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29 de agosto de 2023

Nuevos datos sobre "El pino de Béjar" de Darío de Regoyos

        Autora: Carmen Cascón Matas    

    Hace unos días volvía a la palestra digital el lienzo El pino de Béjar, del pintor impresionista Darío de Regoyos, expuesto en el Museo del Prado. En su red social de twiter la pinacoteca lo elegía “obra del día” de su colección expuesta a ojos del público. Su estancia en el Prado es relativamente reciente al haber sido donada por el coleccionista Hans Rudolf Gernstenmaier junto a otras once obras pictóricas en 2019. La tela recoge como centro de la composición un pino fuertemente iluminado por la luz, de tal manera que la sombra de su tronco destaca sobre la pared de un murete que se desarrolla por detrás, ocupando sus sillares la mitad del lienzo. En la mitad derecha, tras el muro que concluye, se abre la sierra de Béjar, nevada a trechos, con el monte del Castañar verde y frondoso a sus pies y una línea de chopos enmarcando, suponemos, un camino. A las plantas del árbol gigante, se ampara una humilde huerta, quizá de patatas, ya en sombra. 

 El pino de Béjar. Darío de Regoyos. Museo del Prado

            Contamos hace un tiempo[1] que el artista, uno de los máximos exponentes del impresionismo en España, había recalado en Béjar y en Candelario en el año exacto de 1900, llegando a nuestra ciudad en tren desde Salamanca. Gustaba de viajar y recorrer distintos puntos del país, cuyos pueblos, gentes y costumbres dejaba plasmadas en el lienzo. En su obra no eran ajenos temáticas tales como el choque de la modernidad con la tradición y eran frecuentes elementos novedosos como el ferrocarril, los puentes de hierro y los avances de la técnica.

28 de febrero de 2023

El Ecce Homo de la iglesia desaparecida de San Andrés de Béjar y otros apuntes

 Autora: Carmen Cascón Matas

       Hace unos días tuvimos noticia del interés por restaurar un pequeño cuadro de solo 30 centímetros de lado que se guarda celosamente en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor de Béjar[1]. Quizá su calidad artística no sea notable, pero sí es interesante la historia que lo acompaña. Al respecto de su valor artístico, es posible que si se restaura podría aparecer la firma de su autor o, con la eliminación de repintes, encontrarnos con alguna sorpresa agradable en cuanto a su calidad originaria. 

Ecce Homo de la desaparecida iglesia de San Andrés

            Empecemos por analizarlo.  Representa un Ecce Homo de la mitad del torso hacia arriba, con la vista baja hacia su derecha y con una soga atada al cuello. Un halo circunda su cabeza de cabellos largos, ligeramente ondulados y cobrizos. Su figura destaca sobre un fondo oscuro, amarronado. Es posible que a su izquierda aparezca representada una columna. El estado de conservación es deficiente, con repintes aplicados en algún momento, faltas de materia pictórica en algunas zonas localizadas por pérdida y oscurecimiento general de la pintura por oxidación de los barnices y la suciedad adherida

 Ecce Homo de Luis de Morales (hacia 1565). Fundación Banco Santander

23x15 cm.

El modelo general responde al muy difundido por el pintor extremeño Luis de Morales y que tanto predicamento tuvo en la segunda mitad del siglo XVI con variantes (con o sin columna, con o sin soga al cuello o en las muñecas, presencia de capa roja o azul, caña y corona de espinas, del torso para arriba o de figura entera, mirando hacia la derecha o hacia la izquierda, o con los ojos hacia el cielo)[2]. Es arriesgado decir que este Ecce Homo de Béjar saliera de su mano porque la calidad es muy inferior a la de Morales y así podríamos estar ante un lienzo de seguidor o de taller que siga el modelo del maestro. La autoría nos es, de momento, desconocida. Gómez-Moreno sorprende al declarar sobre esta pintura «su factura y color, así como la disposición de la figura, recuerdan las obras de Morales, pero nada conozco suyo tan correcto, clásico y bello»[3]

 Ecce Homo. Taller de Luis de Morales. Museo del Prado

40x28cm.

