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8 de octubre de 2018

La Revolución Gloriosa de 1868 en Béjar y la participación popular

*Reproducimos el discurso que este año ha pronunciado el ex alcalde de Béjar, Cipriano González, con motivo del homenaje que anualmente realiza la Agrupación Socialista Bejarana el 28 de septiembre. Esta ocasión era especial, al cumplirse, como sabemos, los 150 años de La GloriosaEn este blog ya hemos compartido con vosotros varios de estos discursos: José Antonio Sánchez Paso, Antonio Avilés Amat, Ignacio Coll Tellechea, Antonio Gutiérrez Turrión, Carmen Cascón Matas y éste que hoy colgamos.

Desde la Agrupación Socialista Bejarana llevamos mucho tiempo homenajeando a aquellos compatriotas que hace 150 años se organizaron, lucharon, algunos murieron, pero juntos lograron un hito en nuestra historia. La gesta no fue baladí: el 28 de septiembre de 1868 lograron vencer al ejército de Isabel II defendiendo lo que ellos consideraron que era un ideal en sus vidas: la libertad. 

 Tumba colectiva de los mártires. 
Foto: Raúl Hernández


Es verdad que como Antonio Gutiérrez Turrión dijo en este mismo lugar, no es posible trasladar aquellos ideales a la actualidad utilizando las palabras que ellos usaron, hoy, 150 años después, están muchas de ellas ciertamente devaluadas por el abuso que de las mismas se está haciendo

16 de septiembre de 2018

Recordando, tras ciento cincuenta años, la revolución de 1868 en Béjar (2ª Parte)

Autor: Antonio Avilés Amat.
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar 2018.


     Establecido lo que antecede, es conveniente introducir una pausa en el relato para poner al lector al corriente de los antecedentes de cuanto aquí se narra que no son demasiado remotos en el tiempo. Antecedentes que tienen en la reina Isabel II su centro de atención y en los diversos gobiernos conservadores y poco ejemplares que se suceden en el país durante su reinado las causas del deterioro político, económico y social del momento. Los pronunciamientos y el ruido de sables anteriores al hecho revolucionario gaditano se habían ido produciendo sin demasiado éxito para los progresistas excluidos sistemáticamente del poder. 

Juan Cambón. Pose de algunos sublevados con Fronski a caballo mostrando un cañón en Campopardo


     Tuvieron que confluir una serie de factores políticos y circunstancias sociales, unidos a una grave crisis en todos los órdenes, para que la revolución de septiembre del 68, promovida por los demócratas, los progresistas y los unionistas, llegase a buen puerto. Al menos en Cádiz —ciudad constitucional y rebelde— y luego, desde allí, a las ciudades y poblaciones que, con diversa gradación en fervores y entusiasmos, se adhirieron a la proclama subversiva.

10 de septiembre de 2018

Recordando, tras ciento cincuenta años, la revolución de 1868 en Béjar (1ª Parte)

Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de 2018


       Amanecía el 28 de septiembre de 1868 y la vetusta villa bejarana, que ya desde 1840 ostentaba el título de liberal ciudad aunque en una buena parte de su perímetro todavía conservase el atavismo de la muralla de siglos medievales, despertaba al trasiego de una nueva jornada. Lo normal sería que fuese día de mercado con puestos de los aldeanos y campesinos de las aldeas cercanas instalados ocupando los laterales y hasta una parte del solar de la Plaza Mayor. Pero en esta ocasión todo sería distinto, lo mismo que lo había sido la noche anterior en la que muchos de sus habitantes, pensando en lo que se les avecinaba, apenas habían podido conciliar el sueño. 


