Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Se la ha llamado
la esposa sevillana de Hernán Cortés,
pero nació en Yanguas (Soria), señorío de su padre Carlos Ramírez de Arellano,
II conde de Aguilar de Inestrillas. Su madre era hermana de Álvaro de Zúñiga, I
duque de Béjar (*), y
debido a la mayor importancia de este
apellido -aunque ambos linajes eran
de la línea real de Navarra- pasó
a la historia como Juana de Zúñiga. Hermosa
mujer, de carácter imperioso y
arrogante, envanecida por sus noblezas, hay señales de que ella tomó la iniciativa para acercarse
epistolarmente al conquistador de Nueva España, cuyas riquezas ambicionaba, con el pretexto de rehabilitarlo ante
el emperador.
Cualesquiera
fueran las influencias que movió la joven en la corte -tenía 19 años entonces y
Cortés 44-, el hecho es que después de volver a España y entrevistarse con el
monarca, el gobernador (y no virrey
como él quería) y nuevo marqués del Valle
(de Oaxaca) partió de esta corte el
segundo día de Pascua Florida, que se contaron 29 de marzo;… a Béjar a casarse -con
doña Juana de Zúñiga por cierto- y de
allí a ver a su madre, y a Sevilla a
embarcarse… Por otra parte la reina Juana (madre del emperador) había ordenado que se concedieran honores y
facilidades a la pareja en su viaje por Béjar y por Sevilla.
Puerto
de Sevilla en el siglo XVI.
Atribuido a Alonso Sánchez Coello
Mujeriego impenitente contenido por doña Juana, Cortés había traído joyas y
tejuelos de oro muy fino con que hacía
presentes a señoras de la corte,
algunas emparentadas con su esposa -doña Francisca de Mendoza, por ejemplo-, para quien no obstante había reservado las
más valiosas como regalo de boda: cinco
esmeraldas que hubo de los indios, finísimas, y que las estimaban en cien mil
ducados. La una era labrada como rosa, la otra como corneta, y otra un pece con
los ojos de oro…; otra era como campanilla, con una rica perla por badajo, y
guarnecida de oro…; la otra era una tacica con el pie de oro y con cuatro
cadenicas para tenerla, asidas en una perla larga por botón; tenía el bebedero
de oro… Por esta sola pieza, que era la mejor, le daban unos genoveses en la
Rábida cuarenta mil ducados para revender al Gran Turco; pero no las diera él
entonces por ningún precio, aunque después las perdiese en Argel cuando fue
allá el emperador… La emperatriz Isabel, cuando supo de las esmeraldas quería
verlas y tenerlas diciendo que las pagaría el emperador; y Cortés se excusó
afirmando que ya las había dado a doña Juana…
Familia de Hernán Cortés.
Imagen sacada de aquí
Una vez que los
marqueses llegaron a la Nueva España a tomar posesión de sus bienes, la marquesa
tenía urgencia por conocer “sus riquezas”. Se trasladaron a Oaxaca, y al no
encontrar lo que su ambición esperaba, se negó a construir su palacio ahí. Al
llegar a Cuernavaca fue sorprendida por la belleza y agradable clima, y
solicitó a su esposo que ahí construyeran su palacio.
Palacio de Cortés en
Cuernavaca, con aditamentos posteriores. Youtube.com
Después de breve
descanso los marqueses prosiguieron su marcha, y al llegar a los Llanos de
Salazar, en el camino a Toluca, Juana de Zúñiga quedó prendada por la
exuberante vegetación y belleza natural del paisaje pletórico de robustas
coníferas, y en la campiña serpenteando los arroyuelos de cristalinas aguas. Solicitó
a su esposo que se acogieran bajo la sombra de un oyamel, y durante el remanso
el marqués se percató que su esposa estaba arrobada como si estuviese en el
paraíso terrenal. Preguntó a la marquesa si desearía tener una finca rústica de
veraneo en ese sitio, asintiendo firmemente ella.
Vista parcial de La Marquesa. Mxcity.mx
El lugar se llamaba Monte de las Cruces y por el cortijo
que se construyó para doña Juana fue rebautizado como Hacienda La Marquesa, nombre que se mantuvo hasta el siglo XX a
pesar de sucesivos cambios de dueño. En 1936 fue declarado oficialmente “Parque
Nacional Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla”, pero nadie hoy lo conoce así, sino con el nombre de “La Marquesa”, que
se llamó doña Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga.
