Autor: Iván Parro Fernández.
Dentro de aproximadamente seis meses volveremos a celebrar y festejar las fiestas en honor a nuestra patrona, la Virgen del Castañar. Son días especiales sin duda, no solo por los actos y los momentos que viviremos sino también por el siempre esperado reencuentro de muchos amigos, de muchas familias, de muchas personas que quizá se vean pocas veces o muy pocas veces a lo largo del año, y las fiestas son un motivo para ese esperado reencuentro.
Acabamos el texto anterior (que pueden leer aquí: https://ccasconm.blogspot.com/2024/09/las-fiestas-de-la-virgen-del-castanar.html), con la imagen de la virgen de vuelta a la ermita, un momento sin duda especial, emocionante, de festejo y de comunión, como así se refleja en el número 1468 del semanario La Victoria, de 16 de septiembre de 1922: “Al llegar la Virgen al atrio de la ermita, las alegres campanas volteaban como alocadas, infinidad de cohetes se elevaban al espacio, y a los acordes de la Marcha Real, que ejecutó la Banda, entró en el templo nuestra Reina y Señora entre los vivas ensordecedores de la multitud, que con ferviente entusiasmo la aclamaban, y las majestuosas armonías del magnífico órgano, cuyas sonoridades se esparcían por las naves del preciado Santuario”.