Juan Cambón. Pose de algunos sublevados en la alameda próxima a la ciudad

         Y no era para menos ya que, ahora, la levantisca población tenía a sus puertas una unidad operativa de 1.500 hombres del ejército de Isabel II, al mando del brigadier Nanneti. Si estas disciplinadas tropas, en sus distintas secciones de artillería, caballería e infantería, lucían —como, en buena lógica, debamos suponer— impecables uniformes y pertrechos bélicos dispuestos como para una rigurosa revista militar; frente a ellos, la desharrapada milicia local de unos 300 o 400 paisanos —contados con la urgencia y la imprecisión del momento— se hallaba abastecida, para la memorable contienda que se esperaba inminente, con mosquetones y escopetas cada uno de su palo, usanza y naturaleza en los que no era fácil encontrar dos similares, salvo los tomados días antes a la guarnición militar en su partida, asunto del que después se hablará. Y esto por no aludir a la uniformidad de atuendos y de distintivos jerárquicos de la que la heterogénea hueste carecía. 

7 de junio de 2018

El ajuar fotográfico de Juan Cambón

Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.765 (4/V/2018), p. 6.

      En el año 1869, fecha del documento al que vamos a aludir, la fotografía era aún un invento reciente, exótico y extraño. Apenas habían pasado tres décadas desde que se fijara el primer daguerrotipo en España y solo dos de la datación de la primera fotografía conservada. No fue fácil para el público la asimilación de este nuevo instrumento de reproducir imágenes, asimilándolo en un principio como una pintura hecha con medios mecánicos y mostrando recelos ante la posibilidad de exponerse frente al objetivo de las cámaras. En aquellos años 60 del siglo XIX la imagen de un fotógrafo con sus pesados materiales a cuestas debía resultar extraña si no inédita en Béjar. Nuestro protagonista, Juan Cambón[1] tiene un particular puesto de honor en nuestra historia al haber firmado las fotografías más antiguas que de la ciudad se conservan, donde se había afincado en el año 1866. Muy conocidas son algunas de ellas, especialmente la que nos muestra una imagen de la Puerta de la Villa (la misma que por aquella época de un modo algo presuntuoso se denominaba «Puerta de la Ciudad») en la histórica jornada del 28 de septiembre de 1868

Cámara de minutero. 

      Pero son escasas las oportunidades de conocer el «ajuar» de aquellos viejos fotógrafos, todo un despliegue de variados enseres y utensilios ambulantes y portátiles que le acompañaban allá donde fuera, algunos no muy diferentes de los que la fotografía posterior, incluso la actual, han usado, pero otros realmente curiosos. Gracias a los documentos notariales de la época tenemos la posibilidad de saber con qué tipos de instrumentos y accesorios trabajaba Cambón en Béjar y completar así la imagen que de él y de los fotógrafos del siglo XIX (todavía singulares personajes) solemos tener. 

9 de mayo de 2018

Juan Cambón, reportero de guerra

Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.765 (18/11/2016), p. 4.

      Este año se cumplen ciento cincuenta de uno de los pocos hechos históricos que dieron cierta relevancia a la ciudad de Béjar, el levantamiento que se conoció como «Revolución de la Gloriosa». Sin ser en absoluto decisiva la participación bejarana en las consecuencias que de él se derivaron (ni más ni menos que la huída de la reina Isabel II de territorio español) los ecos de la resistencia numantina de aquella pequeña y vital ciudad del oeste castellano trascendieron los medios de comunicación locales y alcanzaron alguna notoriedad en rotativos nacionales e internacionales

 Tampón del taller fotográfico de Juan Cambón

         El hecho supuso para España el aparente final definitivo de las rémoras del Antiguo Régimen y la base aún endeble sobre la que se asentarían poco a poco las estructuras de la democracia por venir. Para Béjar fue la consolidación de un sentimiento ciudadano que venía fraguándose durante todo el siglo XIX y del carácter ya netamente burgués y liberal de su sociedad. Así mismo ciertos mitos locales, ciertos iconos, parecieron surgir: los cañones de Víctor Gorzo, las barricadas, la imagen de la Puerta de la Villa, los mártires…