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12 de febrero de 2022

Avance del catálogo de pozos de nieve de Salamanca y Cáceres (2ª Parte)

 Autor: Juan Antonio Frías Corsino

Publicado: El Comercio del Frío.  Actas del II Congreso Internacional sobre la utilización tradicional del hielo y de la nieve natural. Museo Valenciano de Etnología. Diputación de Valencia, 2009pp. 237-244.   

Nieves perpetuas en la Sierra de Béjar

La sierra de Béjar, dentro del Sistema Central, forma parte del macizo occidental de Gredos. Esta masa montañosa propiamente dicha no ocupa más que una parte de la unidad morfológica y estructural intercalada entre las dos mesetas castellanas. Entre ella y la Sierra de Francia-Hurdes y Gata, con su prolongación en Portugal con la Sierra de la Estrella, se localiza el corredor de Béjar. Este conjunto tiene un glaciarismo cuaternario bastante acusado[1]. Según Hernández Pacheco se localizan 15 glaciares en el macizo bejarano. Hablamos de un desarrollo morfológico que se inicia con una altitud en el valle de Béjar de 936 m. y que culmina a 2.430 m. en el paraje de La Ceja. 

Vista de Béjar con la sierra

5 de febrero de 2022

Avance del catálogo de pozos de nieve de Salamanca y Cáceres (1ª Parte)

 Autor: Juan Antonio Frías Corsino

Publicado: El Comercio del Frio.  Actas del II Congreso Internacional sobre la utilización tradicional del hielo y de la nieve natural. Museo Valenciano de Etnología. Diputación de Valencia, 2009pp. 237-244   

Situación geográfica y contexto histórico

Esta breve exposición trata de ampliar el conocimiento de la industria de la nieve en la comarca de Béjar, su provincia y las zonas limítrofes, ya en las provincias de Cáceres y Ávila. La zona estudiada se ubica en la provincia de Salamanca, que limita al este con la provincia de Ávila, ambas pertenecientes a Castilla y León, y que lindan por el sur con la comunidad extremeña.

Plano de la zona

Tras la división de los reinos de Castilla y León, Béjar pasa a depender de la Corona de Castilla y es repoblada hacia 1180 por Alfonso VIII. El aparato administrativo se fundamenta en el Concejo de Villa y Tierra, quien, entre otras funciones, controla los abastecimientos. En 1396 el rey la permuta con Diego López de Stuñiga por la villa de Frías (Burgos), originando desde entonces un señorío jurisdiccional:

9 de junio de 2019

Uso, consumo y arquitectura de la nieve en torno al jardín (5ª parte y final)

Autor: Juan Antonio Frías Corsino
Publicado: Actas de las IV Jornadas El Bosque de Béjar y las Villas de Recreo en el Renacimiento. Béjar, 2002. Grupo Cultural San Gil. Salamanca, 2003.


Simititud con otros países en torno a esta industria 

      La cámara de Lisboa en 1619 establece un contrato de abastecimiento con el neveiro real Paolo Domíngues, fijando que dispusiera diariamente al menos de 96 arrobas de nieve para que el rey y su corte pudiesen consumir, “dulces helados y beber agradables refrescos” allí donde estuvieren del 1 de junio al 30 de septiembre. Las residencias reales en esta epoca del año estan fuera de la capital en unos entornos jardineros espectaculares, como Queluz, Sintra, etc. Otras villas como Fronterira, Villareal y numerosas quintas lusitanas se beneficiaron de las nieves de la Sierra de la Estrella, Montejunto y Lousa. 

    Francia, con un organizado comercio del frío, estableció numerosas rutas comerciales por la gran parte de su territorio, favorecido por un medio físico que le garantiza el recurso. Posee un catalogo importante de pozos, de los que sólo citaremos algunos de los que cumplen la condición de estar en posesiones relacionadas con los jardines. Estas construcciones ponen de manifiesto los gustos estéticos del momento, e incluso las fantásticas, tanto de constructores como de propietarios, en la zona visible de la obra, pues la parte de la denominada arquitectura subterránea no es objeto de análisis ahora. Estos rasgos arquitectónicos se deben al interés de integrar la construcción del pozo en el medio natural, de que participe en el juego de armonías estéticas del jardín, es decir la propia arquitectura del jardín; como en el Palacio de los Papas de Avignon en el vergel de Urbano V, el jardín de Monceau en París, con características de un pequeño templo gótico. Y los directamente relacionados con el châteaux destacando el que ordena construir M. De Monville junto al bosque de Marly (Yveline) de forma piramidal emulando una capilla sepulcral, el de los jardines del Château de Postdam con aspecto de una ermita, y el del Gran Duque de Bade presenta un aspecto de cenador estilo turco, destacando el de Versalles con un aspecto de pabellón de jardín de estilo rústico, documentado ya en el s. XVII. 

