Amigos de Béjar y sus historias

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3/07/2025

Pueblos sin gente / 2 (2ª parte) La Redondilla cerca de La Garganta (ca. 1446-1900)

 Autor: José Muñoz Domínguez.

2. Evolución del asentamiento en los siglos XVII y XVIII

       A pesar de la penuria general del siglo XVII, o quizá por ello, no faltan noticias sobre algunos despoblados de la zona en la documentación de archivo. En el caso de la Redondilla, hay referencias desde la primera década del siglo y continúan en las siguientes. 

        De 1610 y 1635 constan sendas solicitudes de merced presentadas a distintos duques de Béjar por parte de los sacristanes de las iglesias de la Asunción en la Garganta y de San Antón en la Redondilla, de las que se ocupaban simultáneamente. Ambos residían en la Garganta y venían a solicitar parecidas exenciones por su vinculación a la actividad religiosa en las dos iglesias: Diego Martín, en 1610, pretendía librarse de cualquier representación en los oficios del Concejo; Alonso Marín, en 1635, solicitaba evitar el pago de cargas tributarias. Cada duque resolvió favorablemente, aunque como gracia particular y no como reconocimiento de un derecho, por el tiempo en que sirvieran como sacristanes. En la carta de 1610, el peticionario aduce varios argumentos sobre su exención para ocupar cargos concejiles, entre ellos en el hecho de que «en un pueblo de ducientos vecinos hay muchas personas que pueden hacer los dichos oficios», lo que añade un dato demográfico no oficial que, no obstante, conviene tener en cuenta, pues no contradice las cifras de población registradas en el censo inmediatamente anterior, de 1591: la Garganta habría pasado de tener 188 vecinos (752 almas y 193 casas) a unos 200 (800 almas y 205 casas), de modo que la Redondilla rondaría cifras proporcionales, no muy diferentes de las del último censo del siglo XVI. El segundo peticionario, para poner al destinatario a su favor, añadía un hecho hasta ahora desconocido al vincular el culto a la protección ducal, pues una de las parroquias correspondía a «la iglesia de la Redondilla donde vuestra excelencia es patron» (1). 

Panorámica del cerro en el que se encuentran los restos del despoblado de la Redondilla, visto desde la carretera de Candelario a la altura del Corral de los Lobos (imagen tomada de Google Streetview, 2024).

        En los censos y vecindarios del siglo XVII, la Redondilla no consta como entidad de población propia, diferenciada de la localidad vecina, de modo que hay que considerar su evolución demográfica integrada en la de la Garganta como posible cabeza de aquel concejo rural, tan montuoso y preñado de castañares (fig. 1). En el censo de 1646 no se registra ni una ni otra población y en el de 1684, la Garganta se muestra como lugar (no como aldea) y con sólo 98 vecinos (o 392 almas) dedicados a pasto y labor: de nuevo se constata el severo descenso demográfico que se produjo en la zona de Béjar y en casi toda España, en este caso con menos de la mitad de efectivos en 74 años (2). 

3/05/2025

El Tumulto del Entierro de la Sardina (febrero de 1913). La antesala de la Gran Huelga de los Siete Meses en Béjar

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, n.º 4.960 (21/02/2025), p. 4.

A mi bisabuelo Bernabé, a quien tanto admiro 

por su templanza, bondad, sabiduría, humildad y generosidad. 


    Apenas había principiado el año 1913 cuando en plenas fiestas de Carnaval se produjo un motín popular, cuya crónica pormenorizada fue recogida por el periódico La Ciudad [1]. Gobernaba los destinos municipales el partido Unión Bejarana, un grupo político que había surgido en 1911 con el pacto entre personas de distintas ideologías, aunque en él primaban los conservadores. Su intención era crear una alternativa cercana, es decir, netamente bejarana y de apariencia plural, para hacer frente al gobierno de la Conjunción Republicano-socialista que llevaba al frente del ayuntamiento desde hacía algunos años. Abanderaba la propuesta el periódico La Victoria y la espoleta de su creación fueron los sucesos del Corpus de 1911 y la inasistencia de la corporación a las festividades religiosas [2]. Al no concurrir el Ayuntamiento a la cita tradicional del Corpus Christi de ese año, un grupo de bejaranos se presentaron en el consistorio demandando la bandera y la presencia de los tradicionales hombres de musgo, provocando una agria polémica que se tradujo en opiniones contrarias en la prensa local de la época. Las elecciones –no democráticas– de finales de 1911 dieron la victoria a la Unión Bejarana, eligiendo los concejales por votación entre ellos al que habría de ocupar la silla de su presidente, finalmente el abogado Bernabé Sánchez-Cerrudo Agero, una situación extraordinaria, pues el alcalde solía ser impuesto por el gobernador civil entre los individuos de la lista más votada. Se da la circunstancia de que precisamente el nuevo alcalde había sido el abad del Corpus en los sucesos comentados. 


