga, hija del VII duque de Béjar, Francisco IV, y hermana de
los duques de Béjar Alonso II y Juan Manuel I. Era nieto y sobrino de tres
duques de Béjar y primo hermano de un cuarto. Cuando solo tenía dos años
falleció su madre y un año después su padre, heredando así los títulos de
marqués de Villena y duque de Escalona. Fue su tutor su tío y obispo de Cuenca
Juan Francisco Pacheco, quien le inculcó el amor por las letras y los libros.
Con 24 años casó con Josefa de Benavides Silva y Manrique y tuvieron tres
hijos.
Diego López Pacheco, VII marqués de Villena, casado en Béjar por
palabras de presente con Juana María de Zúñiga
Su relación con sus primos los Béjar
debía de ser estrecha, pues como ellos se significó como venturero en la toma de Buda (Hungría) en 1686. La
autorización del rey para partir como jóvenes defensores de la fe se obtuvo
gracias a Pacheco, sin el cual probablemente no hubieran podido marchar hacia
tierras húngaras.
El marqués luchó en los mismos lugares que el Buen Duque, compartieron quizá la misma tienda y estuvo presente en
aquel asalto al muro defensivo en el que Zúñiga recibió el mosquetazo mortal. De
hecho, Pacheco ordenó que retiraran el cuerpo de su primo, herido de muerte, en
el mismo escenario bélico y que fuera atendido en el campamento. Sin esta decisión
el duque de Béjar hubiera fallecido entre decenas de muertos y malheridos, y
quién sabe si su cadáver hubiera sido hallado después de la batalla. Asimismo
estuvo presente en su lecho de muerte. Por
su valor, Carlos II compensó a Pacheco con la investidura como caballero del
Toisón de Oro y el nombramiento de general de Caballería de Cataluña, al que le
seguirían los virreinatos de Navarra, Aragón y Cataluña.