Autor: Javier R. Sánchez Martín
Solución al paro: la emigración. Las pioneras
bejaranas.
En España, y también en
Béjar, vuelve a hacer su aparición la emigración. Así, entre 1960 y 1975, siete
millones de españoles abandonaron sus lugares de origen para tratar de
encontrar un trabajo en las zonas más ricas de España (Madrid, Cataluña, País
Vasco,…), aunque hubo entre dos y tres millones que lo hicieron al extranjero,
la mayoría a otros países europeos, como Alemania, Francia, Suiza…
Las divisas que aportaron fueron
el maná que alimentó la economía española durante años. Sin estos dineros,
duramente ganados, difícilmente podría haber logrado España el grado de
desarrollo económico conseguido en los años sesenta.
Muchos de esos españoles fueron a
Alemania, donde el colectivo de nuestro país llegó a ser el segundo, después de
los italianos. ¿Quiénes fueron los artífices que hicieron posible esta
emigración organizada? Los personajes claves son Miguel de Lis, delegado de
Trabajo y Emigración, Enrique Sorribes, agregado laboral de la embajada de
España en Bonn y, en el caso concreto de Béjar, el jefe de personal de la
histórica Wülfing, Horst Kubiak, que había coincidido en los campos rusos de
prisioneros con soldados de la
División Azul española.
En casi todos
los casos se fueron legalmente, con un contrato de trabajo firmado en la mano,
sabiendo incluso que allí iban a desarrollar tareas que ya conocían de sobra,
en un guill, selfactina, bobinadora o continua de hilar. En fin, nada diferente
a lo que habían hecho hasta ahora. Pero en Alemania les esperaba una sociedad
bastante distinta a la que ellas conocían, con un idioma y unas costumbres muy
diferentes a las que había en la España de la época.
Las primeras
bejaranas salieron de la puerta del Bar Pepe, después (y hasta hace bien poco)
Bar Sol, a las cuatro de la mañana del día 19 de marzo de 1960. En Salamanca
recogieron a unas cuantas más hasta sumar un total de 43. Imagínenselas a una
hora tan temprana, con las brumas del sueño aún rondando sus ojos -si es que
durmieron algo esa noche-, acompañadas de sus familiares y algunas de sus
novios o maridos (de las 43, tres eran casadas). Supongo que a la mayoría de
ellas la situación les parecería irreal, hasta me atrevería a decir que un poco
absurda, y que estarían tratando de dilucidar si habían tomado la decisión
correcta. Seguro de que, cuando montaron en el autobús, a alguna de ellas les
daría ganas de bajarse y terminar con la aventura antes de comenzarla. No
obstante, Kubiak, verdadero artífice de este lance, viajaba con ellas,
animándolas y ocupándose de los detalles del viaje.

Foto 1. En la foto están, entre otras, Paquita,
Marta, Berta, Pilar y Carmen delante de la conocida como Residencia de
españolas en la Wülfing.