 

Revista Nuevo Mundo. La foto recoge la visita de la infanta Paz de Borbón a Béjar en 1912. A la derecha el alcalde Bernabé Sánchez-Cerrudo. Foto sacada de aquí

    La situación social y económica de Béjar no pasaba por sus mejores momentos en aquellos primeros compases del siglo XX. La industria textil sufría una grave crisis desde finales del siglo XIX por la exclusividad de su producción orientada en el paño militar, la maquinaria obsoleta y la deficiencia en las comunicaciones, y el paro obrero era prácticamente insoportable. Las huelgas eran constantes, como demuestran las de varios sectores del textil en 1901, la de bataneros y percheros en 1902, la de los tejedores de 1903 o la huelga de los siete meses de 1904 [3]. A tal gravedad había llegado la situación que familias enteras emigraban a América [4]. 

1/24/2025

Semblanza del alcalde bejarano que derribó la Puerta de la Villa: Vicente Ferrer Vidal Alonso (Béjar, 1817-1889)

 Autora: Carmen Cascón Matas

            A raíz de una investigación sobre el derribo de la Puerta de Ávila[1], me fueron surgiendo al paso datos sobre el alcalde que regentaba los destinos de Béjar en 1876. En ese momento, la industria textil funcionaba a pleno rendimiento y la ciudad estaba sufriendo una transformación urbanística sin precedentes. El desarrollo imponía cambios en una población de calles estrechas, escasa vivienda para tanta mano de obra y deficientes medidas higiénicas y sanitarias. La tarea para el consistorio era ingente y los dineros, como siempre, escasos. La sensibilidad para la conservación del patrimonio era nula porque se imponía el progreso y la modernidad sobre cualquier criterio de valoración histórica o artística. Por entonces se derribaban murallas, conventos y palacios por doquier, ya bien fuera en Barcelona, Madrid, Salamanca o Béjar. Así ocurrió con la Puerta de Ávila o de la Villa. Los vecinos del barrio de La Corredera, esgrimiendo la peligrosidad por la estrechez de las calles en ese punto, solicitaron al consistorio un derribo que fue aprobado en el pleno de 4 de agosto de 1876[2]. Las protestas del gobierno provincial de Salamanca no impidieron su desaparición[3]

 Línea de casas frente a la iglesia de San Gil, parte de ellas pertenecientes al suegro de Vicente Ferrer, Juan Hernández Bueno


Años después M.ª Carmen Martín y Juan Carlos Aguilar investigaron sobre aquel suceso, desvelando el nombre del alcalde demoledor: Vicente Ferrer Vidal[4]. Algunos datos que he ido encontrando sobre su figura nos acercan al personaje. 

1/10/2025

Pueblos sin gente/0. Los despoblados de la antigua tierra de Béjar entre el final de la Edad Media y el siglo XXI

Autor: José Muñoz Domínguez

       La despoblación del territorio en el interior de la Península Ibérica no es una novedad de nuestro tiempo, no sólo ese pasaje del penúltimo éxodo rural, revisitado de forma tan certera por Sergio del Molino en La España vacía (1), sino un fenómeno recurrente que se documenta apenas consolidada la Repoblación de los siglos XII al XIV, ya bajo la presión señorial –como sucediera en el Campo Charro salmantino (2)– o por causas menos imperiosas, y que se reactiva cada vez que las frágiles condiciones de vida amenazan la viabilidad de las poblaciones, reduciendo el número a sus cifras actuales a golpe de sequías, incendios, desastres del cielo, epidemias, guerras y otras calamidades o de competencias e incompetencias, mal gobierno, deslocalización y globalización: hasta que una nueva oleada provoque el abandono y consiguiente desaparición de los asentamientos más vulnerables que todavía subsisten, los nuevos despoblados (fig. 1). 

