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8 de abril de 2023

La Virgen de los Dolores, una talla de Francisco González Macías recuperada en 2017 por la Vera Cruz de Béjar

  Autora: Carmen Cascón Matas

 

          En noviembre de 1966 el escultor bejarano Francisco González Macías[1] estaba concluyendo la exposición de algunas de sus obras en la Sala Grifé Escoda de Madrid. Durante los años precedentes había reducido su actividad artística hasta que comienza de nuevo a rodar en ese año, pues entrega un Cristo Crucificado a la Casa de Caridad costeada por Ángel Rodríguez Olleros. Esta noticia, y la restauración de su Cristo Yacente del Sepulcro y el Amarrado a la Columna (nos imaginamos que se trata del depositado en el Museo «Mateo Hernández» realizado en escayola y el de la ermita del Humilladero de Candelario respectivamente), demuestran que el artista pasó un tiempo en Béjar.


            No eran años boyantes para González Macías. Tenemos que tener en cuenta que había tenido taller abierto, primero en Salamanca y después en Madrid, y de ahí había regresado a Béjar por un descenso palpable en el número de encargos. No se había decantado por la temática religiosa de manera exclusiva durante esos años, aunque así podamos deducirlo de las obras hasta ahora nombradas, sino que también había tocado el retrato para ornato público, las alegorías y los animales. Los materiales variaban siendo la piedra y la madera los más frecuentes en las obras de nuestro escultor, dependiendo de la finalidad última de sus esculturas. A partir de la guerra civil se había centrado en la imaginería religiosa en madera, dado que eran las cofradías y los donantes privados sus principales clientes. 

1 de abril de 2023

Bancos dentro, bancos fuera: conflictos entre el poder civil y religioso en las procesiones de Semana Santa de 1675

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.910 (20/I/2023), p. 4.

        Las celebraciones religiosas de la Edad Moderna se convertían a veces en escenario de escándalo y enfrentamiento entre los estamentos civil y eclesiástico, pues no en vano se erigían en espectáculo público y mostraban la preeminencia de los poderosos sobre las clases populares y la estricta jerarquización social[1]. Las numerosas fiestas que salpicaban el calendario litúrgico se organizaban de manera escrupulosa, siguiendo un orden que era imposible de fracturar. Aun con todo no faltaban ocasiones en las que, o bien los clérigos, o bien los ediles del consistorio, intentaban enseñorearse en ellas en un tira y afloja sin fin[2]. Los conflictos eran tan habituales y provocaban tal falta de decoro en acontecimientos que debían per se realizarse con toda solemnidad que se intentaron regular para atajar los insultos, empujones y altercados que unos y otros perpetraban en mitad de misas y procesiones. 

            El motivo fundamental pivotaba en torno a la idea de que los miembros del Cabildo y los eclesiásticos de la villa debían mantener el privilegio de encabezar las procesiones y las ceremonias religiosas, dejando de lado a los representantes civiles. La costumbre inmemorial dictaba que estos últimos se colocaran en las naves centrales de las iglesias, con sus bancos privativos en un lugar preferente en las fiestas así dispuestas por la Regla del Cabildo, privilegio desconocido -el de oír misa cómodamente sentados- para el resto de la población, que había de postrarse de rodillas durante las ceremonias. Tal disposición había sido aprobada por escrito en una ejecutoria de 1601 por los continuos dimes y diretes.

13 de abril de 2022

Apuntes sobre el Nazareno de las Monjas de Béjar


Autora: Carmen Cascón Matas

Cuando observo el rostro del Nazareno de las Monjas, como tradicionalmente se ha venido en llamar a esta talla depositada en la iglesia de Santa María la Mayor de Béjar, me imagino qué pudieron ver esos ojos calmos, serenos, que observan a quien tiene delante con compasión. Y pienso en lo poco que se sabe de esta prodigiosa escultura a la que los bejaranos tienen tanta devoción. La industrialización, la desamortización, la desaparición de los señoríos y la llegada de gran cantidad de mano de obra proveniente de otros lugares provocaron la desaparición de nuestra memoria colectiva, al igual que la pérdida de documentación y su dispersión. Todos estos elementos conjugados, más algunos que nos escapan o que no procede mentar aquí, han silenciado o subsumido muchos de nuestros elementos identitarios, incluidos los religiosos, en un proceso difícil de comprender.