            La historia del cuadro es interesante para Béjar porque procede de la parroquia desaparecida de San Andrés, un edificio que se situaba a extramuros de la villa, al final de Barrio Neila[4], cerca de la Puerta de la Traición, también desaparecida. Y tenemos constancia de ello porque una persona anónima escribió en el reverso a lápiz su procedencia, su situación en el retablo de la mencionada iglesia y que fue transportada a la de Santa María en 1703 por el clérigo Antonio Ortiz de Zúñiga. De este apunte podemos decir que este retablo se componía de cuadros en todo o en parte y solo se salvó este pequeño fragmento. 


Ecce Homo de Luis de Morales. Museo de Badajoz.

La iglesia de San Andrés debió de adquirir cierta importancia a lo largo de la Edad Media: primero porque tenía un hospital propio, que luego fue englobado en el de San Gil en 1573, y segundo porque ser párroco de San Andrés aparejaba el cargo de arcipreste de Béjar. Con la dependencia de esta parroquia a la de Santa María la Mayor con el proceso de reducción parroquial de 1568, fue perdiendo relevancia y acabaría arruinada hacia 1703, el año en que se traslada el cuadro, quedando de ella el cargo testimonial de arcipreste y cura de San Andrés, la cruz parroquial que acabó en la iglesia de Santa María (y que ahora se saca como principal de la parroquia en la procesión del Corpus Christi) y este lienzo. Que desapareció antes de 1727 explica que en ese año Ventura Lirios no la representase en su Vista de Béjar[5].

La devoción a San Andrés debía de haber calado hondo entre los bejaranos porque era procesionado junto con otras tallas de santos en la procesión del Corpus Christi[6]. Además se celebraba por su festividad una feria que desapareció en 1642 al quedar englobada en la general de septiembre y trasladarse a Aldeanueva del Camino. En esta feria de San Andrés se vendía y compraban cerdos y reses en la zona de la Solana[7]. Otro apunte de su relevancia en Béjar es que una de las torres del palacio ducal llamaba el nombre de Cubo de San Andrés

 Ecce Homo de Luis de Morales. Museo del Prado

73x50cm.

Detengámonos también en la cruz procesional de San Andrés por figurar en su reverso la figura de este santo. Siguiendo el excelente trabajo sobre platería realizado por Roberto Domínguez Blanca[8], se puede afirmar que es una gran obra de orfebrería en plata de principios del siglo XVII. Al ser imposible por fechas que proceda de esta desaparecida parroquia , ya reducida a Santa María desde 1568 como hemos comentado, quizá su precedencia sobre la de Santa María derive de seguir el arciprestazgo de Béjar vinculado a este desaparecido templo.



[1] Ya estaba allí en 1939 según don Juan Muñoz García. «Datos para nuestra historia. Sobre el templo y sobre la parroquia de Santa María». Béjar en Madrid, 1939, p. 3.

[2] Sobre este lienzo consultar Roberto DOMÍNGUEZ BLANCA y Mª Carmen CASCÓN MATAS. «El arte en Béjar desde el Medievo hasta 1900», en Historia de Béjar volumen II, Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, 2012, pp. 481-547. Aquí 488 y 489.

[3] Manuel GÓMEZ-MORENO. Catálogo monumental de la provincia de Salamanca. Caja Duero, Salamanca, 2003, p. 409. Recogido en el anterior.

[4] Robustiano GARCÍA NIETO. «Contribución al estudio de la Historia de Béjar». La Victoria, Béjar 1919, p. 124.

[5] Ceferino GARCÍA MARTÍNEZ. Un paseo por el Béjar del siglo XVIII. Madrid, 1987, 95 págs.