Se ha presentado
a Antonio de Mendoza, virrey por encima de Cortés a su regreso a Nueva España,
como uno de sus enemigos. La animadversión, no obstante, fue precedida por una luna de miel, debido a que Mendoza era
pariente de doña Juana de Zúñiga por
línea paterna y materna. Así: Andaba la tierra muy metida en fiestas
y los dos señores, marqués y virrey, muy conformes y amigos; los cuales
determinaron entre ellos que, para conservarse en amistad, se ordenase y
concertase la manera del trato que habían de tener el uno con el otro… Que se
llamasen el uno al otro señoría; que cuando el virrey comiese en casa del
marqués le diesen la cabecera de la mesa, y ambos se sirviesen con salva y
maestresalas; y cuando el marqués comiese en casa del virrey, no hubiese silla
a la cabecera de la mesa sino a los lados, y éstos tomasen los dos, y el virrey
a la mano derecha; cuando fuesen juntos, ni más ni menos, se la diese al
virrey, y cuando oyesen misa juntos en la iglesia, se pusiese en medio de la
capilla el sitial del virrey y a la mano izquierda una silla, un poquito
trasera, junto al sitial y silla del virrey, con un cojín en que se hincase de
rodillas. De esto quedaron muy conformes y prometieron guardarlo así.
Antonio de Mendoza y Pacheco, primer virrey de Nueva España. Wikipedia.es
Doña Juana no siguió a su esposo en el segundo viaje a España, esta vez
en compañía del hijo de ambos, Martín, del cual el marqués no volvería vivo. Se quedó en su palacio de Cuernavaca, desde
donde viajaba constantemente a la hacienda que tenía en Llanos de Salazar
(106 km en la actualidad), que por
encargo de la marquesa administraba un primo suyo…
Desde 1550 vivió en el señorío de Aguilar y
en Sevilla, ciudad en la que ingresó en el convento dominico de la Madre de
Dios, donde también vivió hasta su muerte en 1565 su hija Catalina. En 1575,
cuando doña Juana ya era anciana, su yerno, el II duque de Alcalá de los
Gazules, concertó con el maestro escultor Diego Pesquera la hechura de dos estatuas orantes para los nichos, a
ambos lados del altar, que había comprado la marquesa. Las figuras (que en
el caso de la de doña Juana resultó retrato, pues no había fallecido aún: …nariz
recta y altiva, grandes ojos saltones, boca pequeña y tensa, mentón prominente
y largas manos sin joyas, deberían
ser “de tamaño natural, de una pieza, de mármol blanco, limpio e muy bueno… e
han de estar ambas hincadas de rodillas sobre unos cojines… la señora marquesa
en hábito de viuda, e ha de tener las manos juntas y delante un sitial con un
libro encima abierto, y doña Catalina en hábito de doncella con un libro
abierto en las manos; ambas ha de estar cubiertas con sus mantos por encima de
la cabeza”. Años más tarde se llevaron las estatuas orantes a la Cartuja, y
se reemplazaron por las yacentes que hoy están en los sepulcros (Pinceladas de Historia Bejarana 16/02/2015)
Estatuas orantes
de Catalina Cortés y Juana de Zúñiga en el monasterio de la Cartuja, Sevilla. Maldonatiphotography.wordpress.com
Más señales del
temperamento de doña Juana se dan cuando, hallándose aún en Nueva España, la Corona emplazó a los herederos mediante
una Real Provisión con vistas a hacer el inventario de Cortés y cumplir con su
última voluntad… Al visitarla el escribano en Cuernavaca para hacer el inventario de los bienes del
marqués, la marquesa no se dignó hablar con el funcionario, ni permitió el paso
a sus aposentos en la parte superior de la casa, ni consintió que entrasen en
el inventario sus joyas y ropas personales… Se limitó a comisionar a su
camarera para que guiase al escribano y le mostrase las pertenencias del
difunto marqués del Valle… Ya en España, solucionó diferencias con su hijo
Martín renunciando a su parte de la
herencia a cambio de tres millones de maravedís anuales para ella y 187.000
para su hermano fray Antonio de Zúñiga. Asimismo, debía recibir 24.000 ducados
para disponer de mandas en descargo de su alma cuando falleciera.
Retrato de Martín
Cortés y Zúñiga,
II marqués del Valle de Oaxaca.
