Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Nacido en Montilla, Córdoba, en 1453, Gonzalo Fernández de Córdoba y Enríquez de Aguilar (era pariente de Fernando el Católico) fue un noble militar castellano llamado, por su excelencia en la guerra, el Gran Capitán. En su juventud fue paje del infante Alfonso en la corte organizada por Álvaro de Zúñiga, futuro duque de Béjar, en Arévalo, pero a la muerte del príncipe pasó al bando isabelino. Luchó en la Guerra de Sucesión Castellana y en la Guerra de Granada (en la primera en el bando opuesto a la Casa de Béjar). Casó con una prima, de la que enviudó sin descendencia, y luego con María Manrique de Lara, del linaje de los duques de Nájera y pariente de la primera esposa de Álvaro de Zúñiga, Leonor Manrique de Lara y Castilla. Luchó también en Italia y terminó como virrey de Nápoles, obteniendo de Fernando de Aragón los títulos de duque de Santángelo, Terranova, Andría, Montalto y Sessa. Sospechoso de haber estado enamorado de la reina Isabel, a la muerte de esta el rey Fernando le pidió cuentas de los gastos realizados en Nápoles, dando origen su respuesta al dicho popular las cuentas del Gran Capitán. Sus restos habrían sido sepultados en la cripta del monasterio de San Jerónimo de Granada, aunque un estudio realizado en 2006 por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, determinó que no le corresponden.
Detalle del retrato de Gonzalo Fernández de Córdoba de la artista montillana María José Ruiz. Blogs.20minutos.es
Heredera de las posesiones y títulos nobiliarios de Gonzalo resultó su hija Elvira Fernández de Córdoba y Manrique de Lara, que después de dos intentos de su padre, otros dos del rey Fernando y uno en conjunto por casarla con nobles italianos o españoles, incluidos algunos de prosapia real, dio Elvira en casarse por propia decisión con un primo suyo de nombre Luis Fernández de Córdoba y Zúñiga, que era IV conde de Cabra (con Grandeza de España Inmemorial), vizconde de Iznájar y señor de Baena, e hijo de Diego Fernández de Córdoba, III titular de Cabra, y bisnieto de Diego Hurtado de Mendoza, I duque del Infantado y II marqués de Santillana.