 FIGURA 1.  El reciente despoblado de Casas de la Sierra, a corta distancia del antiguo alfoz de Béjar en el área de Solana de Ávila. Izquierda: estado de conservación en 1957, dos décadas antes de despoblarse (fotograma aéreo, IGN). Derecha: estado actual en ruinas (imagen satelital del PNOA, 2024, Oficina Virtual del Catastro).

 
       En esta serie de artículos que me propongo publicar, estudio una veintena de núcleos de población de la antigua tierra de Béjar que desaparecieron hace más de un siglo, pero cuyo rastro en la documentación, la cartografía, la toponimia o el registro material todavía se puede reconocer. En su mayor parte responden al concepto geográfico e histórico de despoblado, otros más bien al de falso despoblado y todavía restan algunos casos dudosos que, no obstante, he decidido incluir en el elenco. Acerca de estas categorías del hábitat rural, me remito a la discusión expuesta por Morales Becerra en un artículo muy reciente donde confronta las aportaciones de Cabrillana Ciézar, Anes Álvarez, Martínez Carrión y Rodríguez Llopis, Diago Hernández, Porras Arboledas, Gómez Vozmediano, Sánchez Sánchez, Sánchez Benito y Herzog (entre otros autores) para concluir con una definición de síntesis que se cumple en la mayor parte de los casos de estudio del área bejarana (3). Así, de acuerdo con Morales Becerra, nuestros despoblados serían lugares que estuvieron poblados tiempo atrás por un número de vecinos pecheros (4) superior a cinco, organizados como comunidades con entidad jurídica propia y algún tipo de gestión municipal (concejo de aldea o equivalente) que, por diversas causas, perdieron su población o una parte significativa de ella, incluso si su término seguía en explotación por los mismos vecinos (ya desplazados a núcleos más o menos próximos) o por vecinos de distinta procedencia, hasta quedar sin vecindario e incluso sin explotación alguna. En cuanto al concepto de falso despoblado, y de acuerdo con Sánchez Benito, podemos asignarlo a «lugares que nunca se consolidaron como aldeas y que no fueron más que granjas o pequeños hábitats, seguramente no más que poblamiento disperso» (5), una categoría aplicable, por ejemplo, a las pequeñas agrupaciones sin cuerpo de poblado que se registran en el término municipal de Becedas.

1/03/2025

Navidad en bejarano verso (2ª Parte)

Autor: Iván Parro Fernández

Hace unos días se publicó en este blog una entrada con algunos poemas de temática navideña escritos por dos autores bejaranos: Arsenio Barco y Julián Martín Carrasco. Queremos seguir recordando y compartiendo a más escritores bejaranos que tienen algunas de sus composiciones dedicadas a la Navidad, a sus figuras más representativas o a tradiciones relacionadas con estas fiestas.

En esta ocasión queremos mencionar dos poemas escritos por José Luis Majada Neila. En su poemario titulado Droguería del Pájaro Pinto se incluye el poema “En la misa que el pueblo llama “del gallo”, un soneto dedicado al niño que nace en Belén comparándolo con otro niño, de nombre Manolito, al que no podrá regalar ni obsequiar con las ofrendas y los dones que sí que quiere presentar y entregar al niño de Belén, al cual pretende construir un portal de mazapán caliente, con un ángel de turrón y un rey almibarado: “Te voy a construir un portalico/ de mazapán caliente y a su puerta/ un ángel de turrón y en la antepuerta/ un rey almibarado de oro rico”.


El poeta también quiere obsequiar con un villancico y con un gallo al niño de Belén: “Te voy a regalar un villancico/ que a la Virgen la deje boquiabierta/ y un gallo que esta noche Te divierta,/ si Te aburres en misa, con su pico”.

12/31/2024

Discurso. Agradecimiento y memoria

 *Despido el año 2024 con este discurso que pronuncié el pasado 28 de diciembre en el Teatro Cervantes en ocasión de la concesión del título de Cronista Oficial de Béjar. Lo subo a petición popular, para que podáis leerlo los que me lo habéis pedido. 

Buenas noches y gracias por estar aquí. Permitidme que eche mano de los papeles, porque no me fío de mí, y lea estas líneas que dicen así:

         Desde que me comunicaron la decisión del pleno del Ayuntamiento de nombrarme Cronista Oficial de Béjar, no he parado de pensar en que este momento habría de llegar y que me vendría grande, muy grande, demasiado grande. 

