Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
La historia posterior de este inmueble es un poco más conocida: fue adquirido por la comunidad religiosa de los Salesianos en 1895 contando con la ayuda benefactora de dos relevantes bejaranas de la época, Manuela Rodríguez-Arias y Felisa Esteban[1], considerándose a esta última como la fundadora del colegio. En este sentido el periódico santanderino de la Atalaya, haciendo referencia a los distintos establecimientos pedagógicos indicaba lo siguiente:
Inscripción dedicada a Felisa Esteban a la puerta del colegio Salesiano