[6] Alejandro LÓPEZ ÁLVAREZ. Ideología, control social y conflicto en el Antiguo Régimen: El derecho de patronato de la Casa ducal sobre la procesión del Corpus Christi de Béjar. Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, 1994, 201 págs.

[7] OSUNA,C.233,D.191-192. Petición del concejo de la villa de Béjar (Salamanca) al duque para que autorice emplear los 8 maravedíes por cabeza que se cobran en la feria de San Andrés en la construcción de unos arcos para el suministro de agua a la villa a través del valle de Corredera.

[8] Roberto DOMÍNGUEZ BLANCA. La platería del Renacimiento en Béjar. Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, 2009, 340 págs.

 

24 de enero de 2023

El simpático retrato de Fray Blas Zamarreño y el cumplimiento de su última voluntad en 2016

Autora: Carmen Cascón Matas

    Vamos a remontarnos al año 2016. En sus primeros compases recibo un correo electrónico de Miguel Soto Pardo, colaborador de Béjar en Madrid y bejarano de adopción. Su intención era contactar conmigo para preguntarme una duda y desvelarme la existencia de un retrato cuyo propietario quería donarlo a Béjar, concretamente al ayuntamiento, con la idea de exponerlo en el convento San Francisco. ¿Por qué en este lugar?


 

    Para explicarlo deberíamos empezar antes de nada por describir el retrato. En óleo sobre lienzo y de autor desconocido, representa a un fraile tonsurado con hábito franciscano marrón, propio de su orden, retratado en tres cuartos y con el cuerpo mirando hacia la izquierda. Lo más interesante es la expresión del rostro: es un hombre relativamente joven que mira hacia el espectador con ojos chispeantes y simpáticos, y una sonrisa franca en los labios. El motivo de su alegría no sabemos si se encierra en su carácter o en su acompañante: un loro verde que porta en el dedo índice de su mano izquierda. 

20 de diciembre de 2022

Un lienzo del pintor Bartolomé Román de 1639 en una iglesia bejarana

 Autora: Carmen Cascón Matas

            Hasta 2010, en que fue restaurado por el taller de Las Edades del Hombre, el lienzo Nacimiento de Cristo con San José y Ángeles (según lo tituló Gómez Moreno, citando al párroco de San Juan Bautista, don José María Santamera Tejedor, en su catálogo de obras de principios del siglo XX) era desconocido para la mayoría de los bejaranos. La razón no era otra que pendía en la sacristía de esta iglesia, un espacio al que accedían un ramillete de fieles además de los sacerdotes, y que en realidad no era tal hasta un incierto momento. Me explico: la sacristía original se situaba (y sitúa aunque no se utilice para ello) adosada al presbiterio por su lado sur[1]. Mandada construir por la insalubridad de la anterior por el obispo de Plasencia don Pedro González de Acevedo, dejó de actuar como tal quizá porque se abrió una puerta de acceso desde la calle que servía para descongestionar el templo en momentos de mucho aforo. Y esta decisión se pudo tomar porque existía otro espacio, en este caso adosado al presbiterio en su lado norte, para tal cometido: la capilla privada de los Muñoz de Aguilar


            De fundación y uso privado, la capilla sepulcral de los Muñoz de Aguilar se construyó en torno a principios del siglo XVII. Sus principales promotores fueron Antonio de Sotomayor, Juan Muñoz de Aguilar, tesorero y canónigo de la catedral de León, y Diego Muñoz de Aguilar, Caballero de la Orden de Alcántara. Dentro de la capilla existe grabada una inscripción sobre pizarra en la que se lee:

Un pecador sacerdote fundo esta capilla y otras obras pías.

F A ORATE PRO EO 1609

E lo enterrase en ella a de ser con licencia del patrón

y su noble y cristiano viejo etc.

El patrón lo a de ser y sacar con persona noble.

Diego muñoz Año 1631.

10 de septiembre de 2022

La tabla de la Virgen de la Antigua, una de las dos obras que representan a Béjar en la nueva edición de Las Edades del Hombre en Plasencia

Autores: Carmen Cascón Matas y Roberto Domínguez Blanca

 Publicado: Béjar en Madrid, 4.895 (20/V/2022).