Un ejemplo de esto, es el desconocimiento del nombre del escultor que talló este Nazareno, una soberbia imagen de vestir de mediados del siglo XVII. Su característica principal es que solo está esculpido lo que el fiel puede ver, es decir, la cabeza, las manos y los pies; el resto es un esbozo en madera, una estructura, que siempre está oculta bajo la túnica morada con bordados en oro. Esta característica tan común en imágenes de este tipo no le resta belleza, muy al contrario: el escultor se esmeró en el rostro que presenta unos detalles expresivos que podrían dar pistas a un historiador del arte avezado a otorgarle una autoría. Destacan su barba, de mechones partidos, y sus ojos separados, plagados de conmiseración y dulzura a la par que de tristeza. 

3 de abril de 2021

Siguiendo la pista a la Virgen de las Angustias a través de la documentación (2ª Parte). Datación y autoría

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4853 ( 21/08/2020), p. 6.

         Después de la magnífica restauración acometida por el taller de Simancas, la talla de la Virgen de las Angustias se ha podido definitivamente datar a mediados del siglo XVIII, una fecha que se correspondería con la historia de María La Morala narrada por don Juan Muñoz [1], ya que sigue los patrones que se van introduciendo de corte neoclasicista a la vez que continúan en cierta forma ciertos signos que la entroncan con el barroco. No olvidemos que durante el siglo XVIII se desarrollan dos estilos distintos en España: una tendencia barroca más vinculada a lo español y castellano, que continúa estilísticamente, y otra rococó y neoclásica que proviene de influencia francesa y de la nueva dinastía borbónica. La Virgen de las Angustias de Béjar está a caballo entre una y otra.

 

            Así esta pieza se asemeja estilísticamente con la Piedad que realiza Luis Salvador Carmona, de escuela vallisoletana, para la catedral de Salamanca hacia 1755 [2], pero es un tanto más avanzada en cuanto que se nota en ella la impronta neoclásica, tanto en la aplicación de los colores como en los rasgos serenos y contenidos de la talla. No es neoclásica en el término literal de la palabra, pues todavía se aplican en ella tonos rosáceos para la túnica y el cristo aún muestra los signos de la pasión, por ejemplo la sangre. Sin embargo tampoco es rococó estricto senso porque la policromía es más oscura en el manto y no se utilizan brillos sobre la policromía. 

27 de marzo de 2021

Siguiendo la pista a la Virgen de las Angustias de Béjar a través de la documentación. Procedencia

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.852 (07/08/2020)

     La primera noticia historiográfica más reciente sobre la talla de Nuestra Señora de las Angustias data de mediados del siglo XX y pertenece a don Juan Muñoz [1]. Basándose en un escrito inédito del escribano del Ayuntamiento de Candelario del siglo XIX, Joaquín Peña Rico, nos narra la historia de la monja terciaria franciscana María García Morales, conocida con La Morala. Resumiremos sus visiones milagrosas explicando que experimentaría en casa de la fabricante Antonia Hernández Ajero[2] una de aquellas en la que contempló a la Virgen sentada a los pies de la cruz, sosteniendo en los brazos a Su Hijo muerto y llevada en andas por un coro angélico que cantaba el himno del Stabat Mater Dolorosa. María relató que la Virgen le dijo: Vengo para concederte lo que me pides. Coloca en la iglesia del Convento San Francisco una imagen mía en la que yo esté representada tal como aquí me ves. Y diciendo esto, sacó una llave y, por la llaga del costado, abrió el pecho y habló: Aquí está el amor. Pon aquí tu corazón. 

 

Nuestra Señora de las Angustias 

31 de marzo de 2019

Historia del paso "El Calvario" de Francisco González Macías


 Autor: David Hernández Sánchez
Publicado: Semanario Béjar en Madrid nº 4.822 (05/04/2019), p. 12 y 4.823 (23/04/2019), p. 13.


          El encargo del paso de El Calvario (también conocido como El crucificado) en agosto de 1946 por parte de la Cofradía de la Santa Vera Cruz a Francisco González Macías supuso para el escultor una gran satisfacción, ya que hasta entonces Béjar no tenía ninguna talla procesional suya. Desde hacía tiempo, se esperaba con ansiedad por un gran sector de la población que una entidad local le encargara una obra como reconocimiento a los méritos alcanzados por su trabajo y estudios, y como medio de estimularle en su carrera artística. 

Imagen del Cristo Crucificado antes de policromar (primera talla del grupo escultórico de El Calvario) (Revista Christus, Semana Santa Salamanca 1947)


      El entusiasmo que le supuso este encargo, unido a su experiencia en la talla de crucifijos y pasos procesionales, le llevan a trabajar muy activamente, y así, en enero de 1947, la prensa bejarana recoge la noticia de que los trabajos de creación de la primera talla que compone el grupo escultórico están muy avanzados.