 

         «Unas palabras, tendré que escribir unas palabras de agradecimiento para leerlas allá arriba, en el escenario del Teatro Cervantes», me decía temblando…, pero me había quedado sin palabras. Los días pasaban, uno tras otro, y la esquiva inspiración no hacía acto de presencia. El qué decir me obsesionaba. «Unas palabras de agradecimiento serían lo mejor en estos casos». Pero, por dónde empezar…

12/27/2024

Enumeración de libros de autores o temas bejaranos editados en 2024

Es una tradición de este blog despedir el año con una entrada que resuma los libros escritos por bejaranos o que tienen que ver con Béjar que hayan sido publicados en estos 365 días que se despiden dentro de cuatro días. Porque no somos nada sin libros, creo que este pequeño homenaje a las letras y a la investigación es necesario por cuanto que el blog también se nutre de ambas inspiraciones. Nuestra ciudad es prolífica en cuanto a libros, siempre lo ha sido y esperemos que siempre lo sea. 

Y si veis que algún libro editado este año no ha sido incluido, no es por mala fe, sino por despiste o porque lo desconozco. Si sois tan amables, me lo indicáis en comentarios y lo pongo sin problema.  
 
 Teseo en llamas, de Beatriz Alcaná. Ediciones del Viento.

12/20/2024

Navidad en bejarano verso (1ª Parte)

 Autor: Iván Parro Fernández

Este periodo del año que pronto vamos a vivir y disfrutar sirvió, sirve y servirá de inspiración a muchos escritores y escritoras. La Navidad genera temas y situaciones que incentivan la creatividad de muchos artistas, y en Béjar tenemos y hemos tenido muchos ejemplos de ello. Quisiera compartir con los lectores de este blog algunos poemas de dos de nuestros escritores bejaranos: Arsenio Barco y Julián Martín Carrasco, con esas visiones propias y particulares acerca de la Navidad.

 Felicitación navideña de 1963 de Textil Selecta. 

Archivo fotográfico y documental de Béjar

Dentro de la antología poética de Arsenio Barco encontramos tres poemas que tienen como argumento principal la Navidad o algunas de las costumbres asociadas con ella. En los poemas titulados “Villancico del pastorcillo que no fue a Belén” y “Noche blanca” los protagonistas principales son los pastores que se dirigen a adorar al niño que nacerá en Belén: “A Belén se encaminan/ ya los pastores/ para alegrar al Niño/ con sus canciones”. “Pastores, zagalas,/ corred a Belén/ a ofrecerle vuestros/ tesoros de fe”. 

12/06/2024

Aquellos catalanes que llegaron a Béjar. Miguel Comadrán Chermá

 Autor: Francisco Tejeda Blázquez

En el siglo XIX empieza a llegar a Béjar una primera oleada de mano de obra cualificada procedente de Cataluña: técnicos, tintoreros, teóricos, profesionales de aprestos y acabados, bataneros, hiladores, montadores, tundidores y toda clase de profesionales vinculados a la industria textil y algunos terminan asentándose en nuestra ciudad. Unos crean nuevas fábricas y otros trabajan como profesionales en ellas o en otras ya fundadas. 


Una segunda oleada se asienta después de la destrucción de la industria catalana tras la guerra civil. Gracias a esas fábricas fundadas por catalanes tras la contienda se contrataron trabajadores de Béjar y sus alrededores, que se sumaron a los establecimientos fabriles bejaranos. Debido a la crisis del textil en los años 70, algunos terminan abandonando la ciudad y cerrando sus fábricas; sin embargo, otros permanecieron aquí, por lo que es fácil toparse con apellidos catalanes. Me vienen a la memoria Comadrán, Farrás, Montagut, Marsal, Aris, Mussons, Viñas, Trías, Domenech, Jover, Rocamora, Gilart, Serra, Beltrán, etc... 

11/22/2024

Las dos caras del corregidor Verdes Montenegro (3ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón

Publicado: Béjar en Madrid, 4.853 (21/08/2020), p. 4.

        En un pleno extraordinario convocado por el duque consorte de Béjar, Pedro de Alcántara Téllez-Girón, se reúnen los sexmeros de Villa y Tierra por un motivo inusitado: dar su parecer en favor o en contra de la gestión del corregidor saliente, José Verdes Montenegro, habida cuenta del pleito que presentado contra él por Juan Manuel Hernández Bueno ante la Chancillería de Valladolid. El salón de plenos se haya atestado de gentes y son muchas las voces que desean intervenir[1]

Entonces, como ahora, el edificio consistorial era el mismo.

