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13 de mayo de 2023

El Terno Rico del Corpus de Santa María la Mayor: el regalo de una duquesa de Béjar cuya identidad se omitió a lo largo de los siglos

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.896 (03/VI/2022), p. 4.

 

     En la iglesia de Santa María la Mayor de Béjar se conservan valiosas piezas de ropa litúrgica. El paso del tiempo apenas han hecho mella en ellas y cuando se tiene la suerte de contemplarlas, el asombro por su estado de conservación y, por qué no decirlo, la pregunta de cómo han llegado a la actualidad aflora a los labios. Un precioso terno rojo nos incita a acariciar su terciopelo, a recorrer con los ojos sus bordados de delicadas flores sobre seda blanca, a apreciar cada puntada invisible, a trazar visualmente los entrelazados que unen unos motivos con otros, a imaginar qué habilidosas manos llegaron a crear tanta maravilla

Detalle del bordado de la casulla del Terno Rico


      La pieza que nos atrae de esa manera es el Terno Rico o Terno del Corpus. Un terno es un conjunto de vestiduras litúrgicas utilizadas por los sacerdotes antes del Concilio Vaticano II, aunque en la actualidad pueden ser usadas en ocasiones solemnes. Según el Diccionario de Autoridades de 1729 «privativamente se toma por el vestuario uniforme de los tres, que celebran una Missa mayór, ò assisten en esta forma à alguna funcion Eclesiástica». Los tres oficiantes de la misa eran el sacerdote, el diácono y el subdiácono, y las piezas de que constaban eran la casulla, la dalmática, la estola, el paño de cáliz, el paño de hombros, el manípulo y la capa pluvial. Sin entrar a explicarlas con detenimiento, quiero centrarme en su historia, en su donante y en su función. 

6 de mayo de 2022

Un día de caza y fiesta en El Bosque madrileño del duque de Béjar (2ª Parte)

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2020, pp. 30-36.

 

           El XI duque de Béjar, Juan Manuel II, qué duda cabe, presumía muy mucho de su finca y palacio de La Moraleja, y en ella quiso agasajar el 26 de octubre de 1728 a Felipe V[1], de quien tantas mercedes había recibido[2]. A la jornada de caza acudieron el rey, aquejado de las depresiones recurrentes que tantos males le causarían hasta el final de sus días, su segunda esposa Isabel de Farnesio, el príncipe de Asturias (futuro Fernando VI), la princesa del Brasil (Mariana Victoria de Borbón, futura reina consorte de Portugal, llamada cariñosamente Marianina), y los infantes Carlos (Carlos III) y Felipe (duque de Parma). Parece ser que la reina animaba a su marido a ejercitarse en las actividades venatorias porque hacían que el rey se sintiera mejor al aire libre. La caza así se convertía en una especie de terapia psicológica. Además Isabel de Farnesio, según sus contemporáneos, era una gran amante de la caza y gozaba de gran puntería[3]. Los pormenores fueron descritos en un documento impreso[4] quizá redactado por encargo del duque. Por su parte, don Juan Manuel estaba casado con doña María Ana de Borja y Aragón, XII duquesa de Gandía, su cuarta esposa, de la cual no tuvo descendencia. 

Detalle del cuadro de Toribio Álvarez Cacería en la Moraleja organizada por el Duque de Béjar en honor de los hijos de Felipe V en 1729 en el que se puede ver a la familia real.