          El 11 de mayo de 2022 los reyes inauguraron la última exposición de Las Edades del Hombre, Transitus, con sede en Plasencia. En esta ocasión se han seleccionados dos obras del extenso y variado patrimonio de Béjar y sus localidades de ámbito histórico: la tabla de la Virgen de la Antigua, atesorada en la iglesia de Santiago, y el Cristo de un jovencísimo Mateo Hernández, guardado entre los muros del templo del Pilar y San José. Recordamos que no han sido las únicas piezas de nuestro entorno expuestas en Las Edades del Hombre: en 2007 se expusieron el Cristo Yacente, también de la iglesia de Santiago, y la cruz procesional de plata de la parroquia de Candelario, en la edición de Ponferrada; en 2009, el busto de La Dolorosa de San Juan Bautista en Soria; y en 2016 una tabla del retablo de San Gil en Toro. 

 Tabla de la Virgen de la Antigua de Béjar restaurada. 

Foto sacada de aquí

            El origen de la Virgen de la Antigua se ha vinculado por la historiografía a la toma de Sevilla por las mesnadas locales en 1248, pero dicha explicación es desafortunada ya que la tabla original, que se encuentra efectivamente en la catedral de Sevilla, no se ejecutó hasta el siglo XIV. Otra explicación más plausible es su relación con el linaje de los Zúñiga: Pedro de Zúñiga, señor de Béjar y alcalde mayor de Sevilla, adquirió gran cantidad de bienes muebles en la capital andaluza que obligaron a permanecer largas temporadas en ella a distintos miembros de la familia. Que adquirieran gran devoción por la virgen sevillana y que mandaran hacer una copia para trasladarla a Béjar es un motivo sencillo y quizá el más convincente para explicar la presencia de esta iconografía en la villa. 

31 de julio de 2021

Sobre dos pinturas en la Purísima de Salamanca. El virrey Manuel de Zúñiga, San Genaro y la erupción del Vesubio de 1631

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

    Bajo el título El misterio de Rubens hallado en Salamanca, el blog libertaddigital.com informaba en abril de 2018 que  

       "Durante más de tres siglos la iglesia de la Purísima de Salamanca ha tenido un Rubens en el retablo que decora su altar, sin saberlo. Así lo afirma Matías Díaz Padrón, que fuera conservador jefe de pintura flamenca del Museo del Prado. Para probarlo acaba de publicar un artículo en la Revue Belge d'Archeologie et d'Histoire de l'Art, editada por la Real Academia de Arqueología e Historia del Arte de Bélgica, en el que demuestra que el “San Agustín meditando sobre el misterio de la Santísima Trinidad” que acompaña a la imponente Inmaculada Concepción, de José de Ribera, es obra del maestro del barroco flamenco."

 

El San Agustín salmantino de Rubens. Es.wilipedia.org

10 de julio de 2021

La Niña de Plata y el Niño Rojo: dos retratos de niños del linaje de los Zúñiga

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

          Inés Francisca de Zúñiga y Fonseca era hija de Fernando Antonio de Ayala Fonseca y Toledo, III conde de Ayala, y de su prima y esposa, Isabel de Zúñiga y Fonseca, marquesa de Tarazona. Para heredar a su tío Manuel Alonso de Zúñiga Acevedo, VI conde de Monterrey, fallecido sin descendencia legítima, antepuso el apellido de su madre. Fue contemporánea de su primo Alonso Diego de Zúñiga, VIII duque de Béjar, y ambos descendientes de Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar. 