 

            Alegan los sexmeros que “deven de estarle mui agradecidos porque en el manejo de la jurisdicción, en la versazion de los caudales públicos y en todos los asuntos que se le han confiado, ha procedido con la mayor integridad y sin que con fundamento pueda persona alguna estar quejosa”. Añaden que “su desintteres en todas materias, su celo por la quietud publica y de los particulares y sus buenas prendas, le hacen acreedor de justicia al afetto y aclamación general de toda esta Villa y su Tierra y el sentimiento que causa su ausencia”. Verdes Montenegro había procedido en su largo mandato defendiendo los privilegios y regalías de los duques “sin perjuicio de la integridad de su oficio, haciendo ver en ello su habilidad, su eficacia y su celo”.

11/15/2024

Las dos caras del corregidor Verdes Montenegro (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid,  4.852 (07/08/2020), p. 4.

        El corregidor José Verdes Montenegro había sumido a los bejaranos en una lucha intestina entre partidarios y enemigos. Cuando había sido cesado de su cargo  y partía hacia la villa de Hinojera, su nuevo destino, el duque consorte de Béjar, Pedro de Alcántara Téllez-Girón, convocó un pleno extraordinario en 1789 con el fin de rehabilitar su buen nombre.

            Analicemos los dos bandos, proclive y contrario, a la actuación de Verdes Montenegro en Béjar. Entre sus partidarios se encontraba el mencionado Pedro Téllez Girón, esposo de la duquesa de pleno derecho Mª Josefa Pimentel, quien había solicitado al rey Carlos III dos reales cédulas especiales por las cuales se permitía la prolongación de su mandato (1784 y 1787) contraviniendo las leyes de Castilla y de los señoríos [1]. Uno de los motivos que aduce el duque para romper tal costumbre heredada de siglos es su buena política en cuanto a la consecución de obras públicas en la villa, su desinterés personal y su juiciosa conducta durante el corregimiento. Bien es verdad que por entonces están documentadas las obras de prolongación en el acueducto de La Corredera y la renovación general del encañado, unos trabajos que mejoran el acceso al agua potable, evitaban las epidemias y potenciaban la higiene. Carlos III, por vez primera, concedió prolongar su mandato a un corregidor, siguiendo la sugerencia del duque de Béjar. 

 

        En cuanto a sus detractores destacaba la animadversión mostrada por la Real Fábrica de Paños de Béjar. El corregidor o alcalde mayor de Béjar tenía la potestad, como Subdelegado de la Junta de Comercio y Moneda, de intervenir en las causas relativas a ella y supervisar la calidad de sus paños desde 1732[2]. En 1781 sus miembros interponen una escritura ante Carlos III con el fin de que se le apartara de la institución. Los detalles los desconocemos aunque presumimos que los pañeros bejaranos deseaban liberarse a toda costa de las injerencias ducales y de su representante, el corregidor. El rey, sin embargo, desoyó esta petición y prolongó, como hemos dicho, el mandato de Verdes Montenegro. 

11/07/2024

Las dos caras del corregidor José Verdes Montenegro (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid,  4.851 (17/07/2020).

        Corre el año 1789 y Francia vive los prolegómenos de una revolución que marcaría el devenir de la historia de Europa y aún de América. Mientras las turbas parisinas pueblan las calles augurando lo que estaba por venir, Béjar no permanece en calma, como si un espíritu levantisco se hubiera extendido por doquier. El edificio consistorial bulle de individuos procedentes de los confines de la Villa y Tierra. El olor a sudor y a cuero campea en el salón de reuniones en aquel pleno extraordinario de 13 de marzo[1] (faltaba un mes para el asalto a La Bastilla) en el que se dan cita los sexmeros convocados por el duque de Béjar por un motivo inusitado: las protestas contra un alcalde mayor ausente, en este caso  José Verdes Montenegro. Varios pleitos contra él están abiertos y su persona concita tanto parabienes como exabruptos. Su carrera futura pende de un hilo y su principal bienhechor, el señor duque, no está dispuesto a que el buen hacer de su delfín quede puesto en entredicho de aquí en adelante. 

