Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid, 15/08/2014, nº 4.710, p. 4.
A
juzgar por las alusiones a la infancia que nuestro protagonista, el escritor Juan Eduardo Zúñiga, ha hecho en
diversas entrevistas, siempre refiriéndose a ella como un periodo triste y de
intensa soledad, la relación que pudo tener con su progenitor (don Toribio
Zúñiga) debió quedar marcada por las distancias que entre ellos puso el modo
distinto, e ideológico, de entender la vida y, más concretamente, los problemas
de España.
El escritor madrileño Juan Eduardo Zúñiga
Su padre, el bejarano Toribio Zúñiga Sánchez-Cerrudo
El
caballero monárquico, religioso y conservador que fue don Toribio chocó con la
disposición más abierta y el punto de vista social de su hijo Juan Eduardo, que
en todo caso también se mostró crítico con todo proceder violento e injusto,
viniera de donde viniera. Ese carácter quedaría definido a partir de la
vivencia determinante de la Guerra Civil y de los primeros años de la
posguerra, cuando apenas era un niño de diez o doce años; no solo en la percepción de las injusticias
bélicas, sino también en la configuración del tema central de su obra
literaria. Los temas no los eliges sino que te eligen, y a veces de manera
traumática.