Autor: José Mª Hernández Díaz
Catedrático de Historia de la Educación
Se cumplen ahora 125 años de la
muerte de don Nicomedes Martín Mateos (Béjar, 1806-1890), quien finaliza su
ciclo vital el 7 de enero en la ciudad que le vio nacer, y donde desarrolló su
actividad profesional, filosófica y
ensayística durante la mayor parte de su
vida. Su obra y persona es una invitación permanente para pensar, también en el
inicio del nuevo ciclo anual.
El lector debe recordar que don
Nicomedes fue para Béjar una personalidad moral e intelectual insustituible en
su siglo, y hoy continúa siendo uno de esos iconos de quienes tanto echamos en
falta para encontrar caminos correctos
de valores de ciudadanía. Por citar
solamente alguna de sus actuaciones públicas, mencionemos que desempeñó con
respeto y éxito reconocido la alcaldía
de la entonces activa e industriosa ciudad serrana, promovió y dirigió la
creación en 1852 de la Escuela Industrial (con el tiempo ha evolucionado hasta
la actual Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial), organizó mejor
que nadie el mapa escolar de Béjar en su momento, impulsó los espacios de
sociabilidad y la creación de Ateneos (entre otros el actual Casino Obrero),
representó en todas sus actuaciones públicas la honestidad y la eficacia, que
le convirtieron en referente de consulta y práctica de vida para sus
conciudadanos. Sus opiniones siempre eran merecedoras de respeto, atención y
consulta.
Fotografía de don Nicomedes Martín Mateos.
Salón de juntas del Casino Obrero de Béjar.
Repasando algunos de sus textos
hemos revisado el que titula “La Commune de Paris. Reflexiones filosóficas”
(1871) y que publica en la prestigiosa “Revista de España” de ese año, editada
en Madrid. Resulta que este artículo es de gran actualidad, o al menos así nos
lo parece, para buscar alguna salida regeneradora a la tremenda crisis moral y
política que vive esta España de inicios del siglo XXI.
Cuando aborda la organización
política de la sociedad piensa en voz alta sobre la corrupción, el desgobierno,
la intolerancia, la ausencia de racionalidad de los procesos. Dice textualmente
ahí que, “Los pueblos no llegan a ser
libres sino del mismo modo que los individuos, por la instrucción, por las
virtudes”. Es decir, por la educación, la formación, la moralidad, los valores
de convivencia, “porque la libertad nace de la razón, del pensamiento”.
Primera página de su obra "El espiritualismo"
Es por ello explicable que
nuestro filósofo sea firme partidario, como lo era su maestro ateniense, de que
los gobernantes sean cultos, estén bien formados, porque así van a defender
mejor la racionalidad de su proyecto político. Razón, pensamiento, libertad
individual y colectiva, conducta ética
forman parte de un mismo núcleo de expresiones del buen gobernante. Es decir,
los mejores son los que han de regir los destinos de los ciudadanos, fuera
aquella soñada república de Platón o la España de la etapa convulsa en la que
piensa y escribe Martín Mateos en esa ocasión.
En varias ocasiones, y en
concreto en el inicio del artículo
mencionado, defiende la idea que concreta para su interlocutor. “Usted y yo, y
otros mil deseamos que la filosofía se infiltre en la política, y la vaya
iluminando, hasta que llegue el día, por Platón ansiado, en el que la autoridad
pública y la filosofía se asocien en una misma persona”. Se trata, pues, del
gobierno de los pensadores, de los filósofos, de los educados y cultos, de
quienes buscan la raíz de las cosas, porque se asientan en la razón, y por ello
son radicales. Tal fórmula de gobierno, dirá, no tiene nada en contra de la
democracia, pero esta tiene que enseñar
y aprender a elegir a los mejores.
Sepultura de don Nicomedes Martín Mateos.
Cementerio de San Miguel de Béjar.
Foto sacada de aquí
Esta invitación a pensar
extraída del edificio intelectual del filósofo bejarano, que a alguno hoy le
puede resultar fuera de contexto, nos
traslada al tiempo presente, pensamos nosotros. Nos habla de gobernantes
honestos, cultos, cívicos, defensores profundos del bien común y público.
No dudamos en imaginar la
actitud de Don Nicomedes ante los atropellos que entre nosotros padece la razón, la educación, las humanidades
por parte de muchos políticos de nuestro momento, que se mueven por la
anteojera de la pretendida eficacia, competitividad, poder, dinero, insolidaridad,
tecnocracia, cuando dictan normas para la organización del sistema educativo,
del curriculum, de la convivencia social y educativa. Se olvidan, diría con
seguridad el filósofo y educador que hoy nos ocupa, de lo más importante, del
niño, del ciudadano, del hombre, de su libertad, de su razón, de enseñarle a
pensar y a formularse las principales preguntas de la existencia como individuo
y como miembro activo de una sociedad concreta.
Un humanista y un ilustrado, heredero de aquellos ministros reformistas y avanzados a su tiempo de la época de Carlos III.
ResponderEliminarCatólico para unos, liberal para otros, cartesiano siempre... la decencia, la coherencia y la rectitud eran para él buenos principios para hacer política. Ya nos gustaría a muchos que el gobierno "de los mejores" fuera el que dirigiera el gobierno de nuestra nación hoy, independientemente del credo de cada uno.
Un saludo.
Unos principios que me gustaría pensar que son recuperables, aunque me temo que vamos cuesta abajo y sin frenos. Qué poco platónicos son nuestros políticos actuales.
ResponderEliminarFeliz día de Reyes. Espero que los tres se porten bien con usted.