        Terminó reuniendo en sus manos los títulos nobiliarios de sus padres y de su tío, y la Grandeza de España. A menudo se la confunde con su tía Inés de Zúñiga y Velasco, esposa de Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares, hija de Gaspar de Zúñiga Acevedo y Velasco, V conde de Monterrey. Casó con su pariente Juan Domingo Méndez de Haro y Fonseca, hijo del VI marqués del Carpio, que cambió de nombre a Juan Domingo de Zúñiga y Fonseca, y al quedar viudo y sin descendencia se hizo sacerdote. A los 19 años la retrató Juan Carreño de Miranda, pintor de la corte de Felipe IV, y Lope de Vega le dedicó los siguientes versos en la comedia La Niña de Plata: …Y doña Inés de Zúñiga y Fonseca –de plata sobre raso naranjado, -que al fruto del azahar las flores trueca.

Retrato de Inés Francisca de Zúñiga, por Juan Carreño. 

Fundación Lázaro Galdiano, Madrid

        A Juan Domingo lo retrató Frederik Bouttats el Joven, con el apellido y los títulos de su esposa, cuando fue gobernador general de los Países Bajos. Posteriormente fue virrey de Cataluña, presidente del Consejo de Flandes y consejero de Estado de Carlos II. Está enterrado en la iglesia de la Purísima del convento de las Agustinas de Salamanca, que Manuel Alonso de Zúñiga Acevedo y Fonseca, VI conde de Monterrey, había mandado construir frente a su palacio para su hija religiosa Inés Francisca de Zúñiga, habida fuera del matrimonio, y para capilla funeraria de su familia.  

14 de febrero de 2020

El anhelado museo (1908-1965). Notas para la historia del Museo de Béjar (3ª Parte y final)

Autor: Pablo Puente Aparicio
Mesa redonda organizada por el Centro de Estudios Bejaranos el 15 de diciembre de 2012.

En enero de 1949, en sesión municipal, se acordó la organización de un museo bejarano a propuesta del concejal y Director de la Escuela de Peritos, Antonio Camarasa Monge. Béjar en Madrid indicaba que no se conocía “el local donde habrá de instalarse ya que con los que cuenta el Municipio habrá de arreglarlo convenientemente. Por ello la primera gestión que ha de llevarse a cabo es la recogida de aquellos objetos que se estimen apropiados para figurar en las salas de aquél”. Se ofreció la dirección a don Juan Muñoz García, cronista de la ciudad (1937) y académico correspondiente de la Academia de la Historia (1942).

 Valeriano Salas Rodríguez, coleccionista y escritor

En septiembre se celebró en la Escuela de Peritos Industriales el “Primer Certamen Provincial de Arte”, un empeño del director de la Escuela con la idea de “crear en Béjar una tradición artística”. Ocupaba tres salas y dos galerías del piso superior. En la primera sala se exponía pintura, con 14 expositores y 47 obras. En la segunda sala se colgaron 36 cuadros, de 9 artistas, declaradas fuera de concurso. La tercera sala, llamada Sala-Museo, contenía obras de pintura y escultura “dejadas por los señores de Béjar”.
Allí se expusieron 5 tablas del retablo de San Gil, junto con cuadros de Agustín Segura, Fernández Curro, Hipólito Portabella, un crucifijo de Mariano Benlliure, y una colección de monedas y objetos prehistóricos, así como “tijeras de marchamar paños que usaba antiguamente la Real Fábrica”. Por último en las galerías se colgaron fotografías de unos 200 artistas, así como esculturas que ocupaban indistintamente las tres salas. 

7 de febrero de 2020

El anhelado museo (1908-1965). Notas para la historia del Museo de Béjar (2ª Parte)

Autor: Pablo Puente Aparicio
Mesa redonda organizada por el Centro de Estudios Bejaranos (15/12/2012)

En el verano de 1930 se volvió a hablar del retablo de San Gil porque el alcalde, Francisco Gómez-Rodulfo López, tras estudiar los antecedentes había suscrito un contrato con un vecino (Eutiquiano García Calles) por el que se le vendían las tablas en la cantidad de 10.000 pesetas (el mismo precio que en 1908) a reserva de que fuera aceptado por el pleno del Ayuntamiento.