31 de marzo de 2015

El mejor grupo escultórico de Béjar: Nuestra Señora de las Angustias


Haciendo un punto y aparte del devenir de aquellas bejaranas que marcharon a Alemania en 1960, no queremos dejar pasar estas fechas sin transmitir algún dato histórico y artístico de la Semana Santa bejarana. En este caso quiero centrarme en una de las tallas más preciadas y hermosas de Béjar que la tarde de Jueves Santo tenemos el privilegio de ver procesionar por nuestras calles de la mano de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de las Angustias. Nos referimos al paso de Nuestra Señora de las Angustias, Virgen de la Piedad o Virgen de los Dolores. El fragmento lo podeis encontrar en el Segundo Volumen de la Historia de Béjar que publicó el Centro de Estudios Bejaranos en 2013, en un artículo que escribimos entre Roberto Domínguez Blanca, colaborador de este blog, y esta que suscribe, pp. 516 y 517.

 Virgen de las Angustias de Béjar


"Se podría decir que el mejor grupo escultórico existente en Béjar anterior al siglo XX es la Virgen de los Dolores [1], de la Piedad o de las Angustias (de todas estas formas es conocida) de la iglesia de Santa María [2]. Responde al modelo iconográfico que tanto predicamento tuvo a partir de Miguel Ángel y su versión neoplatónica del Vaticano: la madre joven como lecho del hijo muerto con ambas figuras componiendo un esquema triangular. La composición repite a grandes rasgos la que hizo Luis Salvador Carmona para la catedral de Salamanca hacia 1755

23 de marzo de 2013

Recuerdos de una Semana Santa que se fue




         Con la solemnidad de los años anteriores, algo deslucidos por el mal tiempo reinante, se celebraron los cultos de Semana Santa en nuestra ciudad. Fueron numerosísimos los fieles que asistieron el Jueves Santo a las Comuniones y asimismo los Oficios de las distintas parroquias se vieron muy concurridos. 

            En la tarde del mismo día, y a pesar del cielo nublado y sombrío, fueron muchas y bellas señoritas las que lucieron la devota mantilla española en la visita de los Sagrarios. 



  
         En la mañana del Viernes Santo se celebró el tradicional “Tálamo” y por la tarde la procesión del Santo Entierro, que hizo el recorrido de costumbre muy solemne.
Igualmente tuvo lugar la acostumbrada exposición de escaparates, con destino a la cual la Cámara de Comercio instituyó para este año tres premios. 


7 de abril de 2012

Procesión infantil del "Jesús de Pasión"


 Con este vídeo me despido de vosotros por unos días. Esta semana entrante estaré ausente, así que no podré pasarme por vuestros blogs. En cuanto regrese me tendréis de visitante de nuevo.

3 de abril de 2012

La Regla del Cabildo y la Semana Santa de 1736


Autora: Carmen Cascón Matas

Curioso es que una villa sin ser sede episcopal poseyese un Cabildo Eclesiástico durante varias centurias, desde la Edad Media hasta los años 30 del siglo XIX, a pesar de que el Obispo de Plasencia (obispado al que pertenece Béjar) intentase suprimirlo en más de una ocasión, pero es cierto que así es. Ahora no es tiempo de incidir sobre la historia de esta institución, más ya que es tiempo de ello podemos echar un vistazo a su Regla fechada en el siglo XVIII (existe una anterior de finales del siglo XV) para conocer cómo se vivía la Semana Santa bejarana hace trecientos años. Porque en el libro de la Regla del Cabildo Eclesiástico de Béjar, atesorado en el archivo de la parroquia de Santa María la Mayor, se anotaba minuciosamente el calendario religioso especificando parroquia por parroquia (Santa María, El Salvador y San Juan Bautista) las procesiones y festividades a las que los miembros del Cabildo debían asistir por obligación. Antes de nada aclararemos que existía entonces una comunidad de frailes franciscanos que habitaban en el convento de San Francisco, desamortizado en la década de los 40 del siglo XIX y cuyo edificio es hoy Centro Municipal de Cultura. Sus frailes participaban activamente en la vida religiosa de la villa.

Nuestra Señora de las Angustias (talla fechable a finales del siglo XVIII)

23 de abril de 2011

Un recorrido por los pasos procesionales de la Semana Santa bejarana

HERMANDAD DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO Y NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS



Fundada en 1991 tiene como sede la parroquia de Santa María la Mayor. Los hermanos visten hábito y capa negra y capucha rojo burdeos. Protagonizan varias procesiones que van desde el Viernes de Dolores con el Vía Crucis de La Antigua, pasando por el Miércoles Santo con la Procesión del Silencio y el Jueves Santo con la Procesión de Nuestra Señora de las Angustias. Este año se ha iniciado una nueva tradición: la Procesión del Niño de Pasión dedicada enteramente a los niños el Viernes Santo por la mañana. Hoy llevarán a Nuestra Señora de la Misericordia por las calles del barrio hasta encontrase con el Jesús Resucitado de la Cofradía de la Vera Cruz en la Plaza Mayor a eso de las 12 de la noche. 