 Glaciar o pozo de nieve de Versalles (Francia) 

1 de junio de 2019

Uso, consumo y arquitectura de la nieve en torno al jardín (4ª Parte)


Autor: Juan Antonio Frías Corsino

Publicado: Actas de las IV Jornadas El Bosque de Béjar y las Villas de Recreo en el Renacimiento. Béjar 2002.  Grupo Cultural San Gil, Salamanca, 2003. 

Arquitectura del frío en Sitios Reales, Palacios y Villas.

 


   Las propiedades reales fueron provechosamente utilizadas para el comercio de nieve y hielo[1]. La madrileña Casa de Campo se utilizó para recoger la nieve cuando era abundante y permitía una cosecha limpia; se encerraban el hielo que de sus estanques Grande y Del Niño y de otros más pequeños en los dos pozos de que disponía junto a la pequeña edificación denominada Casa de Neveros, como se recoge en la visión cartográfica de Pedro de Texeira de1656.


    El sitio del Buen Retiro, muy frecuentado por los monarcas durante todo el año, se construye además con grandes aportaciones provenientes de la renta de la nieve de las Indias[2], según cuentas del Receptor del Consejo de Indias. Desde su concepción arquitectónica original se dotan las cavas reales y un pozo de nieve. Ya en 1678, bajo las condiciones del aparejador del real sitio Manuel del Olmo se construye otro más, situado próximo al estanque de la Casa de Fieras y la sima de San Bruno.

 Palacio del Buen Retiro


   El sitio de Aranjuez acogía a los monarcas y la Corte fundamentalmente en primavera, y su abasto lo resolvía la Casa Arbitrio de la Nieve que desde Madrid hacia llegar el producto. El aumento de la población y las prolongadas estancias de los monarcas desequilibraban el abasto de los pozos de Ontígola, Ocaña y Villamiel, planteando ciertos problemas. Por ello, siguiendo las indicaciones del Gobernador del Sitio, se proyecta el primer pozo, construyéndose en 1724, y el segundo bajo las condiciones del arquitecto real Manuel Serrano, en 1775. Se llenaban con el hielo precedente de las 31 charcas o balsas diseñadas por Carlos de Wite, ingeniero director de las obras de la Real Acequia del Jarama. Más tarde se construyen otras 10 charcas bajo la dirección del arquitecto hidráulico Vicente Fornells. Estas balsas se alimentaban mediante una cacera desde el embalse del Mar de Ontígola, ejemplo constructivo de época de Felipe II que aún existe. Todo este conjunto aseguró el abasto del Real Sitio hasta el s. XIX. No quedan restos de tales artificios tan solo el recuerdo del jardín municipal que se levanta sobre ellos y que lleva por nombre Jardines del pozo de la nieve [3]. Este enclave fue, sin duda, un alto demandante de nieve y hielo, pues su entorno jardinero y recreativo en torno al Tajo hizo del Real Sitio un lugar indicado para ceremonias, fiestas y recibimientos diplomáticos en los que se hacía necesaria la nieve.

19 de mayo de 2019

Uso, consumo y arquitectura de la nieve en torno al jardín (3ª Parte)

Autor: Juan Antonio Frías Corsino
Publicado: Actas de las IV Jornadas “El Bosque de Béjar y las Villas de Recreo en el Renacimiento. Béjar, 2002.  Grupo Cultural San Gil. Salamanca, 2003.


Consumo de nieve para festejos y celebraciones 

       El uso de la nieve se produce por la clara necesidad de prolongar la duración higiénica de los alimentos, en mayor medida en épocas de vigilia, pero fundamentalmente el aumento del consumo lo provoca el placer de comer y beber frío. Se producen cambios en la dieta y se popularizan otros placeres gastronómicos hasta el momento apenas conocidos, convirtiéndose el consumo de nieve y hielo en casi una necesidad para las gentes acomodadas y accesible para el resto del estrato poblacional. 

 Familia burguesa valenciana dispuesta a comer unas 
peras con nieve 


      Los manjares que se importaban de América contribuyeron a disponer de una variada y sugerente despensa, admitiendo por ello mayores posibilidades gastronómicas, consecuencia que se verá reflejada en los numerosos tratados y recetarios de cocina y repostería. No olvidemos que estos gustos por comer y beber frío también lo extendieron los españoles a Hispanoamérica como lo recuerda Matías de Porres desde Lima en 1621 en sus Breves advertencias para beber frío con nieve

12 de mayo de 2019

Uso, consumo y arquitectura de la nieve en torno al jardín (2ª Parte)

Autor: Juan Antonio Frías Corsino
Publicado: Actas de las IV Jornadas “El Bosque de Béjar y las Villas de Recreo en el Renacimiento. Béjar 2002. Grupo Cultural San Gil. Salamanca, 2003. ISBN 84-923043-3-2. 