 Detalle de una de las tablas del retablo de San Gil. Béjar

La propuesta no se aprobó al ser votada en contra por mayoría. Y al poco, el 30 de julio, el Ayuntamiento acordó la creación de un museo municipal, cuyo patronato estaría formado por Cándido Garnacho (párroco de Santa María), Emilio Muñoz (industrial, erudito y escritor), Manuel Francisco Crespo (maestro nacional y primer alcalde socialista de la República), Amable García (jefe de la oficina de Correos y corresponsal de El Adelanto), Ángel Pérez (¿Olleros?) y José Gómez-Rodulfo (ingeniero industrial), los cuales aceptaron el nombramiento.

31 de enero de 2020

El anhelado museo (1908-1965). Notas para la historia del Museo de Béjar (1ª Parte)

Autor: Pablo Puente Aparicio
Mesa redonda organizada por el Centro de Estudios Bejaranos (15/12/2012)
 


Hace 104 años, en 1908, un anticuario quiso comprar las tablas del antiguo retablo de San Gil, haciendo trato con don Valentín Guijo Lucio, presbítero del Hospital del mismo nombre. Intervino entonces el alcalde, don Francisco Muñoz, quien persuadido de que aquéllas, sin ser obras maestras, eran estimables por su antigüedad (bien que su estado de conservación fuese lastimoso) consiguió que el anticuario ofreciera por el conjunto la cantidad nada desdeñable de 10.000 pesetas.

 Retablo de San Gil en la actualidad

Estando pendiente de aprobación la operación por el Ayuntamiento a comienzos de año siguiente se hizo una consulta a dos conservadores del Museo Nacional de Pinturas en Madrid, y éstos, que se asombraron de que se hubiera ofrecido tal cantidad por algo que ellos consideraban de menor valor, aconsejaron que se aceptara inmediatamente la oferta. Pero el anticuario desistió de hacerse cargo de los cuadros y cuatro años después, en 1913, un hijo suyo reclamó la devolución de la fianza depositada.

17 de agosto de 2019

Don Manuel Osorio de Zúñiga, el Niño Rojo del Metropolitan de Nueva York


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Se llamaba Manuel Osorio Manrique de Zúñiga, pero se le conoce internacionalmente más bien por el nombre y el apodo del título. Era hijo de Vicente Joaquín Osorio de Moscoso y Guzmán, conde de Altamira y otros títulos, Grande de España y consejero del Banco de San Carlos, antecesor del Banco de España. Su madre, María Ignacia Agustina Álvarez de Toledo Manrique de Zúñiga y Gonzaga, era hija del X marqués de Villafranca del Bierzo, linaje que contaba entre sus antepasados a Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga, virrey de Nápoles y nieto de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, I duque de Béjar.



Don Manuel Osorio Manrique de Zúñiga, niño, pintado por Goya. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York

     Por encargo de su padre lo retrató Goya, pintor de cámara de Carlos IV, junto a otros miembros de su familia. En opinión de Xabier F. Solomon, curador del Met, la pintura es una de las imágenes más icónicas de la infancia. Representa al niño como un muñeco ricamente vestido y rodeado de animales con significado simbólico. La urraca atada con una cuerda lleva en el pico un papel con el nombre y la fecha de nacimiento de Manuel, los gatos representan la malicia en contraste con la inocencia del modelo, y las aves enjauladas el confinamiento (“Retrato de Manuel Osorio Manrique de Zúñiga, de Goya”. ABC, 22/04/2014)

10 de agosto de 2019

San Petersburgo, Béjar, un retrato y algo más


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Parece utópico relacionar ciudades tan distintas y distantes (más de 4.000 kilómetros mediando países de culturas diversas prácticamente en dos continentes) como son San Petersburgo en Rusia, y Béjar en España, pero la relación, aunque incidental, existe y es a través de un retrato… y algo más. 


