Autora: Carmen Cascón Matas
Hace
unos días tuvimos noticia del interés por restaurar un
pequeño cuadro de solo 30 centímetros de lado que se guarda celosamente en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor de Béjar. Quizá
su calidad artística no sea notable, pero sí es interesante la historia que lo
acompaña. Al respecto de su valor artístico, es posible que si se restaura
podría aparecer la firma de su autor o, con la eliminación de repintes,
encontrarnos con alguna sorpresa agradable en cuanto a su calidad originaria.
Ecce Homo de la desaparecida iglesia de San Andrés
Empecemos por analizarlo. Representa un Ecce Homo de la mitad
del torso hacia arriba, con la vista baja hacia su derecha y con una soga atada
al cuello. Un halo circunda su cabeza de cabellos largos, ligeramente ondulados
y cobrizos. Su figura destaca sobre un fondo oscuro, amarronado. Es posible que
a su izquierda aparezca representada una columna. El estado de conservación es
deficiente, con repintes aplicados en algún momento, faltas de materia pictórica en algunas zonas localizadas por pérdida y oscurecimiento general de la pintura por oxidación de los
barnices y la suciedad adherida.
Ecce Homo de Luis de Morales (hacia 1565). Fundación Banco Santander
23x15 cm.
El modelo general responde al muy
difundido por el pintor extremeño Luis de Morales y que tanto predicamento tuvo
en la segunda mitad del siglo XVI con variantes (con o sin columna, con o sin
soga al cuello o en las muñecas, presencia de capa roja o azul, caña y corona de espinas, del torso para arriba
o de figura entera, mirando hacia la derecha o hacia la izquierda, o con los
ojos hacia el cielo). Es
arriesgado decir que este Ecce Homo
de Béjar saliera de su mano porque la calidad es muy inferior a la de Morales y
así podríamos estar ante un lienzo de seguidor o de taller que siga el modelo
del maestro. La autoría nos es, de momento, desconocida. Gómez-Moreno sorprende
al declarar sobre esta pintura «su factura y color, así como la disposición de la
figura, recuerdan las obras de Morales, pero nada conozco suyo tan correcto,
clásico y bello».
Ecce Homo. Taller de Luis de Morales. Museo del Prado
40x28cm.
La historia del cuadro es
interesante para Béjar porque procede de la parroquia desaparecida de San
Andrés, un edificio que se situaba a extramuros de la villa, al final de Barrio
Neila, cerca
de la Puerta de la Traición, también desaparecida. Y tenemos constancia de ello
porque una persona anónima escribió en el reverso a lápiz su
procedencia, su situación en el retablo de la mencionada iglesia y que fue
transportada a la de Santa María en 1703 por el clérigo Antonio Ortiz de
Zúñiga. De este apunte podemos decir que este retablo se componía de cuadros en todo o en parte y solo se salvó este pequeño fragmento.
Ecce Homo de Luis de Morales. Museo de Badajoz.
La iglesia de San Andrés debió
de adquirir cierta importancia a lo largo de la Edad Media: primero porque
tenía un hospital propio, que luego fue englobado en el de San Gil en 1573, y
segundo porque ser párroco de San Andrés aparejaba el cargo de arcipreste de
Béjar. Con la dependencia de esta parroquia a la de Santa María la Mayor con el
proceso de reducción parroquial de 1568, fue perdiendo relevancia y acabaría
arruinada hacia 1703, el año en que se traslada el cuadro, quedando de ella el
cargo testimonial de arcipreste y cura de San Andrés, la cruz parroquial que
acabó en la iglesia de Santa María (y que ahora se saca como principal de la
parroquia en la procesión del Corpus Christi) y este lienzo. Que desapareció
antes de 1727 explica que en ese año Ventura Lirios no la representase en su Vista de Béjar.
La devoción a San Andrés debía
de haber calado hondo entre los bejaranos porque era procesionado junto con
otras tallas de santos en la procesión del Corpus Christi. Además
se celebraba por su festividad una feria que desapareció en 1642 al quedar
englobada en la general de septiembre y trasladarse a Aldeanueva del Camino. En
esta feria de San Andrés se vendía y compraban cerdos y reses en la zona de la
Solana. Otro
apunte de su relevancia en Béjar es que una de las torres del palacio ducal llamaba
el nombre de Cubo de San Andrés.
Ecce Homo de Luis de Morales. Museo del Prado
73x50cm.
Detengámonos también en la cruz
procesional de San Andrés por figurar en su reverso la figura de este santo.
Siguiendo el excelente trabajo sobre platería realizado por Roberto Domínguez
Blanca, se
puede afirmar que es una gran obra de orfebrería en plata de principios del
siglo XVII. Al ser imposible por fechas que proceda de esta desaparecida
parroquia , ya reducida a Santa María desde 1568 como hemos
comentado, quizá su precedencia sobre la de Santa María derive de seguir el
arciprestazgo de Béjar vinculado a este desaparecido templo.
Alejandro LÓPEZ ÁLVAREZ. Ideología, control social
y conflicto en el Antiguo Régimen: El derecho de patronato de la Casa ducal
sobre la procesión del Corpus Christi de Béjar. Centro de Estudios Bejaranos y
Ayuntamiento de Béjar, 1994, 201 págs.
Roberto
DOMÍNGUEZ BLANCA. La platería del Renacimiento en Béjar. Centro de Estudios Bejaranos y
Ayuntamiento de Béjar, 2009, 340 págs.