Autor: Ignacio Coll Tellechea
Bejarano
alcanzó la máxima dignidad religiosa en 1920, cuando fue nombrado Gran Rabino
de Turquía, cargo que
le permitió conocer y tratar al último sultán de aquella nación, Mehmet VI, y al joven general que modernizó el país, Mustafa Kemal, Atatürk. Precisamente bajo el mandado de
este Turquía vivió un proceso de secularización que afectó también a los
judíos, que se vieron expuestos con frecuencia al hostigamiento de los medios
afines al poder, como cuando les acusaron de ponerse a las órdenes del Gobierno
de España por escribir una carta de adhesión a un homenaje a Cristóbal Colón.
Haim Bejarano
Su interés
por España y por la cultura de sus ancestros le llevó a contactar con
destacados intelectuales españoles a comienzos del siglo XX. Todo comenzó tras
conocer al doctor Ángel Pulido, médico y senador vitalicio español que visitó
las comunidades sefarditas del entorno del Danubio en 1903. Fascinado por la
preservación del idioma y la cultura de aquellos judíos que le hablaban con
ecos del siglo XV, Pulido dedicó el resto de su vida a ejercer de defensor de
aquellos compatriotas expatriados, a los que admiraba y a quienes presentaba al
rey Alfonso XIII como potenciales socios comerciales de España en todo el arco
mediterráneo.