Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar , 2021, pp. 22-26.
Sevilla, el principal puerto de embarque hacia las Indias, bullía de actividad. El Guadalquivir rebosaba de naos y galeones prestos a cruzar el que otrora fuera un océano desconocido y tenebroso, plagado de monstruos y seres fantásticos. Las arboladuras ascendían hacia las nubes por encima de los edificios como bosques bamboleantes, mecidos por la corriente del Guadalquivir. La Giralda asistía brillante y cantarina al despliegue de hombres y mujeres, hormigas para ella, que pululaban a sus pies. Los gritos con aires salitrosos de los marineros se alternaban con los rezos de los clérigos, las palabras dichas quedamente de las mujeres nobles y las órdenes firmes de los funcionarios. Dejes extremeños, fablas gallegas, acentos vizcaínos, expresiones catalanas, aires andaluces y perfecto castellano salían de las bocas de los decididos a romper con su pasado y afrontar un futuro incierto. Muchos españoles embarcaban a pesar de los peligros, buscando una vida mejor, aventuras y riquezas, esas utopías vendidas por los retornados que habían conseguido medrar, o que decían haberlo conseguido. Algunos quedaban en el camino, muertos por las enfermedades desconocidas, las flechas de los indígenas y las reyertas entre los españoles, que de todo había por aquellas tierras
Puerto de Indias. Atribuido a Alonso Sánchez Coello
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