Historiasdeamerica.wordpress.com
Otro
rasgo de la “imperiosa y arrogante” doña Juana aparece, años más tarde, en un
juicio seguido contra ella en 1550. La marquesa daba un trato humillante a su
hijastra Catalina, y con la complicidad del apoderado y albacea testamentario,
el licenciado Juan Altamirano, forzó a la muchacha a firmar documentos por los
que cedía sus propiedades cercanas a Cuernavaca. También contra su voluntad, y
con la ayuda del duque de Medina Sidonia -Juan Alonso
Pérez de Guzmán y Zúñiga-, Catalina fue
internada en el convento dominico de la Madre de Dios, donde, como las heroínas de las Crónicas italianas de Stendhal,
debió pasar el resto de su triste vida. Consta que allí estaba en 1565.
Escultura yacente de Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga
(*) Álvaro I de Zúñiga murió en 1488, por lo que de quien se trata hasta 1532 es de su nieto homónimo Álvaro II de Zúñiga, y luego de la sobrina de este, doña Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar.
Lecturas:
Elías Butrón,
Carlos Fernando: Lealtades (novela
histórica sobre Hernán Cortés) 2013; Bajo
el estigma del colibrí (novela histórica sobre la conquista de México) 2016
Fuentes, Carlos:
Los hijos del conquistador. 1993
Gutiérrez
Arzaluz, Pedro: La Marquesa… 2015
Lavín Figueroa,
Carlos: Casas que acumulan historias: La
casona de Cortés. 2015
Martínez, José
Luis: Hernán Cortés. 1990
Mira Caballos,
Esteban: Noticias inéditas sobre los
últimos años de vida de Hernán Cortés… 2009
Prescott, W. H.:
Historia de la conquista de México.
1843
Tomasini,
Carlos: La marquesa de La Marquesa.
2017
Cuando las bodas no son por amor pasan estas cosas y las hijastras estorban.
ResponderEliminarEs curioso que Béjar y Medellín (España) distan entre sí unos 160 kilómetros en línea recta, mientras que Cuernavaca (México) y Béjar, más de nueve mil. Aunque todo se debe a cuestiones relacionadas con el cargo, resulta curioso que construyeran taan lejos el palacio aquel siendo como eran casi vecinos en España.
Un saludo.
La respuesta es la ambición tanto de él como de ella (¿tanto monta monta tanto...?) estimado Cayetano, que no querían un castillo para vivir un romance sino para controlar un imperio. JZR
EliminarLo que acabo d leer podría ser bel argumento de una buena novela. Excelente, como siempre. Saludos
ResponderEliminarDesconocía todas estas cosas y ha sido interesante saberlas. Me gusta mucho la historia, y esta época , concretamente, me atrae más que ninguna otra. Muy buena entrada. Besos.
ResponderEliminarSe quitó de enmedio a la hijastra, encerrándola en un convento. No me parecería mal, si ella lo hubiera hecho porque era su voluntad.
ResponderEliminarBesos
Muy interesante la historia de esta ambiciosa señora. Próximamente iré a la Cartuja para hacer un reportaje fotográfico, y ya que conozco la historia, me fijaré especialmente en ellas.
ResponderEliminarGracias, y un beso, Carmen.
Dicen que detrás de un gran hombre, hay un mejor mujer... Pero esto sobrepasó todo...
ResponderEliminarEstuve en el Palacio de Cortés en México, hace muchos años. Nunca imaginé que la esposa del conquistador, tuviese relación con Béjar.
Besos
La historia nunca se detine aunque diera la sensación de que Cortés hizo su descubrimiento y fin.
ResponderEliminarInteresante prolongación de su biografía y la de su esposa Zúñiga.
Siendo joven y con carácter no es de extrañar que tuviese sus ambiciones de lo que siempre va bien en ciertos sentidos, pero bien se ha visto en tu escrito de como era esta tal señora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero bueno, a quién se le ocurre cambiar el nombre de la finca por "Parque Nacional Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla". Era evidente, el nombrecito estaba destinado al fracaso incapaz de competir con el conciso "Hacienda la Marquesa" que, además, tiene la virtud de despertar la imaginación popular.
ResponderEliminarUn abrazo,
Jajá, toda la razón.
EliminarBien podía dar pie para una telenovela por la intriga de lo que nos narras.
ResponderEliminarSaludos.
·.
ResponderEliminarOtro buen trabajo de documentación e ilustración.
Un abrazo
.·
LMA · & · CR
Esas bodas concertadas que pocas salen bien. La ambición de la señora era tremenda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como se apunta, doña Juana debió ser mujer de carácter, en absoluto temerosa al contraer nupcias con el conquistador, habida cuenta la muerte de su primera mujer, en extrañas circunstancias.
ResponderEliminarSaludos.
Los Recuerdos de este post, me dejaron cautivado https://ideandando.es/que-fue-la-union-sovietica/
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