 Hermitage desde el Neva. Wikimedia.org


       A orillas del rio Neva, San Petersburgo fue fundada en 1703 por el zar Pedro el Grande para que fuera la ventana de su imperio hacia el mundo occidental, y por más de dos siglos fue la capital de Rusia. Es hoy la ciudad más poblada después de Moscú, y en lo cultural alberga más de doscientos museos de los cuales el Hermitage es el más grande.

26 de junio de 2017

Entre Goya y Carnicero



Autora: Berta Baz
Publicado: La Gaceta de Salamanca (4/06/2017)

  La biblioteca histórica de la Universidad de Salamanca guarda libros que pertenecieron a los duques de Béjar y Osuna



      Como gran mecenas y amante del arte, la decimotercera duquesa de Béjar y Osuna Mª Josefa Pimentel y su marido Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco reunieron una importante colección pictórica. Amigos de Francisco de Goya, tenían 23 cuadros del pintor zaragozano, entre los que destaca el retrato en el que el matrimonio está acompañado de sus cuatro hijos nacidos hasta el año 1788. Los duques se cuentan entre los primeros mecenas de Goya, para los que trabajó en estos años pintando retratos y cuadros de gabinete para sus distintas propiedades. El retrato familiar, el segundo que había pintado el artista hasta entonces después del monumental retrato del infante Luis de Borbón y su familia, no era frecuente en España. Por ello, los duques ponían así de manifiesto su elevada alcurnia, casi al nivel de la realeza, y se mostraban al mismo tiempo conocedores de las modas de otros países avanzados.

Duquesa de Osuna, Francisco de Goya


    También es de Goya el retrato la marquesa de Santa Cruz, Joaquina Téllez-Girón y Pimentel, hija del matrimonio, que reposa ‘tranquila’ desde 1986 en el museo del Prado ya que se dice que salió de España bajo la orden del general Francisco Franco para ser regalada a Hitler en la conferencia de Hendaya por la esvástica que lleva grabada en un instrumento musical. 

29 de mayo de 2017

La Dama de Armiño: ¿un retrato de la Duquesa de Béjar pintado por El Greco?



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

*La semana pasada abordamos el tema de la autoría e identidad de "La dama del armiño", un retrato atribuido durante años a El Greco pero que ahora parece presentar problemas al respecto. Esta semana comparto con vosotros la visión de Jorge Zúñiga sobre este tema.

       Todo es gradaciones en la historia de esta obra, cuyo interés por seguirle la pista lo despertó Ámbar, seudónimo de una lectora de Pinceladas de Historia Bejarana, que en comentario al artículo La emancipación dela mujer y el Ducado de Béjar, 02/01/2017, señaló que el retrato es polémico en cuanto a quien representa y a su autoría, agregando que en la actualidad se encuentra en Pollock House, Glasgow, Escocia, galería privada que reúne obras de pintores españoles como El Greco, Goya y Murillo. La primera referencia al retrato en el blog apareció en el artículo de la directora Carmen Cascón, La esclava dedoña Teresa de Zúñiga, 10/11/2008. De entrada hay que advertir que La dama de armiño, en cuestión, no debe confundirse con La dama del armiño, de Leonardo da Vinci.  


 La dama del armiño de Leonardo da Vinci



      Diversas páginas en la red informan que el retrato que nos ocupa fue atribuido tradicionalmente a El Greco, hasta que en el siglo pasado las españolas Carmen Bernis, doctora en Historia por la Universidad de Madrid, y María Kusche, historiadora del Arte de la Universidad Complutense de Madrid doctorada en Bonn, Alemania, plantearon la autoría de Sofonisba Anguissola, pintora italiana en la corte de Felipe II.




La dama de armiño en cuestión


22 de mayo de 2017

El retrato de una dama que bien parece un rompecabezas



Autora: Carmen Cascón Matas 
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.751 (15/04/2016), p. 4.



