Fotografías: Sol Cañibano Peláez
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2014, pp. 18-20
El Museo de la Historia de la Automoción de Salamanca
(MHAS) es una de las sorpresas más gratas que a orillas del Tormes espera
al visitante, demostrándole que Salamanca es mucho más que Plateresco y
Barroco. Y que ranas y astronautas. La soberbia colección permanente de la
exposición de automóviles, su centro de documentación o el laboratorio de
catalogación, convierten al MHAS en una referencia puntera en su campo tanto en
España como fuera de nuestras fronteras. Recomendamos vivamente desde estas
páginas la visita al MHAS y la consulta de su página web:
www.museoautomocion.com.

Ford T Speedster del MHAS
EL MHAS se inauguró en 2002 gracias al tesón del coleccionista
salmantino D. Demetrio Gómez Planche, al que
pertenece buena parte de los vehículos expuestos, auténticas joyas motorizadas.
Durante décadas ha rescatado y restaurado decenas de automóviles, gracias a lo cual
podemos disfrutar hoy en día de vehículos como el que encabeza el presente
artículo: un precioso Ford T Speedster blanco de 1911 (figs. 1-3).
Un coche igual de bello que elemental, reduciéndose la carrocería prácticamente
a la caja donde van el motor y el volante, al asiento y al depósito para el
combustible. Y poco más. Su aspecto remite aún a las carrozas decimonónicas ¿Y
qué tiene este Ford T de especial interés para nosotros? Pues que fue uno de
los primeros vehículos a motor, si no el primero, que traqueteó por las
empedradas y tortuosas calles de Béjar para asombro de nuestros abuelos. Su
matrícula, SA-33, da fe de su antigüedad. Por lo tanto, estamos ante el automóvil
de propietario bejarano más antiguo que se conserva.