Autor: José Mª Hernández Díaz
Catedrático de Historia de la Educación
Se cumplen ahora 125 años de la
muerte de don Nicomedes Martín Mateos (Béjar, 1806-1890), quien finaliza su
ciclo vital el 7 de enero en la ciudad que le vio nacer, y donde desarrolló su
actividad profesional, filosófica y
ensayística durante la mayor parte de su
vida. Su obra y persona es una invitación permanente para pensar, también en el
inicio del nuevo ciclo anual.
El lector debe recordar que don
Nicomedes fue para Béjar una personalidad moral e intelectual insustituible en
su siglo, y hoy continúa siendo uno de esos iconos de quienes tanto echamos en
falta para encontrar caminos correctos
de valores de ciudadanía. Por citar
solamente alguna de sus actuaciones públicas, mencionemos que desempeñó con
respeto y éxito reconocido la alcaldía
de la entonces activa e industriosa ciudad serrana, promovió y dirigió la
creación en 1852 de la Escuela Industrial (con el tiempo ha evolucionado hasta
la actual Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial), organizó mejor
que nadie el mapa escolar de Béjar en su momento, impulsó los espacios de
sociabilidad y la creación de Ateneos (entre otros el actual Casino Obrero),
representó en todas sus actuaciones públicas la honestidad y la eficacia, que
le convirtieron en referente de consulta y práctica de vida para sus
conciudadanos. Sus opiniones siempre eran merecedoras de respeto, atención y
consulta.