 Toma de la Bastilla


Pero, adentrémonos en los escasos datos que manejamos del personaje, protagonista de este artículo, a fin de conocerle con detalle. José, natural de Segura de León (1741), había estudiado leyes en la Universidad de Sevilla[2]. Le restaba un año para concluir sus estudios en 1771 cuando marcha a la Villa y Corte para presentarse a los exámenes de abogado que convocaba el Consejo. La decisión la había tomado de manera arriesgada y sin otra opción, obligado como estaba por su situación personal al tener que mantener a una madre viuda y a tres hermanas huérfanas. A sabiendas de que no podía presentarse a puesto alguno sin haber terminado sus estudios de bachiller bajo pena de cárcel, inhabilitación de sus estudios y cuantiosa multa, se arriesga y es descubierto en el momento de solicitar desde el Consejo examinador razón de los estudiantes a su correspondiente Universidad. A Verdes Montenegro sólo le resta pedir perdón de sus actos enviando una carta a la institución aduciendo sus problemas personales, su mala salud y una escasa hacienda. De manera inaudita elude el peligro y regresa al año siguiente con el mismo objeto, explicando que su actitud del pasado año respondía a “ligereza de muchacho” según sus propias palabras. 

11/01/2024

De Béjar y bejaranos en la historia de Chile

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

           Noble, y caballero de la Orden de Santiago, Alonso de Sotomayor vino a Chile por expresa voluntad de Felipe II a poner fin a la Guerra de Arauco "y cristianizar a los indios. Acá le hicieron el mismo cortejo que Lima hace a sus virreyes, y no se ha repetido este ejemplar". Realizó más bien labor administrativa –envió a su hermano Luis a luchar contra los indios-, y al ofrecérsele el cargo por segunda vez, lo rechazó. No había nacido en Béjar, nadie es perfecto, pero es el primer gobernador de Chile al que se le vincula con el linaje ducal bejarano: "Nació en 1546 en la ciudad de Trujillo, reino de Extremadura, hijo tercero de don Gutierre, que fue descendiente de don Gutierre fundador de la casa de los condes de Venalcázar (sic), después duques de Véjar (sic), marqueses de Ayamonte y Villamanrique".

 

Alonso de Sotomayor y Valmediano, óleo de autor anónimo en la Galería de Gobernadores de Chile del Museo Histórico Nacional.

 

    Con un monolito en la plaza principal lo recuerda Rere, "el pueblo de las campanas de oro", atribuyéndole la fundación del fuerte Nuestra Señora de la Buena Esperanza.

10/24/2024

El capitán Andrés Dorantes: un bejarano en Florida, Misisipi y Luisiana (2ª Parte y final)

Autor: Anselmo Rosales Montero

En este viaje a pie siguiendo el Río Grande y el Misisipi además de sufrir muchas penalidades, verán curiosas costumbres. Por ejemplo cómo los hombres abandonan a las mujeres cuando sienten que están preñadas y no vuelven a ellas hasta que la criatura no tiene dos años, cómo los niños toman el pecho hasta los 12 años, para garantizar la comida y por lo tanto la supervivencia, cómo se adormecen con humo y beben curiosos brebajes, cómo le regalan más de seiscientos corazones de venado abiertos y conservados para la alimentación. Comprobarán que existe la poligamia, la homosexualidad y el matrimonio entre hombres:

 Cabeza de Vaca y los suyo. Grabado sacado de aquí

Entre éstos vi una diablura, y es que vi un hombre casado con otro, y éstos son unos hombres amarionados, impotentes, y andan tapados como mujeres y hacen oficio de mujeres, y tiran arco y llevan muy gran carga, y entre éstos vimos muchos de ellos así amarionados como digo, y son más membrudos que los otros hombres y más altos; sufren muy grandes cargas. Cap XXVI.

10/18/2024

Trabajadoras de la industria y Obreras de la aguja (3ª parte y final)

Autora: Teresa López Hernández

 Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2022, pp. 50-53.

         La fundación de Sindicatos de la Aguja ha potenció las demandas de este colectivo de trabajadoras: - implantación de jornada de nueve horas - supresión de las velas - observancia rigurosa del descanso dominical -efectividad de las multas que propongan los Inspectores de Trabajo.  Al mismo tiempo se instaba al Instituto de Reformas Sociales a formular un proyecto de Ley sobre el trabajo en talleres colectivos y a domicilio que aseguraran sus derechos.

