Autor: José Ignacio Díez Elcuaz
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas 2011.
LA FÁBRICA DE HARINAS DE
ASENSIO
Volvemos a la
orilla derecha del río. Alguna vieja fotografía del siglo XIX permite ver como
una regadera procedente del Desmote Químico cruzaba bajo un arco el Puente
Nuevo para dirigirse a la fábrica de harinas que estaba junto a aquel. En 1930,
la instalación era conocida como “edificios hidráulicos de Yagüe” y pertenecía
a Francisco Gómez-Rodulfo López. El salto hidráulico era de 3,85 metros[1].
La fábrica de
harinas de Asensio se situaba en un solar que en el siglo XVIII era batán de
los duques de Béjar[2]. En la centuria siguiente
fue propiedad de Julián Yagüe, de quien tomó el nombre. A través de su hija
Ángela, casada con Jerónimo Gómez Rodulfo, la propiedad pasó a este linaje.
El lavadero de Arias a la derecha
En 1888 la
fábrica de harinas era todavía un molino de una piedra y pertenecía a la
sociedad Hijos de Jerónimo Gómez-Rodulfo; su contribución en concepto de
matrícula industrial era de 289 pesetas[3].
Por aquellas
fechas, el molino se transformó en fábrica de harinas, con sistema de cilindros.
Contaba con dos edificios principales; el mayor disponía de dos alturas y
desván. En 1904 su renta se calculaba en tres mil pesetas y sus propietarios
eran Francisco Gómez Rodulfo y otros condueños[4]. La
fábrica sobrevivió hasta los años cincuenta, cuando fue derribada para levantar
sobre su solar la industria textil de José Mussons Torrás[5].