Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 70-73.
A Carmen de Burgos, Colombine, también le
parecía vital el acceso de las mujeres a la educación, que les permitiría ser
independientes económicamente, abandonando el concepto de marido como necesidad
en vez de cómo compañero. Ante la alarma social que creaba la instrucción de
las mujeres considerándolo el paso previo a la libertad y al abandono del
hogar, ella argumentaba que las habilitaría para desempeñar mejor su función
educadora y el trabajo nunca les impediría asumir sus tareas en el hogar y el
abandono de sus hijos.
Porque,
aunque veía las injusticias a que se sometía a las mujeres, también defendía el
papel que estas desempeñaban en la sociedad como “creadoras de amor y de hacer
sentir la belleza”, sin significar esto que fueran seres débiles y por eso la
fuerza que detentaban debía ser encaminada de modo benéfico pero “evitando
enfocar como caridad lo que había que dar por justicia social”.