 José González Castro, médico, inspector de trabajo, 

escritor  y autor del informe que se analiza en estos artículos


       Muchas de estas reclamaciones solo requerían hacer efectivos los preceptos legales existentes y otras exigían la promulgación de nuevas leyes. El Instituto se encargaría de redactar un proyecto de Ley sobre Jornada y salario en el trabajo femenino de la aguja[1].

10/11/2024

Trabajadoras de la industria y Obreras de la Aguja (2ª Parte)

Autora: Teresa López Hernández

Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2022, pp. 50-53

    Con las obreras adultas también se infringían la Ley de 1900. La hora de lactancia a que tenían derecho por el art. 9 sólo se cumplía en las grandes fábricas, en el resto de establecimientos no se cumplía, por la sencilla razón de que los patronos rechazaban a las trabajadoras que se encontraban en esta situación.

    En cuanto a la duración de la jornada establecida en dicha ley, que había sido ratificada por el R. D. de 26 de junio de 1902 sobre jornada de trabajo de mujeres y niños, estaba fijada en una duración máxima en 11 horas para las mujeres mayores de 14 años y de 10 para las de la industria textil. Sin embargo, en sectores como la recogida de frutos para la exportación se trabajaba 18 horas y más de manera casi continuada y sin que el jornal fuera proporcional a la jornada. Las propias trabajadoras enmascaraban la verdad, haciendo difícil que se comprobara su cumplimiento. 


    La jornada asimismo se había visto rebajada por la Ley de 11 de julio de 1912, que entrará en vigor el 14 de enero de 1914, que prohibía el trabajo nocturno de la mujer en la fábrica y, aunque en las industrias textiles esta prohibición sólo se aplica a las viudas y casadas con hijos, el porcentaje de aplicación iría aumentando cada año hasta su total supresión el 14 de enero de 1920. Fuera de la industria del vestido no se utilizaba este turno para la mujer, sólo pervivía en Cataluña. Donde más se utilizaba era en el sector de sastrería y moda, en época de ferias y fiestas las costureras trabajaban dieciséis horas y más sin apenas interrupción.

10/04/2024

Trabajadoras de la industria y Obreras de la Aguja (1ª Parte)

Autora: Teresa López Hernández

Revista Feria sy Fiestas de Béjar, 2022, pp. 50-53.

    Ante las pésimas condiciones en que se desarrollaba el trabajo en general, y el femenino en particular, a principios del siglo XX se promoverá una legislación protectora para los trabajadores más vulnerables como mujeres y menores que, no obstante, se incumplirá. Para vigilar la aplicación de la normativa y mejorar las condiciones de higiene y salud de las instalaciones laborales se estableció en 1906 la Inspección de Trabajo, en el seno del Instituto de Reformas Sociales, instaurado en 1903. 

Niña trabajando en una fábrica textil en EEUU. Foto de aquí
 

    En este cuerpo de Inspectores ingresó en 1908 José González Castro médico, higienista y epidemiólogo que también ejercería como periodista y escritor literario, firmando en estos casos con el pseudónimo de Crotontilo[1]. En el desarrollo de su labor fue nombrado Inspector de Trabajo de la séptima región, que tenía su sede en Béjar, y elaboró numerosos informes y estudios para el Instituto de Reformas Sociales entre los que se encuentran El trabajo de la mujer en la industria. Condiciones en las que se efectúa y sus consecuencias en el porvenir de la raza. Medidas de protección necesarias, Instituto de Reformas Sociales, Madrid 1914. Y La obrera de la Aguja. Contribución al estudio de la higiene y mejoramiento social de la misma, Instituto de Reformas Sociales, Madrid 1921[2].

9/20/2024

El capitán Andrés Dorantes: un naúfrago bejarano en Florida, Misisipi y Luisiana (1ª Parte)

 Autor: Anselmo Rosales Montero

El libro Naufragios [1] de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, publicado en Valladolid en 1555, narra la historia de unos hombres que recorrieron a pie más de 5.000 kilómetros, durante 9 años cruzando de este a oeste los actuales EEUU: Florida, Alabama, Misisipi, Luisiana, el Río Grande, Nuevo México, Arizona hasta México. Entre estos hombres, supervivientes de innumerables peligros, caminando casi desnudos y descalzos, se encontraba el bejarano Andrés Dorantes, allá por 1527 [2].

