Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid,06/06/2014, 4.704, p. 4.
El concepto de
intelectualidad, o mejor dicho la capacidad de los individuos para desarrollar
sus inquietudes creativas, artísticas o científicas (también la vocación
política) estaban supeditadas, a principios del siglo XX a una procedencia
familiar económicamente acomodada. Alguien ha definido al matrimonio formado
por Luisa Rodríguez Yagüe y Ruperto Sánchez Gil, junto con su prolífica
descendencia, como la familia más intelectual del Béjar de mediados del siglo
pasado, y en este caso no sólo por su solvencia económica, que también, sino
sobre todo por la brillantez de muchos de sus miembros. El matrimonio
formado por la hermana mimada de los Rodríguez
Yagüe y por el juez bejarano simbolizaba a la perfección los valores clásicos
de la burguesía de la época en nuestra ciudad: intensa religiosidad, filiación
liberal, inversiones industriales, patrimonio agrario y una estética entre
trasnochadamente romántica y prudentemente modernista.
José Teixidor y Jugo
Fotografía cedida por los hermanos González de la Huebra