   La compleja infraestructura comercial para dar abastecimiento de nieve a los núcleos urbanos durante todo el año, especialmente en los meses calurosos, y el carácter adquirido de producto de uso cotidiano según el pensamiento de la época, originó una serie de estructuras muy organizadas en las que un elevado número de personas participaban en el entramado. Sobresaliendo las agrupaciones de trabajo comunitario, y las más organizadas sociedades mercantiles como en Barcelona en el s. XVIII la Compañía de la Neu de San Celoni o en Madrid más tardía la Sociedad Anónima de Neveras del Guadarrama, y en Francia la Compañía General de Glaciares de París, y la Sociedad General de Glaciares de los Alpes. 

        El transporte se realizaba con caballerías, aislando la nieve con paja, cueros e incluso textiles de gran batán, apareciendo también la figura del porteador de nieve. En tierras bejaranas el oficio de nevero lo ejercían un buen numero de moradores, recogemos como ejemplo documental que en 1632, en la relación de las penas que se aplicaron a quienes desviaron el agua de “El Bosque” aparece entre otros infractores Pedro Martín Fraile, de oficio nevero [1]. 

 Nevateros

         El potenciamiento del consumo obligó en algunos casos a localizar y transportar la nieve desde puntos muy distantes entre sí, hasta el caso de fletar embarcaciones desde Barcelona a Mallorca, de Alicante a Argel y Orán. Incluso de Mataró a Cádiz. Se establecieron rutas marítimas desde Noruega a América del Sur, Alejandría y Túnez. Se hizo necesaria la expansión constructiva de la red de pozos de nieve por toda la geografía para dar solución a los problemas de abastecimiento y gran consumo. Aparecen así las neveras o pozos de montaña, aprovisionamientos de gran capacidad ubicados en montañas de elevada altitud, relativamente cercanas a los núcleos urbanos. La red de distribución se complementa con las neveras urbanas para el abastecimiento local y comarcal. También surgen las neverías o nevaterías como puntos de recepción para pequeño almacenamiento y despacho comercial.

5 de mayo de 2019

Uso, consumo y arquitectura de la nieve en torno al jardín (1ª Parte)

Autor: Juan Antonio Frías Corsino
Publicado: Actas de las IV Jornadas “El Bosque de Béjar y las Villas de Recreo en el Renacimiento. Béjar 2002.  Edita: Grupo Cultural San Gil. Salamanca, 2003. ISBN 84-923043-3-2. 

         El uso, consumo, comercio, y arquitectura relativa a la nieve y el hielo están originando estudios de gran interés, incrementando cada día una ya nutrida bibliografía, lo que ha dado pie a la organización de seminarios y congresos sobre ésta temática concreta, sobre ciertos aspectos del frío gira esta pequeña y modesta contribución a las IV jornadas de “El Bosque y las Villas de Recreo”. Pues nos parece interesante presentar en este foro cómo también la nieve está presente en el mundo del jardín constituyendo un elemento presencial, ambiental y arquitectónico

 Fotografía antigua (postal) de El Bosque de Béjar

    Habiendo sido descubiertos pozos de nieve en una casa hispanorromana de Iulobriga cerca de Reinosa (Santander), otras en Córdoba, en Mérida etc, no debemos de perder de vista el avance de las excavaciones arqueologicas en extremeña ciudad romana de Caparra, ante la posibilidad hipotética de documentar elementos constructivos de sus termas relacionados con la nieve, y su clara relación con la estación termal de la misma época de Baños de Montemayor, conociendo ya que la terapia balnearia no sólo es agua caliente, sino también fría [1].

21 de diciembre de 2015

Los nombres de la nieve




Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid, 2 de noviembre de 2014, nº 4.720.

Frente a los tradicionales bienes muebles e inmuebles de los que suelen constar  los inventarios de la  propiedad, se añadía en siglos pasados lo que podríamos denominar la propiedad de lo etéreo y de lo efímero que, pese a su condición, por ser materia altamente lucrativa, fue muy disputada por los poderosos. Nos estamos refiriendo a la nieve, el meteoro por excelencia del invierno, que no ha dejado de seducir por su belleza y por su rentabilidad a partes iguales. No es exclusiva cosa del presente el mirar al cielo en busca de lo proclive de las nevadas, consultando arreboles y calendarios zaragozanos antes y geopotenciales en la actualidad. 

Sierra de Béjar con nieve

Un invierno henchido de precipitaciones es tan solicitado hoy por los esquiadores como lo fue desde el siglo XVI en España, cuando comenzó la explotación del blanco elemento como producto de refrigerio, conservación de alimentos y delicatessen de caprichosos. Tan rentable llegó a ser su almacenamiento y su venta que fue gravado por el Estado con un impuesto de la quinta parte de su valor y que por ello llevó el curioso nombre del “quinto y millón de la nieve”. 

 La Sierra desde un paraje próximo a Candelario