Mapa del viaje en barcos y a pie que se narra en Naufragios.

Extraído de Expedition Cabeza de Vaca Karte (cropped).png.

 

Ya adelantamos que se tratará de una expedición fallida, en la que los cuatro protagonistas tendrán un final menos malo que la expedición, incluido el bejarano.

            Con el mandato de explorar y colonizar la Florida, así como para descubrir minas de oro y “la fuente de la eterna juventud”, partía de Sanlúcar de Barrameda, el 17 de junio de 1527, una expedición formada por cinco navíos y unos 600 hombres, al mando del gobernador Pánfilo de Narváez. Pánfilo había fracasado tratando de prender a Hernán Cortés. Ahora, intentaría emularlo descubriendo un nuevo territorio, aunque volvería a fracasar. Como tesorero de la expedición figuraba el autor del relato: Cabeza de Vaca.

9/13/2024

Una sacristía que más bien parecía ratonera

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2021. 

        Un escudo de armas campea flamante sobre la ventana de la sacristía de la iglesia de San Juan Bautista. Sobre una ventana enrejada, mirando hacia el sol que las calienta durante casi todo el día, las armas del obispo placentino don Pedro González de Acevedo se muestran desafiantes e impolutas a pesar del paso del tiempo. Los bejaranos que transitan frente a ellas apenas se fijan en su rutinario devenir. Están ahí y basta. Y es que son escasos los testimonios documentales que se han dado a conocer relativos a este templo, sobre todo en cuanto a la construcción y modificaciones en su fábrica se refiere[1]. Sin ser uno de sus elementos más característicos, aunque no por ello menos importante, desvelamos aquí los datos sobre la construcción de su sacristía y el motivo por el que luce el escudo familiar de este obispo[2]

 

 Escudo del obispo González de Acevedo. Iglesia de San Juan. Béjar

            En 1596 el párroco de San Juan, Gerónimo Sánchez Rubio, y su mayordomo, Manuel González Bazán, presentan un escrito a don Pedro González de Acevedo[3], obispo de Plasencia a la sazón, solicitando una sacristía nueva. El espacio que hoy se utiliza como tal, la capilla de los Muñoz de Aguilar o de los Aguilares, era un ámbito sepulcral privado, propiedad de una familia concreta y, por lo tanto, de uso restringido. Además, en el momento al que estamos haciendo referencia tal aditamento es probable que aún no existiera o que estuviese en proceso constructivo.

9/06/2024

Las fiestas de la Virgen del Castañar hace cien años

 Autor: Iván Parro Fernández

Mañana celebraremos las fiestas en honor a nuestra Patrona, la Virgen del Castañar. Serán momentos para vivir y compartir muchos encuentros, sensaciones, sentimientos… Aunque han pasado ya muchos siglos, las bejaranas y bejaranos seguimos reuniéndonos en torno a nuestra virgen estos días tan especiales, pero ¿era igual hace un siglo? ¿Cómo vivían y celebraban estos días festivos nuestras paisanas y paisanos de hace cien años? Seguro que algunos lectores podrían evocar lo que sus padres o sus abuelos les contaban. Seguro que muchos tendrán en la memoria recuerdos de aquellos días por haber leído algo sobre ello o visto alguna imagen de la época. Lo que queremos compartir en estas líneas es el relato (algunos relatos más concretamente) de cómo eran las fiestas de antaño extraídos de la prensa de la época, y más concretamente del semanario La Victoria, el cual es un recurso y elemento muy interesante para acercarnos al Béjar de aquellos años ya almacenados en la eterna memoria del tiempo.

 Foto de la prensa de la época

Llaman la atención muchas de las crónicas de los ejemplares consultados. En ellas se hace referencia a distintos aspectos de la fiesta, como por ejemplo la invitación/interpelación a participar, la misa, la procesión como tal después de esta, el regreso de la virgen a la ermita tras la bendición desde el balcón, la propia imagen de la virgen, la concurrencia que acude a la fiesta o las invocaciones y peticiones que se dirigen a la Patrona de Béjar. En esta primera parte quisiéramos centrarnos en dos aspectos como tal: la invitación que se dirige desde el semanario citado para participar en las fiestas patronales y la misa y posterior procesión hasta el lugar donde la virgen bendice a toda la ciudad y el regreso a la ermita.