20 de abril de 2011

Apuntes sobre la escultura religiosa del bejarano Francisco González Macías


Autora: Carmen Cascón Matas

                Uno de los pasos procesionales más valiosos y hermosos de la Semana Santa bejarana es “El Calvario”. Propiedad de la Cofradía de la Santa Vera Cruz de Béjar, que según dicen celebra este mismo año su VI Centenario, salió de la gubia del maestro bejarano Francisco González Macías (1901- 1982). Esta cofradía había perdido en el siglo XX la mayoría de los pasos que habían formado su legado artístico atesorado durante siglos. Sólo dos tallas resistieron y resisten a la carcoma, la humedad y la injuria de los tiempos: el “Amarrado a la columna”, también llamado “Los Azotes”, y el “Cristo yacente” articulado que reposa en una urna funeraria. 

            Ante la escasez, la Junta Directiva decidió renovarse comprando gracias a la generosidad popular pasos procesionales como “La oración en el huerto”, el “Nazareno” o “La caída”. En agosto de 1946 encarga a Francisco González Macías un “Calvario” compuesto por tres figuras: Cristo, San Juan y María Magdalena. El escultor bejarano era un reputado maestro por entonces, un arte que había heredado a través de los genes de sus padres, pues ambos, aunque dedicados al textil como solía ser habitual al ser la industria el motor de Béjar, poseían estudios pues su padre había sido becario en París y su madre alumna de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Béjar

Calvario. Cofradía de la Santa Vera Cruz. Béjar

31 de marzo de 2010

La celebración de la Semana Santa en el Béjar de 1733 (2ª Parte)

Autor: Mª del Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, Marzo de 2009


*Las fotografías de esta entrada pertenecen todas ellas a pasos y tallas de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, que el año que viene va a conmemorar su sexto centenario. Cuenta con un número de 400 cofrades y 10 pasos.



El siguiente día, Viernes Santo, se llevaba a cabo el acto del Descendimiento. Siempre se ha especulado qué función desempeñaba el conocido por todos como Parapeto, lugar que se utiliza actualmente como “almacén” de los pasos de Semana Santa. El documento nos lo aclara al cien por cien. Frente a la iglesia de San Juan Bautista y a su alrededor se situaba entonces el cementerio de la parroquia, pues cada una tenía el suyo propio antes de su concentración en el de San Miguel a principios del siglo XIX. El Parapeto se levantaba en medio del cementerio, aislado (no había construcciones adosadas) y abierto por sus cuatro costados (el cerramiento se produjo con posterioridad). Se componía, como se ve claramente en el cuadro de Ventura Lirios, de un tejado que cubría una bóveda esférica sostenida por cuatro columnas o pilares, albergando en su interior un calvario de piedra, de ahí el arco trilobulado que ostenta, símbolo de la cruz. La construcción es la misma que hay en la actualidad, pero su contexto ha cambiado tanto que es difícil concebirlo mentalmente en su función primigenia. En la parte superior la fachada se remata con una cruz grabada en piedra rodeada por las cinco llagas de la Pasión.

Talla del Nazareno

26 de marzo de 2010

La celebración de la Semana Santa en el Béjar de 1733 (1ª Parte)

Autora: Mª del Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.549 y 4.550.


* Las imágenes de este artículo pertenecen a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de las Angustias. Con sede en la iglesia de Santa María la Mayor fue fundada en 1991.
 
Los archivos se encuentran repletos de una información del pasado que espera ahí, impaciente, a que sea descubierta, a que los personajes olvidados cobren vida y los lugares se pueblen de gentes, de colores, olores y movimiento de nuevo. Ahora que tan cercano está el sexto centenario de la fundación de la Cofradía de la Santa Vera Cruz me parece adecuado sacar a la luz un documento muy jugoso y fresco que revive la Semana Santa del Béjar del siglo XVIII. A veces decimos que en la Historia bejarana siempre se tratan los mismos relatos, que no hay una renovación temática y a veces los lectores nos preguntamos si es que no hay nada más que investigar. Nada más lejos de la realidad: la Historia de Béjar está en mantillas, no se ha tocado prácticamente nada en serio. Y ésta es una prueba.