Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.732 (3/07/2015), p. 6.
Bernardo Ordóñez de Lara otorgó testamento el 21 de
febrero de 1676 [1]. A través de él comprobaremos las
cuantiosas rentas, amasadas a lo largo de su vida, de que disponía, entre ellas
una casa en Salamanca. El documento se dictó ante el escribano Matías de
Zamora, declarándose Ordóñez de Lara “vezino
de esta Ciudad de Salamanca y thesorero de la Santa Yglesia
Cathedral de ella, y natural de la
Villa de Bejar, hijo lexitimo de los señores Paulo Hordoñez
de Lara y Doña Agueda Fernandez de Castañares, mis señores y padres”. Su
deseo era que sus restos reposasen bajo la peana de la Virgen del Desagravio de la Catedral Nueva de
Salamanca, cuyo retablo se había montado a través de su intermediación, como comentamos.
Catedral de Salamanca reflejándose en las aguas del Tormes
Foto sacada de wikipedia
Al margen de
las acciones piadosas, tales como repartir una elevada cantidad económica entre
los pobres y sus propios criados, y las mandas religiosas, el bejarano no
olvidaba a su familia: a su hermana, a su cuñada Francisca de Salazar (que
había entrado en religión en las agustinas de Monterrey), a sus sobrinos y a
sus primos. A todos legó dinero u objetos personales de valor.