El famosísimo retrato de La dama del armiño no es accesible al público por dos razones. La primera es porque se encuentra en una colección privada, en las lejanas y brumosas tierras de Escocia, concretamente en la casa-museo Pollock House en Glasgow; la segunda se centra en el misterio sobre la identidad de la dama y las atribuciones sobre su autor. La mujer que los delicados pinceles del artista plasman sobre el óleo posee una intensa mirada de ojos negros, tez alabastrina y un atuendo propio de la segunda mitad del siglo XVI. Es joven, sin duda, y de alto linaje por sus lujosas ropas. ¿Quién se esconde detrás de esa misteriosa mirada? Tres mujeres, e incluso alguna más, se esconde tras ella e igualmente tres pintores se disputan su creación. 

 La dama del armiño
Autor desconocido
Colección particular. Glasgow

28 de junio de 2015

Iconografía de dos familias emparentadas: los duques de Béjar y los condes de Monterrey



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


        Del mismo Pedro de Zúñiga (Stúñiga/Estúñiga) y Leiva, conde de Plasencia, II señor de Béjar y primogénito del I, Diego López de Estúñiga, descienden los Zúñiga que fueron titulares del condado de Monterrey (6) y del ducado de Béjar (12), siendo los de este último quienes fungieron como Parientes Mayores de la rama gallega y de otras ramas nobles castellanas que conformaron la Casa de Zúñiga.   


 Tía y sobrina, pintadas por Diego Velázquez y
 Juan Carreño de Miranda respectivamente


     Existe una apreciable iconografía del linaje, y en ella figuran los retratos de dos mujeres que llevaron, entre otros, el título de condesa de Monterrey: el de doña Inés de Zúñiga y Velasco, prima hermana y esposa del conde-duque de Olivares, nieto de Pedro Pérez de Guzmán y Zúñiga (Leonor, hermana del conde-duque, se casó con Manuel, hermano de doña Inés), y el de su sobrina Inés Francisca de Zúñiga y Fonseca, Grande de España, igual que su tía, y esposa de su pariente (¡no faltaba más!) Juan Domingo de Haro y Sotomayor, quien para acceder a altos cargos cambió su nombre a Juan Domingo de Zúñiga y Fonseca, con el título de conde de Monterrey.  

10 de junio de 2015

En busca del autor del retrato de la hermana del XII duque de Béjar


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


       De doña Ana María Josefa de Zúñiga y Castro, hermana del XII duque de Béjar Joaquín Diego López de Zúñiga Sotomayor Castro y Portugal, ya dio cuenta el artículo El Marquesado de Sarriá (Lugo) y su Relación con el Ducado de Béjar de la historiadora Carmen Cascón Matas, publicado en Pinceladas de Historia Bejarana el 10 de febrero de 2011. De la Academia del Buen Gusto, tertulia literaria que doña Josefa fundó y dirigía, y que funcionaba en su desaparecido palacio de la calle del Turco en Madrid (y a veces en el Palacio Real), también informa el artículo y más detalles de esto se pueden encontrar en el libro De la poesía a la literatura. El cambio de los conceptos en la formación del campo literario español del siglo XVIII y principios del siglo XIX de la Dra. Inke Gunia, profesora de Literatura Hispánica en la Universidad de Hamburgo, Alemania, publicado en 2008 por la editorial Iberoamericana.

 Presunto retrato de doña Ana María Josefa de Zúñiga y Castro, hermana del XII duque de Béjar, en busca de autoría y certificación


      Información contemporánea del personaje en cuestión existe en Memorias Cronológicas del Teatro en España, 1785, de José Antonio de Armona (reeditadas con comentarios en 2008 por Charles Davis y J. E. Varey en Inglaterra), donde nos enteramos de que el dramaturgo zaragozano Ignacio de Luzán le dedicó la traducción de la comedia Le Prejugé a la Mode, del dramaturgo y miembro de la Academia Francesa Pierre-Claude Nivelle de la Chaussée: Esta comedia, cuya traducción ofrezco respetuosamente a la diversión de V. E…