*Este fin de semana se han inaugurado oficialmente los actos del III Centenario de la construcción de la Plaza de Toros de El Castañar. Es por ello que pedí a todo un experto en el tema que colaborase para narrarnos la Historia de este coso taurino.
Autor: José Álvarez Monteserín, Presidente de la Asociación de Amigos de la Plaza de Toros de Béjar.
Béjar, ciudad castellana del sudoeste salmantino, plagada de historia. En ella se asentaron vetones, romanos, visigodos, árabes y judíos. La mezcla de sangre y culturas han conformado en los bejaranos un carácter abnegado y luchador, y así se les ha reconocido a lo largo de los tiempos. La ciudad ostenta los títulos regios de Muy Leal otorgado por los Reyes Católicos, de Muy Noble concedido por Alfonso IX y de Liberal y Heroica por Práxedes Mateo Sagasta a raíz del derrocamiento de Isabel II.
Béjar es punto mitad del Camino de La Plata, universitaria desde 1902, textil lanera desde la época flamenca y turística por naturaleza, umbral de Extremadura y oasis de Castilla; remanso de paz, aguas puras, verde campiña y altas nieves que coronan la sierra, fragmento occidental de la Cordillera Central. Y con una estación de invierno, La Covatilla, que en plena eclosión contribuye a que los bellísimos pueblos de la Comarca, que delimitan Barco de Ávila, Hervás y Béjar, con pueblos tan relevantes como Candelario, Montemayor del Río, La Garganta, tengan aún más conocedores. En el punto alto de esta Sierra (2.401 mts) se encuentra el pico de El Calvitero, vigía incansable de una ciudad que tiene un monte en la cara sur, El Castañar, tupido de castaños y en el que se asientan el Santuario de la Virgen del mismo nombre, patrona de Béjar y Comarca, y la Plaza de Toros más antigua de España, también llamada de El Castañar y apodada cariñosamente con el sobrenombre de La Ancianita.
Foto antigua de la Plaza de Toros