Bisous
Sería muy interesante conocer sus fuentes y lecturas. Tiene cierto aire krausista.
ResponderEliminarSaludos.
Ciertamente un humanista y pensador que deberia ser referente para todos nosotros.
ResponderEliminarUn feliz Año Nuevo y seguro que los Reyes han sido generosos contigo, como mereces.
Un beso.
Hola Carmen:
ResponderEliminarGran personaje. Humanista cuyos principios no son diferentes de los de ahora, pero que quizás algunos, no los valoren adecuadamente o los tomen en consideración en el ejercicio profesional.
Besos. Felices Reyes
De esos hombres que dejaron en los caminos sus valores civicos que se le recuerda y se le añora lo dejado en la ciudad de Béjar que dio el fruto en la escuelas y en todo lo que salío de su mano, buen reportaje Carmen.
ResponderEliminarFeliz día de Reyes
Y que cierto es que la autentica libertad reside en la educación, la moralidad y los valores convivencia. La sociedad esta sufriendo una profunda crisis moral y así nos va.
ResponderEliminarBesos
Hoy, recién pasados los Reyes Magos con sus premios para quienes se portaron bien, es oportuna tu entrada. El proyecto del señor Martín Mateos de cuidar la formación del menor a través de los valores humanistas, no es que sea necesario, es que ya es urgente.
ResponderEliminarSaludos
Sin lugar a dudas sus ideas y su pensamiento son plenamente actuales. La educación, la ética, los valores...¿dónde están? Es necesario una regulación de la sociedad.
ResponderEliminarUn saludo.
"No es lo mismo dar filosofía que ser filósofo aunque sepan los mismos contenidos".
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con esta mente bien pensante que era Don Nicomedes: Que un pueblo nunca puede ser libre si no tiene unos mandatarios que sepan razonar y pensar adecuadamente.
Un abrazo Carmen.
Interesante pensamiento para unos tiempos como los actuales en los que tal parece que los gobernantes, todos ellos, buscasen convertir al pueblo en una masa amorfa e ignorante, incapaz de pensar por sí misma y, por tanto, fácil de manejar a su antojo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Vivió aquellos tiempos del Regeneracionismo que veía entre otras, la educación como salida a nuestro atraso. Hoy también es precisa una regeneración, de valores sobre todo, pero no se aprecia reacción, si acaso miedo a perder la poltrona, sin arrepentimiento y menos aún propósito de enmienda.
ResponderEliminarUn saludo.
Un gran Humanista y brillante pensador que pretendía introducir esta filosofía razonable y purificadora en la Política y en los Políticos.
ResponderEliminarLa Verdad, el Bien y la Belleza deberían ser hitos en los comportamientos personales.
Es cierto; la corrupción, el desgobierno, la intolerancia y el irracionalismo en tantas conductas hacen un caos de difícil arreglo y solvencia que salpica a Toda la Sociedad, haciéndola más rígida y esclava de sus propios egoísmos.
La Libertad sólo se puede adquirir teniendo una mejor Educación basada en unos valores nobles y con unos razonamientos y pensamientos basados en una decente conducta ética.
Como siempre una magnífica biografía sobre un personaje ilustrado de esta magnífica y hermosa Villa.
Espero que te hayan traído muchos Regalos los Reyes Magos o...¿Has sido mala?
Abrazos y Besines.
Pensamientos y palabras que se pueden trasladar perfectamente a nuestros días. Como estamos viendo no ha cambiado nada sigue el desgobierno en los políticos y ningún afán de arrepentimiento.
ResponderEliminarUn beso.
Nunca pensé que Béjar tuviese tantos personajes ilustres, gran humanista Nicomedes Martín Mateos. Felicidades!!.
ResponderEliminarUn abrazo Carmen y feliz año nuevo..
Pensar y deducir esta forma racionalista y entregada al bien común en la mitad del siglo XIX no era frecuente. Que en esta segunda década del XXI sea tan urgente que se su aplicación es preocupante, muy preocupante. No se trata de no haber impulsado la enseñanza, se ha hecho pero mal, muy mal. Tan mal, que se ha primado siempre los aspectos competitivos y parciales, excesivamente mecanicistas y memorísticos, a una formación integral en donde la cultura prevalezca como luz que abarca transversalmente todas las enseñanzas. Sin la base amplia de unos cimientos culturales y racionales no se puede levantar ninguna de las hiperespecialidades que, como compartimentos estanco, separan a quienes deben formar un conjunto socialmente compatible, humano y de trabajo conjunto. La formación completa, la enseñanza desde todos los puntos de vista que generen posteriormente una especialidad debe ser el futuro que no llegará a ser jamás con diatribas y leyes que socavan y eliminan las relaciones entre los conocimientos desde los valores humanísticos.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, querida Carmen.
Bonita foto de la Sierra al atardecer
ResponderEliminarUn hombre culto y decente. Un político de los que hoy día harían falta en las instituciones.
ResponderEliminarNo se como hemos llegado a este nivel de estulticia entre quienes nos gobiernan, pero con hombres como Nicomedes, imagino que el panorama cambiaría para bien.
Filosofía y política no es que vayan ahora separadas, es que los principios filosóficos (que debían regir sobre las ideas políticas) han desaparecido.
Abrazos, Carmen!!
Una ideas una reflexiones las de don Nicomedes totalmente de actualidad, lo cual refleja que en España no sólo no hemos evolucionado mucho desde finales del XIX sino que hemos ido a peor. La corrupción y el ser iletrado son las características más destacadas de nuestra actual clase política.
ResponderEliminarUn beso